Autor: Delcampo y otros
jueves, 14 de junio de 2007
Sección: Protohistoria
Información publicada por: delcampo
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Sobre límites, altares, piedras y constructores en Cebreros (Avila)I.
Estos restos se ubican en el entorno del pueblo avileño de Cebreros, fronterizo con la provincia de Madrid ¿Cómo han podido pasar desapercibidos? Muy sencillo, el que no conoce no puede ver, y más en el mundo de la arqueología. No fue sino al estudiar el conjunto conquense de Buendía, descubierto en su basta totalidad por mis amigos Mario y Esther, cuando pudimos ‘reconocer’ lo que siempre había estado a nuestro mi alcance, pero oculto, por años. No son los únicos paralelos, en absoluto, ya lo veremos más adelante, pero sí los que sirvieron para ‘abrirme’ los ojos.
Son varias las características principales a resaltar:
1. Todos los restos tienen un denominador común, su materia prima, el granito, lo que ha actuado de januario porque por una parte ha condicionado, por su dureza, el acabado final de cada conjunto y, por otra, ha permitido que, por su dureza también, haya llegado hasta nosotros sin demasiadas alteraciones.
2. Todos los elementos forman conjuntos unitarios: asientos, cazoletas, altares, piedras esféricas y demás que iremos viendo. Nunca aparecen aislados sino distribuidos juntos en un ámbito espacial muy amplio, pero aún así se perciben todas las características de seguir una delimitación determinada o, en todo caso, intencionada. Hasta ahora hemos establecido dos áreas arqueológicas, una al norte y otra al sur del pueblo.
3. Como sucede en Buendía, todos estos restos materiales están relacionados con lugares donde es evidente la explotación de la piedra, lo que lisa y llanamente denominamos canteras. Y aquí, como veremos, surgen unas cuantas preguntas que no podemos contestar con seguridad total ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿De qué manera están relacionadas ambos contextos? Pero no nos adelantemos...
4. NO ha aparecido ninguna estructura de hábitat ni tampoco ningún tipo de enterramiento u otro resto material que podría ser utilizado para una posible datación por paralelos conocidos. Nada de nada, ni siquiera cerámica. Existen restos de unos muros de piedra en alzado en una de las áreas pero no sabemos si están relacionados con los restos objetos de estudio. La antigua explotación intensiva de la vid y las plantaciones decimonónicas de pinos ha influido, sin duda alguna, en la alteración del paisaje arqueológico.
5. Vías, frontera y atribución tribal.
Ambos yacimientos se encuentran en lo que se supone que es la vía de paso entre el valle del Alberche y la submeseta norte, en el eje que une Toledo-Avila y que marcaría la frontera romana entre las provincias de Lusitania y Tarraconense . En este trabajo se va a proponer, igualmente, que esta frontera delimitaría el territorio vetón del carpetano, adscribiendo los restos a estos últimos ya que la topología de los restos materiales encontrados tiene evidentes paralelos con las zona norte de Madrid así como lo que hemos podido documentar en Buendía. Y aquí esbozamos una primera y sugestiva hipótesis, si los verracos pueden ser una característica propia de los vetones, propia pero no exclusiva, los asientos en piedra constituyen una característica propia del pueblo carpetano.
6. Los elementos detectados en Cebreros, ya mencionados algunos, son:
Asientos
Cazoletas/Piletas
Extracciones rebajadas de las rocas en forma de gajos o huellas
Grandes esferas piedra
Cruces (una)
Indeterminados
Desarrollaremos los tres primeros, dejando los otros elementos para un avance posterior.
A) Asientos
Existe una más que generosa topología de asientos retallados en la roca. Unos imitando sillas de montar, otros, además, con un poyete central de separación entre ambas piernas, otros más toscos pero evidentes, y, por último, varios asientos corridos en una misma lancha de granito.
El primero de ellos es una topología muy característica de otro yacimiento en fase de estudio: Buendía (Cuenca), aunque en este caso siempre en caliza. Tememos varios ejemplos pero el de la foto se documenta en una roca granítica de topología similar a las Bull Stones inglesas, en un extremo se encuentra tallado un asiento. En el caso del complejo norte, frente al asiento se documenta una piedra de menor tamaño, con la superficie bastante alisada en cuya mitad se percibe un óculo para encastrar otro elemento cultual, seguramente un pie de altar o similar.
Una variedad es aquellos es un curioso asiento con un poyete central para separar las piernas. Se documenta, como el anterior, en rocas de tamaño mediano y es un buen apoyo para pensar que este tipo de asientos reproducen la monta del caballo.
En el complejo sur, hacia la mitad del extenso yacimiento que lo conforma, se dispone, en un complejo donde abundan las rocas con asientos, cazoletas y piletas, una serie de asientos consecutivos. EL sistema es igual al documentado en la Pedriza o en Buendía. La roca granítica, de un tamaño superior al de las rocas con asientos individuales, presenta los asientos mirando al sur, mientras que en su lado norte retallaron una serie de piletas que bajan en cascada.
Tres son los apartados que nos pueden importan primariamente de estos asientos: paralelos, cronología y funcionalidad.
Alicia Canto colgó en un foro de esta misma página web un excelente estudio sobre la Silla de Felipe II, EL Escorial, donde referenciaba todos los estudios recopilados por ella hasta la fecha de su publicación. Desmentía el carácter moderno de la citada silla y proponía un carácter cultural/cultual vetón, en el límite con la Carpetania, dedicado a Marte, sin especificar cronología. Muy próximo, también tenemos el Canto Castrejón, estudiado por Jesús Jiménez Guijarro (Estudios de Arqueología y Prehistoria Madrileñas, n.13, 2004, íntegro en internet). Igualmente, otros altares con sus sillas se documentan en el mismo complejo boscoso de la Silla de Felipe II que en estos momentos estamos en vías de catalogación. En el entorno cercano de La Pedriza existe otra gran roca con asientos consecutivos del mismo estilo que las de Buendía o Cebreros.
¿Cronología de estos asientos de Cebreros? Sin duda precristiana. ¿Prerromana? A la luz de la falta de materiales que pudieran afianzar una cronología lo dejamos en cuarentena. Suponemos que el ambiente pudiera ser anterior a la presencia romana en la zona, pero siempre debemos dejarlo como una mera suposición mientras se pueda precisar con más argumentos. Los paralelos de Buedía o los anteriormente mencionados no pueden aportar mucho más.
¿Funcionalidad? Evidentemente cultual. ¿Asociados a una divinidad en concreto? No creemos que pueda atribuirse a un ritual asociado a un Marte indígena, o por lo menos tal y como lo conocemos en la actualidad.
1. Exposión del cadáver del guerrero para su descarnación. Todos estos asientos, retallados con más o menos esmero, y sobre todo los que tienen el poyete central, hacen referencia directamente al caballo y su montura. ¿Qué ritual puede acompañar a este tipo de ‘asientos’ en la roca? ¿Puede tratarse de un ritual relacionado con el mundo funerario? Recordemos la costumbre reflejada en las fuentes clásicas de determinados pueblos prerromanos de exponer los cadáveres de los guerreros que destacaron en combate a los buitres. Siempre que se menciona esta costumbre nos imaginamos a los guerreros en su lecho horizontal, tipo sioux, esperando a ser descarnados por las aves carroñeras. Tendríamos que variar un tanto esa visión para entender que en el proceso de descarnación podrían exponer el cadáver imitando lo que fue en vida, un jinete. Evidentemente que no todos los asientos tendrían esta funcionalidad pero tampoco tendríamos que desechar la idea. Dentro de una tipología muy similar, en Buendía (Cuenca), encontramos que el asiento tiene unos rebajes laterales que desembocan en un surco central que parece recoger los líquidos de la descomposición para libarlos en la misma roca o en la tierra. Igualmente, en alguno de ellos se percibe unos rebajes circulares laterales, del mismo tipo que se perciben en los cazoletas-altar de, quizá para sostener de pie al cadáver-jinete.
2. Asientos tipo Tronos.
Muy similares a los de la Silla de Felipe II. Generalmente se disponen en grupos de tres o de dos. Buendía generalmente se asocian a grandes cazoletas para sacrificios.
En Buendía este conjunto representado en la foto se asocia a cazoletas-altares utilizados, entre otras cosas, para realizar sacrificios realizados con el fuego (¿incineraciones, asados rituales?). En Cebreros no se han detectado este tipo de asientos tipo trono, lo cual no quiere decir que no existan.
Quizá sí que es cierto que podríamos relacionarlo, tal y como propone A.Canto para la silla de Felipe II, con Marte, ero no tanto en su acepción exclusivamente guerrera sino como una posible asimilación en la divinidad indígena Coso, aquí en Cebreros en la confluencia interprovincial e interetnias, o en Buendía, en la confluencia del Tajo y Cigüela, o, más probablemente, como una divinidad similar al Marti Condati o del Tyr germano, relacionados con los lugares de reunión y asambleas de guerreros, donde se tomaban las decisiones importantes para las comunidades tribales (González García, F.J., García Quintela, M.V., De la idolatría en el occidente peninsular prerromano, Rev. Ciencia de las Religiones, 2005, 10, 127-162). En este sentido, tendríamos que proponer los asientos múltiples de Buendía o Cebreros, así como el resto del área que proponemos como carpetana.
B) Cazoletas/piletas
Las hay de todo tipo, generalmente de gran tamaño, asociadas a los asientos u otros elementos rituales, en la misma roca o en una roca cercana. Una mayoría de ellas tienen una abertura frontal lo que deja esa parte abierta. En alguna ocasiones las piletas se disponen en cascada, lo cual hace suponer que el líquido se derramaría desde la parte superior a la inferior siguiendo el ritual.
Este componente ritual es el más numeroso en los dos conjuntos arqueológicos detectados.
Sin duda alguna, estas cazoletas o piletas, como en la foto superior, no se disponen de la misma manera que en Buendía, foto inferior, ni su tamaño ni cantidad se pueden asemejar. En Buendía hay cientos de cazoletas solas o agrupadas esparcidas por todo el yacimiento. En Cebreros no se distribuyen con esa profusión lo cual parece que tiene su reflejo en una intencionalidad distinta. SI bien en Buendía parecen sacralizar determinados lugares amén de definir las fronteras de un entorno específico, en Cebreros esta última característica no se percibe con claridad.
C) Extracciones rebajadas de las rocas en forma de gajos o huellas
Es la forma que más nos ha llamado la atención. Al principio creímos que era algo muy puntual pero a medida que los restos arqueológicos han ido aumentando, vimos que contenía en sí un significado ritual muy importante en esta cultura. ¿Cuál pudiera ser? Sinceramente, sólo encontramos alguna posible explicación en su asimilación a la huella del oso, desarrollado en su momento por Alicia Canto y recogida en esta página web en un foro propio sobre la Piedra Escrita de Cenicientos. La propuesta que aquí se realiza es que Cebreros está en el límite de los carpetanos con los vetones al oeste y los arévacos al norte, y así mismo controla la ruta de los primeros hacia Avila, seguramente independiente de la de los vetones. Esta ruta se desdoblaría en el Tiemblo y seguiría por el puerto de Arrebatacapas hacia la Cañada, antiguo camino desde Valencia a Santiago, enlazando con el Camino Real que vendría desde El Escorial y se dirigiría a la capital abulense. La ruta vetona, seguramente, se dirigiría desde EL Tiemblo por el Berraco hacia Avila siguiendo la carretera nacional actual. En trapecio limítrofe estaría Cebreros, por lo cual todos estos restos materiales cultuales no nos extraña que se ubicaran en este ‘espacio sagrado’.
Juan Carlos Sánchez Santos
Olga Núñez Alvarez
Mario Gil de Lama
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Apomios15 de jun. 2007Debido a que la sabiduría del grupo desaconseja este artículo, no está disponible.
hola a todos
Las cazoletas, entendiendo por ellas las que claramente son obra del hombre y descartando los tiffoni que a veces pueden ser causa de confusion, son un hecho muy extendido no solo por toda la peninsula sino tambien por Europa, en Francia son muchos los lugares neoliticos donde se encuentran las cazoletas, en algunos casos es facil datarlas porque estan en contextos arqueologicos muy facilmente datables, enterramientos, dolmenes etc.
En otras el conjunto esta desvinculado de contexto arquelogico sea porque no lo tuvo o porque este fue destruido por otras construcciones.
Su funciun es realmente desconocido aunque las teorias mas frecuentes es la contencion de liquidos en las ofrenas libaciones, etc, con todo no pasa de eso teorias y realmente se desconoce el significado exacto, son consideradas como de las mas primitivas insculturas, y bueno, hay quien las considera solo eso una marca o dibujo.
muchas veces forman dibujos uniendolas mediante canales y la tecnica con la que se hacian eran bastante sencilla lo cual va a favor de que fue de las primeras insculturas aunque la tecnica pudo permanecer mucho tiempo.
Si alguien me explica como subir aqui imagenes tengo unas cuantas muy claras que subir,
En cuanto al tema de las piedras rocas que parecen ser esculturas y que pueden ser obras de la naturaleza o del hombre o incluso de ambos, es mucho mas complejo, solo el que se aprecien huellas dejadas por los instrumenos que la labraron pueden descartar la hipotesis natural en muchos casos.
de estas tengo una imagen tambien que subir haber que opinais.
esta en imagenes
Cara de Taba, da que pensar sonbre todo al natural pero no ha podido ser estudiada de cerca porque esta en un despeñadero.
Me gustaria saber la opion genral.
de todas formas natural o artificial es logico que semejantes imagenes fueran tenidas antiguamente por manifestaciones de la divinidad, y se creyera que anteriores y miticas culturas las labraron, o bien que era obra directa de los dioses, es natural que pensaran asi cuando no habia ningun conocimiento de historia arquologia geologia o ciencia y la magia y la divinidad lo explicaba todo.
Saludos
Hola.
Claro que hay cazoletas prehistóricas. En el caso gallego parece que las hay de origen megalítico. Otras por carecer o porque no se ha explorado su contexto arqueológico están descontextualizadas temporalmente. As coviñas abundan en afloramientos graníticos que tienen forma de bolo. Tengo un primo graniteiro y un día pasando por porriño me hablaba de patatas de granito. Otra forma de llamarle a esas formas rotundamente redondeadas que la naturaleza escupió de sus entrañas y enfrió tan bruscamente.
A ver si no me lio.
Claro que esas formas naturales extraordinarias abruman por ser naturales, nada impresiona más al hombre que que aquellas formas naturales que lo hacen sentirse pequeñito, todavía hoy en día. Pero de ahí a ver ríos de sangre, atlantes, ovnis, o dioses hay un abismo.
Saúdos
http://www.Celtiberia.net/imagen/?id=5377
Hola
Haber si ahora se ve.
Para concretar hay cazoletas en todo tipo de piedra, no solo en granito, las hay en trias, areniscas, granito, calcáreas, depende de la zona son de una u otra piedra.
Si bien hay naturales las hay claramente artificiales.
Las funciones se desconocen pues si las juzgamos por donde estaban pueden servir de diferentes cosas.
Las hay en contexto megalítico en dólmenes, por tanto contexto funerario, en menhires, en poblados, en piedras sin mas, acompañadas de otras insculturas en formas de animales, algunas parecen para contener líquidos. otras es imposible que sirvieran para eso.
A veces pudieron ser morteros, otras veces recoger agua en un lugar especial o sagrado, también marcar lugares especiales o puntos de encuentro, también pudieron servir a veces para aguantar estructuras de madera o bien para encender aceite dentro, otras veces si que están en piedras sacrifícales y servirían para recoger sangre para rituales.
El capitulo de las piedras sacrifícales es caso aparte aquí en Cataluña hay varias documentadas y desde luego también tienes cazoletas.
Si pensamos que en época ibérica cada poblado ibero había por lo menos un templo donde se sacrificaban animales, la sangre y la cabeza para Dios y las chuletas para los personas, pues no es de extrañar que en época anterior neolítica (hasta la precristiana donde la romanización no llego o no influencio mucho) en cada asentamiento humano hubiera un lugar sagrado donde se ofrecían libaciones a la tierra madre, o a los dioses tribales y se hicieran los sacrificios de los corderos u otras especies que se comían. teniendo en cuenta esto pueden que hayan miles por descubrir porque son tan sencillos que pasen desapercibidos ,tampoco seria tan raro.
Asi que yo no se que nadie haya hablado de ovnis o talantes,,a lo mejor me he perdido algo, pero te aseguro que hablar de cazoletas obra humana del neolítico al precristianismo no es precisamente nada raro.
Saludos
Pérola, si es por mí, intento no fastidiar del mismo modo que no me gusta que me fastidien.
Escribes arriba: "Para mi decir"cazoletas para recoger sangre de sacrificios" etc es una pura intromisión del inconsciente del historiador, o no, en la interpretación del fenómeno artístico-histórico. La imaginación puede ser muy desbocada, por eso hay que procurar atarla de corto."
La inscripción CIL II 2395e. de Panoias no es una fantasía:
Huius hostiae quae ca
dunt hic inmolantur extra intra quadrata
contra cremantur
in quo hostiae uoto cremantur
sanguis laciculis iuxta
superfu(nd)itur
"A los dioses y diosas de este recinto sacro. Las víctimas que se sacrifican se matan en este lugar. Las víctimas se queman en las cavidades cuadradas enfrente. La sangre se vierte aquí al lado sobre las pequeñas cavidades…"
Más claro, el agua, hijo. Las cinco inscripciones CIL II 2359a-e fueron dedicadas a inicios del siglo III por G. C. Calpurnius Rufinus, uir clarissimus, a numerosas divinidades, entre ellas Serapis, cuyo culto mistérico acaso se acoplara, mediante un proceso de interpretatio, con la concepción de las divinidades indígenas adoradas en este sitio, denominadas Lapiteae.
Pérola dice: "Vale en la Panoias romana hay una inscripción que dice lo que dices, pero... no recuerdo ver una inscripción en Ávila de ese tipo. Um???
Vas a extrapolar una inscripción histórica cuantos miles de años atrás?. Anda, anda vai buscando outros argumentos"
¿Esperas acaso esperar una inscripción en cada altar que diga, v.g., “Ara de Endovéllico? El argumento me resulta pueril, y más aun pedir manifestaciones escritas de sociedades ágrafas hasta su contacto con pueblos orientales. Te recuerdo que Panoias fue romanizado sobre un santuario autóctono, algo muy usual en todos los tiempos que se llama sincretismo.
Considerar que las escaleras de piedras y pilas excavadas son altares no es invención particular fruto de la fértil imaginación, pues es evidente que las escaleras no se producen por erosión natural; ni su escasa altura (y coste energético para labrarlas) indica una funcionalidad de visión en altura (mucho más amplia y barata con unas escaleras de madera). Ya cité al maestro don Manuel Gómez Moreno; Dª Alicia Canto tiene un buen artículo sobre esta cuestión aquí en Celtiberia.net, y copio ahora un texto de Manuel Bendala Galán, cuya opinión, si me lo permites, me resulta mucho más cualificada que tus meros barruntos; presumo que sabes que Bendala es catedrático de Arqueología de la Autónoma de Madrid. Podría copiarte también la misma opinión de Francisco Marco Simón, “La religión indígena en la Hispania indoeuropea” en ‘Historia de las religiones de la Europa Antigua”, Cátedra, 1994. Como ves, la opinión de que se trata de altares sacrificiales no es una parida de un indocumentado, sino que es opinión generalizada en los ambientes científicos.
Manuel Bendala Galán, “Tartesios, iberos y celtas”, Temas de Hoy, Madrid, 2000, págs. 280-281:
“En general, las ceremonias, sacrificiales, que son una constante en las culturas antiguas, generalmente de animales, debían de tener en los ambientes indoeuropeos y celtas, incluidos los hispanos, su lugar principal de ejercicio en santuarios al aire libre con afloramientos rocosos, adaptados como grandes altares naturales con escaleras talladas en las rocas y pilas para contener los miembros o la sangre de las víctimas. Algunos de estos altares y santuarios al aire libre en afloramientos de roca están bien documentados en la Hispania céltica, como en el caso del famoso santuario de Panoias (Vila Real, Portugal), creado en un ambiente en el que destacan tres peñas con escaleras y cavidades dispuestas para realizar en ellas prácticas de una compleja ritualidad. Aunque autóctono, el santuario fue romanizado, de lo que son testimonio, entre otras cosas que no vienen ahora al caso, algunas inscripciones griegas y latinas, mayoritariamente borradas y perdidas, aunque de lo que se puede leer se deduce la dedicación a nuevas divinidades, entre ellas Serapis, el conocido dios egipcio y alejandrino, referencia principal de un culto de fuerte contenido histérico que incluye prácticas iniciáticas que tal vez conectaban bien con la concepción de las divinidades indígenas originariamente veneradas en el lugar. También se mencionan unos dioses Severi –de carácter infernal- y a unos Lapiteae, que han de ser los de la comunidad indígena de Panoias. Las inscripciones, hasta donde se ha podido leerlas, permiten además conocer mejor el tipo de ceremonias que en el santuarios e llevaban a cabo, valoradas detenidamente en un interesante estudio reciente.
Una de las inscripciones latinas, ahora perdida pero copiada en el siglo pasado, decía: “A los dioses de este recinto sacro. Las víctimas que se sacrifican se matan en este lugar. Las víctimas se queman en las cavidades cuadradas enfrente. La sangre se vierte aquí al lado sobre las pequeñas cavidades”. Otra inscripción habla de ritos de purificación de la sangre, la grasa y el hollín con que los participantes en las ceremonias se habrían manchado en el curso de las mismas. Se alude, en fin, a un complejo ritual iniciático, de sacrificios, uso del fuego, abluciones de sangre, etc. que traduce de alguna manera la profunda ritualidad que impregnaba el tipo de creencias religiosas que envolvía a los habitantes de la zona. Se conocen, por lo demás, otros santuarios con altares naturales del mismo o parecido tipo, entre ellos el mencionado oppidum castreño de Ulaca (Solosancho, Ávila), en este caso en el interior del asentamiento”.
Pérola, una vez repasado lo que dije, compruebo que está muy claro tanto en forma como en fondo: la hipótesis de que estas escaleras o plataformas en diversos niveles y cavidades excavadas en el roquedo son santuarios rupestre de pueblos prerromanos, no es MI tesis personal exclusiva, sino la de Manuel Gómez Moreno, Martín Almagro-Gorbea, Gonzalo Ruiz Zapatero, Alicia Canto, Manuel Bendala Galán o Francisco Marco Simón, entre otros. Ignoro si sus nombres te son conocidos o eres tú solamente tu propia fuente de conocimiento. ¿No te suena aquella historia del soldado que iba con el paso cambiado en la formación y su madre afirmaba que todos los demás iban mal?
Entre los etruscos, cuya cronología parece suficientemente clara, hay paralelismos muy claros con estos de Panoias, Ulaca o la Silla del Escorial: “En Etruria había altares sin templos, pero nunca templos sin altares… En todos los santuarios había un altar sobre el que se ofrecía el sacrificio. Los altares eran de diferentes tipos, de fuego, en los que se quemaba la víctima, o también aquellos en los que se la degollaba, recogiéndose la sangre a través de un conducto hecho sobre la piedra. Los primeros altares estaban consagrados a los dioses celestes y los segundos a los infernales y a los ctónicos. Generalmente los primeros eran de forma rectangular y los segundos circulares”: José María Blázquez, “La religión etrusca”, ‘Historia de las religiones de la Europa Antigua, 1994, pág, 42.
En cuanto a la orientación de Ulaca, el profesor de Astronomía y Geodesia de la Escuela Politécnica de la Universidad de Salamanca en Ávila, Manuel Pérez Gutiérrez ha descubierto que los habitantes del castro de Ulaca idearon diversos marcadores astronómicos para determinar con precisión fechas señaladas. Estos cuatro festejos son el ´Sahaim´ o inicio del año celta –en torno al 1 de noviembre-, el ´Imbolc´ o nacimiento de los corderos –el 20 de febrero, Santa Brígida o Las Candelarias-, el ´Beltaine´ o fiesta del fuego –en torno al 10 de mayo- y ´Lughnasad´ o recogida de la cosecha –el 13 de agosto-. En Ulaca, el sol sale en verano por la Sierra de Ojos Albos y se pone sobre el convento del Risco, en el paraje denominado ´Risco del Sol´, indicó Pérez, quien advirtió de la presencia de “una gran roca” con forma de trono en la entrada del castro, situada en un lanchal con forma de grada. Otro de los marcadores astronómicos es, según este estudio, un muro de granito adosado al famoso altar de los sacrificios de Ulaca. Según Pérez, este muro se encuentra alineado con el cerro de Cancha Morena, y cuando dicho cerro se encuentra alineado a su vez con el sol, “proyecta sombra en tres puntos diferentes”, coincidiendo con el solsticio de invierno, el ´Imbolc´ y el ´Shaim´, así como los equinoccios de otoño y primavera, “convirtiéndose en un perfecto calendario”.
¿Te quedó claro, hijo? No es a Orión, sino a los solsticios y equinoccios.
La función de las escaleras o plataformas parece la de elevar el acto sagrado a un plano superior: en las iglesias actuales el presbiterio, donde se hace el acto eucarístico, está más elevado que donde se encuentran los fieles; y no vayas a decir que afirmo que el presbiterio de las iglesias viene de los altares de piedra, que no me fío.
Si te permites decir: "Para mi decir "cazoletas para recoger sangre de sacrificios" etc es una pura intromisión del inconsciente del historiador”, es porque ignorabas por completo las CIL II 2395 de Panoias, o los comentarios de Blázquez sobre los altares de sacrificio etruscos. Y aunque intentes ridiculizar el paralelismo entre estos altares pétreos, no aportas nada que ofrezca una alternativa coherente, porque la del cantero para impresionar a la novia no convence: basta con que le preguntes a un cantero con novia a ver qué te responde.
Qui potest capere, capiat. Pero para ello no sólo hace falta querer.
No Pérola, no se trata de eso. Le aseguro que yo tengo seguramente tantas dudas como usted respecto a que estemos hablando efectivmente de una Sauna Iniciática.
No obstante, estoy preparando documentación gráfica al respecto para aportar elementos de juicio al debate. Hablaremos.
Confieso que no me gustó tampoco en principio la teoría astrológica, pero esperaré a ver si efectivamente logramos averiguar si el calzo del "bolo" es natural y sobrevenido, o natural y encajado; por lo de buscar un grado, que decíamos. Aquí no se tira nada.
Verá, Von Paulus, yo estoy un poco incómodo por la manera en que se enfocaron -me incluyo- algunos de nuestros comentarios al artículo de Delcampo. Aun reconociendo que el planteamiento era un poco atrevido.
No obstante, creo que el debate discurre por cauces aceptables hasta el momento. Pediremos a los dioses de Ulaca que así siga, al menos.
También me viene al pelo su comentario sobre las rocas acanaladas en plan "concha de molusco", que vienen a ser otro "tipo", como señala acertadamente.
Pues bien, como veo que sigue ambos foros, le remito a la otra piedra calzada cuya fotografía inserté. Lo curioso es que la inclinación provocada por el "calzo" ha dado como resultado que en la parte frontal de la piedra se produzcan esas curiosas formas.
Sigue sin funcionar la opción de subir imágenes en este poblamiento -al menos en mi ordenador- así que esperaré un poco a ver si se arregla y si no pondré el enlace.
Qué tal estamos amigo hugoveton?.
Precisamente ayer me llege a echarle un pisteo a las rocas de la discordia y gracias a las amables indicaciones de Delcampo pues dí facilmente con los restos descritos "En el complejo sur, hacia la mitad del extenso yacimiento que lo conforma, se dispone, en un complejo donde abundan las rocas con asientos, cazoletas y piletas, una serie de asientos consecutivos. EL sistema es igual al documentado en la Pedriza o en Buendía. La roca granítica, de un tamaño superior al de las rocas con asientos individuales, presenta los asientos mirando al sur, mientras que en su lado norte retallaron una serie de piletas que bajan en cascada.".
Bueno una vez que parece va desapareciendo la marejada del run-run esta SI está NO. Queda bastante claro que el problema más simple, discernir entre los "buracos" que son consecuecia de procesos naturales de los que no lo son es la parte más sencilla del problema aunque en este caso se han tratado de buscar universales y reiterarnos machaconamente los procesos de formación natural por meteorización de los mismos. Creo yo que un profesional que se ocupa tanto del continente como del contenido y que tiene en cuenta los procesos de formación del objeto de estudio habrá reparado en la existencia de esta cuestión no valadí de lo que estuviera observando fuera consecuencia de un proceso natural.
Como uno encuentra lo que busca si tiene definida una estrategia o un modelo de estudio definido por el individuo o por un "estado de la cuestión" halla en los restos materiales, una piedrolaka, la información a lo mejor suficiente para aproximarnos a un pasado pehistórico del que tenemos vagas referencias y que al parecer le sirve para plantear dos cuentiones menos valadis y creo yo más importantes:
El objeto se relaciona con una serie de prácticas cultuales:
"Exposión del cadáver del guerrero para su descarnación. Todos estos asientos, retallados con más o menos esmero, y sobre todo los que tienen el poyete central, hacen referencia directamente al caballo y su montura. ¿Qué ritual puede acompañar a este tipo de ‘asientos’ en la roca? ¿Puede tratarse de un ritual relacionado con el mundo funerario?".
En este sentido desde mi modesta opinión aconseje a Delcampo que se echará un vistazo a distintos estudios desde el punto de vista transcultural haber si detectaba rituales parecidos a los por el propuestos y que tan gráficamente nos ha descrito, y si existía evidencia arqueológica al respecto mucho mejor, de momento nos tenemos que contentar con un epigrafe y ciertas alusiones de los escritores clásicos. La verdad es que no tengo ni idea del rito de enterramiento de los carpetanos, los vettones parece que si enterraban a los suyos. pero si se han documentado en el área carpetana, mal asunto para hablar de buitres, aunque se puede seguir hablando de comilonas, botellones y ofrendas a no se sabe que dioses en lo que los buracos pudieran servir a manera d contenedores de carnes y liquidos.
El propio carácter de la "piedrolaka" le vale a Delcampo para sostener una hipótesis que desde mi punto de vista
es el más importante, y en el que la arqueología si nos puede echar una mano prescindiendo de vagas especulaciones, cual es, la definición de límites culturales y/o políticos de los territorios ocupados por los
"pueblos" del que nos informan las fuentes. Haber si vamos profundizando en este temita.
Siento no poder subir las fotos hoy por que estoy bastante liadillo y tengo una conexión un tanto full. En algún articulo de celtiberia he visto algún altar similar al de Ulaca en la provincia de Soria. Nos podríamos echar un vistazo a Benito, Luis and Grande, R. 2000. Santuarios rupestres prehistóricos en el Centro-Oeste de España. Salamanca: Librería Cervantes. yo lo pienso hacer esta misma semana, he ir colocando en posición los distintos "altares" que son aceptados. Por cierto vi muerdago Viscus Laxum sobre pino piñonero que como comente anteriormente es autóctono por si alguien se quiere hacer una composición de lugar.
Un saludo
Várix se plantea: "Estos altares perviven hasta bien entrada la Alta Edad Media, pero ¿son realizados en ese momento o son una reutilización de los romanos?". También Pérola se pregunta por la cronología.
Tendría que consultar hasta cuándo está habitado Ulaca, recuerdo que hay una necrópllis celtíbera pero no cuándo termina el hábitat humano. En Panoias las inscripciones del vir clarissimus (de la clase senatorial) Calpurnius Rufinus son de inicios del III d.C. En ellas se hace mención a las divinidades indígenas Lapiteae, cuyo culto se asocia mediante un proceso de interpretatio con el mistérico Serapis. Podemos presumir que los Lapiteae son los dioses locales que pervivieron hasta bien entrado el Imperio Romano, teniendo un origen anterior a la romanización, pero, ¿desde cuándo? Casi imposible precisarlo sin la ayuda de la Arqueología, y aquí Ulaca puede darnos algunas pistas.
No sé si es apropiado decir que fueron reutilizados durante la Alta Edad Media, quizá más pertinente sería que este tipo de culto no fue borrado por el cristianismo: la mejor prueba de su existencia es la prohibición explícita que hacen de él:
San Martín Dumiense (De correctione rusticorum, 16) nos habla de la prohibición de encender velas junto a los peñascos, fuentes, árboles o encrucijadas de los caminos; por los concilios de Toledo nos informamos de la existencia todavía a finales del siglo VII, cuando hacía ya varios siglos que el cristianismo era la religión oficial, de veneratores lapidum (XII Concilio de Toledo, año 681 capítulo XI, De cultoribus idolorum: “Praecepta hace Domini non in vltione, sed in terrore delinquentium apponentes, non mortis per “hanc” sententiam promulgamus, sed cultores idolorum, veneratores lapidum, accensores facularum, & excolentes sacra fontium, vel arborum admonemus…”. XVI Concilio de Toledo, año 693, capítulo, II, De idolorum cultoribus: “Dominum Deum tuum adorabis, & ipsi soli feruies; illi diversis suadelis decepti, cultores idolorum efficiuntur, veneratores lapidum, accensores facularum…”)
En puridad, quizá no deba hablarse de un dios-monte o un dios-piedra a donde acuden los veneratores lapidum, sino que es en ese espacio concreto donde se manifiesta la divinidad, como ya indica Tácito en los antiguos germanos: “Por otra parte, no consideran digno de grandeza de los dioses encerrarlos entre paredes ni presentarlos bajo forma humana; le consagran dioses y arboledas y dan nombres de dioses a ese algo misterioso al que sólo ven con los ojos de su veneración”.
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