Autor: arenas
domingo, 20 de mayo de 2007
Sección: Noticias
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Tesoro submarino
Tesoro submarino
Cultura sospecha que la empresa Odyssey podría haber expoliado el patrimonio español
La compañía estadounidense anunció ayer el hallazgo de un tesoro submarino sin precisar su lugar de procedencia
EFE - Madrid - 19/05/2007
El Ministerio de Cultura ha alertado a la Guardia Civil ante un posible delito de expolio del patrimonio español por parte de la empresa estadounidense Odyssey, que ayer anunció el hallazgo un buque hundido con un valioso botín, cuya nacionalidad y lugar de procedencia se negó a facilitar. El tesoro está formado por unas 17 toneladas de monedas de plata y oro, valoradas en 370 millones de euros.
Según han comunicado fuentes de Cultura, la compañía de exploración marina Odyssey dispone de la autorización necesaria para investigar si alguno de los pecios hundidos frente a las costas de Gibraltar (Mar de Alborán) es el HMS Sussex -que naufragó en 1694-, aunque no para realizar extracciones arqueológicas subacuáticas.
En este sentido, Cultura ha calificado de "sospechoso" que la empresa Odyssey no diera a conocer la nacionalidad del buque en el que se encontró el valioso botín ni su localización exacta, que según informó ayer la empresa se sitúa en aguas internacionales y en un punto indeterminado del océano Atlántico.
Como garante del patrimonio español, el Ministerio de Cultura ha alertado a la Guardia Civil para que investigue este asunto, vigile las costas de Gibraltar y averigüe si el hallazgo, formado por unas 17 toneladas de monedas de plata y oro -valoradas en 370 millones de euros-, se encuentra en aguas españolas o pertenece a un buque de bandera española, en cuyo caso se habría cometido un delito de expolio. Según informó ayer la empresa Odyssey, el medio millón de monedas extraídas hasta el momento, cuya procedencia y características también se negaron a revelar, han sido trasladas a territorio estadounidense.
Fuentes de la Guardia Civil han explicado que de estos casos se ocupa el Grupo de Patrimonio Histórico, con el apoyo de los Grupos Subacuáticos y del Servicio Marítimo, y han recordado que ya hubo antecedentes de inspecciones por las actividades de esta compañía de exploración marina, con el objetivo de comprobar que cumplía con la normativa internacional.
El Ministerio de Cultura anunció el pasado marzo que vigilaría a Odyssey en las operaciones de identificación del buque HMS Sussex, un navío de bandera inglesa que naufragó en la zona del mar de Alborán en 1694 con un mercancía formada por nueve toneladas de oro y valorada en 4,5 millones de dólares, y cuyo descubrimiento y posible rescate provocó una controversia que se saldó con un acuerdo entre los Gobiernos de España y Reino Unido.
Noticia de elpais.com
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El Código Deontológico de Museos, aprobado por el ICOM dice en su art. 2.2:
"Un museo no debe adquIrir ningún objeto o espécimen por compra, donación, préstamo, legado o intercambio sin que esté seguro de la existencia de un título de propiedad válido. Una prueba de propiedad o la posesión legal de un objeto en un país determinado no constituyen forzosamente un título de propiedad válido".
Y en el 2.3:
"Se deben realizar todos los esfuerzos necesarios para asegurarse de que un objeto ofrecido en compra, donación, préstamo, legado o intercambio no ha sido adquIrido o exportado ilegalmente de su país de origen o de un país en tránsito en el que hubiera podido serposeído legalmente, incluído el país en que se encuentra el museo. A este respecto, se debe obrar con la debida diligencia para reconstituir el historial completo del objeto desde su descubrimiento o creación".
En el 2.4:
"Un museo no debe adquIrir objetos cuando haya motivos razonables para creer que su obtención se ha conseguido a costa de la destrucción o deterioro prohibidos, no científicos o intencionados de monumentos, sitios arqueológicos o
geológicos, especies o hábitats naturales. Tampoco se deben efectuar adquisiciones cuando no se ha advertido del descubrimiento de los objetos al propietario, al ocupante del terreno o a las autoridades legales o gubernamentales correspondientes".
Fuente: ICOM España
Espero que los museos de Estados Unidos lo tengan en cuenta a la hora de adquIrir objetos procedentes del pecio... aunque supongo que las moneditas se venderán pieza a pieza, que es el modo de conseguir lo que se busca por los cazatesoros: $
E asunto toma visos de tomadura de pelo, con la complicidad del Gobierno de Gibraltar (alianza de piratas y corsarios):
Revista Terrae Antiqvae. Editor José Luis Santos Fernández
http://www.terraeantiqvae.com
Partidos políticos, particulares y ecologistas han batallado durante años en Cádiz para impedir las acciones de Odyssey Marine ante la indiferencia de la Administración.
Han tardado casi diez años, pero los cazatesoros se han salido con la suya. Llegaron a la zona del Estrecho en 1998, rastrillaron y analizaron sus fondos con absoluta impunidad con sus sónares de barrido lateral y el pasado mes de marzo llevaron a cabo el expolio. La compañía Odyssey Explorer Marine, según todos los indicios, extrajo de un barco sin nombre hundido a 10 kilómetros de la costa española un botín en monedas de oro y plata valorado en 317 millones de euros. Y todo, ante la indiferencia y el silencio de la Administración española.
Carmen Calvo anunció el domingo mano dura contra los expoliadores. Patrulleras de la Guardia Civil fueron enviadas a la zona. Aunque el buque 'Odyssey Explorer' ya había acudido al resguardo de Gibraltar, aún se movía en aguas libres su buque de apoyo, el 'Ocean Alert'. Ayer, esta embarcación burló la vigilancia y corrió también a refugiarse a Gibraltar. Los dos buques se encuentran ahora amarrados en la misma dársena donde la Armada británica escolta a sus submarinos nucleares (como el 'Tyreless').
«Acabo de verlos. Están defendidos por una línea de boyas, con alarmas para que nadie pueda acercarse a ellos», explica desde Algeciras Antonio Muñoz, un activo militante de Ecologistas en Acción. «Llevamos años echando a esta gente fuera de nuestras aguas, pero esta vez lo han conseguido. Esto ya no tiene arreglo. Es como lo del 'Prestige', cuando empezaron a llevarlo de un sitio a otro», se lamenta Muñoz.
Oídos sordos
La suya ha sido una de las pocas voces que se ha levantado contra la apisonadora de los cazatesoros americanos. Han sido pocas, la verdad. Manuel Melero, diputado del Partido Andalucista, presentó en el juzgado durante estos años tres denuncias contra el capitán del navío y contra sus armadores. Ecologistas en Acción acudió también a los juzgados con el ánimo de paralizar los trabajos de los expoliadores. Sin éxito. El pasado año, la propia Guardia Civil asaltó el barco a la busca de pruebas para incriminar a los cazatesoros e identificó a su tripulación. Entre tanto, la Administración hacía oídos sordos a las denuncias públicas.
Carmen Calvo, que ahora anuncia severidad con los infractores, conocía de primera mano el caso. Antes de llegar al Ministerio de Cultura ocupó esa misma consejería en Andalucía. Desde su cargo, reclamó plenas competencias en arqueología submarina y se enfrentó por ello al Gobierno Aznar. «Han sido siete años de desidia», se lamenta el abogado y escritor bilbaíno Pipe Sarmiento. Año tras año, este navegante ha acudido a bordo de su velero a documentar las actividades de los cazatesoros en aguas españolas. «Es inexplicable que las autoridades no hayan intervenido», dice.
Cargado en Gibraltar
Por si quedaban dudas sobre el origen de la carga, la compañía aseguró ayer que obtuvo una «licencia válida de exportación» del «país» desde el cual partió el botín con rumbo a EE UU, sin añadir más detalles. Sin embargo, fuentes de la Embajada británica citadas por Europa Press precisaron ayer que Odyssey Marine habría cometido «un error» al referirse a un país, ya que los trámites para el traslado del tesoro los realizaron ante las autoridades de un «territorio de ultramar». Es decir, el Peñón de Gibraltar. Por tanto, el Reino Unido está al corriente de que, contra lo que anunciaron en su día los expoliadores, el botín en monedas de oro no fue obtenido de un yacimiento situado en el Atlántico (en concreto, se refIrieron a las costas de Cornualles) sino de un navío hundido frente a las costas españolas.
Según las posiciones captadas por el servicio de satélite AISlive, el buque expoliador habría operado a tan sólo 6 millas de la Línea de la Concepción y a 14 de Estepona. El mar territorial de España alcanza las 12 millas y la zona contigua, sobre la que los estados tienen plenos derechos jurisdiccionales, 12 más.
En realidad, sólo Odyssey Marine posee en el ámbito civil tecnología capaz de rescatar un pecio sumergido a unos 500 metros de profundidad. Emplea un robot submarino de 16 toneladas de peso, bautizado como 'Hércules' y operado por control remoto, capaz de capturar, con unas ventosas, las monedas sumergidas, una por una. Se trata de un robot desarrollado por la Armada de EE UU y que fue empleado por primera vez en tareas no militares por Robert Ballard (antiguo militar), descubridor y explorador del 'Titanic'.
Sin nombre ni bandera
La Embajada Británica en Madrid cree que el hallazgo arqueológico realizado por la empresa estadounidense Odyssey , bajo el nombre de Cisne Negro, «no tiene ninguna relación con el buque HMS Sussex», un barco inglés hundido en 1694 frente a las costas de Gibraltar, aunque admite que la empresa norteamericana no ha sido capaz de confirmar todavía ni el nombre del buque hundido en el que halló el supuesto tesoro ni la bandera de ese navío.
En un comunicado difundido ayer, la Embajada sale al paso de las dudas que ha suscitado entre las autoridades españolas y británicas el anuncio del importante tesoro arqueológico submarino localizado por Odyssey , en un punto no revelado del Atlántico, compuesto por 17 toneladas de monedas de plata y oro, valoradas en 370 millones de euros.
La Embajada recuerda que la empresa Odyssey Marine Exploration, con sede en Tampa (Florida), ya ha confirmado que su actividad con este rescate se ha producido «fuera de aguas territoriales de la jurisdicción legal de cualquier país». La citada firma dejó ayer claro en un comunicado que la extracción del pecio se hizo conforme a las leyes establecidas sobre recuperación de yacimientos arqueológicos submarinos, y subrayó asimismo que el traslado a Estados Unidos del medio millón de monedas de oro y plata se efectuó de forma legal.
La Embajada señala también que Odyssey ha confirmado a las autoridades británicas que «está trabajando con la mayor celeridad posible para averiguar la identidad del barco hundido».
«Nos tocaría una parte», dice ahora la ministra
La política es el arte de adaptarse a las circunstancias. Carmen Calvo, ministra de Cultura, dio ayer buena prueba de ese principio al asegurar que los responsables de Odyssey Marine «no han dicho que el barco no era español. Y eso hay que averiguarlo porque, si fuera de bandera española, aunque esté en aguas internacionales, nos tocaría una parte de lo que se encuentre». Calvo explicó que el pecio rescatado «no es el HMS Sussex» y «no se halló en aguas próximas a donde se cree que está el HMS Sussex». Ahora, dijo, le toca al Gobierno «corroborar que es verdad, con la Guardia Civil».
Por lo que apunta Calvo, y de demostrarse que el pecio era de bandera española, el Gobierno podría litigar con los saqueadores para obtener una compensación. Podría tratarse de una parte de las 500.000 monedas recuperadas (hay indicios de que se trata de doblones de a ocho con la efigie del monarca español Carlos III -1716 a 1788-) y de vestigios de interés arqueológico.
Precisamente el Reino de España obtuvo del Tribunal Supremo estadounidense el reconocimiento de que los barcos de bandera hundidos constituyen territorio nacional y siguen perteneciendo al país que los construyó. Fue por las fragatas 'La Galga de Andalucía' y 'Juno', hundidas en 1750 y 1802 en aguas de Virginia. Localizadas por el cazatesoros Ben Benson, el rescatador quiso aplicar el viejo principio marino 'finders keepers' («quien lo encuentra se lo queda»). España, por medio del embajador en Washington Javier Ruperez, reclamó ante los tribunales, que le dieron la razón en una sentencia histórica. El abogado de aquel proceso millonario fue James Gold. ¿Saben que puesto ocupa hoy? Es el presidente de Odyssey Marine Exploration Inc. El mundo es muy pequeño.
Fuente: JULIÁN MÉNDEZ, Bilbao / El Correo Digital.com. j.mendez@diario-elcorreo.com 23 de mayo de 2007
Otra (también divulgada por Revista Terrae Antiqvae. Editor José Luis Santos Fernández
http://www.terraeantiqvae.com )
:
El Peñón aprobó la salida del botín sin alertar a las autoridades españolas.
Santiago Mata. Madrid.
Con la callada por respuesta, el Gobierno gibraltareño asumió ayer la responsabilidad por la exportación a Estados Unidos del tesoro extraído, con toda probabilidad de aguas españolas, por la empresa Odyssey Marine Exploration (OME), aparentemente compuesto por medio millón de monedas de plata y algunos miles de monedas de oro, que despegaron del aeropuerto de Gibraltar el jueves 16 de mayo en un avión de pasajeros: el Boeing 757 de North American matrícula N756NA.
Hasta ayer, Odyssey había afirmado en su página web (shipwreck.net) que por razones de seguridad no mencionaría el lugar desde donde el tesoro se había introducido en EEUU. Después de que ayer publicáramos una fotografía del N756NA antes de despegar de Gibraltar, Odyssey optó por afirmar en su web que "las monedas se introdujeron en EEUU con una licencia de exportación válida garantizada por el país desde donde fueron exportadas, e importadas legalmente conforme a las leyes de EEUU".
La Embajada británica en Madrid precisó que Gibraltar no es un país, sino un Territorio de Ultramar del Reino Unido, pero aseguró que dentro de las competencias de la colonia está la de exportar por vía aérea tal cantidad de metales preciosos. Mediante un comunicado emitido ayer por la mañana, dio por válidas las explicaciones de Odyssey acerca de que el pecio hallado no es el Sussex (para cuya localización, pero no extracción, tenía permiso Odyssey), que la extracción se realizó en aguas internacionales y que "la empresa OME ha confirmado a las autoridades británicas que está trabajando con la mayor celeridad posible para averiguar la identidad del barco hundido".
Lenta reacción
Las autoridades gibraltareñas, por su parte, no emitieron ningún comunicado oficial sobre las afirmaciones de Odyssey. Contactado por LA GACETA, John Rodríguez, jefe de aduanas del aeropuerto de Gibraltar, mostró cierta preplejidad al saber que OME se refería a un certificado de exportación que él debió autorizar, pero finalmente tampoco hizo declaraciones.
Dado que antes de la partida del avión, según publicaba el Gibraltar Chronicle, los responsables de Odyssey anunciaron que abrirían en Gibraltar un Museo Arqueológico, el director del Museo de Gibraltar, Dr. Clive Finlayson, consideró oportuno advertir que "no tiene nada que ver con este asunto".
Piden explicaciones
Por su parte, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, volvió a pedir a la compañía que aclare que el pecio del que se recuperaron las monedas no pertenecía a pabellón español. "No han dicho que el barco no era español, y eso hay que averiguarlo porque, si fuera de bandera española, aunque esté en aguas internacionales, nos tocaría una parte de lo que se encuentre", afirmó la ministra de visita en Sevilla.
Desde el Ministerio creen que la compañía está difundiendo informaciones “muy contradictorias”, y piden que deje de lanzar “cortinas de humo” a través de su página web, que utilizan para difundir sus comunicados, y afirmen abiertamente que el pecio no es el de un navío con bandera española.
Desde su web, Odyssey se comprometió a aportar pruebas al Gobierno español de que no estaba actuando dentro de su jurisdicción “si se lo solicitaban oficialmente”.
El abogado malagueño Antonio Checa, descubridor del pecio del submarino republicano C3, hundido en la guerra civil, y experto en descubrimientos marinos, afirmó que es "imposible" que el barco localizado por OME se encontrara en aguas internacionales. Según declaró el abogado a Servimedia, en el caso de que la extracción se realizara en aguas territoriales de España, el Ministerio de Cultura "tiene plena competencia para paralizar ese expolio", porque desde el punto de vista penal "es un delito".
Las negligencias de España en el caso
Las numerosas informaciones adelantadas por LA GACETA desde el pasado viernes, apuntan muy claramente a un expolio en aguas españolas. Sin embargo, la otra parte de la historia es quién, o quiénes han permitido que ésto suceda. En este enmarañado relato de cazatesoros aparece el Ministerio de Asuntos Exteriores, que fue quien aprobó la búsqueda del barco inglés Sussex; la pasividad de la Junta de Andalucía, que ha retrasado más de un mes, y sin explicaciones convincentes, la designación de los arqueólogos para supervisar los trabajos de Odyssey; y ahora la desidia del Ministerio de Cultura, que ni siquiera ha contactado a la compañía con sede en Tampa (EE UU) para preguntarles de dónde han sacado su botín.
Compras sospechosas de acciones en marzo
Francisco Perarnau. La historia del descubrimiento del gran tesoro en aguas territoriales españolas también tiene su parte oscura en bolsa. Además de los aumentos irregulares de los precios y volúmenes de la acción en las sesiones previas al anuncio oficial del hallazgo, los principales accionistas de la compañía realizaron fuertes compras de títulos en el pasado marzo. En ese mes, el Gobierno español, británico y la Junta de Andalucía alcanzaron un acuerdo por el que se permitía a Odyssey Marine Exploration continuar con las exploraciones en busca del Sussex. Pero algunos expertos sospechan que en esa fecha Odyssey ya tenía perfectamente localizado su gran tesoro. De una u otra forma, los grandes accionistas sí apostaron fuertemente por el descubrimiento. De hecho, el principal de todos ellos, el fondo GLG Partners, dobló su participación del 10% a casi el 20%. Otras compras muy significativas fueron las realizadas por Merrill Lynch, que cuadriplicó su presencia al pasar de 98.460 acciones a 414.859. Vanguard elevó la suya en 180.213 acciones, hasta las 674.127 (ver cuadro adjunto). La acción empezó marzo a 2,77 euros y terminó a 3,64. Ayer a media sesión, la acción cotizaba a 7,11 dólares, con una caída del 12%.
Pipe Sarmiento, escritor y abogado náutico: “Lo de Odyssey no es un hallazgo fortuito, sino un atraco”
Santiago Mata. Madrid. Pipe Sarmiento, nacido en Bilbao en 1952, es licenciado en Derecho y Economía, patrón de yate desde 1981, buceador tres estrellas desde 1980, abogado especialista en temas náuticos... Sin dejar de ejercer el periodismo, ha escrito siete libros sobre este campo. El último de ellos, Tesoros Sumergidos. Cuando explotó el "asunto Odyssey", estaba en Valencia dando unas conferencias en la Copa del América.
¿Por qué siguió al Odyssey?
Por pura casualidad, viviendo tantos años en Sotogrande, donde tenía su base el primer barco de Odyssey, el Minibex.
¿Qué encontró de raro?
Por primera vez me sorprendió en 2000, que me mintieran diciendo que estaban tendiendo un cable submarino, cuando había visto que era un barco de prospección, con un robot en la popa.
¿En qué se distingue un pirata de un arqueólogo?
En que el arqueólogo recupera algo para preservar el patrimonio de una nación, y el pirata busca el lucro.
¿Le causó problemas investigar a Odyssey?
No hasta 2006, que es cuando mis investigaciones fueron más allá y más rápido que las de las fuerzas de seguridad españolas, que nunca han querido que los periodistas se adelantaran a sus escasas investigaciones.
¿Ha tenido miedo?
No. Tuve cierta angustia al estar en alta mar al lado del Odyssey en mi velero con mi mujer, y ver las amenazas e intimidaciones que nos hacían desde un barco de 75 metros de eslora, con unos tipos que parecían marines. Se cuenta que a veces en estos barcos embarcan miembros de la CIA para detectar submarinos soviéticos...
¿Pero éstos sólo buscaban tesoros?
Creo que sí. Desde 1998 buscaban el Sussex. Pero en vez de encontrarlo, toparon con alguno de los 100 ó 200 barcos "de época colonial" hundidos en el Mar de Alborán.
¿Greg Stemm es un aficionado?
En cierto sentido, pero al darse cuenta de la complejidad del asunto, buscó un buen asesor jurídico: cuando en 2006 les echaron, contrataron a James Gold, que había sido abogado de España en el caso del Juno y la Galga, dos fragatas españolas hundidas en Virginia.
¿Cuál fue el papel de Gold?
Ha sabido presionar muy bien al Ministerio de Exteriores. Parecía que ceder el Sussex podría ser una forma de pagar los servicios de Gold.
¿No es todo entonces pura negligencia española?
Los expertos conjeturan que esto podría ser la forma de devolver un favor. Pero Gold ha seguido presionando, lo que en mi opinión demuestra que no había un pacto y que Odyssey actúa por su cuenta.
¿Por qué decidieron dar este arriesgado golpe?
Mi teoría es que como eran incapaces de cumplir los requisitos de la Junta de demostrar que era el Sussex, en la duda se llevaron un tesoro aprovechando la desidia. Ahora nos devuelven la carga de la prueba: es España la que tiene que demostrar que el tesoro es suyo.
¿Basta el satélite para probar que lo sacaron de aquí?
Sí, si se manda una orden de un juez europeo, Aislive, el satélite de Lloyds, podrá certificar todas las posiciones, completando las pruebas que ya ha publicado LA GACETA.
¿Las monedas no prueban nada?
Difícilmente.
¿Quién se las quedará?
Creo que España tiene mucho que decir, tengo mucha confianza en la justicia norteamericana, que es muy imparcial, como se vio cuando reconocieron el derecho de España al Juno y la Galga, a pesar de que el hallador era un norteamericano. Esto no es un hallazgo fortuito, sino un atraco, y no se aplican las leyes del mar, sino el código penal.
Los arqueólogos ingleses, también en pie de guerra
Jorge Valero. "Los arqueólogos europeos estamos preocupados porque esta manera de proceder sienta las bases para que, en el futuro, no se respeten los protocolos que protegen los resto arqueológicos", explica Javier Noriega, del grupo Nerea Estudios de Arqueología.
Ya desde Gran Bretaña se dio la voz de alarma en 2002, cuando el presidente del Consejo Británico de Arqueología, George Lambrick, denunció la alianza que su Gobierno había establecido con Odyssey Marine Exploration, con el fin de repartirse un eventual botín, a cambio de que la empresa corriera con el riesgo de la operación.
En aquella ocasión, con motivo de este acuerdo para el reparto de la carga del navío inglés Sussex, Lambrick denunció que su Gobierno "debería de encontrar una manera mejor de proteger el patrimonio que tomando parte en cacerías de tesoro". Y ya entonces dudaba de que los restos que había encontrado la compañía fueran los del Sussex.
Para Noriega, en el caso del Odyssey se están pisoteando todos los acuerdos que protegen el patrimonio arqueológico. "No es cierto que exista un vacío legal en lo referente a la protección de los tesoros que descansan en el mar", explica el arqueólogo, quien añade que son informaciones interesadas que difunden los cazatesoros para legitimar sus actividades.
Fuente: La Gaceta de los Negocios.com, 23 de mayo de 2007
(2) La Guardia Civil quiere registrar los barcos de Odyssey en el Estrecho. Londres se desmarca del hallazgo y Cultura desafía a la empresa a mostrar el tesoro para ver si contiene oro español
La Guardia Civil controla en estos momentos los movimientos de dos barcos de la Odyssey Marine Exploration, por la sospecha de que esta empresa de cazatesoros haya cometido un expolio de nuestro patrimonio sumergido. Uno de los barcos, el Odyssey Explorer, se encuentra en el puerto de Gibraltar, mientras que el otro, Ocean Alert, estaba fondeado en aguas marroquíes. La cicatería con la que la empresa norteamericana facilita la información solicitada por España no hace más que aumentar las sospechas y dudas sobre sus prácticas.
La Brigada de Patrimonio y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil sabe que se las está viendo con una maraña de intereses en los que participa un buen número de actores, desde la empresa en cuestión, que cotiza en bolsa, los Gobiernos británico y español, además del estadounidense y las leyes internacionales.
Se sabe que Gran Bretaña presionó para que el Ministerio de Exteriores dejase llevar a cabo trabajos de localización del HMS Sussex, barco de pabellón inglés, en aguas del Estrecho. Pero Odyssey debería haber tramitado ese permiso con la Junta de Andalucía para darle validez, algo que no ha hecho.
Delito de expolio
Por ello, la Guardia Civil afirma que los permisos con los que Odyssey ha blandido para sus actividades son falsos y si, amparándose en ellos, hubiese extraído el tesoro de las aguas territoriales españolas, o incluso de las aguas en litigio, ello podría constituir un delito de expolio. Ayer, la Embajada británica en Madrid hizo público un comunicado en el que subraya que este hallazgo “no tiene ninguna relación con el HMS Sussex”.
Subraya que el pecio estaba en aguas internacionales, extremo al que otros expertos no dan crédito, porque eso significaría profundidades que requieren un equipo mucho más sofisticado
Nada es lo que parece en este mundo de los cazatesoros, que para algunos tiene mucho de piratería. De hecho, el capitán de uno de los barcos de Odyssey en el Estrecho tuvo abiertas diligencias por desobediencia hace tiempo en la Benemérita. Miembros del instituto armado no descartan que, dada la autonomía de los robots submarinos, Odyssey podría estar haciendo trampas submarinas, actuando en nuestras aguas territoriales, aunque manejando sus equipos desde un buque o una base en aguas marroquíes o gibraltareñas.
No existe justificación en inciertos “motivos de seguridad” para que Odyssey no muestre el contenido de su tesoro a los expertos, que fácilmente sabrían con un simple análisis si hay oro español o no en los contenedores enviados a Estados Unidos “de forma legal”, según los cazatesoros. Ayer la ministra de Cultura, Carmen Calvo, desafió a la empresa a mostrar las monedas recuperadas o compartir la información de localización del pecio, algo que le ha sido solicitado desde la Embajada española en Washington el viernes pasado.
El secretismo es tal en Odyssey que ni siquiera se descarta que la operación no sea de la envergadura que la empresa ha asegurado y se trate de una operación de imagen para hacer subir las acciones de la compañía en bolsa.
La Guardia Civil instruye ya como denuncia el requerimiento del Ministerio de Cultura, que le fue presentado anteayer, puesto que necesita la intervención de un juez para poder registrar los navíos de la Odyssey. Mientras tanto, ofrece información exhaustiva sobre los lugares en los que los buques han trabajado, mantiene contacto visual con las embarcaciones que se movieron en aguas españolas reivindicadas por Gibraltar. Cuando alguna patrulla de la Benemérita se ha aproximado a estos buques estos se refugian en aguas marroquíes.
Fuente: J. CALERO / P. MUÑOZ, Madrid. Las Provincias.es. 23 de mayo de 2007
Continúa (también divulgada por Revista Terrae Antiqvae. Editor José Luis Santos Fernández
http://www.terraeantiqvae.com)
Disney y Odyssey explotan el botín del Estrecho
Las dos compañías habrían acordado la coincidencia del hallazgo con el estreno mundial de «Piratas del Caribe». La empresa cazatesoros es uno de los 13 socios promocionales de la tercera entrega de la película, junto con Volvo, Coca-Cola y Visa.
La realidad supera a veces a la ficción, pero cuando hay beneficios comerciales de por medio, la realidad y la ficción pueden ser una y la misma cosa. Así ha ocurrido con la tercera entrega de la película «Piratas del Caribe», que se estrena hoy a en todo el mundo, y con el fabuloso tesoro de 17 toneladas de oro y plata, sospechosamente extraído por la empresa «cazatesoros» en el Estrecho de Gibraltar, sin que se descarte que fuera en aguas españolas. El hallazgo del más fabuloso tesoro sumergido de la historia tenía todos los ingredientes de un guión de Hollywood. Ahora se confirma que se trataba, en realidad, de un guión de Hollywood. Así, se ha conocido que Disney y Odyssey podían haber acordado que coincidiera el anuncio sobre el extraordinario botín de oro y plata con el estreno de la tercera parte de «Piratas del Caribe».
Según «The Internacional Herald Tribune», la productora creadora del personaje del pirata Jack Sparrow llegó hace un año a un acuerdo con Greg Stemm, presidente de Odyssey, para colaborar en proyectos de producción y mercadotecnia de películas y documentales. Es más que significativo que el propio Stemm acudiera a la sede de Disney en Los Ángeles a una reunión de negocios sólo tres días después de hacer el anuncio sobre el tesoro.
La portavoz de Disney, Cherise MacVicar, no ha parado en mientes a la hora de elogiar los frutos de la colaboración con Odyssey: «Nos ha proporcionado una autenticidad adicional para la promoción de nuestras películas», aseguró MacVicar a la agencia Associated Press. El «Hollywood Reporter», además, publicaba el martes que Odissey es una de los 13 socios promocionales de esta nueva entrega. Verde y con asas: el sorprendente anuncio realizado el viernes por Odyssey, sobre el tesoro hallado en aguas del Estrecho, habría sido una dosis de realidad adicional para promocionar un filme que ya había despertado todas las expectativas mundiales.
Hay fundadas evidencias de que Odyssey ha esperado una determinada fecha para dar a conocer su descubrimiento, como el hecho de que los cientos de miles de monedas halladas se encuentren completamente limpias de concreciones marinas, proceso que ha podido llevar varios meses. Esto significa que el tesoro no salió del mar hace una semana y que la noticia de su hallazgo podía ajustarse en el calendario a los compromisos adquIridos con Disney para la promoción de su película. Es evidente que la noticia de la aparición del tesoro ha provocado un efecto amplificador del estreno de las nuevas aventuras del capitán Jack Sparrow. En estos días ha sido imposible hablar de la película sin traer a colación el misterioso hallazgo de las 17 toneladas de oro y plata sacadas por Stemm de un lugar y de un barco que se niega a identificar.
Lo único que se conoce es que, el jueves pasado, Stemm cargó su botín con destino a Florida en el aeropuerto de Gibraltar en un avión fletado por Odyssey y procedente del aeropuerto JKF de Nueva York. Stemm llevaba buscando en aguas españolas, desde 1999, un cargamento de monedas valorado en más de 200 millones de dólares, como el que ahora dice haber encontrado. Se sospecha que en estos ocho años, haya podido localizar y excavar los restos de cerca de quinientos barcos ante la miope vigilancia de la Junta de Andalucía, con Carmen Calvo como consejera de Cultura, y del Gobierno de Zapatero, con Calvo como ministra del ramo.
Fuente: María Pulido / La Razón.es, 24 de mayo de 2007
Se está montando un pollo fino. Al parecer, por lo que leo en la prensa, el PP ha solicitado la presencia en el Congreso de cuatro ministros, y no sé hasta qué punto se piden responsabilidades a quien corresponde.
Hace unos días, La Gaceta de los Negocios informaba que debído a "lentitud administrativa", la Junta de Andalucía no había destinado a un arqueólogo que debía haber subido al barco mes y medio antes de que se conociesen los hechos.
Es de suponer que Andalucía, como cualquier otra comunidad, tendrá competencias exclusivas en Cultura. Es decir, para el caso que nos ocupa, supongo que que el único organismo competente para autorizar una prospección, sondeo o excavación subacuática -si valen los términos- en aguas inmediatas a Andalucía es la Junta de esta comunidad.
Es cierto que una de las pocas competencias que conserva la Administración General del Estado en temas de cultura, es la protección de los bienes culturales contra la exportación ilítica y el "expolio", entendido este último término como "toda acción u omisión que ponga en peligro de pérdida o destrucción todos o alguno de los valores de los bienes que integran el Patrimonio Histórico Español o perturbe el cumplimiento de su función social" [Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, art. 4].
El mismo artículo de la LPHE continúa señalando: "En tales casos [de expolio] la Administración del Estado, con independencia de las competencias que correspondan a las Comunidades Autónomas, en cualquier momento, podrá interesar del departamento competente del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma correspondiente la adopción con urgencia de las medidas conducentes a evitar la expoliación. Si se desatendiere el requerimiento, la Administración del Estado dispondrá lo necesario para la recuperación y protección, tanto legal como técnica, del bien expoliado".
Pero no parece de aplicación este segundo párrafo porque el expolio está ya realizado, y es de suponer que con la que está cayendo, la Junta de Andalucía pondrá todos los medios a su alcance para que no continúe.
Concluyo. No sé qué opináis, pero creo que la Administración General del Estado entiendo que ejerce sus competencias contra el expolio a través de la unidad de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil, que debe informar a la Junta o al Ministerio de Cultura, si la Junta no actuase. Por lo tanto, si hubiese que pedir explicaciones, yo las pediría en primer lugar al Ministerio del Interior por no dotar con efectivos suficientes la sección de Patrimonio de la Guardia Civil; en ese mismo nivel, también las pediría a la Junta de Andalucía por la "flojedad" administrativa; y por último, al Ministerio de Cultura, que se mueve y ejerce sus competencias contra el expolio en función de la actuación de los dos anteriores.
jejeje...cuanto más leo a estos tipos más me parto. Dicen “Lo hemos sacado del Atlántico, pero tenemos derecho al 95 % aunque España reclame”
“No eran aguas de España, pero España hizo dejación de los restos”
“No son monedas españolas, sino una variedad, pero hemos borrado las imágenes de las monedas por seguridad”...
jejeje...es que son de Jaimito. Pura contradicción. En sus declaraciones sus malas intenciones son siempre transparentes de que han sido unos chicos malos, negando todo, pero dando siempre las claves de lo que van a hacer cuando se demuester que ha sido un expolio.
Por otro lado Giannini. Ese es el problema, que han hecho el expolio a sabiendas de que tienen las de ganar, y que el éxito de España en el litigio depende de las pruebas que aporte, por eso no dan ningún dato. Sólo darán unos datos filtrados por ellos mismos. Tienen el poder mientras ellos sean la única fuente de los datos, y sea difícil saber la verdad de otras fuentes que no sean ellos. ¿Quién te dice a ti que no hicieron breves viajes al Atlántico desde el Estrecho para luego usar ese argumento (si no totalmente falso)?. Ya han soltado todos los elementos de su discurso para tener las coartadas etc...lo tienen muy estudiado.
Lo peor, y casi lo más sorprendente de todo, es que Carmen Calvo dijo despues de los primeros díis de la noticia : “Estamos tranquilos de que no ha sido en aguas españolas porque los teníamos totalmente vigilados”...jejeje...o ella lo creía de verdad que la guardia civil les tenía vigilados e impediría cualquier expolio, o los datos salidos hasta ahora de los satélites que hablan de que los barcos no salieron del Estercho son falsos.
Noticia 47 con fecha: 23-05-2007 (El FARO INFORMACIÓ Campo de Gibraltar)
Odyssey estuvo trabajando en aguas de jurisdicción española
A través de un seguimiento por satélite de las actividades del ‘Odyssey Explorer’ y del ‘Ocean Alert’, los buques de la compañía Odyssey Marine Explorer, EL FARO INFORMACIÓN ha podido comprobar que las actividades en las que se habría extraído el tesoro que actualmente se encuentra en Estados Unidos y que fue enviado por vía aérea desde Gibraltar, fueron desarrolladas en aguas jurisdiccionales españolas
PIPE SARMIENTO/M.G./GIBRALTAR
La empresa Odyssey Marine Exploration (OME) ha estado trabajando desde el mes de febrero en aguas jurisdiccionales españolas, por lo que el tesoro enviado a Estados Unidos por vía aérea desde Gibraltar sería patrimonio histórico español. A finales de la semana pasada, la compañía fletó un avión Boeing 757 de North American Lines en el que cargó en Gibraltar 17 toneladas de monedas de oro y plata, posiblemente el mayor tesoro hallado en toda la historia.
Desde febrero de 2007, fecha en la que llegaron a la Bahía los buques cazadores de tesoros Odyssey Explorer y Ocean Alert -de OME-, EL FARO INFORMACIÓN ha procedido a un exhaustivo seguimiento de los mismos. Se ha comprobado a través del MOU de París que ambos buques son operados por la misma compañía, Marr Vessel Management, con domicilio en Gran Bretaña, y que ambos barcos pertenecen a propietarios norteamericanos, aunque estén abanderados de conveniencia en Panamá. Las posiciones de los buques, a diario, han sido obtenidas por ordenador a través de la compañía británica Aislive, que da este servicio a navieros u operadores de la mar, con el objeto de que sus barcos estén siempre posicionados y controlados.
El Ocean Alert pasó un reconocimiento administrativo por las autoridades españolas el 9 de febrero y se le retuvo durante siete días por diversas faltas graves. Posteriormente siguió en reparaciones en Cádiz.
A partir de febrero del 2007, el buque Odyssey comenzó a trabajar en aguas españolas, en campañas de 10 días, regresando a Gibraltar por periodos muy cortos, y como se acredita, a descargar y aprovisionarse. Se puede comprobar que durante el día cambiaban unas millas de posición, seguramente para no levantar sospechas y despistar sobre el lugar donde pensaban extraer las monedas. Pero si observan las posiciones nocturnas y las que realizan a lo largo de marzo, en la segunda campaña de 17 días siempre regresan a la posición 36º2´N y 5º 12´W, lugar en el que vienen manifestado que estaba lo que ellos llamaban la fragata Sussex, sin que jamás aportaran prueba alguna de que se trataba de ese barco.
Posiciones
Se puede acreditar, por tanto, que el trabajo de extracción lo hicieron entre el 1 y el 17 de marzo. Si se observan los días 5,8, 9, 11 y 13, de las posiciones capturadas, siempre se trata de la longitud y latitud antes dicha. Vuelven en una tercera corta campaña desde la cercana Gibraltar los días 17, 18,19 y 20. El mes de marzo ha sido tiempo más que suficiente para hacer las extracciones.
El que estuviesen trabajando en aguas españolas es a todas dudas de una claridad meridiana, pues en la posición en la que lo han venido haciendo no existen aguas internacionales, al haber muy poca distancia entre las costas de Marruecos y el Reino de España. Además, Reino Unido sólo reclamó dos millas alrededor del Peñón. Al no poderse aplicar la Convención de Ginebra sobre mar territorial de cada país, que otorga 12 millas más otras 12 de zona contigua, más hasta las 200 de zona económica exclusiva, España y Marruecos se reparten el Mar de Alborán por medio de una línea equidistante. Eso sí, los barcos de cualquier nacionalidad tienen derecho de paso inocente, contemplado como tal, la navegación por las aguas de otro estado, pero sin realizar actividad alguna, cosa que se ha violado en este asunto de forma flagrante.
Es, por tanto, absolutamente falso que estos barcos hayan recuperado tesoro alguno en aguas del Atlántico, pues durante el invierno y hasta la fecha jamás han salido de las aguas españolas del Mediterráneo frente a Estepona y Gibraltar, donde han trabajado y rastreado el fondo marino durante los últimos 5 años. Para realizar la extracción de 500.000 monedas del fondo marino hacen falta varias semanas. Es una tarea minuciosa y delicada.
Algunos días, y cuando hay presencia de buques de guerra británicos o norteamericanos en el puerto de Gibraltar, los barcos como el Odyssey y el Ocean Alert, que atracan en la base de la Armada Británica, deben apagar sus traspondedores, por lo que el satélite no los detecta por algunas horas.
El que las monedas presuntamente robadas aparezcan ahora limpias, ofrece también otra pista sobre el tiempo que llevan trabajando en ellas en unas naves de Gibraltar, donde, sin ninguna duda, hay testigos, las han ido llevando con la connivencia del Gobierno Británico. Allí las han limpiando –la plata sufre un gran ennegrecimiento cuando permanece tiempo en la mar y se amontonan unas piezas con otras-. También durante este tiempo han ido estibando las cientos de cajas que se ha podido ver pulcramente apiladas en las fotos que los cazatesoros han permitido que se vean de ellas a su llegada los Estados Unidos.
El aeropuerto de Gibraltar lo controla y dIrige la RAF Británica, por lo que es imposible que aduanas de Gibraltar no supiera lo que cargaban en el avión que llevó el tesoro a Estados Unidos.
No obstante todo lo dicho y probado a través de satélite, tanto el sistema de vigilancia de costas españolas, llamado SIVE -tal y como confirmó Exteriores-, como los potentes radares que utiliza en la zona la Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo, y que además graban, han debido constancia de todos estos movimientos realizados durante más de tres mees con toda impunidad en aguas territoriales españolas.
El barco, por otra parte, no era el que decían y para el que tenían permiso de identificación. Las monedas de Carlos III que se han visto así lo acreditan. De los famosos lingotes de plata que transportaba el Sussex no hay nada en ese lugar: Lo que encontraron fue un navío español cargado de plata de los muchos que naufragaron en la zona por la violencia de los temporales. Desde 1998, que empezaron los rastreos de esa parte del mar territorial, no han parado hasta llevárselo sin la autorización de España, que es la única titular de las aguas donde se encontraba, además de la titular de la bandera del buque: un buque seguramente de estado, que eran los que llevaban los dineros para las pagas de los ejércitos. La otra competencia la tiene la Junta, que es quien ostenta la competencia en la materia arqueológica en esa parte del mar territorial.
REPORTAJE: LOS PAPELES DEL ODYSSEY
¿Quieren que saquemos su tesoro?
Odyssey invitó al Ministerio de Cultura a participar en el descubrimiento del 'Cisne Negro'
ÁLVARO DE CÓZAR - Madrid - 23/07/2007
"Nadie puede saberlo. Sólo Odyssey. Y sólo lo sabremos cuando ellos quieran decirlo o cuando les obliguen a hacerlo. Pero yo creo que es La Mercedes". La funcionaria bajó la voz al pronunciar el nombre del barco. Hacía tan sólo cuatro días que la empresa estadounidense había anunciado el hallazgo de 500.000 monedas en un pecio de la época colonial, bautizado con el nombre en clave de Cisne Negro. Su hipótesis estaba aún demasiado verde y se basaba en los últimos legajos consultados por los historiadores de Odysssey en el Archivo de Indias. Pero aquello tenía sentido. Si Odyssey decía la verdad y el tesoro había sido encontrado en el Atlántico, en aguas internacionales, entonces La Mercedes encajaba bien en la historia. "Yo no sé mucho", prosiguió la funcionaria al otro lado del teléfono, "sólo que se hundió en 1804 en la batalla del Cabo Santa María. El nombre completo es Nuestra Señora de las Mercedes, y se hundió frente a la playa de Faro (Portugal)".
El Gobierno español y la empresa estadounidense se verán hoy las caras en un juzgado de Tampa (Florida)
Había algo más que no comentó la funcionaria y que explica cómo en tan pocos días las autoridades españolas ya imaginaban que el tesoro podía haber sido encontrado frente a las costas del Algarve. Ese algo más aparece en el informe de 109 páginas que Odyssey envió a tres ministerios, la Junta de Andalucía, la Fiscalía de Cádiz y la Guardia Civil el pasado 6 de julio. Ahí se cuenta como el co fundador de Odyssey, Greg Stemm y su abogado en España, José Luis Goñi, se habían reunido meses antes en la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura.
Fue en noviembre de 2006. En la reunión estaba presente Elisa Cabo, del ministerio y en ella se discute la posibilidad de que existan otros hallazgos de interés cultural o histórico para España. Stemm le ofrece la oportunidad de colaborar en los proyectos discutidos. Uno de esos proyectos era el del Cisne Negro. No se concretó nada en esa reunión y no se volvió a hablar del asunto.
Meses después, cuando Odyssey presenta al mundo el hallazgo del que probablemente sea el mayor tesoro del mundo, algunos funcionarios del Ministerio y la Junta suman dos y dos y llegan a la conclusión de que, quizás en aquellas ofertas de colaboración estuviese la clave sobre el pecio encontrado.
Todo esto ocurrió antes de que la Guardia Civil juntase todas las piezas que le proporcionaron los movimientos de los buques de Odyssey registrados en los controles de Tarifa Tráfico. Esos movimientos probaban que sus barcos habían estado trabajando durante los meses de abril y mayo en una zona cercana a las costas del Algarve, lo que convertía en buena la hipótesis del Nuestra Señora de las Mercedes.
Ésa sigue siendo la línea de trabajo más utilizada por la Guardia Civil y el Ministerio de Cultura. La fragata fue volada en octubre de 1804. Un balazo de unos de los barcos ingleses del comodoro Graham Moore la mandó a pique. Fue una derrota memorable de la flota comandada por el brigadier Bustamante. La fragata tenía oficialmente tres millones de pesos de la época, aunque su carga real podría ser mucho mayor.
Ambas partes se verán hoy las caras en un juzgado de Tampa, en Florida. El plazo para que Odyssey ofrezca más información sobre el hallazgo del Cisne Negro vence en unas horas y por eso las autoridades españolas se muestran expectantes ante la posibilidad de que la empresa determine la procedencia del descubrimiento. Si la información facilitada por la compañía habla de un tesoro español, ya sea La Mercedes, o uno de los cientos de pecios españoles que se encuentran en la zona del Golfo de Cádiz, podría iniciarse un litigio por la carga que duraría años.
En la vista oral con el juez y en todo el caso, se darán cita además dos modelos de política arqueológica. Uno, el anglosajón, es liberal y procede del antiguo derecho de rapiña. Esta vieja ley marinera concede el estatus de propietario a aquel que encuentra algo en el mar y
aunque los organismos internacionales han intentado ponerle coto, lo cierto es que aún tiene vigencia para muchos. El otro modelo, el español, considera legítima la búsqueda arqueológica de pecios, siempre que no se comercie con él, algo prohibido por la ley de patrimonio español. Otros arqueólogos van más allá y consideran que aún es pronto para extraer los pecios españoles del fondo del mar. Esa última versión de la arqueología es la que defiende la Junta de Andalucía.
Pocos días después de que Odyssey anunciase el descubrimiento de las 500.000 monedas de plata, a la ex ministra de Cultura Carmen Calvo, le salió su lado Indiana Jones al declarar a la prensa: "Deberían estar en un museo". La frase fue repetida en los blogs y en las webs de aficionados y expertos cazatesoros, casi siempre rebotando la misma pregunta: ¿Recibiría visitas un museo con 500.000 monedas iguales?
ELPAIS.com
REPORTAJE: PATRIMONIO
España pide ayuda a Gibraltar
Un juez solicita a la colonia británica asistencia legal en el 'caso Odyssey' y que impida la salida de un barco de la compañía
CÁNDIDO ROMAGUERA - Algeciras - 09/08/2007
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de La Línea de la Concepción (Cádiz), que instruye diligencias contra la empresa cazatesoros estadounidense Odyssey Marine Exploration por un presunto delito de expolio -recuperó unas 500.00 monedas de plata-, remitió el pasado martes al Gobierno de Gibraltar una comisión rogatoria de cooperación y asistencia internacional para que las autoridades británicas y gibraltareñas colaboren en las actuaciones legales.
La petición del juzgado se produce a instancias de la Administración española, que pretende conseguir información sobre las actividades de los buques de la empresa cazatesoros durante el tiempo que han permanecido atracados en Gibraltar. Igualmente, se solicita a las autoridades del Peñón y Reino Unido que eviten la salida de cualquier material extraído del mar por el único barco que aún mantiene la empresa en esa base naval, el Odyssey Explorer.
El Ejecutivo de Peter Caruana, ministro principal de Gibraltar, aseguró: "Si la petición de asistencia legal mutua es acorde con los requisitos legales internacionales y la legislación gibraltareña, por supuesto que será procesada como ocurriría con cualquier otro Estado de la Unión Europea".
"Es demasiado pronto para hacer una evaluación del documento". Desde ayer, la solicitud de asistencia del tribunal español está siendo estudiada por los abogados del citado Gobierno, quienes emitirán un consejo legal. A partir de este documento, el Ejecutivo del Peñón tomará su decisión, posiblemente a principios del próximo mes de septiembre.
http://www.elpais.com/articulo/revista/agosto/Espana/pide/ayuda/Gibraltar/elpeputec/20070809elpepirdv_4/Tes
Las monedas son españolas
Odyssey declaró en la aduana de Gibraltar el transporte de 10.000 escudos y reales de a ocho españoles del tesoro hallado en el Atlántico en abril y mayo pasados
Á. DE CÓZAR / M. DELFÍN - Madrid - 22/09/2007
Son españolas. Las 500.000 monedas que la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration encontró en el Atlántico, cerca de las costas del Algarve, son escudos y reales de a ocho españoles. Eso es lo que la empresa de Florida, puntera en la búsqueda de pecios, declaró ante las autoridades aduaneras de Gibraltar los pasados días 10 de abril y 16 de mayo, fechas en las que cargó y transportó el tesoro con destino a Estados Unidos.
Stemm: "España ha querido forzarnos a dar información que ponía en peligro el pecio"
El Real de a ocho era el dólar español, la moneda usada por todas las naciones
La información aparece detallada en una nota verbal (la forma más común de comunicación diplomática) que la Embajada del Reino Unido en España envió al Ministerio de Asuntos Exteriores a principios de julio. En ella, los diplomáticos británicos adjuntan la licencia de exportación que Gibraltar concedió a la compañía, donde se especifica el contenido y el valor estimado de la carga.
En la primera licencia, del 10 de abril, Odyssey asegura que va a transportar 203 escudos de oro por valor de 203.000 dólares, según sus estimaciones; 10.090 reales españoles de plata (1.281.260 dólares); 200 lingotes de cobre (660); 3 cajas de oro (30.000), y otras piezas como balas de cañón, estaño, bronce y porcelana. En total, el valor que Odyssey da a toda la mercancía encontrada en esa fecha es de 1,5 millones de dólares (algo más de un millón de euros al cambio actual).
La segunda licencia, del 16 de mayo, es algo más parca en detalles. Sólo menciona que Odyssey transporta 557 cubos llenos de monedas de plata, con un peso de 14,5 toneladas, con un valor estimado de 2,5 millones de dólares (1,7 millones de euros actuales). El valor que la compañía da a las monedas en las licencias es mucho menor que el de las estimaciones hechas el día que anunció su descubrimiento. En aquel momento, los numismáticos de la compañía dijeron que las piezas podrían llegar a valer unos 4.000 dólares, muy lejos de los 1.000 dólares que aparecen en lo declarado por Odyssey en la aduana de Gibraltar. La explicación a esa diferencia, según la empresa, es que esas cantidades no reflejan el valor real de las monedas. "Nosotros asignamos el valor estimado basándonos en algunos requisitos de los seguros y en las regulaciones que existen en Estados Unidos. Nunca es el valor real", explicó ayer el cofundador de Odyssey, Greg Stemm. "Por ejemplo, en el SS Republic [uno de los pecios más importantes encontrados por la compañía], las monedas de oro tenían un precio de 100.000 dólares, pero su primera evaluación era de sólo 200".
En cualquier caso, tanto los reales de a ocho como los escudos son las piezas más codiciadas por los expertos numismáticos. El real de a ocho era el dólar español. Fue la moneda de plata acuñada por el imperio español en 1497 y la primera moneda de curso legal en Estados Unidos, usada por todas las naciones durante muchos años como divisa internacional, sobre todo a finales del siglo XVIII. En cuanto al escudo, se trataba del nombre genérico que recibían las monedas de oro y plata que tenían en una de sus caras un escudo. También se utilizaba ese nombre para referirse a las monedas de oro, de 3,4 gramos, con valor de 350 maravedíes. Fueron acuñadas en España por primera vez en 1535.
De todas formas, para Odyssey, el hecho de que las monedas sean españolas no quiere decir que el pecio encontrado también lo sea. La compañía argumenta que, efectivamente, las monedas españolas eran usadas por todas las naciones, y que eso no prueba la nacionalidad del barco. La empresa insiste en que, hasta el momento, los análisis realizados por sus investigadores no han podido determinar de forma concluyente de qué barco podría tratarse ni qué nación o naciones podrían reclamar parte del tesoro.
Los documentos facilitados por la Embajada del Reino Unido a España son para el Gobierno español y para sus abogados un indicio claro de que el pecio encontrado en el fondo del mar es español. Pese a ello, el Gobierno no ha divulgado esa información, en su poder desde principios de julio. El asunto se encuentra parado en la Corte Federal de Florida, donde ambas partes esperan que el juez a cargo del caso indique si España tiene derecho a reclamar lo encontrado. En caso de ser así, ambas partes irían a juicio.
La hipótesis que considera España es que Odyssey podría haber encontrado el Nuestra Señora de las Mercedes, un buque mítico buscado por los cazatesoros de todas las naciones y que encierra uno de los mayores tesoros españoles hundidos. Esta fragata se hundió en octubre de 1804, en la batalla del cabo de Santa María, durante un asalto por parte de una escuadra británica en el que los barcos ingleses apresaron otras tres fragatas cargadas con millones de pesos.
Sobre esta hipótesis Greg Stemm, cofundador de Odyssey, desmintió ayer que dijese a la agencia EFE que el pecio podría ser de la Mercedes. "Supongo que fue traducido mal. Yo jamás dije eso. Lo que dije es que para cualquiera de las hipótesis que se han hecho, incluyendo ésa, hay pruebas contradictorias. Hasta el momento no hemos podido establecer de qué pecio se trata", señaló.
Stemm volvió a recordar ayer que la empresa invitó al Ministerio de Cultura en 2006 a participar en la expedición que acabó encontrando el tesoro de las 500.000 monedas, bautizado con el nombre en clave de Cisne Negro poco después. "Al principio, no tenían interés; ahora, sí. Han intentado forzarnos a que demos información que consideramos que puede poner en peligro el sitio donde hallamos el tesoro".
http://www.elpais.com/articulo/cultura/monedas/espanolas/elpepuint/20070922elpepicul_2/Tes
La Guardia Civil obliga al buque cazatesoros 'Odyssey Explorer' a dIrigirse de Gibraltar a Algeciras
Es uno de los barcos que supuestamente extrajo monedas de un pecio español hundido.- Una juez ha dado orden de apresarlo
ÁLVARO DE CÓZAR - A bordo del 'Odyssey Explorer' - 16/10/2007
El buque 'Odyssey Explorer', escoltado por una patrullera de la Guardia Civil tras salir de Gibraltar.- AFP
A las 9.38 de la mañana, el Odyssey Explorer, un buque de 76 metros de eslora y 2.200 toneladas, ha abandonado el puerto de Gibraltar donde permanecía atracado desde hace seis meses. Todos a bordo sabían que no iría muy lejos. Una fragata de la Armada española y una patrullera de la Guardia Civil escrutan desde la distancia las maniobras del Explorer. A las 10.50, cuando el barco ha rebasado las tres millas naúticas, la fragata de la Armada se pone en contacto con el Explorer. Ésta es la conversación:
- "Somos un buque de guerra español, ¿sabe que está usted en aguas españolas?"
- "Estamos en aguas internacionales [el Explorer facilita su posición]"
- "Corrija su posición, o nos veremos obligados a abordarles"
Las malas condiciones meteorológicas, no obstante, desaconsejan una maniobra de abordaje. Las autoridades españolas solicitan hasta tres veces al Explorer que ponga voluntariamente rumbo a Algeciras. La patrullera se aproxima por estribor y la fragata corta el paso al Explorer. A las 11.09 el cazatesoros cede y enfila a puerto español.
A bordo de la nave, los abogados de Odyssey copiaban los datos del cuaderno de bitácora porque cuando la Guardia Civil apresó el Ocean Alert en junio (otro de los barcos de la empresa Odyssey Marine Exoploration, experta en la recuperación de pecios hundidos), se incautó de toda la documentación y los letrados de la compañía no pudieron reconstruir los hechos de dicho apresamiento, según afirman.
Una vez en el dique norte del puerto de Algeciras, el capitán del Explorer ha negado permiso para subir a bordo a la secretaria judicial del juzgado número 3 de la Línea de la Concepción, que estudia ahora los resquicios legales que le permitan subir al barco para examinar su carga. En el barco viajan periodistas de 10 medios de comunicación, británicos, alemanes y estadounidenses, además de EL PAÍS. El plan de Odyssey era que los medios asistieran a lo que la empresa considera un "abordaje ilegal" de su barco.
Todo el proceso es orden del juzgado número 3 de la Línea, que investiga si la compañía expolió patrimonio español cuando, el pasado mes de mayo, anunció el hallazgo y recuperación del mayor tesoro recogido en un barco hundido 500.000 monedas de oro y plata de incalculable valor. Se supone que se trata de un barco español hundido en el siglo XIX y que fue hallado en aguas españolas, por lo que el tesoro debía pasar al patrimonio español. La compañía niega este hecho y señala que aún no ha sido posible determinar la identidad del pecio hallado, además de que sostiene que trabajó siempre en aguas internacionales.
500.000 monedas de plata
El pasado mayo, la compañía estadounidense Odyssey Marine Exploration, puntera en la búsqueda de pecios submarinos, anunció el descubrimiento del mayor tesoro encontrado hasta entonces en el fondo del mar: 500.000 monedas de plata y oro procedentes de un barco de la época colonial, rebautizado por la compañía con el nombre en clave de Cisne Negro. El anuncio no gustó al Gobierno español que sospecha que la empresa podría haber expoliado uno de los cientos de pecios españoles que se encuentran en fondo del océano Atlántico, frente a las costas del Algarve.
"Meramente judicial"
Por otra parte, el diputado socialista Salvador de la Encina, ha enmarcado estos hechos en el ámbito "meramente judicial", informa Cándido Romaguera. De la Encina pide que la operación no "enturbie" las relaciones entre España, Reino Unido y Gibraltar.
Además, los ecologistas de Verdemar, por boca de su portavoz, Antonio Muñoz, ha saludado la operación y, aunque ha considerado que el registro de la nave "no servirá de nada" respecto al caso del tesoro de 500.000 monedas de plata, sí será un ejemplo para disuadir a lotros cazatesoros que faenan por la zona.
El artículo anterior es de aquí.
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Guardia/Civil/obliga/buque/cazatesoros/Odyssey/Explorer/dIrigirse/Gibraltar/Algeciras/elpepucul/20071016elpepucul_1/Tes
El Gobierno confirma sus aspiraciones sobre el Odyssey
ISABEL LAFONT - Madrid - 01/05/2008
"Todo es nuestro". El director general de Bellas Artes, José Jiménez, fue ayer más contundente que nunca al afirmar que el tesoro del pecio hallado en mayo de 2007 por la empresa estadounidense Odyssey Marine Explorer puede ser reclamado con garantías por el Gobierno español.
Jiménez confirmó ayer que, tras una inspección por parte de técnicos españoles, las 500.000 monedas de plata capturadas por Odyssey viajaban a bordo del Nuestra Señora de las Mercedes cuando éste naufragó en 1804 frente a las costas del Algarve. "Era un barco de la Armada española y se va a recuperar todo", precisó.
Odyssey basa su defensa frente a las reclamaciones españolas (el asunto se está dIrimiendo en un juzgado de Tampa, en Florida) en que el barco no realizaba tareas militares en el momento en que se hundió y, por tanto, no puede considerarse un buque de Estado y no está obligada a devolver la carga. Sólo podrían reclamarla, sostiene, los descendientes de los propietarios de la misma entonces. El próximo 8 de mayo se explicarán en una conferencia de prensa por qué hay "grandes perspectivas" de que el litigio se resuelva a favor de España, anunció Jiménez.
Éste señaló también que los futuros directores del Centro Nacional de Artes Visuales, el Centro Nacional de la Moda y el Museo Nacional de Etnografía (los dos primeros con sede en Madrid, el tercero en Teruel, que verán la luz en unos dos años y medio) se elegirán por concurso internacional. Este procedimiento, sin embargo, no se aplicará al Museo del Prado, donde no se prevé plantear una sustitución inmediata de Miguel Zugaza.
http://www.elpais.com/articulo/cultura/Gobierno/confirma/aspiraciones/Odyssey/elpepucul/20080501elpepicul_5/Tes
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