Monasterio de Matallana

Es muy probable que el Monasterio de Matallana fuese fundado por San Froilán, que fue consagrado obispo de león en el año 900, según el cómputo más aproximado. Consta que Alfonso III, el gran repoblador de Castilla y León, le otorgó poderes para que fundase monasterios en lugares que le pareciese más a propósito.

El historiador Lobera cita una donación de San Froilán a la Catedral de León, de las granjas que fueron de las monjas de Mataplana, las cuales poseo por mandato del príncipe Bermudo.
La cita parece auténtica, aunque no es verosímil la fecha de 1002, ya que San Froilán nace en el siglo IX.

En tiempos del rey Alfonso, Matallana pertenecía a la Orden Hospitalaria. El rey adquiere Matallana de los hospitalarios y la dona a don Tello Pérez de Meneses, que funda en ella un monasterio del Císter con el nombre de Santa María. En el año 1228, la reina doña Betriz de Suabia, comenzó a edificar su magnífico tempo gótico, que fue continuado por la reina doña Berenguela en 1235. Fueron innumerables las donaciones que los reyes y nobles hicieron a este Monasterio.

El padre Manrique, en sus Anales, califica al templo de Matalana como uno de los mejores de España. En el interior estaban las tumbas de don Tello Pérez y su mujer, doña Gotroda, así como las de otros descendientes de la familia Meneses.

Estas excepcionales tumbas, en piedra caliza labrada, con el bulto yacente de sus titulares, se encuentran hoy en el Museo Arqueológico de Cataluña.

Tras pasar por varios propietarios, la Diputación de Valladolid adquirió esta finca en 1974, y actualmente está llevando a cabo la reconstrucción de sus dependencias.