Autor: Xeol
jueves, 06 de marzo de 2003
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Xeol


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Britonia, los últimos celtas que emigraron a Galicia

Capital de las tierras de los bretones en los primeros siglos del Reino de Galicia, la villa de Bretoña recuerda orgullosa los años de esplendor como cabecera religiosa y política de la provincia bretoñesa

Los bretones de Galicia

De los siglos IV al VI, millares de celtas de la provincia romana de Britannia abandonan su isla natal por razones aún no bien conocidas. La mayoría de ellos se asentaron en la Península de Armorica, creando el floreciente Reino de Bretaña, mientras tanto, un grupo más reducido se dirigió a Gallaecia, donde fundaron un Obispado-Provincia de gran influencia que perduró hasta la eliminación del Reino de Galicia en el siglo XIX.

Los nuevos que llegaban se asentaban en la costa desde Ferrol hasta el Navia, estableciendo su sede en Bretoña y participando en la política del Reino gracias a sus privilegiadas relaciones con el Obispado de Dume, capital del Reino Galaico-Suevo en la época. Destruída la capital de Dume en la anexión visigoda, los notables del Reino se refugiaron temporalmente en casas de los bretoñeses, que trasladaron su capital a San Martiño de Mondoñedo, tras ser destruída la villa de Bretoña en la invasión viquinga de 966-971.

En el siglo XII, el oriente de Britonia es cedido al Obispado de Oviedo y paulatinamente la denominación del Obispado-Provincia de Bretoña y de sus tierras cambia a "Mondoñedo", desapareciendo ya formalmente su primer apelativo en el siglo XIII. La original sede de Britonia se constituye en 1821 como Ayuntamiento de Vián, para pasar a ser desde 1840 Tierras de A Pastoriza.

Los bretones-gallegos o bretoñeses gozaron de una extraordinaria importancia en los primeros siglos del Reino de Galicia. Políticamente, apoyaron activamente al Obispo de Dume, educador y consejero de reyes gallegos. Religiosamente, reforzaron la Iglesia Celta de Galicia, modelo organizativo de cristianidad medieval propio de Irlanda, Escocia y la Britannia celta, Armórica y Gallaecia. Culturalmente, los bretoñeses se integraron a prisa tanto por la pertencia a la común familia étnica como por el uso de la misma lengua vehicular, el Latín, a nivel escrito. A nivel oral los de Britannia influyeron sobre la lengua gallega de su área de asiento, origen del Dialecto Mindoniense.


El Monasterium Maxime de Bretoña

La iglesia parroquial de Santa María de Bretoña es el único vestigio conservado de la antigua capital de los bretones durante los primeros siglos de la Edad Media. Bien que la edificación reciente, el tiempo actual fue levantado sobre las ruínas del antiguo monasterio principal de las tierras de Britonia, y conserva varias piedras de la primigenia edificación, como la cabeza del angel en la entrada a la torre del campanario.

Unas excavaciones realizadas en los años 1970 dejaron a la luz la extensa estructura del original monasterio, se descubrieron varios sepulcros nobles, estancias, y divisiones, siempre cubiertas de una capa de ceniza en recuerdo del terror viquingo que había destruído la principal fuente de poder bretón en Galicia.

Un paseo por el inmediato alrededor de la iglesia parroquial nos situará sobre las dependencias del Monasterium Maxime, desde donde se aprecian los muros del castro en el que se situó el emplazamiento monacal. Otros monumentos antiguos de interés en Bretoña son la Casa del Obispo y la Casa del Pazo, antigua propiedad de Pelaio Rei de Galicia, monarca afamado por su victoria sobre los musulmanes en la Batalla de Covadonga.

Más informacióen en: http://www.pangalaica.com/britonia/indice.htm


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