Autor: Por André Pena Graña, doutor en Arqueoloxía e H
jueves, 10 de abril de 2008
Sección: Historia Antigua
Información publicada por: crougintoudadigo
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A letra “c” en posición invertida “)” , presente na epigrafía de Gallaecia dende o seculo I dC ata o século IV dC, nin significa castellu

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  1. #1 A.M.Canto 11 de abr. 2008

    La hipótesis no es posible por dos razones:

    1) En epigrafía la preposición "ex" es la específica para indicar la procedencia o el origen del interior de algo, o de un lugar, que es el caso aquí, no se usa "de" en tales casos.

    2) Por otro lado, existen algunos ejemplos epigráficos en los que el signo ), la C invertida, aparece explayado como castellum, pongo tres:

    - D(is) M(anibus) s(acrum) / Gr(ani) Pateni / Quir(ina)
    Cae(sarobrigensis) /
    ex cas(tello) Ciseli / an(norum) LXV A[m]/bat(a) mar(ito)
    / pi(e)nt(issimo) de suo / p(osuit)

    (CIL II, 5320, Talabriga/Talavera de la Reina)
    -

    D(is) Manibus tab(u)la Milcin Mioinedin[3 p]/rincipis ex castel(l)o
    Tulei
    vixit an(n)is LXXI an(no) CCXX[---]
    (CIL VIII, 9005 = AE
    2004, 1885, Bida/Djama-n-Saharidj)


    Dis Manibu[s] tabula Umat/sinei Amdieuma[e] f(ilii) Nababo ex /
    castello Tulei
    princep[s] vixit annis LXVIII
    (CIL VIII, 9005 = AE 2004, 1885, ibid.)
    Para quien confíe en el reciente edicto de Bembibre podrán servir también las menciones en él de los castellanis Paemeiobrigensibus ex / gente Susarrorum y de los castellanos / Aiiobrigiaecinos ex gente Gigurro/rum.

    "Soy gallego de Lugo" en época romana era igualmente geográfico (aunque posiblemente referido no a la ciudad, sino al conventus) y se decía Callaecus Lucensis, sin ex ni de, como sabemos por las diversas inscripciones que mencionan a las IV y V cohortes Callaecorum Lucensium.
    En todo caso, la mención del castellum/castro era necesaria para indicar un origen concreto dentro de una civitas mayor, o de una gens, que contaba con varios o muchos de ellos.

    P.D.- Por si quiere corregirlo, el texto correcto, sobre todo nombre y filiación del difunto, de la inscripción de Cangas de Onís (asturias) que cita en su nota 1 es Nigrinianus
    Nigri/nia"ni" (filius) ex|(castello) Ercorio/bri(gensi) annorum V / C·LNT
    (EpigrRomasturias nº 59). No he mirado las demás.

  2. #2 crougintoudadigo 13 de abr. 2008

    Perdonenso  señora Canto el no haberla atendido antes,  pues pidió su caridad una correción,  


     


    P.D.- Por si quiere corregirlo, el texto correcto, sobre todo nombre y filiación del difunto, de la inscripción de Cangas de Onís (asturias) que cita en su nota 1 es Nigrinianus Nigri/nia"ni" (filius) ex|(castello) Ercorio/bri(gensi) annorum V / C·LNT (EpigrRomasturias nº 59). No he mirado las demás.


    Y atendiendo a su petición formal cara y doctoral señora, por complacerla nuestro no menos doctoral paredros, pese a sus limitaciones, intentará complacerla


    Ayudados en sus claros ejemplos, las cláusulas que gentilmente nos trae a la luz:


    […] ex cas(tello) Ciseli […] (CIL II, 5320, Talabriga/Talavera de la Reina)
    […] ex / castello Tulei […]princep[s] vixit annis LXVIII


    Obervando bajo su luz y prisma del epígrafe que según vd,  podríamos querer corregir […] ex|(castello) Ercorio/bri(gensi) […]


    En un plis plas nuestro paredros Andrés atiende a su caridad


    […] ex/ Ercoriobri […]


    DECROGINTOUDADIGACORRECTIONE


    ¿Le gusta? ¿Le parece a vd. el castro sufijal  –bri se podría ir en secuencia indoeuropea determinante+determinado, o aporte+soporte “de tal” “el castro”? o piensa vd. que estamos ante un sufijo en –obre del caro profesor Abelardo Moralejo, que Deus aia?.


    Ya lo decidirá vd., que la epigrafia es muy entretenida.


    Salud y Gloria


     


     

  3. #3 crougintoudadigo 14 de abr. 2008

    Te Deum laudamus


    Ponen nuestras partes la parte contratante de la primera parte


    VII TERRITORIO POLÍTICO ATLÁNTICO: ARTICULACIÓN INSTITUCIONAL DE


    LA FUNCIÓN SOBERANA



     


     


     


     


     


     


     


    1.

    LA TERRA COMO

    FUNDAMENTO DE

    LA ARTICULACIÓN POLÍTICA

    E INSTITUCIONAL DE GALICIA 


    Lo dijimos ya en 1991. Junto al dignatario religioso con patrimonial malla para la exacción de rentas, el príncipe ejerce la función soberana a través de los lazos de clientela que lo vinculan a los señores de los castella, “castros”, uillae o uillas, “territorios económicos fragmentados”, lugares o cotos jurisdiccionales en la Treba[1].


     


    En este profundo contexto institucional señalamos como individuos o colectividades entraban en dependencia o subordinación con una Treba o con un noble.


     


    Príncipes (y todos sus efectivos con él) recibían el sometimiento y obediencia de particulares o unidades político-territoriales a través de una solemne ceremonia registrada ocasionalmente en votivos bronces en la sagrada piedra comunal, trebopala, en torno a la que se hacen estos pactos en el curso del *oenac (h)/forum, asamblea o feria tribal.


     


    Procedimiento no exclusivo de los romanos, estas relaciones tienen un carácter vertical que se corresponde con la estructura jerarquizada de las sociedades caballerescas y en absoluto implican relaciones entre iguales (ex pari), sino supeditación pleitesía y vasallaje pues los encomendados (clientes) pasaban in fidem acceptos  a engrosar los efectivos gentilicios del patronus que los recibe “como clientela suya y de los suyos”.


     

    Los así acogidos, encomendados “se commendare”[2] -  al patronus constituían su clientela como familiares. Un lenguaje institucional muy desnudo, muy arcaizante y a la vez sumamente plástico. En este mismo marco se encuadra el modelo de relación entre el poder monárquico y la oligarquía territorial de

    la Galicia

    medieval, y la articulación jerárquica discriminada, antepasado derecho, en estado puro, del sistema vasallático conocido en el mundo feudal, regula también las relaciones humanas dentro del ‘territorio’.

     

    Porque este procedimiento era similar al de los indígenas (SVSARROS/LOVGEIOS, etc.) los hospitia serían utilizados con gran efectividad por los romanos para establecer nudos de clientela con las unidades políticas de base ‘territorial’ de

    la Gallaecia.


     

    Tras el establecimiento de relaciones de clientela Roma está plenamente legitimada para utilizar a los hombres de armas de los príncipes territoriales de

    la Gallaecia Antigua

    en su beneficio y también para ejercer una acción fiscal recibiendo, de las provincias imperiales aquellas que requerían un continuo control y presencia de tropas y cuya sumisión dependía personalmente de su vinculación feudovasallática (sic) con el emperador, entre los “obsequia” el pago de un tributo (censum) en determinadas fechas.

     


    El vínculo, que se transmite de padres a hijos no se podía extender más allá de la tercera generación (P. De FRANCISCI, Primordia Civitatis. Roma 1959) y colateralmente al sexto grado, había que renovarlo como ocurría con los foros medievales cuando caducaban y este es el sentido de la tabula de Castromao del año 132 d.C. que establece una relación sinalagmática entre los coelerni y el prefecto de la cohorte I de los celtiberos, C. Antonio Aquilo.


     


    El mantenimiento de los territoria por sus principes dependerá estrechamente del respeto y el cumplimiento de los pactos establecidos por ambas partes.


     


    Las luchas políticas internas ínter territoriales se sustituirían tras la conquista y durante el Imperio por un gran teatro de operaciones, compañías articuladas en torno a sus mandos naturales e insignias tribales (vexilla) recibirían el nombre jurídico de peregrini,  hombres libres gobernados de acuerdo con sus usos y costumbres viviendo dentro de la esfera dominada por Roma.


     


    Para terminar con los problemas militares que motivaron la crisis del 68-69, Vespasiano retiró de Hispania tres legiones: VI Victrix, X Gemina y I Adiuitrix (que habían sido destacadas para evitar el salto del estrecho por las fuerzas Mauritanas de Otón) y las envió a defender las fronteras del imperio.


    Paralelamente Vespasiano concedió el derecho de latinidad, el ius latii para toda Hispania, para que estos derechos se pudiesen hacer efectivos se exigió a los peregrini que en sus ciudades tuviesen o adoptasen la organización romana, es decir, que contasen con un senado y magistrados colegiados elegidos anualmente al estilo de las ciudades romanas, pero como los honores eran gratuitos, el principio que servía para impedir la conversión de los magistrados en funcionarios, permite mantener los resortes de la política de la civitas  en manos de los que poseían los recursos económicos, es decir, los que lo tenían antes y las cosas siguieron como estaban en el seno de las civitas/populi del NW.


     

    Muchos historiadores pretenden que los populi de

    la Gallaecia

    empiezan ahora a nombrarse “civitates” y lo interpretan como síntoma de romanización. Nada más lejos de la realidad.

     


    Las medidas de Vespasiano pretendían simplificar la administración provincial, sobre todo, el reclutamiento de gran rentabilidad por su austeridad, disciplina, preparación y fidelidad a los mandos de soldados del N. y NW. peninsular, que fueron colocados en las tropas auxiliares y aún en las vexillationes de las legiones al contar ahora con el requisito de ser ciudadanos de derecho latino.


     

    A partir de ahora muchos historiadores proponen el despegue y progreso de la urbanización siendo clásica la epístola de Vespasiano a los Saborenses, una comunidad de

    la Bética

    , a la que autoriza en el  año 77 d.C. a trasladar su lugar de habitación de la montaña a la llanura:

     


    Permitto vobis oppidum sub nomine meo, ut voltis, in planum extruere.[3]


     


    Cuando lo que indica este epígrafe es la construcción de un castro “de chaira” por parte de los saborenses, un recinto fortificadoy  un nuevo espacio jurisdiccional demarcado con permiso del emperador quien percibe “vectigalia”su quiñón establecido.


     


     


    En la epístola de Vespasiano, por la que accede a la petición de los decuriones de Sabora autorizándoles a construir con el nombre del emperador no un municipium flavium, como habitualmente se pretende, sino un nuevo espacio jurisdiccional y de explotación, una salida para la población joven, para los recién casados, de un modo semejante, a los enjambres de una colmena que buscan  nuevos territorios, un nuevo castro, oppidum, o ciudad fortificada, un Oppidum Flavium, Castrum Flavium o una Flaviobriga con las condiciones fiscales antiguas, vigentes y validadas desde la época de augusto, pues para alterarlas estableciendo otras nuevas deberían solicitarlo al gobernador cuyo informe para la decisión última del emperador seria vinculante. Los saborenses construyen un oppidum, un nuevo territorio segmentado autarcico en realidad, pues en torno al nuevo castro el espacio jurisdiccional demarcado crece y se recrea clonando íntegramente el modelo original en la nueva célula o unidad de  explotación.


     


     


    Esta “romanización vendría acompañada de la generalización de los antropónimos de los Flavios” entre los indígenas y sobre todo por la creencia, basada en una errónea apreciación semántica, de que las unidades políticas y ‘territoriales’ indígenas que Plinio denomina populi en Lusitania, Gallaecia y la franja cantábrica pasan a llamarse civitates según estos autores que cuantifican sobre esta premisa. Así, diez populi aparecerían nombrándose civitates como dedicantes del puente Aquae Flavia y 11 civitates son consideradas (L. GARCIA IGLESIAS) auténticos municipios. [4]


     


    El tiempo que antiguos populi (Limici, Interamnici)  pasan a nombrarse ahora forum (por el lugar donde celebraban sus ferias y asambleas políticas administrativas y religiosas del más puro sabor celta), civitas, o adoptan el pomposo título de respublicae. Muchos historiadores consideran definitivo y definitorio del proceso de romanización el hecho de que donde Plinio había encontrado 114 populi tan solo faltarían 27, y que Ptolomeo sólo cite civitates en torno al 150 d.C.


     

    Hasta las reformas de Diocleciano, el gobernador provincial, la máxima autoridad civil y militar, en el marco de

    la Lex Provinciae

    , estaba obligado a un escrupuloso respeto a la organización indígena y su derecho consuetudinario, a la “consuetam rationem”. La concesión de la ciudadanía latina por Vespasiano (74 d.C.) carece de significado en el modelo que presentamos aquí, y no altera en absoluto la estructura interna de los “Territorios Autónomos Políticos Celtas” civitates estipendiarias[5] pero totalmente autónomas, como muestra la tabula de Castromao del año 132. Y otro tanto había sucedido con la concesión de ciudadanía de Caracalla del año 212.

     

    Podemos afirmar que las civitates o populi estipendiarias de

    la Gallaecia

    , las “Unidades Políticas Territoriales Autónomas”, las Terrae, mantendrían intactos sus límites y su estructura económica, política e institucional, facilitando tropas a roma y pagando religiosamente los tributos y cargas fiscales establecidos.La base política e institucional de

    la Galicia

    alto medieval, (otra danza es que en 1992 cuando la desvelamos en una amplia monografía[6] lo ignorasen el común de los medievalistas gallegos) y hasta las postrimerías del siglo XI, el territorium o Tierra que correspondiéndose con eso que denominan “étnicos” al referirse a ellas en

    la Edad

    del Hierro, o Civitates/Populi/Respublicae durante la dominación romana; “parroquias” =  diócesis de un “pseudo parroquial” en

    la Galicia Sueva

    o  correspondiéndose simplemente con “nada”, anegados en un baño de ácido pese a la ubicuidad de su presencia en las fuentes documentales, no existiendo oficialmente en

    la Galicia Medieval

    hasta 1991 y 1992 en que los estudiamos por primera vez. Estos Territoria o Terrae, Treb- en todo su esplendor, fósiles vivientes con todo su vigor e instituciones intactas, serían durante buena parte de

    la Edad Media

    el elemento referencial básico.

     


    [...] in urbe Galecie, Territorio Nemitos, prope baselica sancte Leocadie de Perillo [...][7]


    [...] ad locum vestrum qui est fundatum in urbe Gallecia, Territorio Trasanquos ripa fluminis Iuvie [...][8]


     


    El número de ejemplos es casi tan numeroso como el número de diplomas.


    A raíz de una ordinatio:


     


    [...] Et suam terram ipsi comes et cum gens sua de manu regis ad imperandum acceperunt. (año 982)[9]


     


    La ordinatio recibe este nombre por la primera palabra o encabezamiento de la cláusula


    Ordinamus vobis ad imperandum […]


     


     

    En el Territorium los señores del adoptan el título de Imperante, o de Princeps “de terra”. Los condes no son meros latifundistas son señores jurisdiccionales de Terrae usualmente familiares y heredadas de avolengo, propietarios de multitud de espacios que denominamos Territorios Políticos Autónomos Celtas, y adoptan el título de Imperantes o de Principes como tales señores jurisdiccionales en cada una de estas terrae o terras constitutivas de sus estados patrimoniales y la base de su clientela familiar y poder político. Esto sucede –como sin dificultad hemos observado en las colecciones diplomáticas de los monasterios de San Salvador de Pedroso, y de San Martín de Xuvia, ambos en Narón (A Coruña) en

    la Terra

    de Trasancos con la dinastía Petriz, ‘’Pérez: los Froilaz, luego Condes de Trastamara hasta la muerte sine semine del último trastamara directo Roi Gómez, transfiriéndose luego el título y las posesiones a la casa de Molina y después a la monarquía castellano-leonesa con Sancho IV, “El Bravo”, cayendo las Terrae o Territorios Políticos que lo conformaban (Bergantiños, Nemitos, Prucios, Bezoucos, Trasancos, Labacengos, Arrós, etc)  en ‘regengo’ o realengo[10].

     


    Por este motivo, porque los condes, señores de Territoria o Terrae diferenciadas jurisdicciones autónomas de tipo celta como Trasancos, Labacengos, Nemitos, etc, etc., eran mucho más que meros terratenientes o posesores de simples latifundios, adoptaban el inmemorial título de Imperantes o principes en cada uno de sus condados patrimoniales:


     


    In Territorio Faro […], in Territorio Prucios […] in Territorio Ortigaria […] princeps huius Territorie comes dominus Ferdinandus et frates eius domus Vermudus […][11]


     


     


     


    El territorio político celta, lo que hoy llamaríamos el concepto de comarcalidad, es algo muy importante todavía para el gallego medieval. Cuando el conde vende o realiza una donación de determinados latifundios o propiedades en una de sus tierras, o cuando lo hace un particular se señala siempre el Territorio Político autónomo celta al que corresponde la heredad cedida: […] et est ipsa hereditate in Territorio Trasancos […]


     


    Y se adopta mencionar en las cláusulas cronológicas de los diplomas el nombre del conde con su heredado título del ‘Territorio Político Autónomo Celta” o principado en el que detenta la jurisdicción: […] Imperante de Trasancos commite domino Fernandus [...]


     

    Junto al príncipe de

    la Terra

    figuran en las referidas cláusulas cronológicas de los diplomas usualmente el arcediano, archipresbiter, y junto a él los dos funcionarios del  princeps/imperante de

    la Terra

    : el ‘Juez Territorial’ Maiorinus Terrae y el “Administrador Territorial” ‘Villicus’ o ‘Vicarius Terrae seguidos en ocasiones a continuación de una nutrida Aula Comitis de Terra’.

     

    El Territorium en

    la Urbe Gallecie

    Medieval mantiene formalmente en la función soberana y administrativa representada por dos magistrados (vergobreto) de tipo céltico la duplicidad celta base territorial heredada del pasado. El príncipe de

    la Terra

    después de prestar juramento de fidelidad al monarca Astur, Galaico, o Galaico-Leonés recibe las Terrae que ya tenía antes, convirtiéndose en palabras de Carlos BALIÑAS PÉREZ “en el nuevo oficial real en la comarca que controlaba antes de la integración en el ámbito superior del reino”.

     


    Para Carlos BALIÑAS –con quien en otras cosas nos convenimos- la nobleza gallega “reconoce y se compromete a valer el imperium general y supremo del rey mas este tiene que otorgarle la potestas en espacios geográficos y políticos […] concretos”, el mismo autor subraya también que “el encontro entre este nuevo espacio de poder y la desarticulada  [el subrayado es nuestro] tierra gallega alcanza inicialmente un carácter de conflicto armado”[12]


     


    Pero desconociendo la organización política de base territorial gallega, como era habitual pensarlo entonces y lo sería hasta comienzos de la última década del siglo XX, Carlos BALIÑAS PÉREZ aseguraba refiriéndose al momento cronológico Alto Medieval Gallego por el estudiado, entre los años 718 y 1037 “La referencia espacial con la que jugamos está aún más indeterminada” y respondiendo a continuación una pregunta que había previamente formulado ¿Qué es, qué se entiende por Galicia en

    la Alta Edad

    Media Peninsular? con una tajante respuesta acometía el tema de su trabajo “El hombre gallego de los S. IX-X, basa todas sus referencias geográficas en el espacio concreto en el que  vive -montes, valle, isla, río, son sus puntos de estructuración espacial con una obscura mención al territorio o provincia en que éste se encuentra”


     


    ¿Obscura mención al territorio o provincia? En sinergia con el aparato crítico con que  ilustraba su respuesta,  BALIÑAS PÉREZ no podría haber sido  menos explícito:


     


    “Así en el año 872 sus dueños definen el monasterio de Samos como: Baselica ac monasterium (Sanctorum juliani et Baselisse) situm est provincia Gallecie, Territorio Lancara, Circa rivulum Sarrie discurrente de Eribio vel monte Serio [...]


    -Tumbo de Samos- [13]


     


    En la carta se muestra todo lo contrario, una clara referencia a la entidad y personalidad de Galicia “Provincia Gallaecia” o “Urbe Gallaecia”, lo demás es “Terra de Foris” y, luego, como es habitual siempre figura el TERRITORIO POLÍTICO.[14]


     


    Diciendo:


    “[…] se puede afirmar que la altura del 850; se estableció una relación personal, aunque bajo ningún concepto enmarcada en la estructura feudo-vasallatica [sic], entre el rey de asturias y la nobleza gallega [...]”


     


    El Sr. Baliñas, como hemos dicho hace una década, tuvo el innegable mérito haber descubierto las relaciones de clientela entre los reyes y “xerarcas locales” o “nobles” [cuidadosamente omite la palabra vasallos] […] ¡En el siglo IX!


     

    Si dijimos que el Territorio Político o Treba se definía como Estado por tener un espacio sagrado polifuncional en torno a la piedra de la divinidad tutelar, Blanca Fernández-Albalat señala que al rey correspondía catalizar el curso de las instituciones siendo su obligación convocar

    la Asamblea

    , celebrar un banquete, presidir

    la Asamblea Judicial

    y fijar los impuestos: El “cis” (= CENSUM)- un tributo para la mesa del señor, y no dinero- y el tuarastal, una reposición por parte del monarca del 10% del valor de lo recibido.

     

    Podemos adelantar que no otros eran los deberes del príncipe a cuya casa pertenecía Nicer Clutosi principis Albionum, esto es Nicer hijo de Clutoso [de

    la Casa

    ] del Príncipe[15] de los Albiones”, Treba entre el Norte de Lugo y asturias. Un rey británico de los Atrebates, Cogidubnus, que asombró con su palacio a los arqueólogos de los años 60, era rex et legatus Augusti, sabemos que los romanos lo mantuvieron en su puesto, porque su traición les permitió contar con una base de confianza desde la que someter al W de Inglaterra. Sin embargo Tácito cuenta como a los otros británicos los romanos les quitan la soberanía, que pasa al representante del pueblo romano, ya no son (reges) reyes, pero se les mantiene su preeminencia (principes) en sus ‘territorios políticos autónomos celtas’, única forma de que Roma pudiese tener un control sobre ellos.

     





    [1] Polibio describe las ventajas de tener una nutrida clientela para el noble galo y César señala las ventajas recíprocas del sistema de clientela para los señores y sus seguidores, cf. T.G.E. Powell. The celts. Tham. &.Hudson. London 1960.


     



    [2] Cesar, De Bello Gallico, VI, 27, 7



    [3] D'ORS, A. EJER Epigrafía Jurídica de

    la España Romana.

    Madrid, 1953 p. 61-63

    Imperator Caesar Vespasianus Augustus, Pontifex Maximus, tribuniciae potestatis VIIII, imperator XIIX, Consujl VIII, Pater Patriae, salutem dicit IIIIviris et decurionibus Saborensium. Cun multis difficultatibus infirmitatem vestram premi indicetis, permitto vobis oppidum sub nomine meo, ut voltis, in planum extruere. Vectigalia quae ad divo Augusto accepise dicitid custodio; si qua nova adicere volueritis, de his procoonsulem adire debebitis; ego enim nullo respondente constituere nin possum. Decretum vestrum accepi VIII Kalendas Augustas [28 de julio del año 77]; legatos dimisi IIII kalendas easdem. Valete. Iiviri Caius Cornelius Severus et Matcus Septimius Severus publica pecunia in aere inciderunt. MLas constitutiones principum
      [término acuñado por Ulpiano (Dig.1.4.1.1)]


     proceden todas de Andalucía, y fueron grabadas, a excepción del rescriptum de Castulo en bronce, cf. J. González Fernández, Bronces Jurídicos romanos de Andaluciaa

    [4] “Autenticidad de la inscripción de municipios que sufragaron el Puente de Alcántara” in REE, 32, 1976, pág. 155

    ss

    .[5]  En otra  incripción en

    la  Betica

    solo dos años posterior a la concesión a los Saborenses  por Vespasiano de la licencia de obras para construir, con  acostumbrada jurisdiccional armazón, un recinto fortificado de  llanura, castro u oppidum, vemos como un municipio flavio que alterando la consuetam rationem fiscal sub specie, tenuitate publica,  debía las rentas municipales negándose a abonarlas al recaudador  Servilio Polión,  arrendador de los los vectigales,  apelaban inutilmente, disconformes con la sentencia del proconsul Sempronio Fusco en ultima instancia al emperador Tito.


    [6] PENA GRAÑA, Andrés. Narón un Concello con Historia de Seu. Vol. II “A Terra de Trasancos ollada dende os Mosteiros de Pedroso e Xuvia na Idade Media”. Concello de Narón, 1992, pp.1-601



    [7] A.H.N. (C.D.J.), códices 1041 B. n. 18 fol. 5.



    [8] A.H.N (C.D.J.), códices 1041 b. n. 65 fol. 15.

    [9] Celanova, Cartulario. Lib. II, núm.

    146 in

    LÓPEZ FERREIRO. Hist. T. II. apendi. pág. 178.


    [10] Pasando a ser competencia real la designación del titular del condado de Trastámara.



    [11] A.H.N. Codices (Juvia) 1041 b. n 23 fol 6 v.


     



    [12] Carlos BALIÑAS PÉREZ. Defensores y Traditores, un modelo… pág. 118 y 119.



    [13] Ibid. Pág. 28 

    [14] p.e. “[…] in Terra Nemitos de aecclesia Sancti Marie de Sada… In Terra de Prucios de aecclesia de Pervis […] In Terra Bisauquis de acclesia Sancti Stephani de Herenes […] In Trasancos de aecclesia Sancti Marie de Neda” A.H.N. (Xuvia) cod. 1041 B. n. 6. fol 2vto. Junto a inmumerables ejemplos de los que su recogida llenaría un volumen. “[…] in uilla que vocitant Codegio iuxta acclesia sancti Iuliani, Territorio Presaras”. [A.H.N. Cod. 976 B. fol 13vto. in Mª C. Pallarez Méndez. El Monasterio de Sobrado, un ejemplo… A Coruña 1979]  “In Territorio Mera, uillam vocitatam Leocadi. In Britonia uilla Mediana. In Territorio Bisaucus, uilla nuncupata Littoriana (Noville?) […] inter Montanos et Bragantinos uillam vocabulo Amberonam. In Territorio Pistomarcos uillam cui dicitur Vernimes [… in finibus Territori Montanos ad parte de Presaras, uillam que nominatur Castrum et sanctum Sebastianum […] ibid A.H.N. cod. 976 B. fol 2 y 3 r. ob. cit. p. 263. La unidad política básica El Territorio viene incluída en los límites precisos de

    la Galicia Medieval.


    “[…] in Urbe Galecie, Territorio Nemitos” A.H.N. Cod. 1041 B. n. 18 fol. 5.


    “ad locum vestrum qui est fundatum in Urbe Gallecia, Territorio Trasanquos ripa fluminis Iuvie […]” A.H.N. cod. 1041 B. n 65. Fol 15.

    [15] Principis está en genitivo “del príncipe” lo que pretende señalarse es que Nicer pertenece, bien como cliente, bien como familiar a

    la Casa

    del Príncipe de los Albiones

  4. #4 crougintoudadigo 16 de abr. 2008

    Amaco. Piensa Crougintoudadigo que para contestarle, cumplidamente, nuestras paredrías, deberíamos primero unificar  significados. Piense que está ante una sociedad feudovasallática (del adjetivo celta gwassalo "servidor", y recuerde la conclusión de  HEURGON (1976, p. 125)


      “el núcleo primigenio de la clientela estaba formado por campesinos sometidos a las gentes de los propietarios rurales quienes se  servían también de ellos para sus milicias privadas (Ibíd. p. 126)”  como empezabamos a ver cuando empezamos la casa por el tejado en #125 De entrada vamos a ver que entendemos por gentes y por gentilitates, unos y otros. Pero antes conviene que se olvide de  místericas palabras, gentes, gentilitates, "c", invertida, "populi", "civitates". Hágame un favor mánde todo eso a la mierda cinco minutos, y atienda a cómo se conformaban  el tráfico jurisdiccional y la propiedad en la Península Iberica en la Edad del Hierro.


    En 1992 en un trabajo intitulado Territorio y Nobleza estructuramos un diseño del territorio político "TERRITORIUM" y su génesis en la TREBA Céltica[1]; señalando el desarrollo diacrónico de esta institución hasta la Edad Media para mostrar la pervivencia plena de este modelo en la Tierra de Trasancos durante el siglo XII. 


     


    En el siglo XII, excepcionalmente documentado en la Tierra de Trasancos, gracias a las colecciones diplomáticas de los monasterios de la familia Petriz, condes de Galicia, Trava y Trastamara, de San Martiño de Juvia y de San Salvador de Pedroso nos detuvimos, con mucho detalle y una más que aceptable base factográfica, para ocuparnos del clan Petriz y de sus caballeros, milites,en su relación y posición institucional con la Tierra, Terra o Territorium Político, institución heredera directa de la treba celta, aunque algunos adoquines nos  motejen por sostener este aserto de nacionalistas ¿Gallegos? ¿Españoles? ¿Europeos? Ya lo decidirán ellos.


     


    Concluimos entonces a través de nueve apartados[2] demostrando, por primera vez en Galicia, desde la duplicidad política y religiosa, visible en la función soberana (= grád túaithe, grád flatha o trebad celtoatlántica), el mecanismo articulativo y el funcionamiento de las instituciones territoriales básicas celtas. Mostraremos ahora el funcionamiento del sistema, el promptema, en la arqueología de las instituciones políticas, sociales y religiosas.


      


    1.1. PRINCIPES DE TERRA


    Similares a las casas nobles, la fine, clientela ‘de sangre’, cenél, constituía la caballería del Princeps / Corono de la Terrao Treba “Casa”, “Tribu”. Estos príncipes están atestiguados por las fuentes y por la epigrafía gallega, por un lado en la inscripción de Pedreira (Vegadeo), donde aparece tras el signum Xp (Chrismon) entre el sol y la luna “NICER / CLVTOSI /  )  CARI / ACA / PRINCI / PIS AL / BIONV / M AN / LXXV/ HIC S (ITVS) EST” (“aquí yace Nicer Clutosi del castelo Cariaca, del Príncipe de los Albiones, de 75 anos)[3] ; por otro lado en una inscripción de Lugo, entre los Copori, se menciona posiblemente a otro princeps,hijo de Veroblio, de mutilado nombre.[4]


     


     


                Semejantes a los celtibéricos de aroma Atlántico, como sucede con los típicos hábitats de la Edad del Hierro, llamados castros, con sus casas circulares, etc., los principes territoriales do NW no constituyen una rareza en la Península Ibérica.


     


    En una ocasión mostramos como acabada la II Guerra Púnica con una fina intuición Escipión liberó a los rehenes hispanos -prueba de que la devotio se garantizaba usualmente con la entrega de familiares de los nobles y príncipes de las civitates- vendiendo como esclavos a los africanos.



     


    Envió a todos los rehenes sin rescate a sus casas respectivas, y con este hecho se granjeó la adhesión de muchos pueblos y reyezuelos, entre otros de los ilergertes Indibil y Mandonio; a los celtíberos se los atrajo de la manera siguiente: se hallaba entre los prisioneros una joven de una belleza extraordinaria, de la que se sospechó que él (Escipión) estaba enamorado, pero, enterándose que estaba prometida a un cierto Alucio, muy poderoso entre los celtíberos, dejó inmediatamente a éste en libertad y le entregó la joven con los presentes que sus familiares le habían enviado para rescatarla, con este hecho logró la amistad de todos.[5]



     


     Entre estos nobles rehenes se encontrarían la mujer y las hijas de Mandonio, hermano de Indíbil, y la prometida de Alucio. Los  historiógrafos romanos: DION CASIO, POLIBIO, FRONTINO, LIVIO y APIANO se detienen para destacar la sorpresa de Allaucio al rechazar Escipión el rescate que le ofreciera por su deslumbrante prometida y su agradecimiento al comprobar que se la había devuelto virgen.


     



    La conducta de Escipión, muestra de su trayectoria profesional y de su visión política, obtuvo el inmediato resultado de una masiva concurrencia de principes hispanos con regalos: Indibil y Mandonio (norte del Ebro), Edecón, rey dos Edetanos (Valencia e Sagunto) etc. Estos y otros nobles de diversos pueblos anudaron con él un foedus por el que prestarían asistencia militar a cambio de dinero.[6]


     


     Al día siguiente, reunidos todos los  prisioneros en número de 10.000 infantes y más de 2000 jinetes, trató sobre su arreglo; todos los hispanos que habían tomado las armas a favor de los cartagineses en aquella ocasión vinieron a rendir sus personas a la fidelidad de los romanos y en las conversaciones que mantuvieron dieron a Escipión el nombre de rey; el primero que hizo esto y le honró como tal fue Edecón y posteriormente siguió su ejemplo Indíbil.[7]


     


               


    Podemos, sin comprometer demasiado, afirmar que poco o nada se diferenciaría de un príncipe territorial  de un rí-túath de Irlanda o de las Islas Británicas un príncipe Territorial de Hispania o de la Gallaecia  como el mencionado príncipe de los Albiones a quien servía en el castro Cariaca Nicer, hijo de Clutoso, el posible príncipe de los Cóporos, hijo de Veroblio. Los príncipes territoriales celtas eran grandes terratenientes y señores de señores, en 1999 señalamos como:


     



     “Un rey británico dos Atrebates, Cogidubnus, o seu pazo de Fishbourne, preto de Chichester asombrou os arqueólogos dos anos 60, era rex e legatus Augusti. Os romanos mantivéronno no seu posto porque a sua traición permitíulles contar cunha base de confianza para sometelo W de Inglaterra. Mais aos outros Británicos[8] os romanos quitaronlles a soberanía que pasou ao representante do pobo romano; xa non son reges mais manténselle a súa preeminencia (príncipes) nos seus territorios única forma de que Roma poidese ter un cómodo control sobre eles[9].Parte de estos territorios Territorios Políticos hostís a Roma foron cecais atribuídos a Cogidubnus polos romanos (Atrebates é unha verba equivalente a latina atributi) ¿Ao contar cun home de confianza, atribuíronlle Trebas ou tribus veciñas para garantir a súa fidelidade?  ¿Viña de antes esta atribución? Como fora, os atribuídos a Cogidubnus, rey dos Atrebates, seríano en virtude dun vínculo persoal que quedaría disolvido á súa morte (ca. ao 80 d. C.) esgazados dos Atrebates os Belgae e os Regnenses”[10].


     


    1.2. AT/TRIBUCION Y CON/TRIBUCIÓN


                    At/tribuere consiste por parte del conquistador en atribuír “juntar tribus”, Trebas o Territorios Políticos tal vez hostiles o sospechosos a los ojos de Roma y entregarlas o aponerlas a civitates de confianza y a sus príncipes clientes afectos. Con/tribuere, otra palabra que fue probablemente el origen de la hispana Con/trebia -y acaso de la galesa can/tref, aunque  esto último con gran reserva pues la etimología hace sin embargo derivar can/tref de cen “cien”,  y tref,“casa”  (similar al cenfogos gallego)- y su homónimo latino contributus, podría, por el contrario,indicar el curso de otro  tipo de dependencia dentro de la dinámica interna de las comunidades, una verdadera encomienda -lo que en Irlanda se llamaban aitech-túatha “gentes vasallas” de los fortúatha “principados dependientes”- determinada ésta quizás por la demanda por parte de la comunidad débil de protección y por la seguridad brindada a la treba o toudo encomendada por la poderosa treba receptora. Los frotúatha o contributi nacen ora por concesión al apremio del más fuerte de los más pequeños o pusilánimes, ora viablemente – como así nacieron también muchos estados modernos europeos- por una patrimonial concentración en la tanistry derivada de los enlaces y alianzas matrimoniales entre los terratenientes príncipes,  herederos de Territorios adfines.


     


                Las tribus Ibéricas, confirman nuestro aserto informándonos César como estas, noticiosas de la victoria naval ante Marsella de Décimo Bruto, se le allegaron masivamente:


     


     “Interim Oscenses et Calagurritani, qui erant cum Oscensibus Contributi, mittunt ad eum (César) legatos seseque imperata facturos pollicentur”[11]


     


    Los más madrugadores, los Calagurritani, Loarre al Norte de Huesca, estaban vinculados como contributi (= Contrebia = cantref) con los Oscenses, habitantes de Osca, hoy Huesca). Posiblemente este vínculo se habría celebrado y escenificado en el seno de alguna de las ferias o asambleas que conocemos en el Noroeste, en la Gallaecia, con el nombre de Oenach / Forum, sacrificándose en estas ocasiones  quizás los caballos, como sucede con los cántabros,[12] no excluyéndose  junto al sacrificio de caballos la ejecución de algunos proditores, como la probada en Bletisama, Ledesma,[13] y el sacrificio de puercos, forma que adopta la tessera hospitalis del año 14 de Herrera del Pisuerga[14].


               


    A menudo vemos representarse estas encomiendas feudovasalláticas en los hospitia celtibéricos junto a la expresiva forma del sacrificial puerco,  también en forma del explícito “apretón de manos” representando, no ciertamente el saludo equipolente al que hoy acostumbramos, sino la expresión del cierre de un acuerdo o trato entre un patrón y un cliente, de la consumación de la clientela, la expresión plástica de la dependencia, del vínculo y el vasallaje, de la protección, fides patroni, dispensada por el dominus al cliens, reflejando la institución de la encomienda que aún nos recuerda la  popular expresión “estar en buenas manos”, y en un gesto expresivo que pervivió en la plástica feudal de la Edad Media. Mediante estos antiguos pactos de hospitalidad, a través de una especie de adopción, como hombres “libres” pero sometidos a la jurisdicción de un patronus, liberi = “hijos legítimos” en un sentido equivalente a los etera etruscos o a los ambacti “satellites” celtas, los sometidos, los in fidem acceptos, entraban en la familia del patronus.


     






    [1] Una compleja evidencia señalaba una lengua común atlántica (UNTERMANN), unas instituciones (A. PENA) y una religión (B. FERNANDEZ-ALBALAT) de estirpe céltica.



    [2] Estructura jerarquizada religiosa de base territorial; La Tierra como fundamento de la articulación política e institucional de Galicia; La feria ‘forum/oenach’ como topos polifuncional del Territorio Político; Aristocracia Territorial y poder extraterritorial. Un modelo vertical de relación; Observación desde la génesis de una vieja institución de derecho privado medieval; Territorio y nobleza. La Tierra de Trasancos; La ordinatio; El conde como príncipe o imperante del Territorium de Trasancos; Aspecto religioso de la función soberana: arciprestazgo de Trasancos, base territorial



    [3]A GARCIA BELLIDO: “Los Albiones del NO de España y una estela hallada en el occidente de asturias”, in Emerita 11, 1943, pp. 418 ss.



    [4] I.R. Lugo 34: “(...) IVS VEROBLII F. PRINCE (PS) CIT. CIRCINE[...]”, Lugo. Em XI, 123.



    [5] DION CASIO LVII, 42. In Narciso SANTOS YANGUAS. Textos para la Historia Antigua de la Península Ibérica. Oviedo, 1980, p.116-7.



    [6] A.PENA: obr. cit.1991, p.131.



    [7] POLIBIO X, 38. 40. In Narciso SANTOS YANGUAS. Textos para la Historia Antigua de la Península Ibérica. Oviedo, 1980, p.118.



    [8] TACITO: Agrícola XII, 1.



    [9]  A. PENA: Ibdi. 1991, p.129



    [10] CIL VII 11 = RIB 91.



    [11] CÉSAR: De Bello Civili I, 60.



    [12] HORACIO: Carm. III, 4, 34; SILIO ITÁLICO, III, 361



    [13] LIVIO: Per. 48. In JAVIER DE HOZ “La religión de los pueblos prerromanos de Lusitania. Primeras jornadas sobre manifestaciones religiosas en la Lusitania. Cáceres 1986 31-49, p. 48



    [14] A GARCIA Y BELLIDO: “Tessera hospitalis del año de la era hallada en Herrera del Pisuerga.BRAH 69, 1966:149 ss.


     


    después de esto Amaco ¿ Le paerce pasamos a ver los Hospitia , y algunas cosas de primer orden que pensamos se desconsideraron en ellos dificultando la om su comprensión de su función y carácter?




     

  5. #5 crougintoudadigo 17 de abr. 2008

    PIXIEMUS "que tirar para arriba apoyados en lo que hay, en lo preexistente".


    DIXIEMUS "La adaptación permite tirar para arriba, apoyados en lo que hay, en los recursos, en los conocimientos y en lo preexistente"


    Pero antes contestemos a todos los druidas en bloque. Caro Amaco. vd pregunta Croug. ¿Cómo encaja la propiedad comunal en el esquema que propones? La respuesta la encuentra al final en el los últimos parágrafos. Tras ver esto pasamos a los hospitia. Va en gallego, pero lo entenderán. Sino tratará nuestro caro paredros de traducirlo.


    A UILLA, CONTINUADORA DO SISTEMA XURISDICCIONAL DO CASTRO


    A uilla, continuadora do sistema xurisdiccional do castro,era en tempos da dominación romana na Gallaecia e na Europa atlántica celta algo máis que un edificio luxoso, era unha institución, o eixo  dunha forma da organización territorial económica segmentada ou xurisdiccional, unha célula autónoma do inmarcesible territorio político celta que chamamos treba. Un alfarero enriquecido non se podía construír unha uilla, polo mesmo motivo que un labrego callaico rico propietario non podía facerse un castro, ou que non se permitía a creación dun feudo, castelo incluído, a un xudeu na Idade Media, ou a creación dun señorío na Idade Moderna a un rico posadeiro.


    A partires dun impreciso momento, o territorio económico -que se reproducía dentro do Territorum, como se reproducen as colmeas de abejas, creando novos castros, novos territorios económicos demarcados dentro de cuxos límites, xerarquicamente, se organízan as relacións xurisdiccionais, nas zonas fértiles do ‘estado’, tribo, ou bisbarra, por concesión, beneficium, do príncipe da Terra - crece agora en torno a unhas castronelas ou uillae, onde os señores domini rentistas, residindo eles en pazos murados nas oppida como Briteiros ou como Laniobriga, San Cibran de Lás,  instalan uillici, ou administradores quens á súa vez ou colocan entregándolles conduta aos labradores e homes libres propietarios de gado, en unidades de explotación unifamiliares, dispersas polo inerior do tetritorio económico demarcado.


    No territorio demarcado onde a uilla exerce a súa jurisdicción, fórmanse minúsculas agrupaciones humanas dando pe a considerar erróneamente á uilla medieval como un mero lugar habitado desposuído do seu significado dominical.


    Aínda que non é do todo certo que a uilla teña no século IX, como afirman Alberto SAMPAIO e FUSTEL DE COULANGES, a mesma extensión e os mesmos límites que no século IV, pois o territorio segmentado ou xurisdiccional autárcico representado polo castro/uilla non deixou de clonarse e de crecer en novas unidades jurisdiccionales e de explotación, como fan as abellas instalando novas colmeas e novos panales, durante o dominio suevo e a Baixa Idade Media, é ben certo que as uillae do S. IV, ligadas a antropónimos latinos, en xenitivo de possesor, como “Ferreoli”, “Naroni”, ou a topónimos de Platanetum, de Quintana, e terán a mesma extensión e límites ata o século XII. A parroquia actual xurdiría tardíamente a partir dunha remodelación eclesiástica, e así a feligresía de Santa María Maior de Ou Val, en Narón, Terra de Trasancos, formaríase a partir da fusión de varias uillae propiedade proindiviso dos cabaleiros, perfectamente deslindadas por marcos.


    […]Quomodo obtinuit eas antecessor meus per terminos et divisiones suas antiquas, id est uilla de Platanedo (Pradeedo, O Val, Narón) dividitur per illam armatam et per illum carvalium Pelagii Fernandi et per Arcam de Vados Pasandi (Arca de Vespasante, un túmulo que separa las feligresías de O Val de San Mateo) et tornat se per castinariam de Alvare et per illam portam castri et inde ad Fontem Cecam. Hereditas de Quintana ubi eam inveneritis, hereditas de Uilla Cornelli dividitur per ubi se dividit de Ciobre et quo modo se dividit de Valle Malo (luego estas uillae particulares determinadas por marcos conformarían la feligresía de Sta. María a Maior de O Val, inexistente todavía a finales de 1173) et inde per Grandalem et inde ad Lamam Molinum […][i].


    CONCLUSIÓN E DEMOSTRACIÓN DO PROMPTEMA XERAL


    Adoptando os señores recompensar con terras nas sociedades caballerescas indoeuropeas ou feudales aos que saben servir, dun xeito destacado os principes ou imperantes da Gallaecia antiga e medieval conceden verdadeiros feudos ou señoríos aos seus cabaleiros destacados. Calquera territorio demarcado sexa este unha simple leira, un castro ou unha uilla pódese formar de vez mediante este tipo de concesións dos patróns aos clientes e os territorios xurisdiccionais, territorios demarcados de succo mortuorum uel antiquorum ou ex novo crecen no territorio político ao compás do crecemento demográfico e das roturacines non sendo estraño que se formen castros por este sistema no século I , no século II ou no século III d. C. como se formaron uillae no século IV e seguiríanse formando Uillas que meo dato haberente meos infanzones nos séculos IX, X e XI por concesión dos principes seu imperantes dos territoria ou territorios políticos autónomos celtogalaicos. Isto testemúñase na epigrafía da Antiga Gallaecia, como o vimos en varias ocasións, no que se debe de considerar o primeiro foro ou prestámos de uso vasallático galego.


    ALIUS REBURRI ROGO DEU ADIUTOREM IN AC CONDUCTA CONSERVANDA. SI QUIS IN AC CONDUCTA[ii] P[OSSESIONEM] MIGI AUT MEIS INVOLAVERIT SI[T] R[EUS]. QUAECUMQUE RES AT MII AUSSI SIQUIT EA RES V. S. L. V. L. S. RANCEROM[iii]. CIL II 2476.


    Onde trala imprecación do conductor poñendo a Deus por testemuña e garante, co que esta inscripción xa cristiá, se situa non antes do ano 314, Alio fillo de Reburro roga a Deus ayudador para conservar esa conducta vén a coñecida fórmula para os que estamos familiarizados coas cláusulas medievais da diplomática galega medieval Se alguén da miña parte ou da dos meus fór contra a posesión desta conducta sexa reo” omnipresentes nos contratos altomedievales galegos e asturianos, e aínda nas cláusulas correspondentes das losetas de pizarra hispanas:


    “Si quis in ac conducta possesionem michi aut meis involaverit sit omnipotente Deo ante faciem suam reus”


    Cláusulas conminatorias que expoñen á ira divina ou á vinganza humana, como unha excomunión ou unha execratio, ao pérfido transgresor, aussus, da bona fides, e reserva ao locador o exercicio da drástica actio noxal contra o conductor privado dos seus dereitos civís:


    “Si quis contra hunc factum meum aliquies ad irrumpendum uenerit, sit omnipotenti Deo ante faciem suam reus et de santa comunione sit extraneus […]”[iv]


    E polo tanto estas actiones veñen nuevamente acompañadas ou reforzadas con clausulas específicas da obrigación de reposición ou restitución polo conductor ou polas súas voces vel heredes da cousa danada, o cal, con todo, non impide que o locador resérvese o exercicio dunha actio noxal de ter lugar a transgresión, o aussus do locador, mediandte unha cláusula que adoita vir a continuación,  de rancia tradición celta como o amosan as taboiñas de Bregenz, de execratio, na que se obriga ao mencionado conductor á restitución do ben danado e ao pago dunha multa para o locator, consistente no duplo ou o triplo do valor do fundo, máis unha cantidade semellante para o xuíz ou para o fisco real:


    “Et qui eum uel in modico emutare temptaberit, quisquis ille fuerit, in primis sit excomunicatus […] et in super redat […] decem millia solidorum regalis monete pariat et quidquid inquietaverit uel calupniauerit in duplo componat”.


    Sinalamos que estas cláusulas decisivas para o seu  desciframiento acobillan ao noso xuízo a chave de acceso ao sentido institucional dos textos celtibéricos. E apreciamos claramente testemuñanda esa multa na penúltima cláusula de intentio -curiosamene infiltrada polo latín-  do famoso Bronce de Contrebia, Botorrita. validandose a tradición continuísta nunha versión vernácula de institucións celtohispanas e do sistema prerromano de locación-condución


    “Tocoitei iós urantiomue auseti aratimue deca medam datus[v]” 


    E decir  expresando a deturpada e latinizada cláusula “Quaecumque aussus uel urantiom uel aratim deca medam datus”, “quen queira que ouse ora[vi] un urantiom[vii], ora a un arati que dé [pague] dez medas[viii]  [LES RUEGO A LOS DRUIDAS QUE MIREN CON LUPA ESTAS NOTAS DE LA INSCRIPCIÓN, QUE REFLEXIONEN Y LUEGO COMENTAMOS ESTO]


    O comminatorio repertorio ou cláusulas de execratio que posibilitan tras deixar fóra da sociedade civil ao trasgresor, as actiones noxales contra o conductor vén usualmente seguido dunha cláusula específica, como devandito é, recollendo a obrigación da restitución da cousa danada pola parte ou pola voz, llevadora do ius in aliena re, máis o engadido pago dunha gravosa multa. Este sería o sentido da derradeira cláusula de Remeseiros malia o seu escuro final quaequmque res at mii aussi, siquit ea res v[obis] s[olvita], l[ibenter], v[im] ] e[t] s[ine] rancerom[ix] pola que a parte condutora obrígase a restituír, polas boas ou polas malas á voz do locador a cousa danada, e a non pleitear.


    Temos unha inscripción de locación-condución, de dereito común celtogalego e posiblemente hispano celta xunto ao río Limia, unha inscripción interna, do interior do territorio político. Non se corresponde coas fórmulas dos hospitia que establecen nós de clientela e patronato entre as trebas e o Imperio ou os seus representantes, nin se corresponde tampouco coas fórmulas que anudan hospitia inter ciuitates ou ente unha ciuitas e un particular nobre.


    A CLÁUSULA DE NOVILLE (MUGARDOS)


    Por un feliz aínda que mutilado resto epigráfico ou fragmento dunha cláusula conservada nunha pequena loseta de pizarra da villa de Noville (Terra de Bezoucos, Mugardos) sabemos que tampouco en Remeseiros estamos ante a concesión a un particular dunha simple leira pois este ultimo procedemento era inusualmente verbal léndose as cláusulas ante testemuñas ata ben entrada a Idade Media.


    Esta é a cláusula quimcumqua auxe quaruqq(ua) uerba quiqui […][x], ao que seguiría a obrigación da reposición da cousa danada. Este epígrafe con outros de difícil lectura atópase próximo ao biselado feito na parte superior da placa para levar un marco de madeira. A súa utilización como rexistro vén avalada por outros epígrafes de fácil lectura que contén:


    IKEOTONEQVAM CCCV IKVRIONEQVAM L?. Quizais como observa de xeito máis feliz PÉREZ en nexo con “signos que tamén puidesen ser numerales” que de novo débilmente interpreta Pérez “como un desexo de maldición para estes dous personaxes (Ikeoto e Ik<u>rio [xi]) de novo nun contexto máxico, cando o que recolle a placa é, seguramente, o prezo de compra ou de venda, de dous cabalos expresado en diñeiro ou en marcas de prata, uns lingotitos de determinada lei e peso, cos sobreditos numerais.


    O locador en Noville non sería outro que o dominus da uilla e o conductor un campesiño. A importancia da inscripción de Remeseiros é enorme pois estamos ante o primeiro foro galego.


    Visualmente e como marco institucional empregamos aquí como ilustración de todo o exposto as seguintes láminas, 1, 2, 3, 4, onde, debuxado baixo a nosa dirección por Eva MERLÁN nunha Historia Ilustrada editada polo Concello de Narón en 1993[xii]  nelas apreciamos por primeira vez en España nun cadro evolutivo, mostrando pervivencias de inmobiliario arqueológico xurisdiccional de longa duración (exposto xa na nosa inédita tese de licenciatura) figúrase o paso do castro á uilla galaico romana e medieval; e unha lámina B onde sobre o territorio dos Ártabros, Tartares ou Trasancos, decoirado, “demarcado” por un inmobiliario arqueolóxico nun imperecedeiro marco xeográfico e institucional milenario, contense o promptema deste territorio político, reflectido nun cadro evolutivo, similar e aplicable ao das outras unidades territoriais celtoaltlánticas e indoeuropeas que REFREW 1884.85 chamaría early state module ESM tal e como figura representado no estudo factográfico, trascripción incluída do códice do AHN clero 64b do Monasterio de San Martín de Juvia, realizada polo autor destes papeis, intitulado A Terra de Trasancos ollada dende os Mosteiros de Pedroso e Xuvia na Idade Media, Narón un Concello con historia de Seu, Tomo II 1992, véxanse comparativamente estudos destes territorios de JOHNSON.


    A modo de resumo podemos dicir, coas ideas claras e habéndoo exhaustivamente demostrado neses papeis, que no periodo convencionalmente chamado dos castros e convencionalmente considerado entre os anos 600[xiii]  antes da nosa era e o ano 500 da era actual, a xente vive dentro dos muros, desenvolvendo a súa actividade social e económica, de señores campesiños e ganadeiros fóra da casa, nas terras de cultivo e nos pastizales e bosques nun espazo económico exterior decoirado[xiv]  “demarcado” por límites e por marcos de grande solidez e pervivencia. Por este motivo, o castro fig. 1 sería o asentamiento humanizador da paisaxe.


    Dentro dunha similar demarcación, no mesmo espazo jurisdiccional, os asentamientos e o modo de vida campesiño vai evolucionando, e os campesiños pasan a vivir en modestas chozas ou cabanas co teito de palla, modestas e illadas granjas, mentres os señores poderosos constrúense uillae ao modo romano  fig.

    2. A uilla, salvando as distancias, funciona de modo análogo a como o faría un pazo galego dos séculos XVI a XVIII, os señores e os campesiños viven agora fose do recinto fortificado.



    É unha luxosa residencia, clonada plenamente do modelo romano con calefacción, baños, letrinas, habitacións amplas e cómodas, boas e ben dotadas tullas, e aínda piscinas onde engordan os peixes, e quizais portos privados nas villae litorales como Noville e Littoriana, e aínda unha flota propia para comercializar conservas e outros produtos. Os seus comedores contaron con espléndidas vaixelas, copas, e bos viños na mesa. É empero unha residencia dominical, dun dominus, señor jurisdiccional. Mentres os seus campesiños dependentes e os seus homes libres, baixo a súa xurisdicción, vasalos todos seus, distribúense cádanseu en cádansúa casa dentro da inmarcesible demarcación, de succo mortuorum uel antiquorum, que antes tiña o castro. Cambia a forma da distribución das vivendas, unha forma máis práctica e cómoda de vivir e dispoñer a casa xunto aos recursos, pero non cambian os usos xurisdiccionais e os costumes anteriores.


    Neste espazo de tempo tomado arbitrariamente, entre os anos 300 e 600 da nosa era o antigo territorio dos castros pasaría polas dúas opcións descritas. Entre os anos 400 e 800 da nosa era, entrando xa na Alta Idade Media, os señores máis modestos constrúen castronelas ou granxas defendidas ás que tamén chaman uillae aínda que polo seu aspecto e forma nada teñen que ver co que entendemos por unha uilla, coa súa forma de minúsculo castro que fácilmente poderiamos confundir, polo menos teóricamente ao non ter ningún destes recintos excavados, cos chamados redondos ou cousos vedros, uns currais para o gando do Neolítico e do Calcolítico que presentan unha forma similar.


    Evoluciona así o tipo de asentamiento conservándose a demarcación ou espazo económico xurisdiccional e o que é máis importante, o sistema de locación-condución, as cargas fiscais, os usos e costumes herdados dos anteriores modelos derivados da mencionada jurisdictio co que, dende o punto de vista institucional, a orde anterior mantense imperecedoira.


    Esta forma habitacional estendeuse aos poucos ata converterse a partir do século V probablemente na única forma de hábitat na Terra de Trasancos e previsiblemente nas outras terras ou comarcas galegas, así ata finais do século XII,  fig 4, periodo do que en Narón grazas a un enorme acervo documental, puidemos identificar ao longo deste dilatado estudo por primeira vez na historia da arquitectura civil galega e hispana e publicar na serie intitulada Narón un Concello con Historia de Seu vol II (PENA 1992) varias uillae como a que, seguindo as nosas indicacións, aquí ilustrounos, e tomamos as ilustracións do mencionado libro Narón, unha Historia Ilustrada na Terra de Trasancos, Eva MERLÁN BOLLAÍN.





    Esclarecendo a permanencia institucional do mundo celtoatlántico o paso do castro á uilla galaico romana e á uilla medieval, nun dos cinco espazos acoutados da feligresía de O Val, Narón, moi ben conservada e conformada posiblemente por cinco jurisdicciones ou castros primordiales[xv] que sen desaparecer do todo, deron pábulo, conservándose sempre esencialmente e co mesmo inmobiliario de termino, túmulos, “mamaos”, en moitas ocasións, a cinco uillae medievais, e xa no século XVI á aparición, casualmente, de cinco coutos xurisdiccionais sobrepostos a estes espazos.



    Estas aparentes novidades, seguidas dende hai casi duas décadas por paisaxistas, anticeltistas, neoceltistas, etc., permítennos tamén a modo de sobremesa, non habendo nós seleccionado aleatoria ou apriorísticamente estas ilustracións, recollendo cinco xurisdicciones e cinco señores nunha parroquia como existiría claramente en algunhas vellas parroquias unha versión galega, aquí chamada con casi cincocentos topónimos “Quintá, Quintana”, do coiced irlandés.


    O quinto espazo, non sempre é un castro, dando lugar ao topónimo Quintá ou Quintana, unha quinta parte teóricamente situada no centro da feligresía. Un Qintá que, con máis de medio milleiro de topónimos e talvez de circunstancias similares que poderían dar lugar en moitas ocasións á existencia da propia igrexa parroquial, construída aparentemente en lugares deshabitados, talvez onde antes estivo un outeiro, pala ou altar de pedra secundario, como parece ser o caso da igrexa pretendidamente mozárabe de San Miguel de Celanova.


    Para comprender esta milenaria pervivencia relacional entre os señores e campesiños, arroupados por unha común linguaxe institucional, entre a nobreza e o obxecto do seu jurisdicción expresado nun invariable marco relacional inmune ao paso do tempo, que dá pé a longo prazo pervivencia, aínda apreciadas nas actuais bisbarras ou comarcas, da estrutura territorial das trebas, ciuitates, populi, e dos seus espazos xurisdiccionais interiores, os castella, domi, uici aut pagii que mostran as fontes clásicas e o común sentido, para acompañar os pasos desta evolución só tivemos que pelar ou romper a casca para acceder ao froito analizando o mecanismo socio institucional interno do territorio político comparativamente a través da mirada das fontes alto medievais como para as Galias fíxoo Numa Denis FUSTEL DE COULANGES [xvi] (1908) e para Galicia vímolo simultáneamente, con disparidad de medios e de métodos, Amancio ILLA FREZ  por unha banda, e o autor destes papeis  por otra, percorrendo o derradeiro a xénese e o desenvolvemento do territorio jurisdiccional dun castro :




    Os indicios que temos sobre usos e costumes atávicos na agricultura galega permítenos supor que os usos comunais nas agras (testemuñados -M. Iuniano Iustino Epitoma XLIV, 36- na península polas fontes) non impiden non horizonte céltico que se dividiran estas en tenzas de cadanseu labrego ben demarcadas que a arqueoloxía non intervencionista amosa nas ladeiras aterrazadas (Eiravedra, Sedes) próximas ao castro. Trala colleita os monllos dispostos ao pe dás leiras serían desmados polo señor e polo clero indíxena con distintos criterios dependendo dá posición -home libre con bois e terras, servo cós bois e a terra posta polo señor- do labrego. Polo que permite ver o sistema comparativo (Gibson 1988, 1990; Paterson 1981,1991 e 1994; Webster 1990) os usos agrícolas serían moi estables cá división en tres follas dás parcelas e a rotación de cultivos […] sistema este que non altera ou medio e, conserva os recursos naturais?[xvii] .



     





    [i] Sobrado. Tumbo II. Fol 142 v. y 143 r.




    [ii] O obxeto locado é unha uilla localizada nas inmediacións.




    [iii] QUAEQUMQUE RES AT MII AUSSI, SIQUI EA RES V[OBIS] S[OLVITA] L[IBENTER] ,V[IM] E[T?] S[INE] RANCEROM. Rancor,  “rencor” de lat. rancor; cf. rancidus “rancio” ten o sentido medieval de pleito, demanda xudicial: sine rancor…; si ego racurosa fuerit




    [iv]Carta do ano 834 (era de dccclxxiiª) de dote do diácono Francio á igrexa de Santa Eulalia de San Vicente de Triunico, arcedianato de Villaviciosa, asturias) onde se recoñece na intentio a fórmula de Remeseiros. In Cano Diploma. p. 314. Madrid, 1804, cunha nota existe pergamino en el legaxo 14 núm. 8 del cajón o pluteo que en el Archivo de Oviedo corresponde al Arcedianato de Villaviciosa”.


     




    [v]  DECA MEDAN DATUS /TEKA METAN TATUS, “Dez medas dé”, “pague dez medas”




    [vi] *-ue = lat. -uel




    [vii] De lat. uror-usti- ustum, “queimar”, “facer rozas para cultivar”




    [viii] Meda, modio, medida de cereal.




    [ix] Rancerom, De lat. rancor, “rencor”. En lat. galego medieval  “rancuro”, “preito”, “demanda xudicial”, “si ego rancurosa fuerit”.




    [x] Fermín PÉREZ LOSADA,1990, pp. 9-10 Unha peza epigráfica escepcional, similar ás pizarras que empregabamos os nenos galegos nas escolas nos anos 50 do século pasado e que o autor do hachado, Fermín PÉREZ cataloga con lixereza no contexto das coticulae, como losetas para preparar medicamentos e interpreta de xeito entretido como un texto profiláctico ou terapéutico, o cal axudaríanos –nolo dixo PÉREZ- a comprender o por que de que se acha escollido un elemento instrumental médico como base.




    [xi] Ademáis como respondendo a nosa lectio Icco-na Loimmina “ Icona (Epona) Luminosa,  ambos nombres propios que figuran na loseta, os nomes claramente de previsibles caballos “equam” conservarían o radical indígena ike-oton, ikku-riom. Por outra parte esta inscripción de Noville é contemporánea da de Cabeço das Fraguas e da de Lamas de Moledo. Miren a ver se tamén é lusitano IKEOTONEQVAM CCCV IKVRIONEQVAM L. os amigos Carlos Búa, Bascuas, o Moralejo. En todo caso xa nolo decidirán eles.




    [xii] Narón unha Historia Ilustrada na Terra de Trasancos. Na devandita obra aparecía como coautor xunto á ilustradora Eva MERLÁN BOLLAÍN e A. PENA GRAÑA, verdadeiros artífices do mencionado libro, polo feito de ter adaptado tres textos ou guións de A. PENA, o pedagogo A FILGUEIRA LÓPEZ, terceiro condómino dos dereitos do libro. Este derradeiro sen dúda por descoido republicándolo dixitalmente e traducíndoo sen permiso a varios idiomas cuns fondos Europeos motu propio coma se fóra dunha obra dá súa dirección e autoria principal, involuntariamente violentaría este condominio, eliminando sin querer contra dereito, da portada a Andrés PENA e á ilustradora Eva MERLÁN, coautores e condóminos da propiedade intelectual.




    [xiii] O cal non impide que existan algúns castros altánticos matriciales do primeiro, segundo, terceiro e cuarto milenio antes de Cristo.




    [xiv] Eso non o sabían entón todos os medievalistas emporiso en […] ad portum, “decoira […] hasta Porto” (porto=vado dun rio por donde pode pasar o carro), demarca […], se traduce como […]ata o porto de Coira […], como se Coira fora un lugar, un topónimo, có que a terceira persona do singular del presente de indicativo do verbo decoirar, “demarcar”,  decoira, “demarca” se convirte nun topónimo pantasma.




    [xv]Conservándose hoxe catro: Lopesa, Vilasuso, Quintá e a Pedreira, sendo probablemente o castro que aparentemente falta, Ciobre, un outeiro, trebopala ou un altar de pedra.




    [xvi] FUSTEL DE COULANGES, Numa Denís, Histoire des institutions politiques de l’ancienne France (6 vol., 1888-92, rev. y ed. De  Camille JULLIAN, 6 vol. 1905-14). Cf. J. HERRICK, The Historical Thougt of Fustel de  Coulanges (1954)




    [xvii] “Unha testemuña indirecta (M. Iuniano Iustino Epitoma XLIV, 36) confirma a existencia de decrúas e rozas nos montes que demandan usos comunais (cecais cada 20, 30 ou 40 anos como veuse facendo ata a presente centuria). Coa chamada ‘romanización’ -concepto que todos usamos pero convén dicilo non está definido no Nw- a vida cotidian dos castros non sofre variacións- salvo un aumento nas detracións campesinas por mor de novas taxas- tampouco o medio nin as estructuras políticas. Semella innegable que existiu sempre unha circulación comercial -obxectos de luxo importados polas élites- integrada nos “world economic Systhems” extendida a paises e culturas remotas, e que na dominación extenderonse productos (vino e aceite) costumes e obxectos mediterráneos e romanos. Na lingoa o latín foi empregado na escrita nas relacións có imperio, e o alfabeto da lingoa vernacula (literalmente dos escravos) nos usos e costumes indíxenas- como amosan as inscripcións lusitanas- do clero desaparecendo da escrita cando empreguen estos o latin nos textos trala sua conversión masiva ao cristianismo. O pobo nunca falou propiamente latín”.


     DRUIDAS, CROUGINTOUDADIGO RUEGA PERDONEN LA EXTENSIÓN, Y NUESTRO CARO PAREDROS ANDRÉ PENA LES DA LAS GRACIAS POR SU PACIENCIA.



     SALUD Y GLORIA



     


     


     

  6. #6 crougintoudadigo 30 de abr. 2008

     


    AGER ABUNDAT CARDUIS, NON QUOD AGRICOLA NON DIMOVERIT ARATRO


    Vallhalla et non empeeça, este… Cossue,  caro, cata, cata, que sunt nonnulli acuendis puerorum ingeniis non inutiles lusus, aunque mereciese Cicerón figurar en el Codolga, y te dice Crougintoudadigo,  que lo que nuestro caro paredros te quiere decir -eso, ait, ¡ay!,  ajuta me quo in fiat facilius,  te lo dice a tu caridad, aún a riesgo, de que el que comprende por definición,  no pueda ser comprendido ¿Me comprende vd.?


    Y no resignándonos nuestras caridades, este… Cossue, a que tu caridad no pueda comprender a nuestras paredrias caras  esta vida, te explicabamos cómo la penúltima cláusula de Botorrita –pues que todos tenemos derecho a equivocarnos, y nuestras paredrías lo tienen doblado- en principio nos parecia responder típica estructura de una claúsula de intentio omnipresente el la diplomática galaicoleonesa.


    Et non obcura per obscuriora, decíamos, este… caro Cossue, ya en el año 1991 (Pena Graña, Narón, un concello con historia de seu, I, pp 141-2; cf. tab. nota 45 pp 340-341 en Narón un concello con historia de seu II) -xa choveu-, entonces en gallego y ahora en llano castellano, que:


    "Las fórmulas autóctonas, romanizadas, sin que podamos precisar ahora en que grado, habrían pervivido sufriendo transformaciones formales, no estructurales, hasta el siglo XV, y [...] [en algún caso] allende la Edad Media hasta el siglo XIX. Y tenemos en [la Tierra de] Trasancos, ut supra, una buena muestra de ellas [y esas sí, caro Cossue que se las encontrará, a poco que las busque, en el Codolga, su caridad] en la documentación de [el monasterio de San Martín de] Juvia, [del monasterio de San Salvador] de Pedroso y de archivos particulares [APCM, Arquivo do Pazo da Casa do Monte].


    Está claro que los contratos agrícolas indígenas se fundieron con fórmulas romanas, comunes en contratos recíprocos (sinalagmáticos) que implican obligaciones bilaterales, pero estas cláusulas de intentio, que [según lo vió nuestro caro paredros Andrés Pena hace 16 años] caracterizándolas, nos es posible ver en la diplomática galaico leonesa y en la epigrafía [hispana], tienen tambien un arcaigo origen. Poseemos una importantísima (nos será necesario acudir a ella con frecuencia) inscripción (CIL II 2, 476), donde  [ya] plenamente desarrolladas apreciamos claramente [cosa que con anterioridad no  se había observado] cláusulas de intentio destinadas a tener una larga pervivencia en nuestra diplomática:


    ALLIVS REBURRI ROGO DEV ADIVTOREM IN AC CONDUCTA CONSERVANDA QVI (S)QVIS IN AC CONDUCTA P(OSSESSIONEM) MIGI AVT MEIS INVOLAVERIT SI(T) R(EVS).


    Tras la imprecación en la que se pide ayuda a Dios para sancionar el contrato, Allo, hijo de Reburro, dice: Pido ayuda a dios para conservar este arriendo [si se nos permite la licencia que verbum emphiteusis est aequivocum]/ Quien quiera que fuese contra mi posesión o la de los mios en este arriendo, sea reo


    Detengámonos en la cláusula conminatoria, familiar  en los diplomas gallegos posteriores [que si vienen caro Cossue, no sabe nuestro paredros si con alguna de sus Walkirias, en el Codolga] QVI (S)QVIS IN AC CONDUCTA P(OSSESSIONEM) MIGI AVT MEIS INVOLAVERIT SI(T/D) R(EVS)


    Probablemente continuaría el epígrafe señalando el tipo de sanción penal, consistente quizás en el valor del duplo de la misma más una multa. Pero su fragmentación no nos impide conocer en el, a primera vista, un arquetipo del foro [un tipo de contrato gallego].


    Como [según ha demostrado nuestro caro paredros en un densísimo corpus, cinco libros de arqueología institucional, los tres volúmenes de la historia de Narón, una Historia dos Coutos e das Xurisdiccións de Galicia, y Treba o Territorium, sumando más de 2000 páginas, amén de numerosos artículos] las transformaciones extructurales profundas no se dieron en el seno de las ciuitates o territoria[/terras] (por lo menos hasta el siglo XII o XIII, en que ut supra la política urbanizadora del rey Alfonso IX y la acción remodeladora del sistema de producción impulsado por el Cister [cosa, caro Cossue que trata con mucho detalle, fuentes documentales y aparato crítico, nuestro paredros Andrés Pena en el II y en el III volumen de la Historia de Narón], y [la influencia] de las villas costeras, promueven en algunas áreas nuevas formas de relación que [en parte] rompen con la autarcía y con la unidad estructural de los territoria  [las comarcas o trebas] en buena parte de Galicia) es de suponer que los contratos sinalagmáticos y las cláusulas de intentio de los mismos tampoco podrían cambiar mucho, teniendo que ser reconocibles en la Edad Media (y esto [escribíamos entonces] invalida todos los modelos creados hasta ahora que buscaron en el mundo Carolingio, o en la alquimia monástica, en todo caso de nuevo alén nos [fuera del sistema gallego e hispanocelta] los orígenes de nuestro arcaico sistema feudal, y que la pervivencia del sistema anterior, poco romanizado, ofrecería un panorama institucional de conjunto similar en la Alta Edad Media al [preexistente] de épocas muy anteriores a la conqusta.


    Veamos ahora como esto [lo contenido en los precedentes parágrafos] es así.


    En una carta del año 834 (era 872) de dote del diácono Francisco a la iglesia de Santa Eulalia y San Vicente de Triúnico (Arcedianato de Villaviciosa, asturias) se reconoce en la intentio la anterior fórmula_ […] Haec omnia, por partem ecclesia, et regula santa (sic) concedo.


    [...] Todo esto lo concedo para la iglesia y la santa regla


    […] Si quis contra hunc factum meum aliquis ad irrumpendum uenerit sit omnipotente Deo ante faciem suam reus et de santa


    ¿Nos sigues? te dice Crougintoudadigo en un apartado confidencial, que le parece que te has equivocado de campo competencial.


    .


    Este… Cossue, cuando nos dice Valhalla e fecha a porta, que vem Odim coa metá da saúde e toda a jlória al vent no te nos preocupes que nuestro caro paredros, nos gusta de Wagner (Pero más gusta de las Walkirias con sus gorgoritos Crougintoudadigo, que las carga el diablo con el oro del Rhinn de siete imperios, aunque me dice mi paredros que -si es de baja aleación - lo despreciemos que es vil metal).


    [cupio me esse clementem, este… Cossue, dice mi paredros a tu caridad que por si te interesa “ si… ad irrumpendum… uenerit”, se substituye -conséjate el Codolga, a ver si topas algo y aún algos, por  “si…aussus… fuerit , y que por este motivo y no por otro, el ausum temerarium obligla en estas clásulas no solo a restituir la integridad de la cosa dañada sino al pago de una sanción penal


    Y en este caso [ el caso que nos ocupa es caro Cossue la cláusula Tocoitei iós urantiomue auseti aratimue deca medam datus] sería – sobreéntiéndase, si se nos permíte la osada transposición apriorística, que como bien dice el caro Cossue no por formulada es válida, a menos que se fundamente- y que es lo  lo que parece que no sobreentendió, o sobrenteendio, tu caridad, Cossue, dicha claúsula expresada en latín  -de nuevo si se nos permíte la osada transposición- podría resultar  por los motivos expresados en # 166 a saber:


    “Tocoitei iós urantiomue auseti aratimue deca medam datus[v]


    Tocoitei iós =Quaecum que, ....*auseti


     *O verbo é auseti, de lat. audeo, audere, ausi, ausus, aussu


    quen queira que faga ausus, *-ue = lat. –uel, enclítico (e ainda do caro Cossue ;-) “bem a ”, “ora a ” ora a um urantiom, “ unha estivada”,de lat.uror-usti- ustum, “queimar”, “facer rozas para cultivar”, “estivada”.


    Ora –ue=vel enclítico aratim, a unha “arada”, terra de laboura


    Agora a cláusula especifica a multa


    DECA, “dez”, MEDAM “medas”, “modios de cereal”, DATUS, de dó, “de”, “pague”.


     


     


     Pues que la cláusula podría quedar así:


    Quaecumque vel urantiom ausit vel aratim deca medan pectet


    Espero que ahora se nos entienda mejor a nuestras paredrías


    Pero como en cuestiones de sobreexposición al clima de Alemania, o de Austria, no entramos, ni salimos, preferimos imaginarte, este… caro Cossue jugando en inocentes prácticas con H2O con las laringales Walkirias más feliz y más mejor,Y aún en tus videojuegos tampoco entramos, que te nos jugando en otros campos, a la vista está –¡Por Dios!, este… caro Cossue, mira que afectas te dedimos nuestras paredrías, que no por darte gusto, te nos  manejes y juegues con  SO4H2, Dios nos guarde a todos, ni fuera de tu campo competencial, ni lejos de tu limes danubiano,  ni en terrenos no abonados ypantanosos.


    El alpinista tiene más riesgo de caerse cuando sube una montaña que, por poner un ejemplo, el trepa que le pisa la cabeza la planta trepadora.  Y eso aunque que sube, eso no lo dude, bien atado, sujeto y equipado…


    Este… Cossue las cosas otras del aussus dicen que te ponen,y que te las ponen nuestras caras paredrías, que afectas te son, pero que te las ‘adian’ para otro día. Y atentos te atendemos.


    Atendiendo también, no te lo celamos aquí, a ciertas y caras forofidades nuestras (a quienes ya había postulado, en otro lugar, mejor escuela el pius y carus Almagro) recientemente poniendo ‘a caldo’ a ciertos pecados, que no diremos los pecadores escribuó un magistral atículo el Caro Bermejo Barrera – no sabe nuestro paredros si efecto o consecuencia de ese magisterio -  en Arbor vol. CLXXXIV, n 731, mayo junio 2008,


     El caro Bermejo empezaba concluyendo “ una vez que se señalan la inconsistencia de esos supuestos [el contraste existente entre la percepción que el grupo tiene de si mismo y su majen externa; desarrollar teorias que contradicen las bases empíricas de la investigación, etc.], se puede apreciar como debido a a las necesidades retóricas de : aparecer como innovadores integrales de la investigación;, como creadores de una teoria global y como servidores del interés público a través de la práctica arqueológica llegan a construir visiones del pasado partiendo de evidencias mínimas, e incluso utilizando como pruebas la carencia de evidencia”


    Pero se terminaba terminando el caro Bermejo Barrerra, una cita antigua de cierto Robert Musil, en “Esprit et experience, Remarques per des lecteur réchappés de Déclin de l’Occident (1984)  que principiaba


    “Hay mariposas amarillo limón: también hay chinos amarillo limón. Por lo tanto se podría definir a la mariposa como un chino enono con alas que vive en Europa Central”…


    Y, que lo promentido es deuda casi terminaba, terminando con “ Un zoólogo por poco que sepa que los últimos y más profundos descubrimientos de la técnica tendría que reflexionar sobre el hecho de que las mariposas no hayan inventado la pólvora: ello se debe precisamente a que se les adelantaron los chinos”.


    En fin como aquellos ciegos en busca del elefante, manus tentantes, an sit corpus, an illud ebur… a todos nos pasa el tiempo. Perdone que nuestras paredrías por falta de tiempo no le hayamos sido más breves.


    Esto… Caro Cossue Salud y Gloria.


    Salud y Gloria a todos druidas caros


     


     


     


     


     

  7. #7 crougintoudadigo 30 de abr. 2008

    Pixi


    et nunc dixiemus:


    En una carta del año 834 (era 872) de dote del diácono Francisco a la iglesia de Santa Eulalia y San Vicente de Triúnico (Arcedianato de Villaviciosa, asturias) se reconoce en la intentio la anterior fórmula_ […] Haec omnia, por partem ecclesia, et regula santa (sic) concedo.


    [...] Todo esto lo concedo para la iglesia y la santa regla


    […] Si quis contra hunc factum meum aliquis ad irrumpendum uenerit sit omnipotente Deo ante faciem suam reus et de santa communione sit extraneus [...]


    Si sucediese que alguén fose contra esta disposición miña, sexa reo ante de Deus omnipotente diante da sua cara, e afastado da santa comunción.


    Este... Cossue Valhalla pois et non empeesça :-)


     


     


     

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