Autor: Bernardo Macías
martes, 02 de octubre de 2007
Sección: Leyendas
Información publicada por: Gausón
Mostrado 18.833 veces.


Ir a los comentarios

El Final del Cuento

"Que ningún humano más sepa mi historia."

"Que ningún humano más sepa mi historia." Fue lo que que me djo Aria al volver de su viaje a Inglaterra. Sus poderes siguen ahí, sus sueños siguen ahí, sigue creyendo en ellos y viviendo de acuerdo a sus mensajes, pero no quiere que los humanos conozcan su historia, por miedo a que no la comprendan.


Así como hace meses me dió permiso de colgar este artículo, y ahora me lo retira, ahora me ha dado permiso de contar su historia solamente a los brujos y tempestiarios indios que conozco y con los que he trabajado desde hace años, y probablemente, después me retirará también este permiso. El cuento, a fin de cuentas, no es mío, sino suyo.

 


No hay imágenes relacionadas.

Comentarios

Tijera Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.


  1. #1 Gausón 15 de ago. 2007

    Ella no tenía idea de donde pudo haber sacado su abuelo el relato, y si bien al principio pensé que el señor podría haber sido un neodruida o neopagano trasnochado, al ser informado de que el tipo era un devoto católico que incluso curso estudios en el seminario acabé por desechar esa hipótesis. Pienso que probablemente se tratara de una versión elaborada por el abuelo a partir de algún estudio etnográfico que pueda haber llegado a sus manos, o quizá simplemente de un adorno literario para hacer el relato más poético y atractivo a su nieta. Sin embargo, también es preciso mencionar que por ejemplo en el folklore asturiano aparentemente la tradición oral mantuvo hasta fechas recientes el recuerdo de seres sobrenaturales no cristianizados, y que de hecho conservaban rasgos característicos de antiguas divinidades indoeuropeas. Al respecto, cito a Cristobo Milio Carrín, en su libro “El Mito de Sonname w:st="on" productid="la Creación">la CreaciónSonname> y Otros Mitos Asturianos”:


     


    Por último, quien pretenda conocer los dioses paganos de Asturies puede recurrir al folklore oral. La tradición aún guarda memoria de unos cuantos personajes masculinos, amos de las fuerzas de la naturaleza, en particular el sol, la tormenta y el viento. No se puede probar que estos personajes (el Reñubero, Xuan Blanco, Xuan Varas...) sean descendientes directos de los antiguos dioses, pero es evidente que no provienen de la tradición cristiana y se hace difícil, en general, rastrear para ellos un posible origen en la literatura erudita (lo que es fácil con otros aspectos de la tradición, como “las doce palabras retornadas”, por ejemplo). Por tanto, es razonable emplear las leyendas modernas para solucionar algunos de los problemas que encontraremos, al estudiar la religión antigua.


     


    También hay una serie de conjuros que se recitaban invocando al sol para que disipase la niebla, o algún otro meteoro desagradable:  “-¡Veite, cerzo, cercellín, / deste valle regueirín, / que ahí chi ven Xuan de Riba / xurando y devotando / que chi a partir úa dida / si te coye costa arriba / que chi ha partir un brazo / si te coye costa abaxo...!” (Íbid.)  Conjuro recogido en Boal. El sol es Xuan, nombre genérico del varón en la tradición asturiana. El apellido, “de lo alto”, tiene un origen evidente.


     


       “-Escampa, nublina, / de val.le en val.lina, / regueiros abaxo, /canales arriba, / que ehi vien Xuan Blancu / que te ha de comer / cola su mucher barbuda / y la sua perra l.lanuda...” (Íbid) 


     


    Antes de proseguir, me parece importante recalcar que en los conjuros antes anotados el Sol no aparece encubierto bajo una figura cristiana, sino simplemente como un personaje con poderes sobrenaturales cuya imagen se corresponde hasta cierto punto con la de antiguas divinidades celestes de las mitologías indoeuropeas. Al respecto, el autor continúa:


     


    Estos conjuros tienen una estructura prácticamente invariable. En ellos se recurre al sol como a un protector, un benefactor sobrenatural que, cuando se le pide, expulsa los fenómenos meteorológicos indeseados; en el conjuro de Xuan de Riba, por ejemplo, se atribuye al “cerzo” una apariencia humana, para  que pueda ser derrotado por el sol (quien le partirá el brazo, o el dedo del pie).


     


    Por otra parte, el hecho de que la protagonista del relato busque refugio en el mar no me parece tan fuera de lugar, pues creo recordar una versión del relato (se que corresponde a una región atlántica, aunque no recuerdo cual) donde la protagonista, no recuerdo si era una Virgen o que, termina su viaje a la orilla del mar, convertida en una roca calcarea ubicada precisamente entre la tierra y el mar. Pienso que quizá el abuelo hacia referencia a un mito de ese tipo, lo que no podemos saber es si este relato pertenecía a su propia tradición oral o bien, si lo sacó de algún libro.


     


     


     

  2. Hay 1 comentarios.
    1

Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.

Volver arriba