Autor: Onnega
viernes, 17 de noviembre de 2006
Sección: Toponimia
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Notas sobre -briga integrando topónimos

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A menudo se observa una incorrecta identificación de la toponimia -briga, ofreciéndose como topónimos representativos de esta categoría lo que son, en el mejor de los casos, realmente topónimos -bris más sufijo derivativo -ico. El error podría carecer de consecuencias importantes si se admite la equivalencia bris = briga, aún así convendría señalar con precisión qué forma (bris o briga) es la que se identifica en la documentación, con el objetivo de establecer áreas -bris y áreas -briga.

Imagen procedente del Diccionario toponímico y etnográfico de Hispania antigua donde se observa la inclusión de un topónimo -briga (Veigebriga) que analizamos en el punto 3 mostrando la incoveniencia de considerarlo como tal.


1. Blanca Prósper (1) relaciona la toponimia peninsular Nave con Navia / Nava. Para el par Navia / Nava es evidente su relación con el sustantivo que pervive en el castellano “nava”, ambos se han venido remitiendo a un hidro-orónimo paleoeuropeo *nawa, que se extiende también por los Alpes Dolomíticos, Córcega, Liguria, Lombardía y el Véneto. En este sentido Navia se había explicado como variación sobre *nawa, dejando fuera de la cronología paleoeuropea la toponimia Nave.
Prósper sugiere un corte distinto de la cuestión: no acepta *nawa > nava / navia, pues detecta distribución geográfica distinta para ambos resultados, siendo Navia propia del occidente peninsular. De ahí que sugiera la forma *nawis como precursora de Nave y Navia en el occidente. El tema en –i occidental propuesto por Prósper explica la hidro-oronimia Nave: arroyo de Valdelanave (Carbajales, Zamora), ribeira da Nave (Portugal). La forma *nawis se trataría de una integración de una raíz atemática en el grupo de temas en –i, fenómeno que es frecuente en latín y pudo haberse producido en la lengua prerromana occidental; Navia sería una variación o moción de *nawis para expresar género femenino.
La idea de Prósper parece que tiene apoyo en otras parejas de hidrónimos occidentales Ave / Avia, y además abre una interesante línea de trabajo para la toponimia prerromana, alternancia -e / -ia, que podría remitir a raíces tematizadas en -is.

2. CAELOBRICOI: varios autores, entre ellos Moralejo (2) prefieren la lectura CAELOBRIGOI. Este entiende que BRIGOI es nominativo plural en relación con el celta briga que desarrolla de la siguiente forma: “Puede verse que al haber reducido a sonoras sus dos sonoras aspiradas el lexema [*bh´rgh-] cumple con la ortodoxia del Céltico Común”. No cabe ninguna duda de que el autor trata BRIGOI como un todo donde ve bh > B y gh > G partiendo de la raíz *bhr´gh.
En la inscripción aparece también MACA / REAICOI, que transcribe con C en lugar de la G que emplea en la anterior. En ambas palabras los trazos para la terminación COI son idénticos y la estructura del texto de Lamas de Moledo es simétrica desinencialmente, sugiriendo una misma función morfosintáctica para ambos términos, así como la misma grafía C:
-crovceai maca / reaicoi
-ioveai caelobricoi
Esto nos lleva a considerar CAELOBRICOI como palabra derivada, igual que su homóloga MACAREAICOI, mediante un sufijo adjetivador cuyas variaciones analizaremos a continuación. Y por tanto, a considerar CAELOBR- como raíz de un tema en –i, *Caelobris.

3. Existe una “clara tendencia de los pueblos del Oeste y Noroeste hacia la reducción tópica de sus divinidades, tal y como se deduce de sus epítetos relacionados con la toponimia local” (3), esta evidencia que destaca Marco Simón convierte a los epítetos teonímicos en un corpus* muy adecuado para comprobar la sufijación que adquieren los topónimos cuando se adjetivan, bien sea para funcionar como teónimos, bien en otra circunstancia: Pidal (4) ya había señalado para el sufijo -aecus una variante -ecus, así como su gran arraigo en el Noroeste peninsular y su enorme rendimiento, ya que integra nombres de ciudades (Lamaecum > Lamego), epítetos teonímicos con origen en topónimos (Cariociecus < *Carioca, actual Queiroga), tribus y gentes (Galaeci).
Veigebreaego(m) es un epíteto teonímico para Bandue en cuya formación interviene el sufijo -aecus con evidente sonorización de la sorda intervocálica. La primera parte probablemente es un topónimo en -bre, *Veigebre, la velar sonora [g] seguida y precedida de vocal anterior podría ser el origen de un sonido fricativo palatal sordo, y ser *Veigebre un topónimo en -bre similar al actual Deixebre (Oroso, A Coruña). Si Veigebreaego(m) se hubiese conservado el resultado moderno sería Veixebrego / Veixébrego / Veixebriego, dependiendo de la zona, es decir si hay tendencia o no a la diptongación y al traslado acentual. El resultado moderno, pero no el testimonio antiguo, es susceptible de interpretarse como un compuesto con briga como segundo elemento. Lo que ha sucedido, en este y en otros casos que presentaremos, es que la sufijación sobre una raíz -bre produce un resultado que suena parecido, o igual, al celta briga.
Esto ya se había notado para los epítetos teonímicos de origen toponímico en -bre más sufijación. Se admite la derivación (5) para, por ejemplo, Caeilobr-icoi, Langobr-icu y Verubr-ico (masculinos), Munidi Eberobr-igae Toudopalanda-igae (femenino, con sufijación -ica sonorizada en dos casos) y Eburobr-icis (plural). El análisis morfológico anterior nos muestra raíces remisibles a un tema en -i * Veigebris, *Caelobris, *Langobris, *Verubris, *Eberobris, *Eburobris; la segmentación tipo “Ebero-brigae” no es admisible.
Además de la constatación del sufijo adjetivador, la segmentación correcta puede demostrarse también aislando la raíz: casos como Eburobr-ittium y Eburobr-icis apuntan a la misma conclusión, raíz *Eburobr-.

4. En este momento se produce un curioso razonamiento en bucle: precisamente ocurrencias tipo “Eberobrigae” fueron las responsables de la hipótesis “briga integrando topónimos como segundo elemento”. Una vez demostrada la inconveniencia de segmentar un -briga en “Eberobrigae” y afines, se acepta la inevitable raíz *Eberobris. En lugar de detener aquí el análisis se continúa detectando en *Eberobris un “bris” (5), bucle que nos lleva de nuevo a briga y su supuesta variante *brigs > bris (6). Variante que se había propuesto para explicar la toponimia en -bris como relacionada con la toponimia en -briga, deducida de segmentaciones erróneas tipo “Ebero-brigae”.

5. La propuesta de Salvado et al. (5) que hemos descrito en el párrafo anterior es la más coherente, ya que reconoce la evidencia de la sufijación o derivación. Continuar defendiendo ausencia de sufijación en un epíteto obviaría la estructura morfológica de los adjetivos derivados de sustantivos. La postura de Guerra (10) es ligeramente distinta: "Eberobrigae, además de poder interpretarse como un genitivo correspondiente a una formación en -briga, admitiría igualmente una explicación como un derivado con el sufijo -ico de un nombre de lugar en -bris"; la primera posibilidad de Guerra implicaría un epíteto sin morfema derivativo. Marco Simón sin embargo, continúa reflejando la segmentación tradicional “sus epítetos [de la divinidad Bandue] parecen aludir más bien a lugares habitados, por lo menos aquellos que contienen el sufijo -briga (fortaleza): Lanobrigae, Aetobrigo” (3). Pasando por alto la minucia de la denominación “sufijo” para algo que, de existir como segundo elemento de una palabra compuesta, habría que denominar como “palabra”, podemos centrarnos en el adjetivo masculino Aetobrigo, que porta el derivativo -ico con sonorización, más adelante lo cita como “Bandue Aetobrico(m)”. Son epítetos formados sobres nombres de lugar y como tales deben llevar la sufijación que los capacita para funcionar como adjetivos: una forma, rebuscada y en bucle, pero con cierta coherencia, es remitirlos a una base en –bris que permite, si no se evidencia su circularidad, seguir manejando la hipótesis “–briga como integrante de compuestos”. Otra forma sería explicar por qué los epítetos compuestos supuestamente con –briga están libres de sufijación derivativa, o lo que es lo mismo, justificar por qué no existen formas como *Eberobriga-ico.

6. Es muy posible que estemos ante toponimia –bris con moción para el género –ia y posibilidad de recibir sufijos derivativos, similar a la que observa Prósper en la alternancia Nave / Navia / Naviego.

7. Un caso distinto es el que aparece en el 3er Bronce de Botorrita, línea III.25. Puede leerse según transcripción oficial del texto (7) abaliu : berikakue. Para los editores del Bronce, Beltrán, de Hoz y Untermann, se trataría de dos nombres de persona (NP) coordinados entre sí por la conjunción copulativa postpuesta “kue”, es decir, un tal Abalio y una tal Berika. Abalio está documentado como NP en Abalus (un alfarero de Lezoux). Para Berika Untermann sugiere un compuesto con el sufijo –ica partiendo de una raíz breve *Ber, que reconoce que sólo encuentra en topónimos como Berisamo (nombre de un castellum gallego). No está atestiguado, pues, como NP, y es muy probable que no lo sea. Por motivos suficientemente conocidos el conjunto de signos que pueden leerse como berika también pueden leerse como brega o incluso briga: en el signario ibérico no se distinguen oclusivas sordas y sonoras, y la forma de grafiar grupos como BR, muta cum liquida, viene determinada por el carácter silábico del signo para la oclusiva. Resumiendo, para escribir [bre] hay que poner “be.r”, o sea, el signo para la sílaba “be” y a continuación el signo para el sonido [r]. Los editores del Bronce sugieren, por ejemplo, que BOLORA y BALAKOS sea la forma ibérica de escribir Flora y Flacus, el grupo fl.
La lectura que propongo, abaliu : brega, es un topónimo, y la conjunción copulativa postpuesta no une ambas partes del nombre sino todo el conjunto con lo anterior.
En primer lugar cabría pensar en lo evidente por la presentación separada: una briga de un tal Abaliu. En segundo lugar no debería descartarse la relación con los hidrónimos Vall-Llobrega (Girona, Valle Lubrica 968), Llobregós (Lleida), Llobregat (Barcelona, flumen Lubricato 950) y Garganta Lóbrega (Candeleda, Ávila). Hidrónimos que sugieren más bien un corte *aba-liubrega, que remitiría a la raíz paleoeuropea *aba (agua) o tal vez a *aval > val (valle), seguida del nombre del río más sufijo derivativo femenino, en concordancia con los femeninos arcaicos *aba o *aval (Avalle, asturias).
La segmentación abaliu : berika podría explicarse por etimología popular en la época: la existencia de la palabra “briga” provocó la identificación de una en la secuencia *abaliubrega, que originalmente era el hidrónimo *aba-liubrega o *aval-liubrega.
-La segunda parte del hidrónimo se encuentra exenta en los mencionados Llobregós, Llobregat y Lóbrega, los dos primeros atestiguados también con vibrante simple Rubricatus y Riubregós, que indican confusión de líquidas en ciertos contextos fónicos, además de latinización de la hidronimia antigua en el caso de Rubricatus.
-La sufijación de la segunda parte del hidrónimo puede deducirse comparando Baiobre y Vall-llóbrega.
-Finalmente: la imposibilidad de mantener simultáneamente diversas explicaciones para la hidronimia *Lóbrega. Ríos oscuros (lóbregos), ríos rojos (rubricos), ríos con –briga (v. mapa adjunto en el que Rubricatum forma parte de la toponimia –briga), o esta otra hipótesis sobre Riubregós = riu bragós, ço és “enfangat, llotós” o, mes genericament, “brut, d’aigües tèrboles”, según Albert Turull en http://www.llobregos.net/toponims.htm

8. « castellanos aiiobrigiaecinos ex gente gigurrorum » (8)
Según hemos visto hasta ahora los sufijos -aeco o -ico rechazan aparecer tras -briga. Lo resumíamos diciendo que no se encuentra, por ejemplo, un epíteto teonímico como *Veigebrig-aeco. En cambio el sufijo se añade a formas *Veigebris > Veigebre-aego. Por lo mismo si el epíteto modificase a un castellum esperamos también esta condición: castellum Veigebre-aecum. No hay más dato en contra de lo anterior que el chirriante “castellanos aiiobrigiaecinos ex gente gigurrorum” del bronce de Bembibre, en donde se observa sufijo -aeco adjunto a una base -briga: aiiobrigi-aec-. Hay suficientes datos (9) que apuntan a que este bronce es una falsificación, entre otros el que estamos destacando, posible invento basado en una incorrecta lectura del “Aiobaigiaeco” del Caurel. Una lectura inexperta *Aiobrigiaeco, motivada por la realidad de la toponimia –briga y el desconocimiento de que ésta rechaza –aeco o –ico, es la base del error del bronce de Bembibre, que no sirve para apoyar la lectura *Aiobrigiaeco en el Caurel a no ser, claro, que se quiera concluir que el del Caurel es también falso.

CAUREL
IRLugo 055 = AE 1973, 0289.
Appio Iunio Silano P(ublio) Silio /
Nerva co(n)s(ulibus) /
Tillegus Ambati f(ilius) Susarrus /
|(centuria**) Aiobaigiaeco hospitium /
fecit cum Lougeis castellanis /
Toletensibus sibi uxori libe/ris
posterisque suis eumq/ue
uxorem liberosque eius /
in fidem clientelamque sua/m
suorumque in perpetuo cas/tellanei
Toletensis receperunt /
egit Tillegus Ambati ipse /
mag(istris) Latino Ari et Aio Temari

_____________________________

*Corpus de epítetos teonímicos extraído de las referencias 3 y 5.
**Castellum

(1) Prósper B, “El nombre de la diosa lusitana Nabia y el problema del betacismo en las lenguas indígenas del Occidente Peninsular”, ´Ilu, 2, 1997, p.141-9.
(2) Moralejo JJ, “Lenguas paleohispánicas”, Os Celtas da Europa Atlántica, Ferrol, Concello de Ferrol, 1999, p. 17-45.
(3) Marco Simón F, “Religion and religious practices of the ancient celts of the Iberian Peninsula”, e-Keltoi, vol. 6, p. 287-347. url http://www.uwm.edu/Dept/celtic/ekeltoi/volumes/vol6/6_6/marco_simon_6_6.pdf
(4) Menéndez Pidal R, “Mars Cariociecus y la etimología de Quiroga”, Toponimia prerrománica hispana, Madrid, Gredos, 1952, p. 263-6.
(5) Salvado P, Mendes Rosa J, Guerra A: “Um monumento votivo a Arância e Arâncio, proveniente de Castelejo (concelho do Fundão)”, url http://www.ipa.min-cultura.pt/pubs/RPA/v7n2/folder/12.html
(6) Moralejo Lasso A: “Sobre los nombres toponímicos gallegos en -obre y sus afines”, Toponimia gallega y leonesa, Santiago de Compostela, Pico Sacro, 1977.
(7) Beltrán F, de Hoz J, Untermann J: El tercer bronce de Botorrita (Contrebia Belaisca), Zaragoza, Departamento de Educación y cultura, 1996.
(8) Alföldy G: "Das Neue edikt des Augustus aus El Bierzo in Hispanien", 2000
http://www.uni-koeln.de/phil-
fak/ifa/zpe/downloads/2000/131pdf/131177.pdf
(9) http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=2972
(10) Guerra A: "Omnibus Numinibus et Lapitearum: algumas reflexoes sobre a nomenclatura teonímica do Ocidente peninsular", Revista portuguesa de arqueología, 5 (1), 2002, p. 147-59. En http://www.ipa.min-cultura.pt/pubs/RPA/v5n1/folder/147-159.pdf

NOTA: las conclusiones implícitas en este artículo por el momento no están contrastadas.



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