Autor: lgmoral
martes, 22 de noviembre de 2005
Sección: Toponimia
Información publicada por: lgmoral
Mostrado 34.478 veces.


Ir a los comentarios

TOPÓNIMOS EN -OBRE Y EN –ULFE

Los topónimos en -OBRE, prerromanos célticos, y los en -ULFE, ya germánicos, no tienen origen común ni derivan un tipo del otro. En todos los puntos de sus formas, evoluciones, inventarios léxico-semánticos y distribuciones temporales y espaciales son claramente diferentes.

Sobre datos y métodos en el estudio de tropónimos.

TOPÓNIMOS EN -OBRE Y EN –ULFE
por lgmoral
0. En CELTIBERIA.NET se ha hablado una y otra vez sobre los topónimos en -OBRE y en -ULFE, que en BIBLIOTECA – TOPONIMIA, "Sobre Almurfe y topónimos en –ulfe" y en ARCHIVO de CONOCIMIENTOS, "Toponimia y Paleopaisaje", han sido presentados por Onnega (Ver además sus intervenciones en "Listado de topónimos de origen suevo en la península" de Ainé en BIBLIOTECA – TOPONIMIA) como variantes o evoluciones de un mismo punto de partida, con la presunta demostración de que “no pueden ser lobos y brigas celtas al mismo tiempo, y probablemente ninguna de las dos opciones”. [Nota.- Toda cita entrecomillada que no se adjudique expresamente a otra persona es de textos de Onnega en CELTIBERIA.NET]. Al tratar de LIORFE, y no sé si respecto de solamente este topónimo o de todos los en –OBRE, -ULFE y sus variantes, se inclina Onnega a pensar (“opinión personal”) “en que no hay ni tales lobos ni tales brigas”. No he visto o no recuerdo qué orígenes (hablantes, lengua, tiempo espacio) asigna Onnega al material onomástico de que hablamos.
El propósito de mi artículo es reafirmar las tesis tradicionales, como han hecho ya muchos de los que entablaron diálogo con Onnega. No descarto que estas tesis puedan ser objeto de discusiones a fondo y de rectificaciones puntuales y tal vez importantes, pero creo que hay imperativos de método y de documentación para que nos reafirmemos en que son de filiación céltica, ya prerromanos en Hispania aunque tengan vitalidad como para incorporar materiales ya latinos, los topónimos en -OBRE y sus variantes antiguas y modernas, con la significación de ‘altura’ ventajosa para la seguridad de quienes se asientan en ella, mientras que los topónimos en -ULFE y variantes son de filiación germánica, ya posteriores en Hispania al dominio romano, y son topónimos secundariamente, pues primariamente son antropónimos en los que interviene la raíz indoeuropea que genera las formas germánicas got. WULFS, ing. y al. WOLF, etc. con el significado de ‘lobo’, dentro de un sistema antroponímico en que este animal, el oso, el caballo, el águila, etc. tienen una función relevante por las cualidades de las que son poseedores, símbolos o modelos.
1. Me parece que en ningún momento, al menos en sus intervenciones programáticas o más largas y significativas, ha pasado Onnega de calificar -OBRE, -ULFE y sus respectivas variantes con el evidente, pero impreciso, “terminaciones” y he de empezar mi presentación con la precisión de que -BRE, -ULFE y variantes no son sufijos de derivación (error habitual entre no filólogos), sino lexemas en composición, segundos elementos de un término compuesto, y remisibles a raíces indoeuropeas: raíz nominal-verbal en el caso de –BRE, es decir, raíz con significación apta para generar indistintamente sustantivos, adjetivos y verbos; raíz nominal en el caso de -ULFE, es decir, con significación apta para generar sustantivos y adjetivos, y sólo secundaria e indirectamente generar formas verbales. Ser lexema nominal-verbal o sólo nominal permite a las raíces de –BRE y de –ULFE formar por sí solas una palabra simple o ser tanto primero como segundo término de una palabra compuesta: por ejemplo, BRIGANTIUM (con sufijos), BRIGOMARUS, NEMETOBRIGA Quede ya precisado que la raíz de –ULFE es rara como primer término (GULFEMIRUS, GOLFARIZ ...) pero abunda como segundo (ADAÚLFE, SANDULFE, SESULFE ...).
2. Paso ya, con base en la opinión común y bien sabida respecto de –OBRE y de –ULFE, a lo que estos topónimos nos ilustran sobre el territorio en que se documentan y sobre las gentes que los utilizaron.
2.1. Si los topónimos en -OBRE y sus variantes antiguas y modernas son de filiación céltica, ya prerromanos en Hispania, con -BRE y variantes en la significación de ‘altura’ ventajosa para la seguridad de quienes se asientan en ella, su implantación territorial es indicio notable de presencia céltica, aun cuando sólo fuese en el nivel de moda o influjo cultural (Cf. entre nosotros el aluvión de nombres bíblicos, griegos ...), y su etimología es ilustrativa de los criterios con que aquellas gentes asentaban sus poblaciones, bien entendido que las circunstancias naturales y sociales de todo tipo pueden hacer que no se precise de lugares elevados (con o sin otras defensas) para asentar población y, por tanto, -OBRE en sus variantes antiguas y modernas pueda aparecer también en el nombre de poblaciones en lugares no elevados, y otro tanto puede ocurrir con sus parientes indoeuropeos, los germánicos –BURG, -BOROUGH (NEUBURG, HAMBURG, MARLBOROUGH, DESBOROUGH ...) al igual que tampoco los topónimos eslavos con –GRAD o –GOROD (PETROGRAD, NOVGOROD), o los topónimos célticos con –DUNUM (NOVIODUNUM, LUGUDUNUM) y el común inglés TOWN ‘ciudad’ implican necesariamente el cerco o vallado a que apunta su etimología. Es decir, los célticos -BRIGA, -BRIX, -BRIS, hoy –BRE y variantes, sus equivalentes germánicos -BURG, -BOROUGH y nuestros BURGO(S), y demás material eslavo y céltico citado son diferentes maneras indoeuropeas de precisar un asentamiento humano que, perdidas sus notas originarias, pueden significar un genérico ‘población, ciudad ...’. Creo que en estas notas hay algo de lo que Onnega valora bien en la toponimia y su interacción con el (paleo)paisaje. NOTA.- Tal vez el galés LLANYBRI no sea "iglesia de Ubri" como cree Onnega, sino "colina de la iglesia": en galés LLAN es 'iglesia' y BRI es 'colina' -¡como 'hill-top' y 'borough' veo descrito el lugar!-; es decir, en LLNYBRI estamos ante una forma a emparejar con las en -BRIGA, -BRE ..., una buena cantidad de material común y onomástico de todo el mundo céltico.
2.2. ADOUFE, SESULFE ... son antiguos genitivos de singular en –I, segunda declinación latina, que nombran el propietario o posesor de un fundo, de una villa ... y son parte de un amplísimo y frecuentísimo uso de antropónimos que van de los prerromanos persistentes tras la romanización y de los latinos a los germánicos y de otras procedencias (semíticos, griegos ...); antropónimos que suelen aparecer en caso genitivo, expreso o no su determinado (VILAMARÍN o sólo MARÍN), pero también en nominativo (ROMARIGO, O VIÑAO, medieval OVINIANO), o generando adjetivos, expreso o no su determinado (CORNELLANA, LOURENZÁ), o ya con preposición DE (CASDEMIRO, VALDADULFO ...).
Si es cierto que –ULFE es de antropónimos germánicos que derivan a un uso toponímico, a identificar el lugar por el nombre de su posesor, es evidente que su etimología, con el lobo en protagonista, no es relevante en absoluto para determinar la naturaleza y demás condiciones del terreno que el topónimo nombra, al igual que en un “Villa Rosa” alusivo a su propietaria o habitante no hay expectativa de rosas y rosales en la tal villa; esta digresión, tan elemental y tan superflua, tiene que decirse porque en la discusión sobre –ULFE algo se ha argumentado y discutido metiendo en danza a los lobos y complicando la cuestión con otros topónimos que pueden o no aludir a ellos, pero que no afectan en absoluto a lo que son –ULFE y sus variantes y su uso. Es decir, en el estudio de los topónimos que son ‘nomina possessoris’ el (paleo)paisaje no sale ganando otra cosa ¡y no es poca! que información sobre la filiación lingüística y cultural de quienes lo poseen y de cómo se nombra y articula un territorio en función de la propiedad.
Tras esta somera presentación de –OBRE y –ULFE me permitiré decirle a Onnega que la propuesta de Piel sobre –ULFE como germánico y 'nomen possessoris' tiene de todo menos de "originalísima": es un simple aterrizar en una realidad masiva y sistemática; y quien crea que "algunos filólogos se han montado lo de la suevidad, las brigas y los posesores" se limita considerablemente el campo toponímico y la posibilidad de entenderlo. Y se le hace muy poco honor a la cantidad y calidad de trabajo con que Piel y Kremer, Bobes, Pérez Losada, Gröhler, Hanley, Pabón y muchos otras han puesto de relieve los 'nomina possessoris' en Hispania y otras áreas europeas.
3. La razón principal que me mueve a presentar en CELTIBERIA.NET este artículo es que creo que en las posiciones de Onnega y de algunos, no todos, sus dialogantes hay errores o fallos significativos, bien de documentación, bien del método con que esa documentación debe tratarse para unas conclusiones correctas o, cuando menos, para saber nuestros límites y cuánto nos queda por tener (más) claro el terreno en que trabajamos. Mi propósito es ir más allá del interés concreto que tienen los topónimos en –OBRE y en –ULFE y hacer para los visitantes de CELTIBERIA.NET una exposición de la que puedan deducirse criterios básicos con que se debe proceder en el análisis de cualesquiera grupos onomásticos.
3.1 En Hispania a través de fuentes griegas y latinas, literarias y epigráficas, conocemos un número significativo de topónimos compuestos con segundo elemento que, ahorrándonos fárrago que ahora no viene a cuento, tiene en su nominativo de singular las variantes –BRIGA, -BRIX y –BRIS (NEMETOBRIGA, KAITÓBRIX, AVILIOBRIS son ejemplos tópicos).
Ya desde el s. XVI –por ejemplo, en Garibay, Buchanan, Huerta y Vega, etc.- resulta clara la adscripción céltica de –BRIGA y variantes por el territorio en que se documentan y sus claros paralelos antiguos y modernos en lenguas célticas; resulta clara también su significación de ‘población, ciudad’. Para Humboldt y su “Prüfung der Untersuchungen über die Urbewohner Hispaniens vermittelst der Vaskischen Sprache” (Berlin 1821) los topónimos en -BRIGA son marca decisiva de un margen o fondo céltico dentro de la unidad lingüística “ibérica” (¡hipótesis vasco-iberista!) que él suponía para la Península. En 1954, H. Rix, "Zur Verbreitung und Chronologie einiger keltischer Ortsnamentypen" [en apéndice a W. KIMMIG, "Zur Urnenfelder in Südwesteuropa" en “Festschrift für Peter Goessler”, Stuttgart] estudió el reparto de los tipos célticos –BRIGA (Gallia, Hispania), -DUNUM (Gallia, Brittania), -MAGOS Gallia, Brittania).
En el aprovechamiento de -BRIGA para definir el mapa lingüístico hispánico fue decisivo J. Untermann, “Sprachräume und Sprachbewegungen im vorrömischen Hispanien”, Wiesbaden, 1961 [“Estudio sobre las áreas lingüísticas pre-romanas de la Península Ibérica”, Archivo de Prehistoria levantina, 10, 1963 y “Areas e movimentos lingüísticos na Hispana pré-romana”, Revista de Guimarães 72, 1962]. Con -BRIGA y otros materiales onomásticos delimitó Untermann la Hispania indoeuropeizada, contraponiéndola a la de los topónimos ibéricos con IL(T)I-, IL(T)U- (ILTIRTA / ILERDA > LLEIDA o LÉRIDA, etc.) y a la de los topónimos meridionales y sudoccidentales con -IPPO, -UBA, -IGI, -UCCI y -URGI (OLISIPPO(NA) > LISBOA, ONUBA> HUELVA, ASTIGI, ITUCCI, AURGI ...). En el acopio y en la interpretación de topónimos con -BRIGA y demás variantes antiguas, medievales y modernas destacaré los estudios de Albertos, Búa, Caro Baroja, Menéndez Pidal, Moralejo, Prósper, Villar, etc.
En la interpretación de -BRIGA y de sus variantes ya antiguas -BRIX, -BRIS, es poco menos que unánime la remisión a Pokorny, IEW 140 *BHEREGH- ‘hoch, erhaben’, BHERGHOS ‘Berg’, ... raíz que desde su grado vocálico cero (es decir, ausencia de vocal) *BHRGH evoluciona a BRIG , con deaspiración de las oclusivas, *BH- > B-, *-GH> -G-, y con vocalización *-R- > -RI-, dos hechos que encajan plenamente en lo que define al Céltico Común respecto de sus orígenes y adláteres indoeuropeos. En particular, la vocalización *-R- > -RI- es marca inequívoca de celtidad.
3.2. –ULFE y otros antropónimos germánicos que se hacen topónimos son tan claros, abundantes y sistemáticos en su documentación que ya Fray Martín Sarmiento, hombre poco amigo de meterse en camisas de once varas (nos dice "no gusto gastar el tiempo en averiguar lo que ya es inaveriguable"), los recogió (453), en "lugares godos o suevos" y con alusión a ser nombres de posesores en su “Onomástico etimológico de la lengua gallega”, completado hacia hacia 1758 [Excelente edición y comentario, 2 vols., de J. L. Pensado, La Coruña, 1999]. Hay que hacer notar que Sarmiento erró en tener también por "lugares godos o suevos" un corto número de topónimos en –OBRE (452), pero nunca estableció relación específica entre ellos y los en –ULFE.
De entonces a hoy destacan los trabajos de Meyer-Lübke, Nunes, Sachs, Menéndez Pidal y otros, con remate feliz en varios estudios de J. Mª Piel, que fue encargado de presentar los materiales germánicos en la "Enciclopedia Lingüística Hispánica", I. Antecedentes. Onomástica (Madrid, 1960) y es autor, con D. Kremer, de un excelente “Hispano-gotisches Namenbuch” (Heidelberg, 1976) con acopio notable de documentación medieval y con discusión detallada de las mil circunstancias que han podido condicionar variantes, evoluciones anómalas, etc. del material estudiado. A Piel – Kremer se le podrán hacer mil rectificaciones y adiciones de detalle o de entidad, pero la verdad central de lo que presentan es de las que los griegos llamaban “adquisición para siempre”.
Obviamente, de que –ULFE y sus variantes significan ‘lobo’ no ha habido nunca la menor duda, ni tampoco de que el lobo afecta al antropónimo como tal (dentro de la creencia de “nomen, omen”), pero nada dice del lugar que se nombra con el nombre de su posesor.
3.3. En toda la documentación antigua de que disponemos para –BRE y variantes no hay otra cosa que –BRIGA, -BRIX, -BRIS y faltan totalmente las formas en que –R- se sustituya por la otra líquida –L-, o que se produzca la metátesis –BR- > -RB-. Es importante que no haya ninguna documentación, y difícilmente podría haberla, de que la consonante bilabial –B- sea intercambiable con la grafía –V- de semiconsonante –w-. Más importante todavía es que no hay nunca –F- en lugar de –B-, cosa que no es de extrañar y es de agradecer, y no por lo que queramos sostener sobre el origen de –BRIGA y afines, sino porque el fonema /F/ es en material indoeuropeo paleohispánico una rareza y un quebradero de cabeza, tal como se puede ver en la discusión de IFADEM y algún otro término lusitano.
Lo relevante es que con toda esa documentación con sólo –B- como punto de partida muy difícilmente podrían ser ciertas las evoluciones que nos propone Onnega, que arranca de –ULFE / -OLFE y variantes –URFE / -ORFE para una metátesis en -UFRE, -OFRE, formas a las que les “es muy fácil pasar” a –UBRE / -OBRE. Es decir, Onnega nos propone como punto de partida lo que no está en la documentación más antigua y como punto de llegada lo único que hay en la documentación antigua. Tras tan sorprendente propuesta ya son letra pequeña imprecisiones como tener por “fricativa labial” la –F-, que es fricativa labiodental, y creer que la “interpretación” *-F- > -B- que nos propone tiene indicio o apoyo en una grafía medieval transcrita por los editores con –U- o con –V- (ANOURE, ANOVRE, pero también hay ANOBRE varias veces para el que es el actual OMBRE).
Y lo relevante se continúa en que, salvo error en mi lectura, en toda la mucha documentación que reúnen Piel y Kremer para lo que es –ULFE, -URFE, -OLFE, -ORFE, -OUFE, -UFRE ... nunca hay –B- por –F-, ni en lo medieval ni en lo moderno.
3.2. En los topónimos en –ULFE son cosa cierta la vacilación de timbres O/U en –OLFE / -ULFE, etc., la vacilación de líquidas L/R en –ULFE / -URFE, y también la vacilación –ULFE, -URFE / *-UFLE, -UFRE. Estas vacilaciones son tanto alternativa sincrónica según espacios y niveles como tendencias en perspectiva diacrónica, es decir, cambios fonéticos en el pleno sentido del concepto. Me permito señalarle a Onnega que las variantes –UFRE, -OFRE por metátesis ya están recogidas en Piel y no es “un paso más” que nos dé ella.
Ya señalé que en –BRIGA y afines nunca se documentan vacilaciones de ese tipo, que también serían muy posibles, por ejemplo, al lado de -OBRE no tenemos hoy algún *-OBLE, *-OLBE, o algún -ORBE que no sea el SEGORBE que es traslado altomedieval a tierras de Castellón de la diócesis de nombre SEGOBRIGA o SEGOBRIX, nombre celtibérico evolucionado según pautas que no son de aplicación al material del Noroeste. [Nota.- Un CRISTOBLE y un VILACORBE deben (de) proceder, supongo, del grecolatino *C(H)RISTOBALI y del latino *VILLA CORVII; en LORBÉ la acentuación nos lleva a otro terreno que el de –OBRE].
Pero no me interesa sacar partido de que no haya tales vacilaciones y, en cambio, sí voy a fijarme en la supuesta evolución de –UFRE, -OFRE a -UBRE, -OBRE o, si alguno lo prefiere y por respeto a la documentación, póngalo en secuencia inversa. Del proceso –F- > -B- (o –B- > -F-) ya no tengo tan claro que sea una mera vacilación sincrónica –dialectal, de nivel de lengua, individual ...- y más bien me parece un cambio diacrónico en el que es exigible, o cuando menos esperable, una regularidad. En esto hay que ser claros y exigentes, pues desde los neogramáticos Brugmann y Osthoff (1876) la ‘Ausnahmslosigkeit’ o regularidad sin excepciones o con sólo excepciones ‘aparentes’ en el cambio fonético es exigencia imprescindible en el trabajo histórico-comparado para prevenir coartadas o antojos en que cada cual propone lo que le parece y lo prueba como mejor le conviene. Es exigencia para que, por ejemplo, la Etimología -¡en ella andamos!- no sea, como decía Voltaire, una práctica en la que las vocales no cuentan y las consonantes cuentan muy poco.
Aunque excepcionalmente los topónimos por su status puedan estar libres de regularidades fonéticas que afectan al léxico común y tener, por tanto, un aire conservador e incluso arcaizante, esa excepcionalidad es cosa a probar y aprobar en expedientes individuales y no acierto con las razones por las que un buen número de topónimos en –OFRE, -UFRE pasó por el cambio –F- > -B- que propone Onnega (o –B- > -F- que sugeriría la documentación), pero otro buen número escapó a él, aunque todos ellos estaban, según parece, en las mismas condiciones contextuales y en un mismo nivel de sistema y de uso, de lengua y de habla.
A estas alturas ya sería ‘peccata minuta’ preguntarse si en los topónimos en –ABRE, -EBRE, -MBRE (por ejemplo, ALCABRE, DEIXEBRE, CAMBRE ...) tenemos una pequeña variación contextual que causó o favoreció la regularidad total del cambio –F- > -B- y no dejó sobrevivir resto alguno de **-ALFE, **-AFRE, **-ELFE, **-EFRE, **-NFRE ... y variantes previas o alternativas, mientras conviven la presunta novedad –OBRE ... y sus presuntos antecedentes -OFRE, -ULFE, etc. Otra forma de marear la perdiz sería postular y probar que -ABRE, -EBRE, -MBRE (ALCABRE, DEIXEBRE, CAMBRE ...) tengan orígenes y cursos diferentes a los de –ULFE y de su presunto derivado o alternativa –OBRE.
3.3. Pero será mejor volver a cuestiones de interés. Por ejemplo, la de que toda tendencia fónica tiene un tiempo y un área de actuación y de tal manera que le son reconocibles unos límites respecto de las áreas en las que no actuó. Cosa tan elemental como que con las isoglosas de F>H frente a F conservada, o de –L- conservada frente a –L- eliminada se trazan límites tan claros como los del castellano innovador (HIERRO, HIJO, HABA) frente a gallego-portugués y otras áreas conservadoras (FILLO, FERRO, FABA ...), pero castellano conservador (CIELO, PALO ...) frente a gallego-portugués innovador (CEO, PAU ...).
Si yo me encontrase con un mapa de límites más o menos claros entre –OBRE, --UBRE y las formas presuntamente más antiguas –ULFE, -URFE, etc., no redactaba estos folios. Pero me atengo al mapa de Galicia y me encuentro con que en el territorio en que abunda –BRE en todas sus variantes –curso del río Ulla, Rías Altas, es decir, territorio de cilenos, tamáricos, cóporos, nerios, ártabros, ...- también están –ULFE y sus variantes. Los dos tipos toponímicos convergen en al menos ocho municipios (Brión, Carballo, Cesuras, Tordoia, Pontedeume, Guitiriz, Palas de Rei, A Estrada) del área en que –OBRE y afines abundan; los nombres en -ULFE no faltan en otros ayuntamientos enclavados en el área de –OBRE, mientras que en el área de –ULFE y variantes, que cubre (casi) toda Galicia, no faltan algunos ejemplos de –BRE. Me temo que no hay manera de trazar límites y áreas para el reparto de ambos tipos y creo que su copresencia o mezcla nos indica que son tipos distintos y compatibles, con cursos distintos e independientes el uno del otro.
3.4. Y todavía más importante es que, como ya dije, sólo excepcionalmente los topónimos pueden estar ajenos a las tendencias y regularidades fonéticas que afectan al léxico común y, por supuesto, los topónimos no tienen en exclusiva tendencias, cambios y regularidades fonéticas que el léxico común no conozca. Está claro que la evolución de *LAURENTIANA a LOURENZÁ, o de *VICUS a VIGO, tiene los mismos cambios regulares que afectaron a los términos comunes LOUREIRO, MAÑÁ, AMIGO ... En mi repaso a las Gramáticas Históricas de García de Diego, Nunes, Williams, Ferreiro, Maia, etc. para el gallego-portugués no encuentro ningún cambio regular *-F->-B- (insisto en que más bien tendría que ser –B- > -F- de acuerdo con la secuencia documental), que es el cambio que necesita Onnega para hacer converger –ULFE y -OBRE. Por tanto, el postulado de tal cambio es puro antojo o ‘a priori’ para casar –OBRE con –ULFE.
En cambio, encuentro ejemplos en sincronía y en diacronía de vacilación en las líquidas L y R e incluso de clara tendencia L > R (Cf. en gallego BRANCO, CRAVO, PRANTA ... ) para no tener la menor objeción a la comunidad de –ULFE, -URFE, -UFRE (¡y no *–UFLE!) ... o para explicarme con qué facilidad los topónimos gallegos remisibles a *-BRIS en contextos de /oclusiva+BRE/ presentan metátesis de -R- y el final –BE o –VE que se nos documenta en MEMBRIBE, LESTROBE, *TALOBRE > *TOBRE > TROBE, *MONTOBRE > MONTROVE, etc. (cf. lat. PAUPEREM > *POBRE > PROBE, aunque esta forma tenga tacha de vulgar por presión del castellano POBRE).
4. Hasta aquí un par de razones de realidad documental, de inverosimilitud fonética y de reparto anómalo, más bien imposible, en el mapa para negar de plano las tesis principales de Onnega, a saber, que de -UFRE, -OFRE tenemos -UBRE, -OBRE. Pero hay más, pues habrá que ir a un censo detallado de los primeros elementos de composición en los antiguos –BRIGA, -BRIX, -BRIS y los actuales –BRE y variantes, por un lado, y de los primeros elementos de composición en –ULFE y variantes, medievales o modernas, para ver que:
4.1. Para los primeros elementos de –BRIGA y su grupo, aparte lo mucho inexplicado o muy conjetural que todavía nos queda, hay en documentación antigua, medieval y moderna materiales que no pueden ser germánicos de ninguna forma y que hacen conjunto o sistema con otras formas, tampoco germánicas, pero segura o probablemente prerromanas o ya latinas. Y en esos materiales no se nos repiten nunca como primer elemento de –ULFE y sus variantes. Por ejemplo, el antiguo AVILIOBRIS tiene a su lado el antropónimo AVELIUS, AVILLIUS; el antiguo LONDOBRIS es inseparable de LONDOÑO ¡¡y de LONDINION > LONDRES!; en BAIOBRE, CALLOBRE, CANZOBRE, CILLOBRE, MAIOBRE ... parece muy probable que tengamos como base los antropónimos BADIUS, CALLIUS o CALLEUS, CANTIUS, CILIUS, MAGIUS ... En BEDROBE, parece que de *BEDOBRIS, está el céltico *BED- ‘canal, zanja, mina’ que reconocemos en BEDUNIA y en fomas celtibéricas. SILLOBRE puede derivarse de un SILIUS, pero también hacer sistema con SILLEDA, SILLEIRO ... ; LESTROVE (si de *LESTOBRIS) hace sistema con LESTA, LESTÓN, LESTIDO, LESTEDO ... y la planta LESTA. Y se podría alargar la lista de términos oscuros, o con etimología indoeuropea segura o probable, pero que nunca podrían ser de línea germánica y sí pueden serlo de la céltica o de la latina.
4.2. Si pasamos a –ULFE y variantes la claridad ya es total, clamorosa, y no consiste en que, echando mano de ejemplos anteriores, no tengamos los dobletes **ANZOLFE, **BAIOLFE, **CALLOFRE, **CANZOFRE, *CILLOFRE, **MAIOFRE, **BEDROFE ... o cualquier otra variante que convenga a las tesis de Onnega. Lo claro, masivo, sistemático es que –ULFE y sus variantes son segundos términos de compuestos cuyo primer término es de germanidad indiscutible y hace red o sistema con otros igualmente germánicos para formar otros compuestos: ADOUFE, ARUFE, ESTRUFE, FREXULFE o FREXUFRE, GONDULFE ... tienen el mismo primer término que ADAMONDE, ARAGUNDE, ESTREMIL, FRUXILDE, GONDOMAR ... y bastarán, creo, estos pocos ejemplos para sugerir al lector el amplísimo mundo de la antroponimia y toponimia germánica que nos llega con el declive del poder romano y a la que debemos ALFONSO, GUNDEMARO, BALDOMERO, RECAREDO, LEOVIGILDO, TEODORICO, RODRIGO, RAMIRO, RUDESINDO ... y sus variantes evolucionadas y sus abundantes derivaciones toponímicas ALFONXE, VILLALONSO, ... GONDOMAR, GONDORIZ, ... BALDOMAR, BALDOMIR, ... RECAREI, RECAMONDE ... y unos cuantos folios más.
4.3. Y no sobrará hacer ver que no nos toparemos con, por ejemplo, **ADOBRE, **ARUBRE, **ESTRUBRE, **FREXOBRE, **GONDOBRE ... como (im)posibles alternativas y variantes de los antropónimos / topónimos germánicos que acabamos de citar. Me parece que Onnega nos propone “parejas OBRE / ULFE” que o nada tienen de tales parejas o tienen mejor alternativa.
Por ejemplo, no son de recibo los emparejamientos *ALLOBRE / AXULFE, BAÑOBRE / MAÑUFE, CALLOBRE / CACHUFE(IRA), ILLOBRE / GUILLUFE .... que aprovechan meras homofonías parciales sin dar cuenta de la diferencia, que es lo que importa. Hay algún par que, sin la menor concesión al pretendido proceso –ULFE > -OBRE, merece mayor consideración. Por ejemplo, TIOBRE podría ser un *TENOBRIS a juzgar por el hidrónimo TENA > TEA, por *TENORIA > TIOIRA y otros materiales con aire de prerromanos, mientras que su presunto par TIÚLFE no es otra cosa que un genitivo *TEODULFI. No tiene sentido alargarse en esta cuestión, pero hay que dejar claro que en –BRIGA, –BRE podemos tener raíces indoeuropeas que nos llegan por vía céltica y esas mismas raíces se nos repiten por vía germánica; por ejemplo, SEGOBRIGA, SEGORBE son célticas, del indoeuropeo *SEGH- ‘vencer, victoria ...’, que se nos repite en los germánicos SIGEREDUS y su reflejo toponímico SIXIREI y en otros muchos. En consecuencia, acierta sin querer Onnega en que SEGORBE "es una briga celta" y SEGUFE "un posesor suevo".
En la misma línea habrá que precisar que la germanidad de MIRUS, MERELLES ... y los muchos -MIR, -MIL (BALDOMIR, CASTROMIL ...) en final de compuesto no se destruye en absoluto porque tengamos un MIR homófono prerromano en GLANDÓMIRON, MIROBRIGA, etc. ... y otro homófono eslavo en VLADIMIR, LUBOMIR ...
5. Hasta aquí mi opinión de que las tesis de Onnega quedan en entredicho por:
5.1) la realidad de la documentación, que pone sin excepción –BRE por delante de su presunto antecesor –ULFE y variantes;
5.2) el mapa de isoglosas, que no confirma en absoluto que haya habido con la regularidad y el reparto precisos el cambio –UFRE, -OFRE > -UBRE, -OBRE que ella postula;
5.3) la no constancia, a través del léxico común, de que ese cambio fonético se haya dado realmente en la lengua y, por tanto, resulte ser un antojo para probar lo que se quiere probar;
5.4) los repartos de lexemas que son primer término de los compuestos que estudiamos y que, debidamente marcados como prerromanos (o ya latinos) en –(O)BRE, o como germánicos en –ULFE y variantes, no se mezclan ni son alternativos, es decir, son de fechas y líneas claramente diferentes;
5.5) la no atención a que los elementos presentes en –ULFE y variantes se combinan frecuente y sistemáticamente con otros elementos de cuya germanidad sería ridículo tener duda tanto por razones lingüísticas (marcas fónicas y gramaticales), como por lo que sabemos de quiénes y cuándo los introdujeron en nuestro territorio y por sus paralelos masivos y sistemáticos en otras áreas lingüísticas y culturales germánicas.
6. Todavía nos quedan un par de puntos en los que es conveniente dar opinión sobre datos y métodos.
6.1. En primer lugar la ALMUFEIRA que tenemos próxima a Ferrol, con playa y laguna de Doniños (Hoja 21-2 del mapa 1:25.000 del IGN). NO entro a discutir los procesos geológicos a los que parece que debemos que ALMUFEIRA sea hoy tierra firmsa a unos 2,5 km del mar.
Que ALMUFEIRA "tan al Norte" no pueda ser arabismo" es discutible. No es Galicia tierra de arabismos, pero no le faltan ACEA, ALDEA, ALFOZ, RÁBADE, ARRABALDO ... por citar algunos comunes con rendimiento toponímico y dejando a un lado los que solamente son de léxico común. Por tanto, tal vez sea mejor no "remexer" en ALMUFEIRA y dejarlo en arabismo, de AL BUHAIRA 'laguna', diminutivo de Al BAHR 'mar'. En cuanto a que tengamos –M- donde se esperaba –B-, nótese la equivalencia acústica y articulatoria, y más ante timbre –U-, de los fonemas /B/ y /M/ con salto o confusión del uno al otro en ejemplos tan claros y sabidos como que MUÑECA, MUÑÓN ... y BOÑIGA, BUÑO ... son una y la misma raíz o, al menos, significación básica, dicho sea con perdón de todos los que se molesten por la inclusión de BOÑIGA.
Pero hay más: en el repaso a los inventarios de la "Alteuropäische Hydronymie" o hidronimia paleoeuropea, por ejemplo, H. Krahe, “Die Struktur der alteuropäischen Hydronymie”, AAWL 5 (1962), P. Kitson, “British and European River-names”, TPhS 94.2 (1996), W. Nicolaisen, W., “Die alteuropäische Gewässernamen der britischen Hauptinsel”, BN 8.3 (1957), W. Schmid, “Alteuropäische Gewässernamen”, Namenforschung, HSKW 11.1 (1995) e “Idronimi antico-europei”, Res Balticae 1997, 89-102, está la raíz *AL- 'fluir', con diversos alargamientos, *AL-M- entre ellos (por ejemplo, *AL-M-ANT-IA), pero no hay nada que ni remotamente se parezca o se pueda reducir al segmento –UFER- y es norma del inventario de hidrónimos paleoeuropeos que todo tenga al menos algún paralelo o cognado. El fonema /F/ también sería problema, en su estado actual o en sus orígenes.
Nada podría objetar a que la sufijación ya latina *-ARIA que evoluciona a gallego –EIRA, pudiese estar presente en término de base prelatina, pues hay casos evidentes de que términos prelatinos puedan pervivir en latín galaico y en gallego con esa sufijación: bástenos con citar AMENEIRO, AMIEIRO par el nombre del aliso. Pero en este caso lo que me parece más cierto es que un etimológico y esperable *ALMUFERA ha sido "galleguizado" en ALMUFEIRA, al igual que hoy leemos y oímos los pseudo- o hiper-galleguismos PRIMAVEIRA, SINCEIRA ...
Todavía añadiré que la hidronimia paleoeuropea es inventario de raíces, sufijos y reglas para corrientes de agua, pero no para aguas marinas, costas y accidentes litorales. Además, me parece que la base *ALM- tiene poco o ninguna presencia en Galicia, y poca su alternativa *ALB- que nada arregla, pues el problema está en –UFE(R)-, que por ser tenido como "procedente de –UFRE / -URFE ..." no hace más que añadir confusión e indefinición.
6.2. La acribia o precisión rigurosa en los datos es piedra angular; siempre se ha dicho que una buena Lingüística se basa en una buena Filología. Con los repertorios que hoy tenemos, incluyendo los informatizados, no ha lugar a un LLOBRE que, además de inexistente, quebranta en Galicia la restricción de que no hay LL- inicial como no sea en préstamos recientes (por ejemplo, la LLAMA andina).
6.3. La fórmula /TRAS + nombre propio/ sí existe en topónimos, pese a Onnega porque no es otra cosa que /TRAS + topónimo/ (tenga éste o no origen en antropónimo) (TRASCASTRO, TRASANQUELOS ...), pero, además en TRASULFE, TRASARIZ y otros similares ya advierten Piel y Kremer que el germánico *THRAS- 'combate' puede confundirse o reinterpretarse con el latino TRANS- 'más allá. al otro lado'. No es el único nombre germánico en que puede haber colisiones homofónicas, con o sin reinterpretación formal y etimológica, con material latino: un TROITIÑO nada tiene que ver con las truchas, pero sí con las huestes y las tropas..
6.4. Hace Onnega una excelente disquisición sobre que un *VAL DO MERA, valle de un MERA, se interprete como un BALDOMERA germánico, femenino del BALDOMERO y su grupo, al que, añado yo, debemos BALDOMAR, BALDOMIR, etc. Esta reinterpretación de los topónimos es veterana, es la que trajo griegos y troyanos a Gallaecia con las patrañas etimológicas relativas a TUDE / TYDEÚS, IRIA / ILIA, etc. o puso a los CÁPOROS a cuidar pimientos de Padrón en Iria Flavia porque el homófono griego KÁPOROS significa 'jardinero'. La COMPOSTELA derivada de CAMPUS STELLAE es casi más hermosa que falsa.
Vamos a pasar por alto que, a lo que me parece, en el material hispano tenemos BALDEMAR- y BALDEMIR, pero no el BALDOMER- necesario para la mala interpretación de VALDOMERA por gente común o por filólogos. En cuanto a los filólogos creo que no se confundirían por la sencilla razón de que en principio los 'nomina possessoris' son de varones y no hay féminas posesoras: lo de "la" BALDOMERA les sonaría raro.
6.5. Para que BALDRIZ no sea un germánico *BALDERICI, sino un VAL o valle de un hidrónimo *ERIZ veo la dificultad de que no hay tal ERIZ o similar en la Galicia de los mil ríos. Hasta hoy sólo conozco un ERIZON subafluente lucense del Miño, pero agradecerá toda información que se me dé sobre *ER-, raíz con rendimiento hidronímico sin duda alguna.
Termino ya. No he sabido ser breve. A ver si, al menos, soy útil.


No hay imágenes relacionadas.

Comentarios

Tijera Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.


  1. #1 Cossue 01 de dic. 2005

    Antes de nada agradecer a Igmoral, y mucho, su artículo. Y ahora mis peros y mis pros a lo que se ha venido diciendo:

    1.) He encontrado en el Nomenclátor 73 lugares y 32 parroquias correspondientes a la toponimia en “-bre”, frente a los 101 lugares y 11 parroquias correspondientes a “–ulfe”. La (des)proporción (parroquias/lugares) entre ambos casos es de 4:1, que va más allá, en mi opinión, de una mera desviación estadística. Toda teoría debe dar cuenta de esto, y no meramente disculparlo u obviarlo.

    2.) En el tumbo de Celanova tenemos el nombre de persona “Aulfo” recogido en los documentos 565, 158 y 292 (siguiendo la edición de J. M. Andrade). En virtud de la palabra dada, ya no habrá problema en asumir (A) Ulfe/Ufe < Aulfi.

    3.) Me reafirmo en la distribución –fre/-ufe/-lfe (Costa da Morte y Ría de Muros-Noia/Occidente/Oriente). Los tres topónimos citados como terminados en –fre (Frexufre, Gosolfre, Trasufre) forman un pequeño triángulo con menos de 20 km. entre sus vértices, cubriendo la Costa da Morte. A estos yo añado un –fres, Xufres, en el concello de Porto do Son. No he encontrado toponimia –ulfe, -ufe en esta zona. Por tanto, la zona “fre” no se extiende por la provincia de A Coruña, sino sólo por el extremo occidental de ésta. No puede asumirse que 1000 km2 sean lo mismo que 7000 km2. Esta zona occidental es una región muy particular de Galicia, y también por motivos lingüísticos. Ultimando este punto, decir que esta distribución W-E de fenómenos dialectales es común creo que en todas las lenguas del norte de la península ibérica.

    Con respecto a la toponimia "-bre" su máxima concentración se da en la costa entre Sisargas y Ferrol, extendiéndose por el este hasta el Navia, en Asturias, pero antigua Gallaecia Lucense. El siguiente máximo en concentración se dá en las cuencas de los ríos Ulla y Tambre, hasta alcanzar el Miño en Taboada, y en la ría de Arousa, extendiéndose por el sur hasta Vigo y Tui. El solapamiento con las zonas anteriores es total. Por cierto, hay un Pambre y un Bembibre en Ourense.

    4.) El lugar Alfonsín, en Brión, entre Santiago y la zona anterior, está recogido en el Tumbo de Toxos Outos como Fonsin y Affonsim. Elfe hay dos, uno en Lugo y otro en Ourense, a más de 100 km de distancia de esta zona. Lo mismo puede decirse de la Almufeira de Ferrol.

    5.) Con respecto a la alteración –lfe/-rfe doy la siguiente plasmación de un mismo nombre de persona (TC: Tumbo de Celanova): Ermolfo, Ermorfo, Ermulfo, Ermegulfo.

    6.) Xufres, topónimo ya mencionado, puede explicarse con cierta economía por medio de “wulf”: NP (nombre de persona) *Ieulfo, primer tema *ie (cf. en TC Iegulfo/Gigulfo, Iemundo/Gimundo; cf. Anglosajón “iw”, “tejo, arco”), segundo tema wulf, en genitivo germánico wulfis (cf. Got. nom. s. “wulfs”, gen. s. “wulfis”). *Ieulfo sería una simple variación desde el antropónimos Iegulfo, que sí tengo documentado. No tiene por qué ser la mejor etimología, pero es buena, bonita y barata.

    7.) Con respecto a los evidentísimos hidrónimos Regoufe, Regaulfe y Regufe, ya escribí en otra parte (en un debate ni contestado ni otorgado, lo que deberé achacar a un descuido antes que a un desprecio), mis protestas, aportando no opiniones sino datos que deberían llevar a la reflexión: NP Rekaulfo y Regaulfo (TC): Regoufe < Regau(l)fi, con ououro. También tenemos en TC los siguientes nombres de persona: Ariulfus, Arnulfus, Astrulfu, Aulfus, Nandulfus, Randulfus… Pero eso nada importa por que al fin y al cabo son todos agua con agua, valles con agua, o fronteras con agua. Y tirando de Estrabón, también las fronteras son agua en Galicia.

    8.) Volviendo atrás, en el Tumbo de Toxos Outos, en la edición de F. J. Pérez Rodríguez publicada por el Consello da Cultura Galega, documento 170, datado en 1156, tenemos el lugar de Grisulfi, identificable con el actual Gosolfre, y correspondiente al NP Gresulfo (TC), “Gris” + “wulf” (cf anglosajón “grislic”, “dreadfull, horrid”)

    9.) Guadramil, mientras no se me diga lo contrario, admite muy bien la derivación desde el NP Vidramirus (cf. NP en TC, Gostrimirus y Vistremirus).

    10.) Con el tema alm- tenemos, entre otros, los siguientes toponimos: Almariz, Almigonde, Almofrei, Almorfe. Material claramente germánico con primer elemento “helm”, “yelmo”. Compárese con los NP en TC: Teodericus, Teodogundia (Tumbo A de la Catedral de Santiago), Teodefredo, Teodulfo. Y esto ni implica a Almansa, ni así se pretende.

    11.) De los nombres de persona siguientes: Tumbo de Celanova; de los de lugar, Nomenclátor. Recuérdese que no hay asteriscos.

    11.i.) NL (nombre de lugar) Liorfe, Liulfe :: NP Leodulfo. Compárese con otros NP: Ledegundia, Leoderigus, Leoduigus, Lodemaro, Lodofredo… Compárese con otros NL: Lesende, Ligonde, Loimar, Loimil…

    11.ii.) NL Berulfe :: NP Berulfo. Compárese NP Berildi, Berila, Berilo, Berosindus, Beroi… Compárese con otros NL: Bermil, Belmil (antiguo Bermiri).

    11.iii.) NL Friolfe :: NP Fredulfus. Compárese con otros NP: Fredenandus, Fredericus, Fresdosendus, Fredoaldus… Compárese con otros NL: Friamonde, Friosende…

    11.iv.) NL Sesulfe :: NP Sisulfo. Compárese con otros NP: Sisnandus, Sisoaldus, Sisoitu, Sisverto, Sisvestri… Compárese con otros NL: Sesmil, Sesmonde, Sesulde, Cas Sisaldo…

    11.v.) NL Gallufe :: NP Guiliulfu. Compárese con otros NP: Guila, Vilifonsus, Viliulfo, Viliario, Villisendo, Velastre… Compárese con otros NL: Gallamonde, Guilfonso, Guilfonxe, Guilfrei, Guillamil, Guillarei, Vilariz…
    Etc, etc, etc... Para ser más exactos, más de 2.000 etcéteras en Galicia.

    12.) Los topónimos Gorolfe (creo que es esta la forma que recoge el nomenclator, y no Grolfe) y Gorgulfe "posiblemente" deben compartir el mismo tema inicial con Gorgode. Compárese con el NP Ermegulfo/Ermulfo. Con respecto a nombres de persona que puedan dar origen a toponimos en –gode: (TC) Ermegoto, Goldregoto, Leovegoto, Savegoto… Todos ellos femeninos.

    13.) Coincido con Giorgio en su opinión sobre las “posesoras”. En la toponimia gallega tenemos una rica nómina de mujeres: Basquida (< NP Velasquita), María, Valdorraca (< Urraka), Aldegunde (
    14.) Se obvia que no hay noticias de “ulfes” en la toponimia (ni en la antroponimia) conocida de época romana, pero sí durante la alta edad media. Muy a propósito la evolución propuesta por Onnega debe haberse dado durante la época germánica (s V-VIII), puesto que sí conocemos términos en “-bre” de época romana:”C” Miobri, “C” Blaniobrensi, “C” Aviliobris, “C” Arcoriobri, “C” (E)leanobrensi, “C” Letiobri… Todos ellos términos gallegos, indígenas, y con un aire de familia con la moderna toponimia en “-bre”. El “C” representa la C invertida propia de Galicia y de la cultura castrexa, y creo que están todos recogidos desde fórmulas onomásticas (¿guau!). ¿Por qué entonces una cierta toponimia se mantiene, y otra, que se propone idéntica, evoluciona, sobre el mismo territorio, incluso a nivel de municipio, justo durante la época germánica, y divergentemente? ¿Por qué no hay una “C” Gundiobri? ¿O es que estos –bri prerromanos no tienen nada que ver con los nuevos –bre y –wulf? Si esto ultimo es así, ¿por qué antes de la llegada de los germanos hay una toponimia, luego otra, y sin embargo ellos no tienen nada que ver en el asunto? Invito al lector a reflexionar sobre el punto 1.

    15.) Sobre "Blaniobrensi", tal vez sea interesante destacar la existencia de un efimero obispado Lanniobrensis en época visigótica y de ubicación indeterminada.

    16.) Creo que todo lo que se ha venido diciendo demuestra que la aceptación de la "originalísima" propuesta de Piel está, como mínimo, fundada, y no es por tanto, una aceptación "sin más", como acusa Onnega en su artículo. Otra cosa distinta es que pueda y deba ser discutida, y que otras alternativas puedan ser planteadas. Y quiero recalcar con esto que lo que a mi personalmente me molesta de estos comentarios no es que se ofenda a Piel, es que se nos ofende a otros participantes en Celtiberia. Dígase que no se está de acuerdo, o que los demás se equivocan, pero no se diga que se equivocan "sin más".

    17.) Un cordial saludo a todas y todos.

  2. #2 lgmoral 01 de dic. 2005

    Agradezco a Cossue su mucha atención a mi trabajo.
    1. Creo que, sin negarle valor al argumento de cantidades y relación parroquias / lugares, -BRE y ULFE en sus respectivos orígenes prerromano y germánico quedan claros ya por el análisis lingüístico interno, incluso aunque coincidan en todas y cada de las parroquias de Galicia. En cuanto a las distribuciones, la de -BRE concentrado en territorios de ciertas etnias o tribus prerromanas es cosas trillada desde hace tiempo, así como la expansión general del germanismo -ULFE, que no se debe achar a una sola tacada inicial, sino a ser una forma viva y en expansión, al igual que hoy siguen en uso Ataúlfo, Fernando, etc. Pero está muy señalar en el mapa las variantes y sus límites: -ULFE, -URFE, -UFRE, etc. trabajo quer no me tomé en detalle porque no venía a cuento para saber que son distintos de -BRE; bastaba, como hice, para hacer ver que los solapamientos existentes anulaban la hipótesis de -BRE > -FRE o de -FRE > -BRE enn cualquiera de sus maneras.
    2. No había visto nada relativo a REGOUFE y afines, pero no los veo tan evidentísimos hidrónimos, aunque creo que hoy, y ya desde tiempo atrás, tienen que sonarnos a hidrónimos, a REGOS, de la misma manera que hoy muchísimos no tendrán la menor duda de que un TROITIÑO es un trucho pequeño, un apodo en origen, y los ELLENI le sonaron a griegos a Plinio.
    3. Hay todo un conjunto de notas y valoraciones sobre los nombres germánicos que supongo que no me afectan en lo que yo expuse y puedo compartir sin más. En cuanto a posesoras puede haber alguna, pero no es lo normal Y para la BALDOMERA sigue en pie que me parece que tenemos -MAR y -MIR, pero no -MER. En cualquier caso puede haber un *VAL DO MERA que se reinterpreta como BALDOMERA y no sufre en absoluto la presencia masiva de germanos con su -ULFE y muchos más.
    4. Muy bien el punto en que se repite lo de toponimia prerromana sin "ulfes" y con raíces con "un aire de familia" con los modernos -BRE, mientras falta -BRE en compuestos con primer elemento claramente germánico.
    5. Que lo de Piel estaba muy bien fundado era evidente. Corregible y aumentable en detalles, pero muy bien fundado. Es uno de los repertorios angulares de nuestra Onomástica y mejor sería pulirlo que zurrarle.
    6. Saludos cordiales.

  3. Hay 2 comentarios.
    1

Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.

Volver arriba