Autor: naupaktos
viernes, 23 de septiembre de 2005
Sección: Opinión
Información publicada por: naupaktos
Mostrado 19.696 veces.


Ir a los comentarios

INVASIÓN ISLÁMICA. SUS ABUELOS.

arrodillarse de grado.

Remontándonos a la primitiva etapa del Islam, en su época de incipiente desarrollo y rápida expansión, encontramos como, de una forma nada sutil los cristianos orientales fueron, más pronto que tarde, forzados a utilizar el árabe y abandonar sus idiomas maternos (al repecto la pragmática de Pedro de Deza no tiene entonces nada de innovador), coptos, arameos, persas... por los conquistadores mahometanos. La voluntariosa teoría del señor solimán, de que los hispano-visigodos adoptaron la religión y cultura islámicas como un maná caído del cielo, y que poco menos que abrazaron y estrecharon con fuerza entre sus brazos a los Tariq, Tarif y compañía, es la "teoría del Puzzle": complicado de encajar y facilísimo de desmontar.
Resulta, por obvio, hasta ridículo, volver a repetir como algo extraordinario, que gran parte de la sociedad peninsular de aquel tiempo prefirió no poner más aún en riesgo sus vidas, y aceptar el sometimiento al nuevo invasor.
Situación: ante la amenaza de la ocupación generalizada de un territorio, carente de defensas serias, y vista la fortaleza del ofensor; caben (resumiendo, claro que hay más), al menos 4 actitudes básicas delos receptores:

1. la más elemental a que empuja el instinto de defenderse, al menos en un primer momento: LUCHAR.

2. la que es producto de la necesidad de sobrevivir salvando la vida: HUIR.

3. la que la resignación impone: SOMETERSE. Y después abandonar o no tu credo (caso de que religión de invasor e invadido sean distintas), y comulgar con el suyo, generalmente a la fuerza.

4. la que, bien como resultado de una recapacitación seria y serena; bien, ¿por qué no?, de un sentimiento espontáneo de atracción de fe; bien de un golpe en la cabeza que perturbe nuestra memoria -podría ser...-: LA CONVERSIÓN voluntaria y sin tapujos.

De todas ellas, la 4, que más de uno escogería tras humedecerse hasta los talones (confío en que nadie se sienta ofendido pues ya hace demasiado de esto), es la que el señor solimán parece sostener en sus intervenciones. y, sin duda, es por la que optaron no pocos hispanos. siendo la 3, probablemente la que suscribieron la mayoría de los ocupados.

Con todo lo anterior, que no es sino una opinión mía, es de perogrullo decir que hubo conversión de multitud de hispanos. Pero, ¡qué remedio! visto los huéspedes. De ahí, a una mística revelación seductora pro-islámica, hay un trecho que muchos se saltan con demasiada gracia y elegancia.

Volviendo al principio.
Fue allí mismo, en Oriente, donde van desapareciendo culturas, lenguas y religiones preislámicas. Eso mismo podría haber pasado en la Península Ibérica apartir del s.VIII en adelante, aunque finalmente consigue sobrevivir el factor hispano-visigodo. Lógicamente con mayor fuerza y libertad en el norte peninsular, y muy atenazado en Al Andalus.

El Islam, omnipresente en cada uno de los aspectos de la vida de sus fieles, (como el catolicismo en sus momentos de mayor implantación y oscuridad), y su estrato social, conforman todavía sociedades cuasi tribales y escasamente desarrolladas en casi todos los planos culturales.

Desde las crónicas que muchos conoceréis, seguramente mejor que yo, Bizantina (741), pasando por la Profética de Alfonso II, y hasta la Albendense, todas, en mayor o menor medida, relatan la crueldad, el escaso bagage cultural, científico y social delinvasor musulmán en todas las latitudes por las que se fue asentando su dominio a uno y otro extremos del Mediterráneo.No era de esperar otra cosa por parte de poblaciones y territorios, vencidas y ocupados en gran parte, salvo que se quieran pedir peras al olmo, o calor a la nieve, que las compilaciones, crónicas reflejen sentimientos de confrontación y rencor, no exentos en buena lógica de razón y motivos. Exigir templanza y criterio objetivo a la hora de juzgar al enemigo es bordear el ridículo.

Permitidme un salto temporal para terminar. Cre recordar que no hace mucho, algún interviniente hizo referencia en algún foro al señor M. Guettat, si no es así, la haré yo. Este prestigioso escritor francés, este febril islamófilo experto en mentir (es peyorativa mi intención por el uso de "febril", de no haberlo utilizado, es decir, sólo islamófilo, no lo sería, no se me vaya a enojar nadie), expone que, desde finales del s.XV hasta principios del XVI, en España fueron ajusticiados al menos 3 MILLONES de musulmanes...que gran conciliador y docto erudito. Corrijo, más que febril, fue un burdo manipulador.Fuentes como ésta son utilizadas con demasiada asiduidad, desgraciadamente.

Disculpadme por este último inciso algo fuera del tema.

El idilio es abusivo de sostener con tanta arrogancia.
saludos


No hay imágenes relacionadas.

Comentarios

Tijera Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.


  1. #1 sastre 29 de sep. 2005

    Depopis: A mi de vez en cuando también me patinan las neuronas, debe ser cosa de la edad.
    Esperar que Naupaktos con su artículo no estuviera intentando provocar a Soliman es un gran patinazo por mi parte. Después del patinazo puedo afirmar que solo se trataba de eso, de provocarlo.
    Lo malo es que lo ha conseguido.
    Lo bueno es que vamos conociendo las tendencias del caballero (como él mismo se denomina) Naupaktos. Primero tira la PIEDRA (que se ve ha dado en el blanco) y, cuando le reprochan que ha hecho sangre y dolor con la pedrada responde diciendo que la PIEDRA no es suya, que alguien la dejó tirada en el suelo y él unicamente la ha desplazado por los aires sin mala intención. Debe ser cosa de la juventud.

    Naupaktos: No, no me gusta tu artículo, se te ve el plumero.

  2. #2 naupaktos 29 de sep. 2005

    No creo haber rebasado la templanza en ningún momento. Acudir al plumero, a tirar la PIEDRA, a la caballerosidad, no son opiniones sobre mi artículo, sí sobre mi. Usted no dice nada sobre mi artículo salvo que no le gusta, y sobre esa opinión habrá usted comprobado que no he opinado, pues me parece una postura tan valida como cualquier otra. Lo demás son solo quejas sobre si he herido los sentimientos a solimán. Parece claro que usted no repara en si yo pude o no, sentirme herido antes. Algo que obviamente no le interesa porque mi opinión no es compartida por usted.
    Le ruego por último que no ponga en duda mi caballerosidad, ya que yo no he puesto a la suya; y, principalmente, porque no me tiene usted delante.
    Y para terminar, le sugiero que cuando opine de uno de mis artículos, independientemente de lo que opine, deje de lado el plano personal al referirse a él, salvo que lo que busque sea tan solo referirse a mi. Porque, puede usted decir que no lo ha hecho, pero ha quedado meridianamente claro, que, plumero, caballero, y esconder la mano..., poco tienen que ver sobre lo escrito.

    Respeto sus palabras, y la opinión que de ellas se desprende. Sólo me apresto a defenderme de acusaciones infundadas, sean suyas o de cualquier otro. Que no le guste el artículo es una cosa, lo demás, sobra, si yo no he buscado primero ofenderle ni menospreciarle; a menos claro que desee una discusión más personal, aunque educada. En tal caso no tengo objeción, pero déjelo claro en sus intervenciones.

    No oso demostrarle a usted nada, no ante tanto malentendido. ¿Pueril un insulto?, entonces, ¿Lo es "debe ser cosa de la juventud"?

  3. #3 naupaktos 29 de sep. 2005

    Lamento interrumpir su distraída charla. Es un dúo magnífico.

    Depopis, sus magnas intervenciones no me merecen más inversión de tiempo. Hasta que tenga algo más interesante que decir le mando un saludo, y le recomiendo más ajedrez, el mate no basta,hasta el jaque todo es rey. Por aquí suelen haber personas de cierta madurez, hay otros foros donde será bien recibido.

    Señor sastre. Comenzaré ofreciéndole mis disculpas por el apelativo "pueril", únicamente porque usted se ha sentido ofendido. De igual modo espero las suyas por las expresiones anteriores de esta mañana que también me ofendieron, y tampoco fueron insultos como tales. Es una cuestión de corrección. Principalmente le pido que se disculpe por indicar que escondo la mano tras tirar la PIEDRA. Le puede usted dar las vueltas que quiera, pero es un símil de traición, cobardía y alguna que otra cosa más.

    Con respecto a sus puntos, los cuales le agradezco que haya desglosado:
    1. Ha perdido el primer chicle. Por suerte o desgracia, hasta la ascendencia conocida, y por los lugares de remanencia familiares, disto mucho de portar sangra musulmana. Tampoco me importaría lo más mínimo, ni es ninguna excusa el poseerla, para no poder criticar hechos del pasado por mucho o poco parentesco que se pueda tener subcutáneamente con aquellos señores a que me refiero en mi artículo. Los romanos fueron también salvajes a su manera, y los germanos, de los cuales si porto sangre (es un decir), y también los cristianos. Como ve, no me duelen prendas en afirmarlo.
    2.Usted no lo ha hecho. No ha desmontado absolutamente nada. Quizá nos sea un puzzle de su edad.
    3. Es un recurso literario como cualquier otro. Tener varios obliga a darles salida en cualquier momento.
    4. Me alegro sinceramente.
    5.Le recuerdo que yo fui aludido de manera muy descortés por ese señor, con anterioridad a este artículo, y en este mismo. No creo haberlo menospreciado (para lo que estaría capacitado y legitimado en respuesta), sino dudado de su teoría.
    6. Todas o casi todas revisten ese carácter, qué duda cabe. Esas expresiones son fácilmente extraíbles de las crónicas a que me refiero y de multitud de fuentes antiguas.
    7. Es su opinión y la respeto.
    8. Es de lo que se trata, de pensar.

    Estaré encantado de recibir críticas suyas a cualquier artículo que yo escriba. No lo estaré tanto si se dirigen gratuitamente a mí. No tengo problemas, como puede comprobar, ante situaciones como esta, críticas normales y opiniones diversas.

    Disfruten los chicles.

  4. Hay 3 comentarios.
    1

Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.

Volver arriba