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jueves, 02 de febrero de 2006
Sección: Roma y Grecia en Celtiberia
Información publicada por: Airdargh
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  1. #1 Airdargh 21 de sep. 2005

    Aparte de Julio hubo otros emPeradores igualmente recordados.

    EmPeradores Romanos. Calígula.

    El poder del imPerio sucumbe a la corrupción y la decadencia tal como se refleja en el comportamiento de algunos emPeradores, la civilización levanta magnas obras subvencionadas con el oro expoliado y sudor esclavo del pueblo para mayor gloria del ImPerio, civilizando a los salvajes tal como los dioses les había encomendado glorificar una magna Roma conquistando a sangre y fuego el poder divino que sus emPeradores reclaman para satisfacerse en dar ejemplo de civismo y progreso heleno a la humanidad.

    La dinastía julio-claudia embargada en fraticidas luchas por el poder creó una estirpe maldita, ninguno de sus emPeradores murió por causas naturales. Tiberio, axfisiado por Calígula, había echo envenenar a Germánico además de ser artífice del suicidio forzoso de Agripina la mayor. Druso el mayor fallece tras una caída del caballo, su señora Antonia la menor es envenenada en su suicidio confabulado también por Calígula que mandó ejecutar igualmente a Tiberio Gemelo y mató de agotamiento a Drusila. A Druso el menor lo envenenó su esposa y prima Livilla. Agripina la menor, que asesinara un anterior marido, hizo envenenar a su esposo Claudio, hijo adoptivo de César asesinado por su hijo Brutus entre otros, que mandara ejecutar a otra esposa suya, Mesalaina, por sus infidelidades. Agripina la menor es abocada al suicidio por su hijo Nerón que también asesinara a su primera esposa Octavia., Nerón contempla arder Roma y se suicida antes de verse derrocado.

    Los desmanes y desvaríos de césares se repiten a lo largo de la Hisoria, la Megalomanía y la excentridad afecta tanto en los sádicos comportamientos de Calígula como Vitelio (69 dC.) el Glotón, que para aprovechar los 4 banquetes diarios con miles de piezas de caza y pesca, no dudaba en introducir una pluma en su garganta para vomitar y repetir. Dominicano (81 a 96 dC.). que para vigilar su espalda manda pulir las columnas de palacio tanto como espejos. Para sorprender a sus víctimas las asesinaba tras un copioso banquete, fue causa también de la muerte de su nieta obligada a abortar un hijo suyo. Cómodo se disfrazaba de Hércules y exhibía sus músculos, delegó en terceros asuntos de estado para dedicarse a combatir en el circo, asesinó a su hermana o a senadores por temor a conspiraciones. Heliogábalo (218-2244 dC.) se trajo siendo joven de Siria el culto fálico al que rendía devoción sacrificando el mismo rebaños enteros para luego danzar vestido de mujer y como quería un hijo sagrado violó una vestal, Pero ni casándose muchas veces le abandonó una de sus mayores obsesiónes, los hombres bien dotados.

    Calígula, recordado como el emPerador sanguinario, sádico y cruel, enfermo por la epilepsia, la eskizofrenia y otras dolencias, da rienda suelta a todo tipo de locos desmanes y atrocidades espeluznantes, menos de 4 años como emPerador lo recuerdan como al monstruo del que se temió simulaba su muerte en una de sus macabras bromas para poder eliminar a quien se felicitase por ella, la gente se guardó de estallar en festejos y alegría de feliz histeria, sin asegurarse bien del resultado del apuñalamiento de quien les había robado, violado a sus mujeres, fijado tasas para gastos Personales en caprichos absurdos, asesinado tras torturar por nimiedades, etc. todo rastro suyo fue destruido.

    El envenenamiento de Augusto por Livia para provecho de Tiberio que ordena el asesinato de los padres de Calígula y sus hermanos mayores Nerón Julio y Druso Julio, además del envenenamiento de Druso por Livilla y otros, situaron a este desequilibrado despótico y sádico en el círculo del poder romano donde mandaba asesinar a los que envidiaba o desPertasen sus desconfianzas.

    La crueldad de Calígula no conoció límites, en la inauguración de un puente tira por la borda de su embarcación a los invitados, en sus banquetes se solían ver torturas como espectáculo y un día de circo se volvía una pesadilla cuando ordenaba retirar los toldos apretando el sol, también le gustaba ver a la plebe lanzarse a por los regalos sobre los senadores, entre los que tiraba los obsequios. Obsesionado por su físico mandaba afeitar cabelleras que envidiara o le recordasen su calvice y el mirar ésta estaba castigado con pena de muerte. Cualquier mujer que le gustase podía recibir la orden de satisfacer sus deseos sexuales. Para ser divinizado, sin esPerar como otros césares la muerte, mandó construir un templo donde rindiesen culto a su estatua de oro mudada cada día de vestimentas. A un actor como Mnéster lo felicitaba al final de cada actuación subiendo al escenario disparado para propinarle ardientes besos ante un asombrado público. A los 38 años se casa con su hermana, amor de su vida, que muere al poco para ser divinizada según se rumorea a manos de Calígula que le abre el vientre, ansioso de ver su hijo que la hermana engendraba, otras esposas son repudiadas o mueren en partos..., su abuela es inducida por él al suicidio o envenenada, entre conspiraciones sospechadas y propiciadas por su enfermiza imaginación.

    Su guardia pretoriana acabó con él en los pasillos de palacio al grito de la frase que prefería gritar a sus gladiadores: -¡Repte ictum!, ¡Golpea de nuevo!

    Fuente principal: Calígula. el EmPerador Sanguinario.- R. Bladé.

  2. #2 Abo 21 de sep. 2005

    Cierto que Poseidónios dice que el Miño procede "también" del país de los kántabroi y también lo dice del Léthes, llamado por unos Limaía y por otros Belión y sabemos que es muy clara la mala información de Poseidónios, al menos, sobre el río del Olvido. Sobre Ptolomeo y al menos para la Gallaecia creo que "un poquito" si se confundió; supongo que la Legio VII germánica, y por poner un sólo ejemplo, se encuentra al Este y no al Oeste del nacimiento del Miño; que son unas de las fuentes antiguas mas fiables de que disponemos, pues sí, Pero nada más. Tienen también sus cosas.

    Recuerdo, con esto del Miño, que hace meses empezamos a hablar sobre su lugar nacimiento y otras cosas y por algún motivo se enfrió el tema; trataré de retomarlo y discutirlo en un artículo. El Medulio siempre produce un poco de "respecto". Un saludo.

  3. #3 Airdargh 23 de sep. 2005

    “Callaeci”, “gallaeci” o “kallaikoi” y Roma.

    242-230 A.C. Segundo Silicius, mercenários galegos loitan nas filas dos exércitos de Aníbal contra das lexións romanas.
    219 a. de C.: Los gallaeci colaboran con Aníbal en el asedio a Sagunto y a continuación en la expedición fracasada contra Roma a través de los Alpes.

    185 A.C. Unha frota romana chega a Brigantium (A Coruña).
    a 139 a. de C.: La etnia de los “callaeci”, “gallaeci” o “kallaikoi” (según las distintas fuentes) ayudan a Viriato contra Roma.

    139 A.C Primeiras incursións romanas dirixidas por Quinto Servilio Cepion no território da Gallaecia.
    135 A.C. Decimus Junius Brutus fai incursións na Galiza. Fai fronte às tribos de Gallaicos na batalla do rio Douro, segundo os cronistas romanos esta batalla deixou un balance de; 50,000 homes mortos, 6,000 presos e de somente 400 sobreviventes.Tamén avanzou Perto as beiras do Miño.
    110 A.C. O pretor romano Quinto Calpurnio Pisson organiza unha campaña militar no território da Gallaecia.
    107 A.C. O pretor romano Quinto Servilio organiza unha campaña militar no território do Gallaecia.
    103 A.C. As tropas de Quinto Cepión son masacradas polos "Callaicos" despois de dous anos de paz.
    99 A.C. O pretor da Hispania Ulterior, Decius Junius Silanus obtén unha grande vitória fronte as tribos céltigas da Gallaecia e da Lusitania.
    97 A.C. O pretor Lucius Cornelius Dolabella obtén outra grande vitória fronte as tribos galaicas e lusitanas.
    61-60 A.C. Xullo Caesar ao mando dunha frota naval chega a Brigantium co obxectivo de acabar coas constantes rebelións.
    47-46 A.C. Fabius Maximus continuará as campañas militares como delegado de Xulio César.
    43 A.C. Campaña militar de Lepidus.
    38 A.C. Campaña militar de Domicianus Calvisio.
    35 A.C. Campaña militar de Norbanus Flacu.
    34 A.C. Campaña militar de Marcus Filipus.
    33 A.C. Campaña militar de Claudius Pulcrus.
    29 A.C. Campaña militar de Statilius Taurus.
    28 A.C. Campaña militar de Caius Cassius Sabinius
    29-17 A.C. Cesar Augusto penetra en território galego. Estrabón escrebe sobre os "Kallaikois" da Gallaecia..
    26 A.C. As tropas de Cesar Augusto libran a batalla do monte Medulio contra os galaicos rebeldes. Os cronistas romanos Orosio e Floro divulgan esta batalla.
    1 D.C. Primeiro ano da era cristiá, a Gallaecia dividese en tres Conventus; LUCENSE (con capital en Lucus Augusta), BRACARENSE (con capital en Bracara Augusta) e ASTURICENSE (con capital en Asturica Augusta).
    77 D.C. O censo romano elaborado por Plinius Secundus Gaius (Plinio o vello) fala de; 285.000 homes livres no Convento de Braga, 166.000 no de Lugo e 240.000 no de Astorga, correspondentes ós tres conventos da provincia chamada Gallaecia.
    132 D.C. Os cónsules romanos Gneus Iulius Serius e Gneus Trebius Sergianus, asinan un acordo de paz coa tribo galega dos Coelerni. 216 Caracalla instituyó una cuarta provincia, Hispania Nova Citerior Antoniana, segregada de la Tarraconense, y que agrupaba tres conventos jurídicos (conventus): Lucus Augusti (Lugo), Bracara Augusta (Braga) y Asturiaca Augusta (Astorga), que tras la reorganización del imPerio por Diocleciano, recibió el nombre de Gallaecia, dando origen a la denominación actual de la región.

    268-280 D.C Construcción das murallas romanas de Lugo.
    289 Diocleciano acomete a reorganización da Gallaecia e suma aos tres conventos xuridicos anteriores outro novo, o “Cluniacense” na fronteira leste coa provincia Tarraconense.
    310 Primeiras evidencias de cristianismo na Galiza (establecemento de Paleocristián do Temes).

    Estrabón (o Strabon) en el s.I d.C., basándose en otros autores anteriores y sin haber estado nunca en la Gallaecia, nos describe como eran las poblaciones prerromanas del Norte y Noroeste peninsular (sin hacer excesivas distinciones entre todas ellas) y, sobre todo, las "ventajas" que tuvo para aquellas su conquista y posterior integración en el ImPerio Romano. Su carácter ciertamente propagandístico (a favor del poder de Augusto), sus prejuicios al describir las costumbres de los "bárbaros" (desde el punto de vista de la civilización greco-romana), así como la falta de matizaciones suficientes entre las diversas áreas, obligan a relativizar mucho sus informaciones, aunque siga siendo el autor más citado a la hora de estudiar el mundo prerromano del N.O. en las décadas anteriores y posteriores al cambio de Era, y su uso debe confrontarse con otras fuentes históricas (arqueológicas, epigráficas o de otro tipo).

    A modo de ejemplo, y partiendo pues de la idea de que Estrabón contrasta continuamente lo negativo de la singular cultura prerromana con los aspectos positivos de la "Pax romana" (y mediterránea), nos podemos preguntar hasta que punto sus descripciones se corresponden con algunos aspectos que conocemos de la realidad histórica prerromana:

    - Algunas de sus informaciones relativas al ateísmo de los galaicos son falsas, como muestran, por ejemplo, las numerosas inscripciones que contienen nombres de deidades indígenas.

    - La posible utilización "higiénica" o doméstica de los orines tiene unos paralelos semejantes en otras partes del mundo antiguo, por sus propiedades terapéuticas.

    - Parte del pan castreño pudo ser fabricado con bellotas, Pero también conocían el uso de cereales (se consideraba que la introducción del cereal era paralela a todo lo que se relaciona con la buena orden social y de ahí que Estrabón insista en que no conocían el trigo, ni el vino, ni el aceite -sino la cerveza y la manteca).

    En resumen, muchos datos aportados por Estrabón pueden ser ciertos (como la existencia de construcciones de uso social o común, con rebancos para sentarse, presentes en los castros), Pero deben ser siempre aislados o relativizados de la trama ideológica que los inspiró, y confrontados siempre en lo posible con las informaciones procedentes de otras fuentes.

    En el siguiente texto se analizan aspectos tales como la organización territorial “estraboniana”:

    (Estrabón, III, 3, 5).
    "El territorio ubicado entre el Tajo y los Ártabros está poblado por unos treinta ethne [= populi]. Aunque el país está bien dotado en lo relativo a frutos y ganado y a la cantidad de oro y plata y otros metales valiosos que se encuentran en él, la mayor parte de ellos abandonaron la vida basada en los productos de la tierra para dedicarse por completo al bandidismo y a
    las guerras ininterrumpidas entre ellos o contra sus vecinos pasando el Tajo. Esto duró hasta que los romanos lo terminaron mediante las humillaciones que les infringieron y por la división de la mayor parte de sus ciudades (póleis) en aldeas (komai), o mediante la mejor organización (= fundación, sinecización) de algunas de ellas."

    Ni Estrabón ni sus fuentes estaban en condiciones de saber quiénes eran
    los verdaderos agentes de la situación descrita y, por otra parte, contrasta la mención sucesiva a la pobreza del territorio con la riqueza que acaba de citar.

    Será Pertinente detectar un valor legitimador de las prácticas imPerialistas y conquistadoras, que remite a la utilización de estereotipos centrados en la oposición barbarie-civilización que, por lo demás, han servido
    demasiadas veces para descartar este testimonio, y los que se le asemejan, como una prueba adicional de que su autor es un simple portavoz de la ideología imPerialista romana.

    La fuente a la que de forma general sigue Estrabón en el contexto que nos ocupa es, ciertamente, Posidonio. Pero la descripción de las acciones de Roma puede ser del propio Estrabón, pues recoge a escala reducida el esquema de otras partes del mismo libro III, donde explica en primer lugar una situación de partida caracterizada por la barbarie, para la que sigue a
    Posidonio, y como colofón presenta el estado de cosas posterior, contemporáneo con su escritura, donde explica las medidas impuestas por Augusto para el conjunto del Noroeste.

    Sobre las guerras cántabras es importante no Perder de vista que los testimonios principales para esas luchas, Floro y Orosio, son relativamente tardíos con respecto a los acontecimientos y resumen mejor o peor al texto de Tito Livio que hemos Perdido. Aunque afortunadamente el testimonio de Dión Casio es independiente de los anteriores y de mejor calidad, de acuerdo con una apreciación ampliamente compartida (en último lugar, Orejas, Sastre, Sánchez, Plácido, 2000: 65 con bibliografía). Si tenemos en cuenta
    este detalle de relieve, hemos de reconocer que tal vez nunca podremos saber con certeza si el área galaica desempeñó un papel en esas guerras. Se trata pues de una información Perdida con el texto de Tito Livio que sus
    epitomizadores o el propio Dion Casio no consideraron oportuno registrar.

    Han de tenerse en cuenta además los testimonios arqueológicos de los que podemos destacar el contraste entre la distribución de los hallazgos de cerámica importada en el Período republicano y en el Período imPerial.

    Fechada en el primer Período se encuentra cerámica de "barniz negro" en 20 yacimientos costeros o situados a orillas de ríos navegables, siempre en puntos cercanos a la costa, con sólo tres excepciones. Su producción se
    sitúa entre la mitad del II y la mitad del I a. de C., o, si se prefiere, entre las expediciones de Bruto y César (Naveiro 1991: 27-8 y 234-5 mapa 4). Los testimonios de época imPerial están constituidos por terra sigilata italica localizada en 23 puntos, destacando Naveiro la escasez de formas antiguas o "precoces", anteriores al año 10 a. de C. (con tan sólo dos testimonios) predominando los hallazgos de formas "clásicas" datadas entre el 12 a. de C. y el 10 d. de C. (distribuidos predominantemente en yacimientos costeros) y sobre todo las formas "avanzadas", datadas después del 10 d. de C., que aparecen ya en yacimientos del interior (Naveiro 1991: 31 y 236-7 mapa 5). Seguidamente aparece la terra sigilata galica fechada entre los años 40 y 80 d. de C., con piezas localizadas en 41 yacimientos, muchos de ellos en el interior de Galicia, y con testimonios también en los valles costeros del Cantábrico, en los que en Períodos anteriores no había importaciones (Naveiro 1991: 31-2 y 238-9 mapa 6). Por último la terra sigilata hispanica está presente en 105 yacimientos fundados o remodelados a fines del siglo I d. de C. y en los que siguen ocupados en el siglo II, estos hallazgos están uniformemente distribuidos por el territorio
    (Naveiro 1991: 32-43 y 240-241 mapa 7).

    Para contrarestar lo anterior es Pertinente considerar la cronología de los castros establecida arqueológicamente si bien la información disponible es susceptible de recibir diversas interpretaciones al relacionarla con acontecimientos históricos precisos. Además, esas interpretaciones normalmente sólo tienen un alcance exclusivo a la situación de cada castro. Por ej. el castro da Forca (A Guarda, Pontevedra) es abandonado en el transcurso del siglo II aC., Si tuviésemos que recurrir a los acontecimientos históricos conocidos habría que apuntar, si no
    directamente a la expedición de D. Junio Bruto en el 137 a. de C., a consecuencias derivadas de una ya sentida amenaza romana y/o a una manifestación autóctona de la tendencia a conformar grandes castros que se generaliza tempranamente en el área entre el Miño y el Duero (es inevitable pensar en paralelos celtibéricos como la fundación de Segeda, Complega y las tres Contrebias). Otros castros se abandonaron en siglo I a. de C. Pero el registro arqueológico no Permite atribuir el hecho a la acción de Roma aunque, obviamente, tampoco la desmiente. En cualquier caso también se conocen castros ocupados en el siglo I a. de C. que siguen activos con
    posterioridad. Por último, contamos con castros cuya andadura comienza, precisamente, en ese siglo I a. de C., con conocimiento o consentimiento de Roma.

    Con estos datos en la mano se constata, pues, que el despegue de las importaciones de cerámica de lujo se produce sobre todo en los últimos años del reinado de Augusto, tras el fin de las guerras cántabras, con saltos cualitativos en el nivel de los hallazgos en el Período de los sucesores de Augusto y después en la época de los Flavios y de los Antoninos.
    A unos castros les va, desde luego mejor que a otros y quizás no
    fuese mal método interpretar ésto a la luz del testimonio de Estrabón que analizamos: Roma actúa de dos formas diferentes, a unos los debilita o destruye y a otros los engrandece o incluso crea, siempre en función de sus
    intereses propios. Por lo tanto parece que los testimonios arqueológicos
    concuerdan bastante bien con la Periodización establecida por la historia política, y podemos sostener que estamos ante una conquista augustea (otros como Orejas, Sánchez, Plácido, 2000, siguiendo otras líneas, llega a la misma conclusión), Santos Yanguas 1985: 56- 8. apunta también que tal vez habría que interpretar a Orosio VI, 21, 6 en este sentido, cuando habla de que los legados Antistio y Firmio batallaron duramente hasta el Océano
    en el contexto de las guerras cántabras. De no ser así, ¿qué otros argumentos que incidan a favor de la realización de importantestransformaciones políticas y administrativas en el Noroeste en época augustea, con toda probabilidad, como resultado de la intervención del propio Augusto, cabrían interpretar.

    Hemos de considerar en este contexto la remodelación provincial del extremo noroeste peninsular que pasa de depender de Lusitania a depender de la provincia Tarraconense. El recientemente aparecido Edicto del Bierzo arroja nueva luz en este sentido al atestiguar una TRANSDVRIANAE PROVINCIAE (línea 7) gobernada por sucesivos legados de Augusto y otras medidas de alcance más restringido que, en cualquier caso, deben contemplarse en el marco de una importante intervención de Augusto en el Noroeste (López Barja 2000: 33; Orejas, Sastre, Sánchez, Plácido, 2000). También cabe destacar el comienzo de levas de auxilia para contribuir al esfuerzo de guerra romano, en paralelo tiene lugar la distribución de las legiones de guarnición en Hispania. Desde el punto de vista ideológico y simbólico destaca la fundación de las Aras Sestianas así como la propia fundación de Lugo en
    sincronía con las fundaciones de dos Lugdunum en la Galia, así como de las otras dos ciudades augusteas del Noroeste, tal vez ligadas ya a la posible implantación del sistema de conventus atestiguado, parcialmente, en la tabula Lougeiorum, aún habiendo sido su autenticidad disputada.

    Si con anterioridad a Augusto hubo una conquista del área galaica, no tuvo efectos reales: administrativos, políticos, económicos, militares, culturales. De haberse producido esa conquista tendría como único efecto, no desdeñable, un reconocimiento formal de la soberanía romana por parte de algunas poblaciones castreñas, sin ningún otro efecto real sobre los habitantes de la zona. No hemos de olvidar, por otra parte, que el siglo I a. de C. es el siglo de las guerras civiles, casi incesantes hasta el 31 a. de C., cuando Augusto se hace con el poder en solitario. ¿Qué capacidad real de gobierno existía en esas condiciones para un área remota y difícil? ¿Qué sentido tiene en estas condiciones seguir hablando de una conquista temprana?. Así pues, partiremos de la idea de que el pasaje de Estrabón que comentamos remite a la totalidad del área galaico-astur y que la intervención política y administrativa romana señalada es contemporánea con el autor y, por lo tanto, básicamente augustea.

    Tras las guerras cántabras en el área de la cultura castrexa acaba estableciéndose una conquista efectiva del territorio y, al menos a posteriori, un conocimiento empírico basado en la realidad de la implantación de una administración romana, cuyos primeros pasos describen el Edicto del Bierzo, Estrabón (III, 3, 8) y Plinio (III, 3, 28). Pero no se produce la masiva llegada de romanos o itálicos que tiene lugar en la Galia Cisalpina (Coarelli 2000, estudia un ejemplo) y en otros puntos del ImPerio (incluida Hispania) con la fundación de colonias. Las transformaciones producidas en la sociedad indígena del noroeste por la acción directa o indirecta de Roma se desarrollan en buena medida sobre la sociedad preexistente, con sus instituciones, costumbres y religión continuadas largo tiempo (al menos más largo que en otros lugares), bajo el dominio de Roma.
    Así, los usos guerreros de los castreños se reconvierten transformando su mentada energía bélica en provecho de Roma mediante el reclutamiento masivo, al menos en el primer siglo de nuestra era, de soldados de infantería y sobre todo de caballería, para las unidades auxiliares del ejército romano. Por otro lado, la religión indígena de los galaico-lusitanos se conoce en buena medida porque, durante largo tiempo, aprovechan el uso romano de la escritura para rendir homenaje a sus propios dioses. En lo que respecta a las instituciones socio-políticas del mundo castreño la tesis más difundida en la actualidad defiende la peculiaridad de la sociedad castrexa.

    Para plantear el proceso de conquista y asimilación del territorio del
    Noroeste se siguen vías diferentes. Preguntándose, en concreto, cuáles son los modos administrativos, jurídicos y políticos usuales que emplea Roma para establecer su dominio y lograr de forma eficaz los objetivos directos de su administración en los distintos territorios conquistados - básicamente cobro de impuestos y leva de soldados auxiliares - para seguidamente rastrear su presencia, mejor o peor documentada, en el territorio del Noroeste. En este sentido P. López Barja (1999) apunta a la importancia del censo, base de todas las oPeraciones tributarias y administrativas de Roma y primera medida que adopta tras la conquista de un territorio, definitavemente este censo no se lleva a cabo en la "lucense", al N. del Miño, antes de las guerras cántabras donde los genéricamente denominados artabros (a los que se les ha dado significado de "los del Norte"/ "los que miran hacia la Osa Mayor" a partir de *Art-) ocupan toda esta zona en el texto de Strabón. El ser denominados comúnmente como tales indica el desconocimiento en el aparato burocrático de Roma para definir y diferenciar sus tribus, lo que vuelve a llevarnos a la conclusión de su independencia ante Roma.

    Un segundo grupo de fuentes escritas grecolatinas lo forman las de los autores que nos dejaron el relato histórico de aquella época, en particular referidos a la conquista militar del Noroeste y a la etapa final del ImPerio. Además de las referencias contenidas en Estrabón, Silio Itálico, Plinio el Viejo ya citados, o en Avieno (autor del s.IV d.C. Pero que usa textos del s.VI a.C.), otros autores como Tito Livio y Apiano nos hablan de la expedición de Décimo J. Bruto, mientras Dión Casio y Floro (y más tarde Paulo Orosio) nos dan su versión de las guerras astur-cántabras, haciendo hincapié, y no de manera gratuita, en episodios heroicos como el del Monte Medulio, sobre el río Miño.

  4. #4 Airdargh 24 de sep. 2005

    Para las guerras cántabras las relaciones de Floro y Orosio son casi idénticas, en algunas partes hasta verbalmente, porque proceden de la misma fuente: Livio.
    Floro comete algunos errores, el más grave es que mezcla la oPeración contra Aracillum en el extremo Oriente del teatro de la guerra con la expedición contra el Mons Medullius en el extremo Occidental, mientras en Orosio esta expedición se relata como independiente. Orosio es más detallado en el relato de la expedición contra el Mons Vindius y contra el Mons Medullius, cuya posición en el Miño debía conocer bien por ser de aquella región.

    Orosio dice también:

    . “Los cántabros y los astures forman una parte de la provincia de Galicia, por donde la prolongación de la cordillera pirenaica se extiende hacia el Norte, no lejos del Océano.”

    “La prolongación de la cordillera pirenaica” es de Este a Oeste y “se extiende hacia el Norte” únicamente en el Macizo Galaico, “por donde” “los cántabros y los astures forman una parte de la provincia de Galicia”: el norte del Macizo Galaico dentro de la que después se define como Lucense. Buena parte de territorio que tras distintas reorganizaciones territoriales romanas se denominaría lucense aquí no está definido como tal y las gentes que lo habitan son denominados, a grosso modo pues poco más podía precisar Roma sobre ellos en el momento que se escribe la crónica fuente, cántabros y astures.

    También dice Orosio:

    “Además, las partes ulteriores de Galicia, que llenas de montañas y pobladas de selvas limitaban con el Océano, fueron sometidas después de grandes y penosas guerras. Pues llegaron a cercar el monte Medulio, sobre el río Miño,...”.
    “Las partes ulteriores” son las que están más allá. Para ubicar estas partes que están más allá con precisión necesitamos un punto de referencia desde el que hacerlo. El punto de referencia más lógico es Roma. De la misma manera que se denominó Hispania Ulterior a la Hispania del Oeste, aquí, a falta de mayor precisión de Orosio, se supone que se refiere en “las partes ulteriores de Galicia” a las partes del Oeste “que llenas de montañas...” donde ” llegaron a cercar el monte Medulio, sobre el río Miño...” en zonas ulteriores, hacia el Oeste de Galicia/Gallaecia.

    Faltando aun siglos para definir la provincia de Gallaecia en el momento de esta crónica , el concepto de galaico sigue siendo confuso y se supedita y varía conforme a los avances romanos y su control sobre las gentes a las que va sometiendo. Éstos escapaban al control de Roma.
    Habiendo galaicos romanizados al sur, había que diferenciarlos de los salvajes del norte aun.
    Por otro lado siendo Osorio galaico, Pero galaico-romano y helenizado, se entiende que habiendo sido adoctrinado por Roma y recibido las ventajas de su suPerior civilización, no quisiera ver entremezclada su ascendencia con los bárbaros salvajes que no se dejaban civilizar, sería de mal gusto, poco refinado tener una ascendencia así.

  5. #5 Airdargh 24 de sep. 2005

    Mi anterior intervención esta complementada y mejor expuesta aquí aunque viene a decir lo mismo, es que me líe un poco. Ya contará el que guste lo que opina.

    Para las guerras cántabras las relaciones de Floro y Orosio son casi idénticas, en algunas partes hasta verbalmente, porque proceden de la misma fuente: Livio. Floro comete algunos errores, el más grave es que mezcla la oPeración contra Aracillum en el extremo Oriente del teatro de la guerra con la expedición contra el Mons Medullius en el extremo Occidental, mientras en Orosio esta expedición se relata como independiente. Orosio es más detallado en el relato de la expedición contra el Mons Vindius y contra el Mons Medullius, cuya posición en el Miño debía conocer bien por ser de aquella región.
    Orosio dice:
    . “Los cántabros y los astures forman una parte de la provincia de Galicia, por donde la prolongación de la cordillera pirenaica se extiende hacia el Norte, no lejos del Océano.”
    “La prolongación de la cordillera pirenaica” es de Este a Oeste y “se extiende hacia el Norte” únicamente en el Macizo Galaico, “por donde” “los cántabros y los astures forman una parte de la provincia de Galicia”: el norte del Macizo Galaico dentro de la que después se define como Lucense. Buena parte de territorio que tras distintas reorganizaciones territoriales romanas se denominaría lucense aquí no está definido como tal y las gentes que lo habitan son denominados, a grosso modo pues poco más podía precisar Roma sobre ellos en el momento que se escribe la crónica fuente, cántabros y astures.
    También dice Orosio:
    “Además, las partes ulteriores de Galicia, que llenas de montañas y pobladas de selvas limitaban con el Océano, fueron sometidas después de grandes y penosas guerras. Pues llegaron a cercar el monte Medulio, sobre el río Miño,...”.
    “Las partes ulteriores” son las que están más allá. Para ubicar estas partes que están más allá con precisión necesitamos un punto de referencia desde el que hacerlo. El punto de referencia más lógico es Roma. De la misma manera que se denominó Hispania Ulterior a la Hispania del Oeste, aquí, a falta de mayor precisión de Orosio, se supone que se refiere en “las partes ulteriores de Galicia” a las partes del Oeste “que llenas de montañas...” donde ” llegaron a cercar el monte Medulio, sobre el río Miño...” en zonas ulteriores, hacia el Oeste de Galicia/Gallaecia.
    Galaicos en el momento de las guerras cántabras ya los había en el Sur y posiblemente en zonas costeras del Norte ya bajo control romano, no procedía denominar a unas gentes civilizadas de la misma manera que a otras salvajes, por distintas razones.
    Todavía faltaban siglos para definir una provincia “Gallaecia”, el concepto de galaico mientras tanto es confuso y varía según las circunstancias: por la zona lo mismo se era galaico que lusitano, astur o transduriano, según dictase Roma.
    Floro dice en su crónica: “Los astures por este tiempo descendieron con un gran ejército de sus nevadas montañas.” Esto recuerda como siglos más tarde los cristianos en estas mismas “nevadas montañas”, escapando de la dominación musulmana se replegaran en los picos de Europa, eran gentes de distintas procedencias y lugares de la península, de la misma manera ¿no habría, junto a los astures nativos de la zona, otros “astures” de distintas procedencias tales como galaica, vettona, lusitana etc.?. Yo creo que sí, es más tuvo que juntarse allí tanta gente replegándose contra Roma que se veían en la necesidad, para avituallarse, de asaltar los territorios vecinos y romanos. La resistencia astur-cántabra, junto a la capacidad de resistencia de estas tribus condicionada por las altas montañas, se une la de una cantidad de gente que se juntó allí con la firme decisión de no claudicar ante Roma, empujados por el avance romano, acabaron allí en territorios donde habitaban gentes con las que los nexos y relaciones debían ser ancestrales y por los que seguramente serían bien recibidos en cuanto fuese para aliarse y unir contra Roma.
    Orosio, galaico sí, Pero romano y helenizado, adoctrinado en la civilización romana, quizá no nombre galaicos en su crónica ya que no le convendría, resultaría de buen gusto o haría gracia vincular su propia ascendencia a los salvajes bárbaros que en esta etapa resistían contra Roma reacios a acatar los beneficios y ventajas de ser romanos.


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