Autor: Irluachair
martes, 17 de mayo de 2005
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Irluachair


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Las tierras de la poesía: Andalucía e Irlanda

Andalucía e Irlanda como lugares con una tradicción poética y literaria muy destacable.

Se suele decir que Irlanda es la tierra de la poesía. Es increíble cómo un país tan pequeño ha dado tantos genios literarios, mundialmente conocidos.

En el aspecto poético, Irlanda cuenta con muchos poetas o bardos legendarios, y un corpus poético antiguo y medieval impresionante. Mientras, en los tiempos modernos, como poetas internacionalmente reconocidos, tenemos sobre todo a Yeats y a Seamus Heaney, ambos premios Nobel.

En cuanto a la narrativa y el teatro, es increíble el número de narradores y dramaturgos importantes mundialmente reconocidos que ha dado Irlanda, para ser un país tan pequeño. Un país que cuenta con nombres como Joyce, Becket (premio Nobel), Oscar Wilde, Synge, Bernard Shaw (premio Nobel), Flann O'Brien, Bram Stoker, Arthur Conan Doyle, etc...

La literatura andaluza no cuenta un número de escritores, sobre todo narradores en prosa, tan importante para la cultura mundial como el caso de Irlanda, pero es que el caso de Irlanda es inigualable, casi ningún país lo puede superar. Pero se le acerca mucho.

Sin embargo, es sorprendente el número de poetas importantes que ha dado Andalucía. Como los más importantes, reconocidos universalmente, tenemos a Góngora, Gustavo Adolfo Becker, Federico García Lorca, Juan Ramón Jimenez, Antonio Machado, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, dos de ellos Juan Ramón, y Aleixandre, premios Nobel (dos justamente como Irlanda). Andalucía ha sido la región española que más buenos poetas ha dado, esto es muy evidente.

En el siglo veinte la generación poética más importante, la generación del 27, contaba con mayoría de poetas andaluces, como Luis Cernuda, Luis Rosales, Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, que junto a Lorca y Alberti, eran el alma de todo este movimiento que ha sido tan reconocido por la cultura española y universal.

También andaluces eran los poetas Manuel Machado, Fernando de Herrera, Diego Hurtado de Mendoza, Espinosa, Soto de Rojas, y narradores como Ángel Ganivet, Juan Valera, José Cadalso, Fernán Caballero, Francisco Delicado... que han sido poetas y escritores fundamentales de la literatura en castellano.

Decididamente, Andalucía es una tierra con una vena literaria muy fuerte.

En cuanto a la literatura antigua, Andalucía ha tenido el problema de haber sufrido varias fracturas históricas y culturales, principalmente con la reconquista y la expulsión del Islam, lo cual parece ser el motivo de que se haya excluido de la cultura oficial algunas manifestaciones literarias que se han dado en esta tierra, como la literatura árabe-andalusí.

Si nos remontamos a los romanos, curiosamente uno de los grandes poetas latinos, Lucano, poeta épico autor de "La Farsalia", era andaluz de Córdoba, lo mismo que Séneca.

Pero la poesía andaluza tiene gran tradición, y lo mismo que en Irlanda, Andalucía contó con una edad legendaria en cuanto a su poesía, y esa es la época musulmana, la poesía de Al-andalus, con poetas que por suerte o por desgracia son reconocidos como grandes poetas en los países árabes, y en la historia de la literatura, pero que aquí no cuentan en los programas oficiales, por pertenecer a una lengua ajena a nuestra tradición en lengua castellana más inmediata.

En Al Andalus había un fervor poético desmesurado, existían escuelas de poesía y existía un ideal de vida en todas las cortes y ambientes aristocráticos basado en una especie de epicureismo poético, que se embelesaba en los placeres de la vida, en el sentimiento del amor, en la poesía, cuyos símbolos eran el vino, la belleza femenina, el jardín etc... La obra más famosa de este ideal, es "El collar de la paloma" de Ibn Hamz de Córdoba, una cumbre de la poesía amorosa en el mundo Árabe.

Otros grandes escritores andalusíes son Ibn Quzman; Mutamid, el rey poeta de Sevilla; el místico Al Arabi (aunque era de Murcia); Abú Bakr, Boabdil, Ibn Zamrak, Zaydum, Jatib, y muchos más...(también hay que mencionar al filósofo Averroes, entre otros muchos escritores como figura importante de la época) todos ellos hicieron vivir a Alandalus un momento de verdadero esplendor poético, una edad de oro de la poesía comparable al esplendor de la tradición bárdica de la poesía irlandesa.

En fin, sirva esta introducción para demostrar que Andalucía es una tierra con una gran tradición y un fervor poético destacable en el mundo, comparable al caso irlandés, lo que todavía hace más sorprendente la afinidad y los paralelismos que se pueden comprobar entre ambas culturas.




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Comentarios

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  1. #1 okeanos 23 de mayo de 2005

    Cierzo, en el XVII Andalucia era más ricxa a todos los niveles que otras regiones de España, lo eran sus nobles, lo era la Iglesia y tambien el pueblo. España tampoco era entonces como ahora y yo no le echo la culpa a los Borbones como dinastia, sino a la España en la que ellos reinan.
    Respecto a tus alusiones personales no pienso responder, porque si lo hiciera con gracia dirias que los andaluces no somos serios y si no l hago así, me dirias que soy un malage. Además el arte es algo biyectivo, uno no puede mostrarlo si otro no lo puede contemplar.
    Por otra parte denoto ciertas dificultades en la comprension de textos por tu parte. Lo de los gallegos se refiere a que eran MANO DE OBRA ASALARIADA (se les siguió llamando gallegos cuando eran sevillanos, mi abuelo verbi gratia), y después FUERON HRMANOS COSTALEROS, gente de la semana santa y no del muelle. La sensibilidad de estos ultimos era andaluza, la de los otros ni lo se ni me importa. No es una opinbion, es algo constatable y ya está. Por otra parte llamar santito a un paso (y de los de aqui además), es como llamar ermita a la Catdral de Burgos, o palacete a la Alhambra.
    Respecto al flamencvo, tu casi seguro desconcimiento hace que te centres precisamente en la parte (de las tres que tiene) más reciente y espurea que es el baile, cuando lo central es el cante. Por otra parte ¿que coño tiene que ver que a alguien le interese o no para que deje de ser esencialmente lo mismo? En el gflamenco hay palos del siglo XIX, y otros que como minimo se remontan al XVI, hay cantes gitanos y los hay folcloricos andaluces, los hay con nombres inatribuibles etimologicaamente y otras mas evidentes, los tonos musicales del flamenco están mas en relacion con la musica del Mediterráneo oriental que con los occidentales (que por si no lo sabes se expandieron con la uniformizacion del canto llano), ¡a ver si el flamenco va a ser ahora lo que tu quieras! pero sobre todo EL FLAMENCO NO ES FOLCLORE, sino una estilización (motivada por el café cantante primnero y los teatros y festivales después), donde todas esas influencias y elementos distintos acaban haciendo surgir algo que, en su formato actual, no tiene más de 150 años, pero que sus antecedentes se hunden en la noche de los tiempos.
    Respecto a loo que dices de los toros, te muestras ya claramente incluto, porque los toros puede ser un espectaculo cruento (que no cruel), pero JAMAS ha sido salvaje, como no puede serlo algo que est´ña lleno de codigos esteticos. La tauromaquia es una tradicoin cultural REFINADISIMA, y con una literatura propia que pocas artes tienen. Si no te gusta, de acuerdo, pero no te regodees en tu incultura.
    Las ultimas alusiones ya ni tienen sentido; si pudieras argumentar lo harías, como no puedes empiezas a psicoanalizarme y descalificarme.

  2. #2 Cierzo 23 de mayo de 2005

    Me gusta como describes el flamenco, pero si tuvieras otro baile lo harias con otro baile.
    Los toros que yo sepa son de origen castellano. De todas maneras tu critica a la utilizacion de adjetivos, en una persona que debe admirar tanto la poesía es extraña. lo salvaje no tiene que ser negativo. Me refería a la lucha entre un hombre y un animal, esteticamente es algo salvaje. ¿cuando has tenido una noche salvaje es que te has puesto a hacer el jabali? Todo el mundo sabe que la tauromaquia esta llena de codigos esteticos, es la forma de valorar si ha sido una buena faena o mala.

    Tu frase:
    "UN jemplo, los costaleros de la semana santa fueron profesionales hasta hace 30 años y a principios de siglo se les llamaba "gallegos" por ser estos los que hac´´ian el trabajo "sucio". A partir del momnento en que los hermanos lo sacaron fue cuando explotó la expresividad y el llevar los pasos ha acabado siendo un lemento barriquizantes más en una manifestacion cultural ya tan expresiva de por si."

    Tu mismo dices que hasta que no lo sacaron los andaluces (dices en tu ultima intervención "La sensibilidad de estos ultimos era andaluza") fue cuando se convertió en un elemento barriquizante y explotó la expresividad. Por lo que se puede entender perfectamente que mientras lo llevaron aSALAriados incultos y sin sensibilidad, llamados a demas "gallegos", no era así (porque claro segun tu los del norte somos unos brutos y vosotros lo haceis todo con mucho arte) Asi que da lo mismo poner una mula que a uno del norte, ¿no?
    Mira tu visión de lo andaluz es elitista, romántica, extremadamente burguesa, etc.
    ¿O no es Andaluz la mano de obra aSALAriada? Porque tu la pareces diferenciar de la sensibilidad andaluza. Hombre no me jodas. Mucho señorito es lo que sobra.

    Los llamo santitos porque cuanto mas reverenciada es una imagen mas importancia debemos quitarle. No me gusta la religión, y tampoco me gustan las esculturas barrocas. Por cierto que tambien hubo andaluces que quemaron figuras religiosas, bueno supongo que serían, eran llamados aragoneses o catalanes, porque claro no entender los recursos estetiicos de la religion y los sentimientos que ella conlleva es de personas incultas.

  3. #3 Cierzo 24 de mayo de 2005

    Esto he encontrado por unso apuntes, supongo que algo aporta:


    En 1856, Andalucía era la segunda región española en cuanto a grado de industrialización. Un siglo más tarde estaba ya prácticamente a la cola, con un índice de industrialización inferior al 50 por 100 del nivel medio español. Mientras que entre 1856 y 1900 Andalucía tenía un índice de industrialización superior a la media nacional en las ramas de alimentación, metalurgia, química y cerámica, a partir de 1915 esta supremacía se redujo a las ramas de alimentación y química. Según los defensores de la llamada teoría de la dependencia, las causas fundamentales del fracaso de la industria y de la economía andaluza a finales del siglo XIX habrían sido las siguientes: en primer lugar, la agricultura andaluza más productiva habría estado siempre vinculada a exportaciones con demanda muy elástica, con lo que nunca habría podido servir como motor de desarrollo, agotándose definitivamente sus posibilidades durante la crisis agraria de la penúltima década del siglo; por otra parte, la minería, que pudo haber servido también como potentísima fuente de acumulación, tampoco lo hizo por su condición de minería de pendiente y de saqueo; en tercer lugar faltó una estructura financiera capaz de canalizar recursos hacia la industria, prefiriendo siempre actividades comerciales, e incluso enterrando cuantiosos recursos en la construcción del ferrocarril; en cuarto lugar, la integración de Andalucía en el mercado nacional, cuando el trazado del ferrocarril estuvo totalmente terminado, había supuesto un duro golpe para la economía de la región al convertirse en una pequeña parte de un territorio mucho más amplio; por último, la Restauración borbónica habría hecho de la oligarquía industrial andaluza una oligarquía fundamentalmente política y residente en Madrid que había potenciado un crecimiento desequilibrado, en el que Andalucía se había especializado definitivamente en actividades agrarias exportadoras, con SALArios bajos y altos beneficios para terratenientes, que posteriormente habían sido invertidos en actividades industriales en el centro, en altos SALArios y elevada capacidad adquisitiva.

    Hipótesis, en síntesis, para explicar el subdesarrollo económico andaluz:

    Crecimiento poblacional en el siglo XIX que presionará a la baja los SALArios en el mercado de trabajo y contribuirá a impedir la sustitución de dicho factor por capital físico.

    Desigualdad en la distribución de la riqueza y renta que desalentará la inversión en industria de bienes de consumo.

    Proteccionismo arancelario que evitará, en la agricultura latifundista, la transformación de los métodos de cultivo y de la propia producción tradicional -salvo los casos del olivar, cítricos y otros cultivos minoritarios respecto al cereal- con lo cual se perpetúa un sistema económico basado primordialmente en la agricultura extensiva y en el empleo de mano de obra.

    La política proteccionista que se fortalece a finales del siglo XIX y comienzo del XX favorecerá la industrialización de las regiones del Norte y desalentará, a la vez, la inversión en regiones cuya ventaja comparativa reside en un capital humano potencialmente productivo.

    Sin embargo, este capital humano empresarial, en el caso de Andalucía, está situado, de forma preferente, en la agricultura, sobre todo por razones de rentabilidad, y el capital humano técnico y laboral en los sectores secundario y terciario es escaso en la medida en que el bajo nivel de renta de la mayor parte de la población se traducía en bajo nivel formativo.

    A los anteriores factores hay rendimientos de la agricultura tradicional en la mayor parte de las provincias orientales, donde el régimen minifundista de propiedad era el dominante.

    La industrialización andaluza

    Los orígenes de la industrialización andaluza se remontan a la primera guerra carlista(1833-1839)que, al paralizar las forjas pirenaicas y cantábricas, estableció las condiciones necesarias para que surgiera la industria siderúrgica en el sur de la península. En 1833 se encendieron los primeros altos hornos en Marbella, próximos a los excelentes criaderos de hierro magnético de Ojén, y se montaron las primeras forjas de afinación en Málaga. El montaje fue acometido por M. Agustín Heredia, cuya fortuna procedía de la extracción del grafito de la serranía de Ronda durante la guerra de la Independencia, en sus fábricas de “La Concepción” en Marbella y “La Constanza”en Málaga; posteriormente adquirió la fundición de plomo llamada San Andrés en Adra convirtiéndose en 1840 en “el principal ferretero español”. Su ejemplo cundió, Juan Giró creó en 1841 la ferrería “El Ángel” con altos hornos en Marbella y talleres de afinación en Málaga. En 1856 Orueta va a fundar en la Garrucha la fábrica de San Ramón, dedicada a la fundición de hierro y bronce, construcción y reparación de clavos. También en Sevilla, por los años 1833 y 1834, se instalan los altos hornos en el Pedroso, y posteriormente los talleres de construcciones mecánicas Portilla Hermanos and White.

    La minería tuvo una gran importancia, un ejemplo lo constituye la minería del plomo, en lugares como Linares, Granada, Almería,, Jaén, Córdova, etc.

    El proceso industrializador no solo se extendió a los sectores mencionados, sino que abarco diversas actividades industriales. Según la estadística administrativa de la contribución industrial y de comercio, de 1856, Málaga ocupaba el segundo lugar, detrás de Barcelona, en cuanto a importancia industrial, mientras que Sevilla y Cádiz respectivamente, el cuarto y el noveno lugar de clasificación provincial española, excluidas las provincias vascas que en esta época no habían alcanzado su desarrollo industrial posterior.

    Por sectores, Málaga ocupaba el primer lugar según la contribución en las fabricas de jabón y cola y aguardientes; el segundo en los de productos químicos, el tercero en las de fundición de mena de hierro y otros metales, Sevilla ocupaba el primer puesto en vidrio, cristal y loza, Cádiz el cuarto en curtidos.

    Las restantes provincias andaluzas ocupaban destacados lugares en las fabricas de fundición de mena y otros minerales, de productos químicos, de jabón y de cola.

    Paralelamente surgen en los años cuarenta los primeros establecimientos de la industria algonodera en Algeciras y Cádiz. En 1847 se escrituraba la Industria Malagueña S.A., empieza a funcionar en 1846 con capital de las familias Heredia y Larios. En 1858 se crea la empresa La Aurora, vinculada a los Larios. A principios de los setenta Málaga figura como la segunda industria textil.

    A finales del XIX este panorama industrializador había cambiado, aunque subsisten actividades industriales, las industrias base que Andalucía necesitaba para su desarrollo ya no existen.

    Dos tipos de reflexiones cabe hacer a propósito del análisis de las causas que colaboraron en el proceso de desindustrialización y declive económico de Andalucía: De un lado la rotura del equilibrio de la sociedad tradicional en el sector agrario y a la política de liberalización económica llevada a cabo paralelamente a la consolidación del mercado nacional.

    el fracaso de La industrialización andaluza

    La industria textil en Sevilla, la sociedad formada por Calzada, Munilla y De Stop tenía instalada en 1849 una fábrica al vapor, con 3.720 husos de hilar y 2.648 de torcer, así como 17 telares mecánicos. En Cádiz, se sabe de una importante "Fábrica Gaditana de Hilados y Tejidos de Algodón al Vapor" que, con un capital de tres millones de reales y una plantilla de 250 obreros, funcionó de 1847 a 1869. En Málaga, Heredia y Larios unieron sus esfuerzos para crear, en 1846, la razón "Industria Malagueña, S.A.", que ha permanecido hasta los años 1960. De 1886 en adelante, toman un signo regresivo, las dificultades de los años ochenta, que en Cataluña traen la desacelarión industrial, originan en Málaga la decadencia pura y simple.

    La siderometalúrgica: En 1826, Manuel Agustín Heredia, formó una sociedad para explotar los criaderos de hierro magnético de Ojén, no lejos de Marbella, la factoría a orillas del Río Verde, se proponía la obtención de flejes y planchas para pipería. Como la magnetita de Ojén presentaba muchas dificultades a la fusión por el método tradicional se adopto el método ingles, obtención del lingote al carbón vegetal en Río Verde (fábrica "La Concepción"), afinado y laminado a la hulla en la playa de Málaga (fábrica "La Constancia"). Los altos hornos, hornos puddler y hornos de reverbero de "La Concepción" y "La Constancia" han sido los primeros, con fines civiles, instalados en España. Debido a la primera guerra carlista, hubo paralización de las forjas septentrionales, la demanda se desvió hacia las fabricas del Sur, incluida la fabrica de "El Pedroso", estas fabricas aportaron en 1844 el 72 por 100 de toda la fundición española, la causa de que se cerraran estas y otras fundiciones andaluzas, fue principalmente el fuerte proteccionismo al carbón asturiano.

    El sector agroalimentario: La industria agroalimentaria de la región estaba muy por encima de los niveles medios de la nación. A finales del siglo XIX, perdidas las oportunidades de la siderurgia, del textil y con la minería casi agotada y en manos extranjeras, Andalucía parece volver la vista a las actividades agrarias. Estas son principalmente cuatro, los vinos de Jerez, la uva de Almería, el aceite de Córdoba y Jaén y el azúcar de Málaga y Granada.

    El "sherry”: Entre 1823 y 1873 se multiplicaron por cuatro las exportaciones de sherry. Al final de este periodo se destinaban al cultivo del viñedo unas 7.800 hectáreas, que empleaban entre 8.000 y 10.000 personas, un 20 por 100 de la población de la comarca. La dependencia del sherry de mercados extranjeros, por razones a veces tan fútiles como las reiteradas campañas de prensa desatadas en Gran Bretaña sobre los efectos perjudiciales de su consumo, provocaba con demasiada frecuencia hundimientos de los precios, como los ocurridos en 1863 y 1890, hacían imposible pensar en una base exportadora suficientemente sólida. Su producción se hallaba organizada sobre la base de tres grandes grupos económicos: los cosecheros, los almacenistas y los exportadores que era el grupo mas fuerte en el que apenas cinco casas, Garvey, Domecq y González, exportaban más del 50 por 100 del total. Este ultimo grupo, que hubiera sido el único capaz de desencadenar un proceso de diversificación industrial a partir de una acumulación previa, tampoco pudo hacerlo a causa de que el sistema de crianza exigía dedicar sumas muy cuantiosas a la construcción de grandes bodegas.

    El azúcar: En 1845 se inicia una nueva etapa de florecimiento del cultivo de caña de azúcar en las costas de Málaga y Granada, que alcanza su punto culminante a finales de siglo, coincidiendo con la pérdida de las últimas colonias americanas. Sólo en Granada llegó a haber seis fábricas con una capacidad de molturar 1.280.000 arrobas diarias de caña. En 1900 la totalidad de la Vega de Granada estaba dedicada al cultivo de la remolacha, con una producción anual de 20.000 toneladas de azúcar. Un exceso de capacidad productiva dio lugar a una crisis de sobreproducción que se saldo con la creación en 1904 de la Sociedad General Azucarera, constituida por más del 90 por 100 de las fábricas azucareras de toda España. Después de 1904, la Vega de Granada, la comarca más rica de toda la provincia, fue disminuyendo de importancia progresivamente, de un 95 por 100 en 1885, al 93 por 100 en 1890 y al 60 por 100 1895.

  4. #4 Irluachair 26 de mayo de 2005

    Es que lo que os pasa a los dos es que estais desfasados, manteneis clichés que ya hoy día casi nadie mantiene:

    los moriscos no fueron completamente expulsados:

    si quieres lo miras, y si no sigue con lo tuyo.

    http://www.islamyal-andalus.org/nuevo/moriscos/la_expulsion.htm

    Sin embargo, según afirma Blasco Martínez, el mismo prelado, meses después, confirma la permanencia de moriscos en un memorial que dirige al rey, el 10 de marzo de 1610:

    «En Alicante y toda su huerta quedan muchos moriscos, assi pequeños como grandes, assi hombres como mujeres, de 20, 30, 40 y 50 años, los quales los han trahydo como esclavos y los tienen por tales" .


    Este mismo obispo clasifica en cuatro apartados a los moriscos o que se quedan en su diócesis, dando un total de 306 personas;

    Niños moriscos (aunque incluye también en este apartado algunas personas mayores que permanecen sin licencia, en número de 248.

    Moriscos que tienen licencia del obispado por haber dado muestras de ser buenos cristianos antes del decreto de expulsión, en número de 47 .

    Moriscos que han probado ser hijos de cristianos viejos; son 7.

    Moriscas casadas con cristianos viejos o que han quedado viudas; son 4.

    La permanencia de moriscos en España, después de las órdenes de expulsión, es un hecho indudable, pues, a pesar de los sucesivos decretos proclamados contra su estancia en nuestro país, muchos de ellos consiguieron mantenerse en estas tierras, que no deseaban abandonar, valiéndose para ello, como hemos dicho, de muy diversas estratagemas. Algunos de ellos, incluso, se mantuvieron ocultos en sus viejas tierras, eludiendo el cumplimiento de todas las disposiciones, amparados por sus mismos señores, que temían perder su valiosa mano de obra, tan experta para la agricultura; y, aún de los que se marcharon, fueron muchos también los que regresaron de nuevo a España, buscando la forma de permanecer en ella subrepticiamente. En este sentido se expresan las quejas de Fr. Marcos de Guadalajara, acerca de la desidia de los responsables de llevar a efecto la total expulsión, y dice:



    "En las justicias y personas a cuyo cargo estaba el Andaluzia, Reyno de Granada, y de otras partes, no auia tanta diligencia en expeler los que alli auian quedado, y castigar los que se auian buelto como conuenia" .



    Estas afirmaciones se ven ampliamente confirmadas en la carta que el conde de SALAzar dirige al rey Felipe III, fechada en Madrid a 8 de agosto de 1615, cuando la operación de expulsión debía de estar completamente acabada, en la cual se queja con los siguientes términos:

    "En el Reyno de Murcia, donde con mayor desberguença se an buelto quantos moriscos del salieron por la buena boluntad con que generalmente los reciben todos los naturales y los encubren los justicias..."

    "... que ya se an buelto los que espelió, y los que abyan ydo y los que dejo condenados a galeras acuden de nuebo a quejarse al consejo en toda el Andalucia por cartas del duque de Medina Sidonia, y de otras personas se sabe que falta de bolberse solos los se an muerto en todos los lugares de Castilla la Byeja y la Nueba y la Mancha y Estremadura, particularmente en los deseñorio se sabe se buelben cada dia muchos y que las justicia lo disimulan

    Las quejas se refieren también a las justicias ordinarias de otras regiones, por el incumplimiento de las órdenes reales:

    "No se sabe que ayan preso ningun morysco ny yo e tenido cartas de ninguna dellas: las islas de Mallorca y de Menorca y las Canarias tienen muchos moriscos asi de los naturales de mysmas yslas como de los que an ydo espedidos, en la Coros de Aragon se sabe que fuera de los que se han buelto y pasado los de Castilla ay con permision mucha cantidad dellos y la que con las mysmas licencias y con probanças falsas se han quedado en España son tantos que era cantidad muy considerable..."

    "... de los moriscos de Tanger me a obligado a dalle quenta del mal estado que tiene la espulsion de los moriscos por los muchos que cada dia se buelben y por los que an dejado despelerse que todos juntos es una cantidad muy considerable".

    También Pedro de Arriola, encargado de la expulsión de los moriscos de Andalucía, se queja del gran número de éstos que regresa, en una carta dirigida al rey, fechada en Málaga a 22 de noviembre de 1610:

    "Muchos moriscos de los expedidos del Andaluzia y Reyno de Granada se van bolbiendo de Berberia en navios de Franceses que los echan en esta costa de donde se van entrando la tierra adentro, y he sabido que los mas dellos no buelben a las suyas por temor de ser conosçidos y denunçiados, y como son tan ladinos residen en qualquier parte donde no los conosçen, como si fuessen christianos viejos.

    Y dice más adelante:

    "Y los que quedan se buelben a España y tengo presos cinco que se han atrebido a venir a esta ciudad y estos me dizen que se van bolbiendo todos...".


    Acerca de estas inmigraciones subrepticias, una de las descripciones; más sugestivas es la que hace Cervantes, en su parte II del Quijote ( editada en 1615), cuando refiere el encuentro de Sancho con los al parecer peregrinos extranjeros, que pedían limosna cantando, entre los que se encontraba su antiguo vecino Ricote, "transformado de morisco en alema o en tudesco", el cual le refiere sus cuitas, "sin tropezar nada en su lengua morisca, en la pura castellana", diciendo:



    Cómo, ¿y es posible, Sancho Panza hermano, que no conoces a tu vecino Ricote el morisco, tendero de tu lugar?"... "Finalmente, con justa razón fuimos castigados con la pena del destierro blanda y suave al parecer de algunos; pero al nuestro la más terrible que se nos podía dar. Doquiera que estemos lloramos por España; que, en fin, nacimos en ella, y es nuestra patria natural; en ninguna parte hallamos el acogimiento que nuestra desventura desea; y en Berbería y en todas las partes de Africa, donde esperábamos ser recibidos, acogidos y regalados, allí es donde más nos ofenden y maltratan. No hemos conocido el bien hasta que lo hemos perdido; y es el deseo tan grande que casi todos tenemos de volver a España, que los más de aquellos (y son muchos) que saben la lengua como yo, se vuelven a ella, y dejan allá sus mujeres y sus hijos desamparados: tanto es el amor que la tienen" (cap. LIV).

    Es interesante en este pasaje la referencia que Ricote hace de Alemania, como país adecuado para establecerse los moriscos:



    "Salí como digo, de nuestro pueblo, entré en Francia, y aunque allí nos hacían buen acogimiento, quise verlo todo. Pasé a Italia, llegué a Alemania, y allí me pareció que se podía vivir con más libertad, porque sus habitadores no miran en muchas delicadezas: cada uno vive corno quiere, porque en la mayor parte della se vive con libertad de conciencia".

    "Ahora es mi intención...pasar desde Valencia a mi hija y a mi mujer, que sé que están en Argel, y dar trazas como traerlas a algún puerto de Francia y desde allí llevarlas a Alemania, donde esperaremos lo que Dios quisiere hacer de nosotros".



    Esta tolerancia alemana hacia los moriscos se debía a la influencia de la Reforma de Lutero; en Francia también habían encontrado buena acogida por parte de los protestantes del Mediodía, en el Bearn y en el Languedoc, pues en el sínodo nacional de Montauban de 1594 se precisa que pueden recibir el bautismo "les enfants de ceux qu'on appelle Bohémes, Sarrasiris 011 Egyptiens" . Vemos, pues, ya mezclados socialmente en Europa a los moriscos con los bohemios y los gitanos, todos marcados entre las razas proscritas.

    Cuando la expulsión, Enrique IV había permitido que los moriscos se instalasen en Francia, aunque con la condición (ya que en 1593 había abjurado del protestantismo) de que se adhirieran a la "religión católica, apostólica y romana"; a pesar de la tolerancia religiosa expresada en el edictó de Nantes (1598), muchas familias moriscas prefirieron continuar su éxodo hasta Alemania para "vívir con mas libertad", según las palabras de Ricote. Algunos, sin duda, buscarían regresar de nuevo, del modo que, fuera, a España.

    Bernard Vincent, al tratar de los moriscos de Extremadura, considera que durante el último tercio del siglo XVI los cristianos establecieron ciertas distinciones dentro de esta minoría, que se consideraba globalmente peligrosa con cierto fundamento, dividiéndolos en tres grupos: Los primeros, los más peligrosos eran los moriscos viejos de Benquerencia Hornachos y Magacela, dispuestos a alzarse en cualquier momento, mantenían relaciones constantes con el reino de Granada; los eran la mayoría de los granadinos que unía a su intransigencia una inquietante movilidad; el tercer grupo era el de los moriscos de las ciudades estaban en franca minoría, que constituían un elemento estable, recuperable, pero que con la llegada de los granadinos se soliviantaron también como ellos. Bajo este criterio se decretaron las primeras expulsiones, por lo que el resto de los moriscos, no incluidos en estos tres apartados, pudieron librarse de estas medidas, conforme se puede leer en el informe del de SALAzar.



    Por ello, Vincent afirma: "Sin duda estos criterios prevalecieron en todas partes, lo que plantea el problema de la permanencia en España de una población morisca más numerosa de lo que generalmente se admite, después de 1610. La toponimia atestigua su pervivencia en Extremadura. Sin embargo, considera la imposibilidad de precisar cuántos fueron los moriscos que se quedaron, ya que siempre se ha considerado que la expulsión de 1609-1610 fue el exterminio radical de su presencia en España.



    Los procesos inquisitoriales del Santo Oficio, conservados en los archivos, demuestran de forma evidente que los moriscos mantenían su presencia, aunque de una forma latente. Un ejemplo de ello podría se el caso de un tal Juan Fernández, morisco de los que quedaron en Valdepeñas después de la expulsión, tras haber acreditado una sincera conversión; sin embargo, en 1613, en la noche de la boda de su hija, ante la presencia de diez personas, pronunció una oración en árabe, amonestó al novio para que cuidase de su hija y declaró que ya estaban casados, porque la ceremonia de la Iglesia no tenía ningún valor .



    Respecto a jurisdicción de Murcia, según los procesos registrados de la inquisición, gran parte de los moriscos expulsados que se habían refugiado en Orán, fueron pidiendo, poco a poco, volver a la fe católica, como ocurrió en 1624, año en que fueron absueltos 28 de ellos. Durante todo el siglo XVII se sabe de la gran abundancia de moros en Cartagena, incluso todavía en 1677 eran muchos los que se encontraban, algunos libres y otros a los que se les denominaba "cortados o atajados a çierto prezio pagando por el conforme a sus cantidades de jornales crezidos que son usuras conoçidamente...; se atajaban por 100 pesos. No debía de diferir mucho esta situación en el siglo XVIII, ya que el rey de Argel edificó una mezquita para los moros de Cartagena, que fue asaltada por los cristianos de la ciudad, lo cual provocó las protestas de los argelinos ante el P. Alonso Zorrilla, que amenazaron con la destrucción de todas las iglesias de Argel y el derribo del hospital .

    Pero, el hecho es que toda esta masa de población incontrolada, de ascendencia morisca, se fue sedimentando, al correr de los años, y asentándose de la mejor manera que pudo, en los lugares en que la convivencia con otros grupos sociales les era posible, aunque manteniendo, en la mayoría de los casos, su propia identidad humana y cultural. De la misma manera que, en los albores de la reconquista, los primeros árabes sometidos, precursores de los mudéjares, en la cuenca del Duero, llegaron a formar pueblos bien diferenciados, como es, probablemente, el caso de los maragatos y, tal vez, el de los charros . Estos nuevos conversos entraron a formar parte, de hecho, en la sociedad española de la Edad Moderna y de la Contemporánea.



    Siguiendo, en lo posible, los rastros de las huellas que estas gentes nos fueron dejando, apoyándonos en los datos lingüísticos y culturales de algunos pueblos españoles, hemos intentado encontrar una relación entre unos y otros, mientras nos preguntábamos: ¿quiénes eran los “maños", los majos , los "quinquis"...? (gentes que han constituido siempre una población consolidada en sus usos y costumbres, bien diferenciadas). ¿Por qué se llamaban así?. ¿Por qué eran tan abundantes las palabras de origen árabe entre las gentes de germanía o del "hampa", y entre ellos formaban categoría social los "guapos", los "chulos", los «jaques", los «jayanes", los mandiles", los «gorrones"...? Una profunda curiosidad por estos grupos sociales me llevó a ir buscando, en cada uno de ellos, un posible entronque con los supervivientes de los antiguos moriscos

  5. #5 okeanos 29 de mayo de 2005

    Depopis, para calibrar la fortaleza de una cultura y la calidad de sus productos no se la ha de analizar en sus periodos de decadencia sino en los de epslendor. Cuando hablamos de la extraordinaria literatura griega no nos referimos a su anodino dvenir en los ultimos 15 siglos, sino al fabuloso siglo V ac. Cuando hablamos de Andalucia no es justo aplicarle la estrecha vara del ultimo siglo (en ell q ue por cierto hay bastante consenso en designar a un andaluz como su mayor artista; si, una individualidad, pero es que la cultura andaluza es fomentadora de la individualidad: Como decía el dicho de aquel cantaor "A mí hay momentos en que hasta el guitarrista me molesta").
    Hablamos de la generacion del 27, la mejor generacion poetica de su tiempo, de la poesia del siglo de oro, punta de lanza en Europa y America, de la pintura y escultura sevillana del barroco, cuyas piezas mas insignes presiden las principales SALAs de los principales museos del mundo.
    Por otra parte seria tambien absurdo concederle a los franceses el merito de las vanguardias que van de 1860-1945 cuando en realidad casi toda esa vanguardia se aglutinaba en Paris, que aparte de ser la capitald e Francia lo era tambien del Mundo. Y lo dicho para paris, vale para Nueva York o Berlin, ciudades que en la medida que potencian su cosmopolitismo pierden valor com referencia nacional o cultural geograficamente hablando.

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