Autor: A.M.Canto
lunes, 22 de enero de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: A.M.Canto


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«LATINOAMÉRICA»: Forma y fondo de un craso error

Artículo en el que se reflexiona sobre la injusticia histórica del término "Latinoamérica”, cómo y para qué fue inventado y utilizado en el siglo XIX, hasta ser hoy el mayoritario y una especie de cuño de “progresía”. Los hispanoparlantes deberían de hacer un esfuerzo para recuperar, sin complejos, los vocablos históricamente más justos: Iberoamérica e Hispanoamérica.






En el otoño de 2001, a raíz de una extraña serie de envíos postales en Estados Unidos, la aceptación automática y generalizada entre nosotros de la palabra inglesa anthrax, para referirse a una enfermedad que está en nuestro poderoso vocabulario desde tiempo inmemorial como carbunco, demostró bien a las claras la indefensión actual de nuestros media, y de nosotros mismos, ante las importaciones del léxico inglés. Pero ésta del anthrax no pasa de ser una anécdota temporal y sin mayor trascendencia: A lo largo del tiempo hemos sido víctimas de adquisiciones terminológicas mucho más graves, por cuanto contenían cargas de profundidad ideológica o histórica contra las que en su momento no se luchó lo suficiente, acabando por prohijarlas en nuestra panoplia lingüística, incluso cuando ello suponía tirar piedras contra nuestro propio tejado.

Tal es el caso evidente del término «Latinoamérica», con su construcción equivalente de «América Latina». Algunos no podemos evitar cierta perplejidad cuando vemos u oímos llamar «intérprete latina» a una robusta negra, vestida de ropa multicolor y con un pañolón bien enrollado a la cabeza, cantando salsa y meneándose a lo afro... Puede suponerse lo que opinarían de semejante parentesco, envueltos en sus blancas togas, Catón, César, o Vespasiano, el gran latinizador de Hispania.

Visto desde la Historia, incluso sería inexacto describir a la propia España, madre carnal de aquel enorme continente, como un país «latino», y más chocante y obvio aún resultaría con las definiciones análogas, que serían «Latinoespaña» o «la España Latina». Aunque nuestra lengua, como romance que es, procede en lo esencial del latín, otros muchos elementos fundamentales de la cultura romana no se mantuvieron en nuestro país. En efecto, en la dominación y aculturación de esta habitualmente invadida península los romanos fueron relevados durante tres siglos por varios pueblos centroeuropeos, que no eran ya propiamente pueblos latinos, sobre todo los visigodos (los más flojos, al decir de Ortega y Gasset) y, durante otros ochocientos años más –casi los mismos que Roma la dominó– por diversos pueblos musulmanes: árabes de Siria, mauretanos, bereberes... A lo largo de estas sucesivas ocupaciones, exceptuado el idioma (que no obstante sufrió fuertes aportaciones), una buena parte de las señas identificadoras de la vieja latinidad de España fueron olvidadas. Para empezar, los propios conquistadores de América no tenían ni siquiera aquella religión politeísta que fuera un rasgo tan característico de latinos y de romanos.

Así que, si improcedente sería extrapolar al mundo contemporáneo la realidad de una «España latina» que empezó a dejar de existir en el año 409 d.C., no digamos nada de ese engendro conceptual que es «Latinoamérica». Los chichimecas, los toltecas o los incas nunca llegaron a hablar latín, ni a regirse por el Derecho Romano, a administrarse como una colonia latina o a sacrificar vacas blancas a Diana la Cazadora. Al igual que los negros, criminalmente trasladados desde África al otro lado del Océano, nuestros «indios» (otro vocablo insuperablemente erróneo) no llegaron a saber nada de esos romanos, de los que –de dar crédito a la definición en cuestión– son ellos descendientes y herederos. Por tanto, si ni «Latinoamérica» ni «América Latina» se corresponden con alguna verdad histórica, ¿a qué se deben esos vocablos y su enorme popularidad en el uso hablado de la propia España?

Parece claro que ambos conceptos se acuñaron en la segunda mitad del siglo XIX con el propósito deliberado de difuminar el incuestionable protagonismo de España y Portugal en la conquista y colonización de aquellos nuevos y vastos territorios, incluída una buena parte meridional de los propios Estados Unidos. Cuando se dice «Latinoamérica» se falsean las dos definiciones que la Historia Moderna acredita como las más exactas, que son «Iberoamérica» e «Hispanoamérica», basadas respectivamente en la definición griega y romana para la totalidad de la Península Ibérica y comprendiendo, por tanto, a Portugal y su gran Brasil. Hablando en términos políticos, el vocablo «Latinoamérica» menoscaba claramente el protagonismo ibérico, y lo transfiere y reparte entre otras naciones, singularmente Francia e Italia, también «latinas», pero que nada o muy poco tuvieron que ver en el descubrimiento, la conquista, el repoblamiento y la aculturación del nuevo continente.

España, fiel al bautismo del propio Colón, siempre llamó a todo aquel territorio «las india, y así aparecen en los títulos y orlas de los monarcas austrias y borbones, que son Hispaniarum atque indiarum rex (reyes de las Españas y las indias). Miguel Rojas Mix escribió un interesante ensayo (Los cien nombres de América, Barcelona, 1991) en el que se detuvo en el origen del problema: Los conceptos «raza latinoamericana» y «América Latina» se documentan por primera vez en una conferencia del interesante pero olvidado pensador chileno Francisco Bilbao, pronunciada en París en junio de 1856. En septiembre de aquel mismo año, y abandonando su habitual de «América española», se los arrogó el colombiano José Mª Torres Caicedo, quien, como miembro del Instituto de Francia y de la Legión de Honor, gozaba de una inmejorable posición para difundirlos en el vecino país. Ambas definiciones venían como anillo al dedo a la ideología del «Panlatinismo», emergente desde algunos años antes entre la intelectualidad francesa (sobre todo Chevallier, Lamennais, Quinet o Tisserand), en cuanto que «en aquel continente se debía oponer al peso de la raza anglosajona el de la raza latina». La Revue des Races Latines fue así, desde 1857, el órgano ideal para desarrollar y expandir los nuevos términos.

Su propio creador, Francisco Bilbao, abandonó desilusionado ambos vocablos cuando comprobó que, al contrario de lo que él pretendía expresar, eran usados políticamente para dar coartada ideológica a otro imperialismo y a otro colonialismo, ahora franceses. Pues a su amparo se justificó mejor la invasión de México por Napoleón III, y la instauración allí, en 1864, de un trono y un emperador, basados en que había con nuestra América «une affinité de civilisations, de moeurs, de race, d’éducation...». Se afirmaba, en resumen, que España era débil y que no estaba en condiciones de enfrentarse a los Estados Unidos de América, pero que Francia sí era capaz de crear una barrera en el Río Grande, y de ser, como dice Rojas, «la campeona del panlatinismo».

Hacia 1875 ambos conceptos estaban ya sólidamente implantados en favor de Francia y en contra de España, que de manera tan torpe había ido perdiendo todas sus antiguas colonias. Los «indoamericanos», decepcionados, acogieron rápidamente como suyo aquello de «América Latina» y «latinoamericanos», en cuanto que era otro gráfico medio de romper definitivamente las amarras con la metrópolis, una «Madre Patria» que más bien había acabado siendo una madrastra dura, poco inteligente y muy imprevisora. Más tarde aquellas definiciones fueron útiles también, tanto a Estados Unidos como a las ideologías de izquierdas, enterrando cada vez más la realidad histórica.

Hoy son multitud los españoles que, al decir «Latinoamérica», «América Latina» y «los pueblos latinos», siguen sirviendo sin saberlo a aquel panlatinismo francés del XIX y a los intereses de quienes acuñaron unos conceptos destinados a atacar y deslucir una parte tan sensible de nuestra propia Historia. Y algunos además lo hacen convencidos de que eso es más progresista; quizá esto se deba sólo a la insistencia que, con otras miras, puso el Franquismo en los usos correctos, y no a un conocimiento real de los antecedentes, sin meditar bien si en este aspecto concreto los franquistas estaban o no acertados. En este sentido, los sucesivos gobiernos democráticos y la Casa Real siempre han tenido las cosas claras; no así los medios de comunicación y la población en general.

Si somos aún tan débiles como incapaces de recuperar «Iberoamérica» e «Hispanoamérica» para nuestro léxico cotidiano, sin complejos y arropando el renovado y fraterno sentimiento de igualdad y colaboración con los países hispanos de América, que cada año se refleja en las Cumbres, si no podemos, insisto, esto significará que, con respecto a España, la Francia de Napoleón III sigue vigente y cargada de razón.

Alicia Mª Canto
Universidad Autónoma de Madrid





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Comentarios

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  1. #1 giorgiodieffe 29 de mar. 2005

    En Italia tenemos el mismo problema con Latinoamerica, porqué nosotros tambien decimos ya correctamente America Latina, pero vaya,,,es una "moda" yankee.

    Cuanto a los descendientes de los Indios no sabria como definirlos sin ofender alguien :-)
    Indios no son, porqué la india es en Asia.
    Latinos no son...
    Hispanos no son...

    Americanos podria ser mejor.

  2. #2 A.M.Canto 01 de abr. 2005

    Brenno: Sus esfuerzos por hallar una nueva definición de lo que significa "hispanoamericano" son admirables, pero algo contradictorios, cuando dice: "para referirse a las poblaciones mestizas [¡sic!], tal y como se refieren los eeuu a su poblacion negra con el nombre de afroamericanos y a ellos angloamericanos".
    Y, si les parece más correcto, a Ud. y a los antropólogos que no cita, lo de "amerindio"... parece un poco antiguo e inexacto, ahora que ya sabemos que la "india" de verdad estaba un poco más lejos... Y de esa forma además se confunden con toda la tropa de tribus nativas de U.S.A., que, curiosamente, también son llamados, de forma igualmente incorrecta, "indios". Como si los de USA no fueran también, en ese caso, "amerindios"...

    En fin, parece que en el campo de las definiciones y terminologías queda bastante por meditar y reformar.

    Lusitano: De acuerdo en que "Iberoamérica" parece lo más acertado, y lo que menos ampollas levantaría.

  3. #3 A.M.Canto 03 de abr. 2005

    Eternauta2: Creo que confunde Ud. la “gloria” con la Historia. Iberoamérica o Hispanoamérica son simplemente definiciones históricas y, como tales, mejores que "Latinoamérica", que es la más extendida desde el siglo XIX.
    El idioma en el que Ud. escribe es de tipo "romance", o sea, "romanicus", ¿es ésta una palabra acuñada "para la gloria de Roma", o la simple definición de una realidad de origen? También se la llama "español", ¿es ésta una falta de respeto para los "aborígenes" que hablan otras lenguas, o simple adecuación a la realidad?

    Porque, si somos estrictos, ¿por qué aceptar para el continente la definición de "América"? Unos dicen que procede de Amérigo Vespucci, ¿por qué aceptar el nombre de un extranjero? Máxime cuando, según afirman por allá, éste no era el nombre real de Vespucci, sino “Alberigo”, que se apropiaría del nombre real, “Amerrikua” o “País de los Vientos” que los aborígenes daban a una parte de Centroamérica, en Nicaragua. Esto último no parece cierto pero, en todo caso, en el famoso mapa de Waldseemüller de 1507 aparece aplicada sólo a Brasil. En un caso u otro, ¿por qué extender la definición “América” a todo el resto del continente?

    ¿Y por qué pensar que al “indio” americano le gustará más que le llamen, o llamarse él mismo, “Indio”, como si fuera de un remoto país asiático al que en realidad nada le une? He aquí un manifiesto anticolonialista: “The struggles undertaken by Indigenous peoples to retain or regain traditional territories and objects sacred to our respective communities have tended to define the approaches of indian resistance to foreign imposed appropriation”. Pero, ¿resulta correcto tampoco eso de “indian resistance? (http://intelligentaboriginal.atspace.org/american.html).

    O sea que, como ve, las cuestiones de definición son complejas. Pero, en cualquier caso, se debe atender a lo que sea más general y refleje una base histórica, y éste es el caso. Porque no se refiere sólo a las lenguas ibéricas que hablan por allá. Creo que, por otro lado, puede admitirse que representa “un cierto avance” el pasar de forma tan rápida desde las fases culturales más arcaicas, en las que se hallaban la mayor parte de los aborígenes americanos, a todos los conocimientos y avances europeos disponibles en el siglo XVI. Fueron varios miles de años de evolución humana que el nuevo continente pudo ahorrarse y recorrer de golpe. Así que creo que España y Portugal, junto a muchos errores, hicieron algo más (e incluso aceptando que fuera de forma no deliberada) por aquellos aborígenes, que estaban casi todos, como se dice, en la “Edad de la Piedra”, que "arrancarles la cultura y el idioma", como Ud. dice. No creo que ninguno de esos aborígenes que cita quisiera ahora recuperar sus orígenes, y volver a la fase en la que estaban en 1492.

  4. #4 César_Buono 11 de mar. 2006

    Hablando en términos políticos, el vocablo «Latinoamérica» menoscaba claramente el protagonismo ibérico, y lo transfiere y reparte entre otras naciones, singularmente Francia e Italia, también «latinas», pero que nada o muy poco tuvieron que ver en el descubrimiento, la conquista, el repoblamiento y la aculturación del nuevo continente.

    Tarde pero seguro, hoy descubro celtiberia y añado lo que va ut infra.
    Veo esto, que ya de entrada "descubrimiento" no corresponde, pues ¿ quien descubrió a quien ? es decir, no me parece práctico el análisis a partir de las palabras desnudas.Decir "Latinoamérica" es una costumbre, como en España se dice ordenador a lo que propiamente es una computadora.¿ Se entiende de que se trata ? Pues basta eso. Si empezamos a analizar, nos volvemos locos.
    En lo real de nuestra existencia cotidiana en Argentina, España no existe, salvo el idioma castellano. Creo que esa es la principal razón de que por lo menos acá en mi país, nadie haga ascos a la palabra latinoamérica, salvo, lo que da en llamarse "nacionalismo católico argentino", la ultraderecha.Un grupo que cabrá dentro de un restaurante. Notese que en Argentina, según estadísticas, hay casi la misma cantidad de apellidos italianos que de origen hispano.Lo que dice este nacionalismo católico específicio es política claro, no es de mi interés, pero conozco, y ellos tienen un discurso que me parece interesante resumir para los que lean celtiberia, pues creo que sacarán conclusiones útiles para sus propias ideas :los hispanos vinieron a traer la Verdad (así llaman a la religión católica)a pueblos en las tinieblas y con 10 soldados conquistaban imperios porque todos se maravillaban de lo buenos y sabios que eran los conquistadores hispanos y los ayudaban. El indio que no se sometía era porque pertenecía a las fuerzas del demonio y por lo tanto hacerlo picadillo no estaba del todo mal.Luego, los piratas ingleses, malos ellos, que no se acostaban con ninguna india, contaban cosas muy feas de los hispanos, pero por envidia, y además como eran protestantes, eran herejes, por lo que se explicaba que no fueran tan buenos como los hispanos(por eso liquidaban a los pieles rojas, y no se mestizaban, pues como se sabe los hispanos no eran orgullosos, claro).
    Pasado el tiempo y pese a la extrema generosidad de los reyes hispanos, nuestros degenerados criollos decidieron luchar contra los "godos" (así se les decía también, como se ve, nunca nadie usó palabras adecuadas)porque los ingleses malos les susurraban cosas feas al oído.Los franceses también, que eran otros degenerados que habían cercenado la cabeza de un rey (designado por Dios, no olvidar)y que envidiaban a los hispanos.En fin, se tuvieron que volver a la península, y luego del regreso, sufrieron porque los pueblos asquerozos e interesados (vecinos europeos) les saquearon, banqueros mediante, a los hispanos todo lo que habían llevado de América (oro, plata y algunas bananas). Pasando el tiempo, un grupo de españoles enfermos deciden terminar con el rey y hacen una república, hasta que un general español (ya se llamaban España) decide dejar Africa y luego de liquidar unos cuantos enemigos, se queda cuatró décadas ordenando aquel asunto, todo ello, no solamente por España, sino para la "gloria de Dios" (como había sido el paso por América, también para la glorida de Dios).
    Yo de verdad no se que piensa Dios, pero los indios que quedan en América, cuando se les menciona España empiezan a dar saltos, se ponen rojos y dicen cosas muy feas.Pero, volvamos a la Península. Cuando fallece este señor providencial,bajito de estatura, le suceden una serie de imbéciles y un rey que en realidad mucho no vale porque es Borbon y no Austria, lo cual parece que marca para siempre.Bueno, ese es el relato de este grupo "nacionalista". Para ellos el término"latinoamérica " es algo insultante, consecuencia de la leyenda negra, de una conspiración judeo- masónica , y algo que la CIA se encarga de mantener en alto, junto con la banca judía. que va financiando y todo ello, para el dominio de nosotros, que como se ve, no tenemos nada que decir y somos medios estúpidos. Hay petróleo también en todo esto, como cuadra a los tiempos.Espero que nadie se ofenda y comprendan que me limito a describir, no a decir que estoy de acuerdo. Soy argentino de muchas generaciones, para lo que es América por supuesto, y a todo esto lo siento en el alma como un cuento de Isaac Asimov.
    Lamentablemente los humanos pagamos muy cara la verdad, y para empezar hay que atravezar selvas de idioteces, mentiras, falacias, y en fin, pantanos de dudas, océanos de equívocos y lo que se te ocurra.Por suerte hay personas que perseveran, y aunque por lo general nuestros logros son de lo más modestos, por lo menos no seguimos añadiendo basura a esa montaña.
    Es verdad que un negro no parece latino, pero tampoco hispano.
    Creo que el cuarto de hora le ha pasado a todos los imperios, Inglaterra, Francia y porque no, España. "Fue", como decimos las gentes de Buenos Aires, para lo que ya no tiene relevancia.
    Por lo tanto, esta es otra realidad, que contiene algo de lo hispano, pero también mucho más de otras realidades, y no lo parece tanto pues el idioma confunde.Esa es mi idea. Muchos españoles, y es comprensible, creo, confunden el escuchar su idioma con algo más. Lo que no hacen los ingleses por ejemplo.
    Considerar también esto, por favor : ¡¡ Cuidado !! cada país americano es distinto que el otro, sumamente diferente y eso en general, los extranjeros no lo perciben. Estoy queriendo decir que decir latinoamérica es decir algo tan confuso como hispanoamérica. No lo era hace trescientos años, pero el tiempo no pasa en vano. El tiempo, las oleadas inmigratorias y la vida misma que va modificandolo todo.
    Para nosotros una monarquía, que es tan respetable sistema como cualquiera, es un absurdo, y tenemos razón, pero para nosotros.Ya con eso solo queda descartado cualquier entendimiento más allá del turístico y comercial, entre las "ex colonias" y la "metrópoli". No me consta, pero muchos me han dicho, que mucho más lejano parece y se siente un brasileño, de Portugal.Son mundos distintos, y es lo primero que debe considerarse.¿ A quien le importa aquí que España se peleó con los ingleses hace dos siglos ? ¿ Habrá muchos que sepan que Inglaterra está al norte de España ? Nos podríamos llamar Francoamérica, y¿ a quien le importaría ?
    Nosotros somos nosotros, no los tatarabuelos de nuestros recontratatarabuelos,por favor. Es estúpido. A nadie, salvo algún grupo minoritario casi invisible (lo supongo, no se si lo hay) se le ocurre que España tenga algo que ver con nosotros, salvo claro, un pasado el que para colmo no solamente es lejano sino también fue un "los echamos de aquí pues nos expoliaban" (eso nos enseñan e n los colegios desde siempre).Lo decimos en nuestras canciones patrias, etc. España es el enemigo. Algún estúpido me ha comentado "el enemigo en realidad es USA". Pero claro, resulta que las autoridades las mandaba el rey de España. Seguramente algo de lo que ha pasado es que esos paises, Inglaterra y España se han peleado a muerte y uno ganó y el otro perdió. Pero tal como lo vemos, ganamos nosotros.No quiero terminar esto sin decir, que en general, llama la atención que casi nadie se excluye entre españoles en vituperar a USA, y se me ocurre que no son tan estúpidos los yankees, yo lo pensaría, pues no hace falta alabarlos tampoco, en mi caso, no me interesan, pero tampoco Europa si viene al caso. Lo que no me parece sano es ocuparse en denigrar a un país, que no lo veo como peor en cualquier sentido que Argentina o España, o lo que sea.¿ Habrá algo de envidia acaso ? Pero, esto, es harina de otro costal.

  5. #5 Minaia 14 de mar. 2006

    El problema de fondo es que hoy en día se ha recrudecido la pugna por imponer determinados términos o denominaciones usándolos como arma que refleja una idea particular. Así, no terminan de asentarse los términos jamás, porque siempre hay alguien detrás al que le parece que tu manera de llamar algo representa una visión ¿caduca? ¿racista? ¿lo que sea?. En Estados Unidos, primero se decía "negro", luego "colored", luego "african american" y, ahora, vuelve el término "black". Con los indios hubo una evolución a "native american", "first nations" y ahora, el término indios vuelve a ser el más habitual los libros sobre temas indígenas. Quizás tanta discusión es porque se intenta algo imposible.

    Incluso huyendo de intentos de "deconstruir" los términos queriendo ver machismo, racismo, etc. es evidente que la mayor parte de los términos referidos a pueblos y países son convenciones, muchas veces impuestas por extraños. Y, esto es lo importante, NUNCA reflejan de manera exacta la realidad, mucho más compleja de lo que puede abarcar un simple término. Casi siempre toman la parte por el todo:

    Iberia: si es toda la península, deja fuera a los celtas y otros pueblos prerromanos
    Anglosajón: los habitantes del Reino Unido serían más bien angloceltas, en todo caso, pero ni con esa denominación acogeríamos a todos los pueblos que han pasado por allí,
    etc., etc.

    La conclusión tendría que ser que no es posible o, por lo menos, es muy difícil, contar con términos que contenten a todos. Ni Hispanoamérica refleja la realidad de todos los pueblos a los que nombra, ni Latinoamérica, ni ningún otro. Si nos fijamos en la lengua y los elementos comunes a muchos de esos pueblos podríamos estar de acuerdo con la profesora Canto en que lo "hispano" es un nexo que puede servir. Si atendemos a la composición racial, sin embargo, el elemento hispano no es el mayoritario (¿diría alguien indiamérica?). Tampoco valdría...(japoneses en Brasil y Perú, negros de la Rep. Dominicana...). En unos territorios que abarcan varios continentes, con una increíble variedad de poblaciones, siempre habría gente que se nos colaría entre los agujeros de la red de las definiciones .

    Al final tenemos que ir a los términos que la gente elige para llamarse a sí mismos. A esa conclusión llegaron los estudiosos de temas indígenas cuando escogieron indios. No tiene ningún rigor, ya lo sabemos, es fruto de una confusión europea, pero no existe ningún término propio entre ellos para denominar al conjunto de poblaciones pre-europeas, por la sencilla razón de que no las conocían ni por asomo.

    En los países afectados, la denominación más habitual es "Latinoamérica". ¿Es rebuscada? Posiblemente. ¿Incorrecta? Como todas. En cualquier caso, la suelen preferir a lo de hispano por la carga negativa asociada a la conquista y la época colonial, remachada en los libros de texto de primaria con los relatos de las crueldades de los españoles, etc. Si uno habla el tiempo suficiente con alguien criado en uno de estos países, es posible que acabe oyendo algo del "oro robado", el "genocidio", etc. Se podría discutir esto, aunque no es el tema principal del foro, pero el caso es que, en el lenguaje también se da la selección natural y hay cosas que perviven y otras que pasan al olvido. ¿O no es el español una "degeneración" del latín?. Se puede combatir contra el uso de Latinoamérica, pero, teniendo en cuenta que:
    - España=44 millones (y muchos ya lo usan)
    - Resto de países hispanohablantes=310 millones
    os recomendaría mucho ánimo y mucha suerte.

  6. #6 Servan 25 de abr. 2006

    El General San Martín me parece que era hijo del General Alvear y de una guaraní (no quiero decir india ya que no lo era)
    Los aymaras estaban mucho mejor en tiempos del Inca que ahora; se fué el oro, la plata, el estaño, el caucho y se quedó el analfabetismo y la pobreza.
    De los onas, fueguinos, kahueshcar, no se puede decir nada, porque desaparecieron, y no por culpa de los españoles sino de sus descendientes puros o mezclados.

  7. #7 Servan 04 de jun. 2006

    No debiera llamarse America, por la escasa importancia de Vespucio para este continente
    Tampoco debiera ser Hispano, pues nunca pertenecio a Espana, sino a la Corona.
    Tampoco indias, ni Latina.
    Quiza debiera llamarse Colombia, o Bolivia.
    Me llama la atencion que Europa se considere un continente, cuando geograficamente es una peninsula asiatica.
    Con respecto a los terminos mal empleados, al Sindrome hemolitico uremico lo llaman SHU, pronunciado Chu, por lo menos debieran pronunciarlo SU.

  8. #8 Servan 04 de jun. 2006

    Hay mucha mitologia en torno a las culturas aborigenes. Una de ellas es que no conocian la rueda. La verdad es que si la conocian, la utilizaban en juguetes, pues no tenian animales de arrastre, si de carga como la llama. Los mayas y aztecas inventaron el 0 quiza antes que los europeos, a quienes les llego de india a traves de los musulmanes.

  9. #9 García 29 de jun. 2006

    Yo tengo unos comentarios...
    Los Ingleses y Estadounidenses (no digo Americanos por que todos los habitantes del continente son Americanos) no tienen absolutamente nada de decir de la conquista y colonizacion española en America, y MUCHO MENOS CRITICARLA! Por que ellos fueron mas crueles que el mismísimo demonio! .... Ellos tenian muchos hijos con sus esclavas negras para tener mas "esclavos", y despues venderlos a la esclavitud como perros, a sus propios hijos!!!...
    Y en cuanto a los Aborigenes, ellos decian; "A good indian is a dead indian", "un indio bueno es un Indio muerto" ellos no tuvieron la idea de formar una raza mestiza como la tuvieron los castellanos, ellos tuvieron la idea de acabar con los Indigenas y poblar el continente con germanicos, especialmente los rubios y de ojos azules.
    Y eso de que los españoles son "asesinos, violadores", etc, ¿y los Estadounidenses que son? En este caso Estados Unidos le dice a España "quítate que ahí voy yo"
    Yo soy Americano, o Hispano, por que hablo Español, y como dijeron anteriormente, si se anda en casi cualquier parte de Mèxico o de Amèrica se siente como si se está en España... y yo no digo; "soy Latino"...
    Aqui en Estados Unidos he escuchado a decenas de Hispanohablantes decirle a los gabachos "no soy latino, soy americano" o "soy hispano", eso de que nos decimos "Latinos", creo que está quedando en el pasado....

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