Autor: arenas
domingo, 20 de mayo de 2007
Sección: Noticias
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Tesoro submarino

Tesoro submarino



Cultura sospecha que la empresa Odyssey podría haber expoliado el patrimonio español
La compañía estadounidense anunció ayer el hallazgo de un tesoro submarino sin precisar su lugar de procedencia
EFE - Madrid - 19/05/2007

El Ministerio de Cultura ha alertado a la Guardia Civil ante un posible delito de expolio del patrimonio español por parte de la empresa estadounidense Odyssey, que ayer anunció el hallazgo un buque hundido con un valioso botín, cuya nacionalidad y lugar de procedencia se negó a facilitar. El tesoro está formado por unas 17 toneladas de monedas de plata y oro, valoradas en 370 millones de euros.
Según han comunicado fuentes de Cultura, la compañía de exploración marina Odyssey dispone de la autorización necesaria para investigar si alguno de los pecios hundidos frente a las costas de Gibraltar (Mar de Alborán) es el HMS Sussex -que naufragó en 1694-, aunque no para realizar extracciones arqueológicas subacuáticas.
En este sentido, Cultura ha calificado de "sospechoso" que la empresa Odyssey no diera a conocer la nacionalidad del buque en el que se encontró el valioso botín ni su localización exacta, que según informó ayer la empresa se sitúa en aguas internacionales y en un punto indeterminado del océano Atlántico.
Como garante del patrimonio español, el Ministerio de Cultura ha alertado a la Guardia Civil para que investigue este asunto, vigile las costas de Gibraltar y averigüe si el hallazgo, formado por unas 17 toneladas de monedas de plata y oro -valoradas en 370 millones de euros-, se encuentra en aguas españolas o pertenece a un buque de bandera española, en cuyo caso se habría cometido un delito de expolio. Según informó ayer la empresa Odyssey, el medio millón de monedas extraídas hasta el momento, cuya procedencia y características también se negaron a revelar, han sido trasladas a territorio estadounidense.
Fuentes de la Guardia Civil han explicado que de estos casos se ocupa el Grupo de Patrimonio Histórico, con el apoyo de los Grupos Subacuáticos y del Servicio Marítimo, y han recordado que ya hubo antecedentes de inspecciones por las actividades de esta compañía de exploración marina, con el objetivo de comprobar que cumplía con la normativa internacional.
El Ministerio de Cultura anunció el pasado marzo que vigilaría a Odyssey en las operaciones de identificación del buque HMS Sussex, un navío de bandera inglesa que naufragó en la zona del mar de Alborán en 1694 con un mercancía formada por nueve toneladas de oro y valorada en 4,5 millones de dólares, y cuyo descubrimiento y posible rescate provocó una controversia que se saldó con un acuerdo entre los Gobiernos de España y Reino Unido.

Noticia de elpais.com



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  1. #1 jeromor 23 de mayo de 2007

    E asunto toma visos de tomadura de pelo, con la complicidad del Gobierno de Gibraltar (alianza de piratas y corsarios):

    Revista Terrae Antiqvae. Editor José Luis Santos Fernández
    http://www.terraeantiqvae.com

    Partidos políticos, particulares y ecologistas han batallado durante años en Cádiz para impedir las acciones de Odyssey Marine ante la indiferencia de la Administración.

    Han tardado casi diez años, pero los cazatesoros se han salido con la suya. Llegaron a la zona del Estrecho en 1998, rastrillaron y analizaron sus fondos con absoluta impunidad con sus sónares de barrido lateral y el pasado mes de marzo llevaron a cabo el expolio. La compañía Odyssey Explorer Marine, según todos los indicios, extrajo de un barco sin nombre hundido a 10 kilómetros de la costa española un botín en monedas de oro y plata valorado en 317 millones de euros. Y todo, ante la indiferencia y el silencio de la Administración española.

    Carmen Calvo anunció el domingo mano dura contra los expoliadores. Patrulleras de la Guardia Civil fueron enviadas a la zona. Aunque el buque 'Odyssey Explorer' ya había acudido al resguardo de Gibraltar, aún se movía en aguas libres su buque de apoyo, el 'Ocean Alert'. Ayer, esta embarcación burló la vigilancia y corrió también a refugiarse a Gibraltar. Los dos buques se encuentran ahora amarrados en la misma dársena donde la Armada británica escolta a sus submarinos nucleares (como el 'Tyreless').



    «Acabo de verlos. Están defendidos por una línea de boyas, con alarmas para que nadie pueda acercarse a ellos», explica desde Algeciras Antonio Muñoz, un activo militante de Ecologistas en Acción. «Llevamos años echando a esta gente fuera de nuestras aguas, pero esta vez lo han conseguido. Esto ya no tiene arreglo. Es como lo del 'Prestige', cuando empezaron a llevarlo de un sitio a otro», se lamenta Muñoz.

    Oídos sordos

    La suya ha sido una de las pocas voces que se ha levantado contra la apisonadora de los cazatesoros americanos. Han sido pocas, la verdad. Manuel Melero, diputado del Partido Andalucista, presentó en el juzgado durante estos años tres denuncias contra el capitán del navío y contra sus armadores. Ecologistas en Acción acudió también a los juzgados con el ánimo de paralizar los trabajos de los expoliadores. Sin éxito. El pasado año, la propia Guardia Civil asaltó el barco a la busca de pruebas para incriminar a los cazatesoros e identificó a su tRIPulación. Entre tanto, la Administración hacía oídos sordos a las denuncias públicas.

    Carmen Calvo, que ahora anuncia severidad con los infractores, conocía de primera mano el caso. Antes de llegar al Ministerio de Cultura ocupó esa misma consejería en Andalucía. Desde su cargo, reclamó plenas competencias en arqueología submarina y se enfrentó por ello al Gobierno Aznar. «Han sido siete años de desidia», se lamenta el abogado y escritor bilbaíno Pipe Sarmiento. Año tras año, este navegante ha acudido a bordo de su velero a documentar las actividades de los cazatesoros en aguas españolas. «Es inexplicable que las autoridades no hayan intervenido», dice.

    Cargado en Gibraltar

    Por si quedaban dudas sobre el origen de la carga, la compañía aseguró ayer que obtuvo una «licencia válida de exportación» del «país» desde el cual partió el botín con rumbo a EE UU, sin añadir más detalles. Sin embargo, fuentes de la Embajada británica citadas por Europa Press precisaron ayer que Odyssey Marine habría cometido «un error» al referirse a un país, ya que los trámites para el traslado del tesoro los realizaron ante las autoridades de un «territorio de ultramar». Es decir, el Peñón de Gibraltar. Por tanto, el Reino Unido está al corriente de que, contra lo que anunciaron en su día los expoliadores, el botín en monedas de oro no fue obtenido de un yacimiento situado en el Atlántico (en concreto, se refirieron a las costas de Cornualles) sino de un navío hundido frente a las costas españolas.

    Según las posiciones captadas por el servicio de satélite AISlive, el buque expoliador habría operado a tan sólo 6 millas de la Línea de la Concepción y a 14 de Estepona. El mar territorial de España alcanza las 12 millas y la zona contigua, sobre la que los estados tienen plenos derechos jurisdiccionales, 12 más.

    En realidad, sólo Odyssey Marine posee en el ámbito civil tecnología capaz de rescatar un pecio sumergido a unos 500 metros de profundidad. Emplea un robot submarino de 16 toneladas de peso, bautizado como 'Hércules' y operado por control remoto, capaz de capturar, con unas ventosas, las monedas sumergidas, una por una. Se trata de un robot desarrollado por la Armada de EE UU y que fue empleado por primera vez en tareas no militares por Robert Ballard (antiguo militar), descubridor y explorador del 'Titanic'.

    Sin nombre ni bandera

    La Embajada Británica en Madrid cree que el hallazgo arqueológico realizado por la empresa estadounidense Odyssey , bajo el nombre de Cisne Negro, «no tiene ninguna relación con el buque HMS Sussex», un barco inglés hundido en 1694 frente a las costas de Gibraltar, aunque admite que la empresa norteamericana no ha sido capaz de confirmar todavía ni el nombre del buque hundido en el que halló el supuesto tesoro ni la bandera de ese navío.

    En un comunicado difundido ayer, la Embajada sale al paso de las dudas que ha suscitado entre las autoridades españolas y británicas el anuncio del importante tesoro arqueológico submarino localizado por Odyssey , en un punto no revelado del Atlántico, compuesto por 17 toneladas de monedas de plata y oro, valoradas en 370 millones de euros.

    La Embajada recuerda que la empresa Odyssey Marine Exploration, con sede en Tampa (Florida), ya ha confirmado que su actividad con este rescate se ha producido «fuera de aguas territoriales de la jurisdicción legal de cualquier país». La citada firma dejó ayer claro en un comunicado que la extracción del pecio se hizo conforme a las leyes establecidas sobre recuperación de yacimientos arqueológicos submarinos, y subrayó asimismo que el traslado a Estados Unidos del medio millón de monedas de oro y plata se efectuó de forma legal.

    La Embajada señala también que Odyssey ha confirmado a las autoridades británicas que «está trabajando con la mayor celeridad posible para averiguar la identidad del barco hundido».

    «Nos tocaría una parte», dice ahora la ministra

    La política es el arte de adaptarse a las circunstancias. Carmen Calvo, ministra de Cultura, dio ayer buena prueba de ese principio al asegurar que los responsables de Odyssey Marine «no han dicho que el barco no era español. Y eso hay que averiguarlo porque, si fuera de bandera española, aunque esté en aguas internacionales, nos tocaría una parte de lo que se encuentre». Calvo explicó que el pecio rescatado «no es el HMS Sussex» y «no se halló en aguas próximas a donde se cree que está el HMS Sussex». Ahora, dijo, le toca al Gobierno «corroborar que es verdad, con la Guardia Civil».

    Por lo que apunta Calvo, y de demostrarse que el pecio era de bandera española, el Gobierno podría litigar con los saqueadores para obtener una compensación. Podría tratarse de una parte de las 500.000 monedas recuperadas (hay indicios de que se trata de doblones de a ocho con la efigie del monarca español Carlos III -1716 a 1788-) y de vestigios de interés arqueológico.

    Precisamente el Reino de España obtuvo del Tribunal Supremo estadounidense el reconocimiento de que los barcos de bandera hundidos constituyen territorio nacional y siguen perteneciendo al país que los construyó. Fue por las fragatas 'La Galga de Andalucía' y 'Juno', hundidas en 1750 y 1802 en aguas de Virginia. Localizadas por el cazatesoros Ben Benson, el rescatador quiso aplicar el viejo principio marino 'finders keepers' («quien lo encuentra se lo queda»). España, por medio del embajador en Washington Javier Ruperez, reclamó ante los tribunales, que le dieron la razón en una sentencia histórica. El abogado de aquel proceso millonario fue James Gold. ¿Saben que puesto ocupa hoy? Es el presidente de Odyssey Marine Exploration Inc. El mundo es muy pequeño.

    Fuente: JULIÁN MÉNDEZ, Bilbao / El Correo Digital.com. j.mendez@diario-elcorreo.com 23 de mayo de 2007




  2. #2 jeromor 23 de mayo de 2007

    Otra (también divulgada por Revista Terrae Antiqvae. Editor José Luis Santos Fernández
    http://www.terraeantiqvae.com )
    :

    El Peñón aprobó la salida del botín sin alertar a las autoridades españolas.

    Santiago Mata. Madrid.

    Con la callada por respuesta, el Gobierno gibraltareño asumió ayer la responsabilidad por la exportación a Estados Unidos del tesoro extraído, con toda probabilidad de aguas españolas, por la empresa Odyssey Marine Exploration (OME), aparentemente compuesto por medio millón de monedas de plata y algunos miles de monedas de oro, que despegaron del aeropuerto de Gibraltar el jueves 16 de mayo en un avión de pasajeros: el Boeing 757 de North American matrícula N756NA.

    Hasta ayer, Odyssey había afirmado en su página web (shipwreck.net) que por razones de seguridad no mencionaría el lugar desde donde el tesoro se había introducido en EEUU. Después de que ayer publicáramos una fotografía del N756NA antes de despegar de Gibraltar, Odyssey optó por afirmar en su web que "las monedas se introdujeron en EEUU con una licencia de exportación válida garantizada por el país desde donde fueron exportadas, e importadas legalmente conforme a las leyes de EEUU".



    La Embajada británica en Madrid precisó que Gibraltar no es un país, sino un Territorio de Ultramar del Reino Unido, pero aseguró que dentro de las competencias de la colonia está la de exportar por vía aérea tal cantidad de metales preciosos. Mediante un comunicado emitido ayer por la mañana, dio por válidas las explicaciones de Odyssey acerca de que el pecio hallado no es el Sussex (para cuya localización, pero no extracción, tenía permiso Odyssey), que la extracción se realizó en aguas internacionales y que "la empresa OME ha confirmado a las autoridades británicas que está trabajando con la mayor celeridad posible para averiguar la identidad del barco hundido".

    Lenta reacción

    Las autoridades gibraltareñas, por su parte, no emitieron ningún comunicado oficial sobre las afirmaciones de Odyssey. Contactado por LA GACETA, John Rodríguez, jefe de aduanas del aeropuerto de Gibraltar, mostró cierta preplejidad al saber que OME se refería a un certificado de exportación que él debió autorizar, pero finalmente tampoco hizo declaraciones.

    Dado que antes de la partida del avión, según publicaba el Gibraltar Chronicle, los responsables de Odyssey anunciaron que abrirían en Gibraltar un Museo Arqueológico, el director del Museo de Gibraltar, Dr. Clive Finlayson, consideró oportuno advertir que "no tiene nada que ver con este asunto".

    Piden explicaciones

    Por su parte, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, volvió a pedir a la compañía que aclare que el pecio del que se recuperaron las monedas no pertenecía a pabellón español. "No han dicho que el barco no era español, y eso hay que averiguarlo porque, si fuera de bandera española, aunque esté en aguas internacionales, nos tocaría una parte de lo que se encuentre", afirmó la ministra de visita en Sevilla.

    Desde el Ministerio creen que la compañía está difundiendo informaciones “muy contradictorias”, y piden que deje de lanzar “cortinas de humo” a través de su página web, que utilizan para difundir sus comunicados, y afirmen abiertamente que el pecio no es el de un navío con bandera española.

    Desde su web, Odyssey se comprometió a aportar pruebas al Gobierno español de que no estaba actuando dentro de su jurisdicción “si se lo solicitaban oficialmente”.

    El abogado malagueño Antonio Checa, descubridor del pecio del submarino republicano C3, hundido en la guerra civil, y experto en descubrimientos marinos, afirmó que es "imposible" que el barco localizado por OME se encontrara en aguas internacionales. Según declaró el abogado a Servimedia, en el caso de que la extracción se realizara en aguas territoriales de España, el Ministerio de Cultura "tiene plena competencia para paralizar ese expolio", porque desde el punto de vista penal "es un delito".

    Las negligencias de España en el caso

    Las numerosas informaciones adelantadas por LA GACETA desde el pasado viernes, apuntan muy claramente a un expolio en aguas españolas. Sin embargo, la otra parte de la historia es quién, o quiénes han permitido que ésto suceda. En este enmarañado relato de cazatesoros aparece el Ministerio de Asuntos Exteriores, que fue quien aprobó la búsqueda del barco inglés Sussex; la pasividad de la Junta de Andalucía, que ha retrasado más de un mes, y sin explicaciones convincentes, la designación de los arqueólogos para supervisar los trabajos de Odyssey; y ahora la desidia del Ministerio de Cultura, que ni siquiera ha contactado a la compañía con sede en Tampa (EE UU) para preguntarles de dónde han sacado su botín.

    Compras sospechosas de acciones en marzo

    Francisco Perarnau. La historia del descubrimiento del gran tesoro en aguas territoriales españolas también tiene su parte oscura en bolsa. Además de los aumentos irregulares de los precios y volúmenes de la acción en las sesiones previas al anuncio oficial del hallazgo, los principales accionistas de la compañía realizaron fuertes compras de títulos en el pasado marzo. En ese mes, el Gobierno español, británico y la Junta de Andalucía alcanzaron un acuerdo por el que se permitía a Odyssey Marine Exploration continuar con las exploraciones en busca del Sussex. Pero algunos expertos sospechan que en esa fecha Odyssey ya tenía perfectamente localizado su gran tesoro. De una u otra forma, los grandes accionistas sí apostaron fuertemente por el descubrimiento. De hecho, el principal de todos ellos, el fondo GLG Partners, dobló su participación del 10% a casi el 20%. Otras compras muy significativas fueron las realizadas por Merrill Lynch, que cuadRIPlicó su presencia al pasar de 98.460 acciones a 414.859. Vanguard elevó la suya en 180.213 acciones, hasta las 674.127 (ver cuadro adjunto). La acción empezó marzo a 2,77 euros y terminó a 3,64. Ayer a media sesión, la acción cotizaba a 7,11 dólares, con una caída del 12%.



    Pipe Sarmiento, escritor y abogado náutico: “Lo de Odyssey no es un hallazgo fortuito, sino un atraco”

    Santiago Mata. Madrid. Pipe Sarmiento, nacido en Bilbao en 1952, es licenciado en Derecho y Economía, patrón de yate desde 1981, buceador tres estrellas desde 1980, abogado especialista en temas náuticos... Sin dejar de ejercer el periodismo, ha escrito siete libros sobre este campo. El último de ellos, Tesoros Sumergidos. Cuando explotó el "asunto Odyssey", estaba en Valencia dando unas conferencias en la Copa del América.

    ¿Por qué siguió al Odyssey?

    Por pura casualidad, viviendo tantos años en Sotogrande, donde tenía su base el primer barco de Odyssey, el Minibex.

    ¿Qué encontró de raro?

    Por primera vez me sorprendió en 2000, que me mintieran diciendo que estaban tendiendo un cable submarino, cuando había visto que era un barco de prospección, con un robot en la popa.

    ¿En qué se distingue un pirata de un arqueólogo?

    En que el arqueólogo recupera algo para preservar el patrimonio de una nación, y el pirata busca el lucro.

    ¿Le causó problemas investigar a Odyssey?

    No hasta 2006, que es cuando mis investigaciones fueron más allá y más rápido que las de las fuerzas de seguridad españolas, que nunca han querido que los periodistas se adelantaran a sus escasas investigaciones.

    ¿Ha tenido miedo?

    No. Tuve cierta angustia al estar en alta mar al lado del Odyssey en mi velero con mi mujer, y ver las amenazas e intimidaciones que nos hacían desde un barco de 75 metros de eslora, con unos tipos que parecían marines. Se cuenta que a veces en estos barcos embarcan miembros de la CIA para detectar submarinos soviéticos...

    ¿Pero éstos sólo buscaban tesoros?

    Creo que sí. Desde 1998 buscaban el Sussex. Pero en vez de encontrarlo, toparon con alguno de los 100 ó 200 barcos "de época colonial" hundidos en el Mar de Alborán.

    ¿Greg Stemm es un aficionado?

    En cierto sentido, pero al darse cuenta de la complejidad del asunto, buscó un buen asesor jurídico: cuando en 2006 les echaron, contrataron a James Gold, que había sido abogado de España en el caso del Juno y la Galga, dos fragatas españolas hundidas en Virginia.

    ¿Cuál fue el papel de Gold?

    Ha sabido presionar muy bien al Ministerio de Exteriores. Parecía que ceder el Sussex podría ser una forma de pagar los servicios de Gold.

    ¿No es todo entonces pura negligencia española?

    Los expertos conjeturan que esto podría ser la forma de devolver un favor. Pero Gold ha seguido presionando, lo que en mi opinión demuestra que no había un pacto y que Odyssey actúa por su cuenta.

    ¿Por qué decidieron dar este arriesgado golpe?

    Mi teoría es que como eran incapaces de cumplir los requisitos de la Junta de demostrar que era el Sussex, en la duda se llevaron un tesoro aprovechando la desidia. Ahora nos devuelven la carga de la prueba: es España la que tiene que demostrar que el tesoro es suyo.

    ¿Basta el satélite para probar que lo sacaron de aquí?

    Sí, si se manda una orden de un juez europeo, Aislive, el satélite de Lloyds, podrá certificar todas las posiciones, completando las pruebas que ya ha publicado LA GACETA.

    ¿Las monedas no prueban nada?

    Difícilmente.

    ¿Quién se las quedará?

    Creo que España tiene mucho que decir, tengo mucha confianza en la justicia norteamericana, que es muy imparcial, como se vio cuando reconocieron el derecho de España al Juno y la Galga, a pesar de que el hallador era un norteamericano. Esto no es un hallazgo fortuito, sino un atraco, y no se aplican las leyes del mar, sino el código penal.

    Los arqueólogos ingleses, también en pie de guerra

    Jorge Valero. "Los arqueólogos europeos estamos preocupados porque esta manera de proceder sienta las bases para que, en el futuro, no se respeten los protocolos que protegen los resto arqueológicos", explica Javier Noriega, del grupo Nerea Estudios de Arqueología.

    Ya desde Gran Bretaña se dio la voz de alarma en 2002, cuando el presidente del Consejo Británico de Arqueología, George Lambrick, denunció la alianza que su Gobierno había establecido con Odyssey Marine Exploration, con el fin de repartirse un eventual botín, a cambio de que la empresa corriera con el riesgo de la operación.

    En aquella ocasión, con motivo de este acuerdo para el reparto de la carga del navío inglés Sussex, Lambrick denunció que su Gobierno "debería de encontrar una manera mejor de proteger el patrimonio que tomando parte en cacerías de tesoro". Y ya entonces dudaba de que los restos que había encontrado la compañía fueran los del Sussex.



    Para Noriega, en el caso del Odyssey se están pisoteando todos los acuerdos que protegen el patrimonio arqueológico. "No es cierto que exista un vacío legal en lo referente a la protección de los tesoros que descansan en el mar", explica el arqueólogo, quien añade que son informaciones interesadas que difunden los cazatesoros para legitimar sus actividades.

    Fuente: La Gaceta de los Negocios.com, 23 de mayo de 2007


    (2) La Guardia Civil quiere registrar los barcos de Odyssey en el Estrecho. Londres se desmarca del hallazgo y Cultura desafía a la empresa a mostrar el tesoro para ver si contiene oro español

    La Guardia Civil controla en estos momentos los movimientos de dos barcos de la Odyssey Marine Exploration, por la sospecha de que esta empresa de cazatesoros haya cometido un expolio de nuestro patrimonio sumergido. Uno de los barcos, el Odyssey Explorer, se encuentra en el puerto de Gibraltar, mientras que el otro, Ocean Alert, estaba fondeado en aguas marroquíes. La cicatería con la que la empresa norteamericana facilita la información solicitada por España no hace más que aumentar las sospechas y dudas sobre sus prácticas.

    La Brigada de Patrimonio y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil sabe que se las está viendo con una maraña de intereses en los que participa un buen número de actores, desde la empresa en cuestión, que cotiza en bolsa, los Gobiernos británico y español, además del estadounidense y las leyes internacionales.

    Se sabe que Gran Bretaña presionó para que el Ministerio de Exteriores dejase llevar a cabo trabajos de localización del HMS Sussex, barco de pabellón inglés, en aguas del Estrecho. Pero Odyssey debería haber tramitado ese permiso con la Junta de Andalucía para darle validez, algo que no ha hecho.

    Delito de expolio

    Por ello, la Guardia Civil afirma que los permisos con los que Odyssey ha blandido para sus actividades son falsos y si, amparándose en ellos, hubiese extraído el tesoro de las aguas territoriales españolas, o incluso de las aguas en litigio, ello podría constituir un delito de expolio. Ayer, la Embajada británica en Madrid hizo público un comunicado en el que subraya que este hallazgo “no tiene ninguna relación con el HMS Sussex”.

    Subraya que el pecio estaba en aguas internacionales, extremo al que otros expertos no dan crédito, porque eso significaría profundidades que requieren un equipo mucho más sofisticado

    Nada es lo que parece en este mundo de los cazatesoros, que para algunos tiene mucho de piratería. De hecho, el capitán de uno de los barcos de Odyssey en el Estrecho tuvo abiertas diligencias por desobediencia hace tiempo en la Benemérita. Miembros del instituto armado no descartan que, dada la autonomía de los robots submarinos, Odyssey podría estar haciendo trampas submarinas, actuando en nuestras aguas territoriales, aunque manejando sus equipos desde un buque o una base en aguas marroquíes o gibraltareñas.

    No existe justificación en inciertos “motivos de seguridad” para que Odyssey no muestre el contenido de su tesoro a los expertos, que fácilmente sabrían con un simple análisis si hay oro español o no en los contenedores enviados a Estados Unidos “de forma legal”, según los cazatesoros. Ayer la ministra de Cultura, Carmen Calvo, desafió a la empresa a mostrar las monedas recuperadas o compartir la información de localización del pecio, algo que le ha sido solicitado desde la Embajada española en Washington el viernes pasado.

    El secretismo es tal en Odyssey que ni siquiera se descarta que la operación no sea de la envergadura que la empresa ha asegurado y se trate de una operación de imagen para hacer subir las acciones de la compañía en bolsa.

    La Guardia Civil instruye ya como denuncia el requerimiento del Ministerio de Cultura, que le fue presentado anteayer, puesto que necesita la intervención de un juez para poder registrar los navíos de la Odyssey. Mientras tanto, ofrece información exhaustiva sobre los lugares en los que los buques han trabajado, mantiene contacto visual con las embarcaciones que se movieron en aguas españolas reivindicadas por Gibraltar. Cuando alguna patrulla de la Benemérita se ha aproximado a estos buques estos se refugian en aguas marroquíes.

    Fuente: J. CALERO / P. MUÑOZ, Madrid. Las Provincias.es. 23 de mayo de 2007



  3. #3 jeromor 28 de mayo de 2007

    Desde mi punto de vista habría que presentar una protesta formal ante el gobierno de Gibraltar y denunciarle como colaborador necesario del expolio.

    Otra noticia sobre los corsarios (con patente de corso del gobierno británico para buscar el Sussex en aguas españolas), cortesía de Terrae Antiqvae:

    Los mayores expertos nacionales, desde Cataluña a La Caleta, coinciden: hay tantos tesoros submarinos como desidia administrativa. Los cazatesoros llevan décadas con ventaja para dar con el 'Sussex', el 'Cisne Negro' o el 'Nuestra Señora de Atocha'.

    Estamos en 1998, cerca del Peñón de Gibraltar, en la cubierta de un barco de cazatesoros zarandeado por las olas. El Halcón de los mares (como aquella película de Errol Flynn) anda en busca del HMS Sussex, un galeón británico hundido el 19 de febrero de 1694 con un importante botín en sus tRIPas. El velero es una sombra en estas aguas oscuras y agitadas. Pasan dos años, anuncia el calendario, y los codiciosos regresan en un buque alquilado en Francia, el Minibex. «Estuvo atracado en 2000 y 2001 en Sotogrande», recuerda Lorenzo Sarmiento de Dueñas, abogado maritimista, periodista, escritor, un imán tenaz tras los cazatesoros de la Odyssey durante estos últimos años.

    Vuelan las hojas del almanaque. Estamos en 2001, y la Odyssey Marine Exploration obtiene un permiso del Gobierno español para hacer una prospección y localizar el Sussex. A bordo se ve a veces a algún arqueólogo español, recuerda Sarmiento, el perseguidor incansable desde el mirador de su pequeño barco de catorce metros de eslora. Pero el Minibex intenta ir más lejos de lo que el documento le autorizaba, y el Gobierno, que había recibido más de una crítica por aquella visa, dice basta. La Guardia Civil les expulsa de la zona en 2002, aunque en esta historia aún está lejos el final. Entre 2000 y 2006, toma el relevo otro barco, el Ocean Boomer, y los mismos «barqueros». Al cabo, este invierno, otras dos siluetas, la del Odyssey Explorer y la del Ocean Alert.
    Siempre un mismo lugar

    «A partir de febrero -relata el abogado e investigador- el Odyssey comenzó a trabajar en aguas españolas en campañas de diez días, regresando a Gibraltar du-rante periodos muy cortos, para descargar y aprovisionarse. Se puede comprobar que durante el día cambiaban unas millas de posición, seguramente para no levantar sospechas y despistar sobre el punto donde pensaban extraer las monedas. Pero si miramos las posiciones nocturnas y las que realizan a lo largo de marzo, en la segunda campaña de 17 días, siempre regresan a la posición 36º 2' N y 5º 12' W, lugar en el que vienen manifestando que estaba lo que ellos llamaban la fragata Sussex, sin que jamás aportaran prueba alguna de que se trataba de ese barco». Dos acuerdos hilvanan, que no cosen, la operación. El primero, entre la Odyssey y la Armada Británica para buscar el Sussex; el segundo, una nota verbal (comunicación por escrito, valga el contrasentido, típica del ministerio de Asuntos Exteriores) en la que el departamento de Miguel Ángel Moratinos autorizaba a «prospeccionar, identificar sin remover arena, siempre con la presencia de arqueólogos de la Junta».

    La nota verbal resulta un procedimiento «sorprendente» en este caso, porque las competencias arqueológicas las tienen las autonomías. Al parecer, el ROV Hércules, ese robot tan grande como una habitación, 18 toneladas de última tecnología, removió -sin ningún arqueólogo a bordo- y halló, no se sabe si el Sussex.

    El cargamento fotografiado tras su viaje a Estados Unidos tenía el aspecto de una esquina de la cueva de Alí Babá: 17 millones de toneladas de oro y plata valoradas en 500 millones de dólares, quizá sacadas de algún lugar entre Estepona, la roca de Gibraltar y Sotogrande, según delata el satélite AISlive escrutado por Sarmiento y según opinan todos los especialistas consultados, o de algún punto del Atlántico, en aguas internacionales, según la compañía Odyssey (www.shipwreck.net).

    El sentido del sinsentido

    Estamos cerca de la ciudad romana de Ampurias, en el Thetis, el barco desde el que se lanza al agua tres horas cada día -desde mayo hasta principios de noviembre- Xavier Nieto, director del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña, una autoridad del fondo del mar. «Como arqueólogo me sorprende mucho que el ministerio dé una autorización así», afirma. Aunque, tras pensarlo dos veces, surge un «sentido»: el tradicional abandono en el que malvive este territorio de nuestra cultura. «La arqueología subacuática española llega muy tarde -explica-. Los países del Mediterráneo empezaron en los años 50; nosotros, en 1981, 30 años de desventaja, y ahora estamos peor que entonces. Se crearon cuatro centros, y ahí se les dejó, con una escasísima dotación humana y presupuestaria. Hay menos de una docena de arqueólogos profesionales que trabajen sobre ese inmenso patrimonio, no hay ninguna Universidad que les forme, salvo alguna asignatura cuatrimestral aislada, y existe un evidente problema legislativo. La ley de 1985, que equiparaba la arqueología en tierra con la del mar, era muy poco realista».

    Xavier Nieto ha navegado por océanos y bibliotecas, como Herman Melville en Moby Dick. En España, donde el mundo submarino es un lugar desconocido, es rara avis. Dice que, si hablamos de naufragios y tesoros contantes y sonantes, la costa andaluza es un lugar excepcional.

    «En Sevilla se instaló la Casa de Contratación de Indias (1503), y por allí pasaban todos los galeones que venían de América. En cuanto a Cádiz, la entrada a la Bahía es muy peligrosa, porque hay unas barras de arena que modifican la topografía submarina, y que provocaban muchos accidentes, por eso es una franja con tantos pecios».

    Nieto no se atreve a aportar una cifra de lo que se esconde ahí abajo -«es imposible saberlo»-, pero otros sí lo hacen. Gonzalo Millán del Pozo, escritor, curioso, director del Proyecto Poseidón, grupo que pretende proteger el patrimonio cultural subacuático, habla de más de 800 galeones hundidos con cargamentos que podrían superar los 100.000 millones de euros.

    Claudio Bonifacio, cazatesoros, opina que bajo nuestras costas podría haber 800 toneladas de oro y 12.000 de plata, amén de otros tesoros. Un botín inmenso, en cualquier caso. O un patrimonio histórico y cultural, según los ojos que lo miren.

    En el Centro Andaluz de Arqueología Subacuática (CAS), en Cádiz. Los ojos de Carmen García Rivera, la coordinadora, no son dos monedas.

    «Nuestra misión no es recuperar tesoros, sino investigar, proteger y conservar el patrimonio donde está. Lo importante es la información histórica que nos aporta. El cargamento económico sería sólo un valor añadido».

    Una década de limitaciones

    El CAS gaditano cumple este año su primera década, tiempo en el que han tratado de hacer una carta arqueológica rigurosa -por ahora, incluye unos 80 yacimientos- como paso previo para su investigación. «Hemos utilizado información oral, archivos, documentos, y el trabajo que hizo una empresa estadounidense en el Proyecto Galeón durante la Expo», afirma. García Rivera cree que el desarrollo tecnológico debe servir para proteger los pecios y para luchar contra el expolio.
    «El reglamento de actividades arqueológicas de la Junta de Andalucía dice claramente que nadie puede remover arena sin un permiso de la Consejería, y siempre que la investigación tenga un objetivo científico», recuerda.

    Desde luego, ninguna de estas dos condiciones se han cumplido en el caso Odyssey, si es que su hallazgo se ha producido en aguas españolas, como sospechan arqueólogos y Administración. Esta compañía fundada en 1986, que el pasado día 18 duplicó su valor en Bolsa, parece seguir al novelista chileno Francisco Coloane (1910-2002): «Todo lo que se encuentra en el mar, sin dueño, es de uno» (El camino de la ballena, 1962).

    La Unesco denunciaba en 2001 que «el intenso pillaje de los sitios arqueológicos marinos por parte de buscadores de tesoros, así como por la frecuente pérdida de materiales de inestimable valor para el estudio de los orígenes de las civilizaciones y de su historia». El despacho del presidente de la Asociación de Rescate de Galeones Españoles, en Madrid, sirve para decir lo mismo: «En España apenas existe la arqueología subacuática. En EE.UU. hay más de veinte empresas dedicadas a buscar pecios», dice.

    Una de ellas, la de Mel Fisher, quizá el cazatesoros más popular, halló el Nuestra Señora de Atocha, que se fue a pique en 1622. Fisher empezó la caza en 1970. Recuperó oro y plata, y algunas de aquellas monedas todavía se venden en su web, www.melfisher.com

    Es otro ejemplo de que el caso Odyssey es uno entre miles. Habrá más y hubo muchos antes.

    Fuente: JUAN FRANCISCO ALONSO / La Voz Digital.es, 28 de mayo de 2007

  4. #4 giannini 01 de jun. 2007

    Para evitar que el enlace en días sucesivos no funcione, os copio la noticia que apareció hace una hora en La Gaceta de los Negocios, que entra en contradicción con la información aparecida hoy en El País. El abogado James Goold, que defiende los intereses de España en Estados Unidos, ha interpuesto dos demandas ante un juzgado de Florida que, de acuerdo con La Gaceta, ponen a Odyssey Marine Exploration contra las cuerdas. La compañía, también según el mismo diario, ha informado de forma oral a Goold de la posición del pecio, que estaría situado a 40 millas al sur de Gran Bretaña. Se trataría pues, del Merchant Royal, circunstancia que, recordemos, se compadece muy poco con la aparición de monedas con la efigie de Carlos III, pues el Merchant Royal naufragó en Cornualles en 1641. Por otra parte ¿qué sentido tendría descargar un tesoro en Gibraltar cuando el pecio se halló a 40 millas de Gran Bretaña?

    Goold presiona a Odyssey para descartar el hallazgo fortuito del tesoro en el Atlántico


    Exige a los cazapecios que afirmen por escrito que hallaron el Merchant Royal.
    El satélite AISlive excluye que la extracción pudiera hacerse en abril en el Atlántico.

    Santiago Mata. Madrid. El abogado James Goold, por encargo del Ministerio de Cultura, ha presentado ante el juzgado competente en Tampa (Florida) dos demandas para que se respete la propiedad española de los barcos o cargas presuntamente encontradas por Odyssey Marine Exploration (OME). OME sigue sin haber mostrado una imagen del tesoro que dice compuesto por medio millón de monedas de plata y varios miles de monedas de oro, pero comunicó oralmente a Goold la posición del pecio: 40º 25’ Norte y 6º 00’ Oeste, es decir, el pecio sería el Merchant Royal, cuyo hallazgo ya había reclamado OME, y no un pecio fortuitamente hallado a 100 millas de Gibraltar (entre Portugal y Marruecos, según aireados rumores).

    Odyssey no ha operado en Gibraltar ningún buque oceanográfico con vehículos controlados a distancia (ROV) aparte del Odyssey Explorer. Puestos a guardar algo encontrado en aguas internacionales, sobre todo a 40 millas de Gran Bretaña, sería absurdo haberlo descargado en Gibraltar.

    Las demandas de Goold ponen a OME contra las cuerdas, ya que si confirma que el pecio es el Merchant, no podrá probar que ha trabajado allí. Si, alegando las salidas al Atlántico del Explorer, desmiente la información dada oralmente a Goold, tendrá que inventarse una posición de trabajo y un pecio hoy inexistente. No tendrá pecio, y también se podrá probar que ese tiempo de despiste en el Atlántico no es suficiente para extraer 17 toneladas moneda a moneda: según el satélite AISlive, cuyos datos transmitió ayer a LA GACETA Pipe Sarmiento, el Explorer estaba en Gibraltar los días 8, 14, 16 y 27: nunca tuvo tiempo para campañas de extracción como la del 1 al 17 y de ese día al 20 de marzo, en que presuntamente extrajo el tesoro de aguas españolas.

    Gibraltar calla
    Un conocido periodista gibraltareño afirmó a LA GACETA que es imposible que el tesoro de Odyssey se exportara sin conocimiento del Ministro Principal de la colonia, Peter Caruana. Dado que el Ministerio de Defensa inglés pretende suprimir la mayoría de los puestos de trabajo civiles, por la reduccion de efectivos e instalaciones militares, y que el Gobierno gibraltareño se ha comprometido a crear una empresa que mantenga a quienes acepten voluntariamente el despido, se entiende que no tenga nada que decir sobre la salida del tesoro desde Gibraltar. A última hora es Gran Bretaña la que garantiza que los sueldos de Gibraltar están equiparados a los de la metropoli.

    Cortesía de la US Navy
    En un artículo publicado en abril de 1998 en la revista Maritime Heritage Magazine (y al que tanta importancia dan que aún está en la web de OME), Greg Stemm y el capitán de navío de la US Navy J. Ashley Roach (retirado) se refieren a los éxitos del descubridor del Titanic, el Bismarck y el Yorktorwn en grandes profundidades, Robert Ballard (también marino retirado, pero británico), asegurando que “el público no se da cuenta de que las aventuras de Ballard son, en su mayor parte, cortesía de la US Navy”.

    En su mayor parte, sí, cuando la parte que se considera principal es la técnica. Ballard no pretendía enriquecerse con sus hallazgos, sino más bien, como suelen decir los arqueólogos, aprender algo de esos buques. Stemm se cree con derecho a que la Armada británica le devuelva favores. En todo caso, el dato claro es que Ballard no ha hecho ningún hallazgo espectacular desde 1998, precisamente el año en que comenzó su andadura como cazapecios Stemm. De momento, el Ministerio de Defensa sigue considerando válidos tanto el acuerdo para buscar el Sussex como el acuerdo para que los barcos de OME puedan “atracar y repostar en los diques”... Aún no ha dicho nadie qué empresa trasladó el tesoro del muelle de submarinos (South Mole) a los túneles y (en su caso “o”, si no se acepta el testimonio de los transportistas) al aeropuerto. La tRIPulación ya se fugó. Por cierto, el Ministerio de Cultura está dedicido a embargar los barcos si salen de Gibraltar. Un consejo: evacúen los valiosos robots del Explorer por avión.

    Fuente: La Gaceta de los Negocios

  5. #5 Irluaxair 08 de jun. 2007

    Londres niega que ayudara a descargar los ‘cazatesoros’

    Un diario digital gibraltareño anunció la llegada de tropas para proteger los barcos

    p.s./m.g./agencias/gibraltar/madrid
    La Embajada británica en Madrid negó ayer cualquier participación del ministerio de Defensa del Reino Unido en la descarga de material de embarcaciones propiedad de la empresa Odyssey Marine Exploration. La Embajada desmintió en un comunicado "algunas informaciones aparecidas en los medios de comunicación" sobre este asunto y aseguró que "el ministerio de Defensa en Gibraltar no ha trasladado ni almacenado carga alguna en nombre de Odyssey Marine Explorations".
    El Gobierno británico "continúa en estrecho contacto" con el Ejecutivo español y "rechaza cualquier sugerencia" de que "haya actuado de manera inapropriada o ilegalmente", añade el comunicado de la embajada.
    EL FARO INFORMACIÓN y el diario La Razón informaron ayer de que los dos barcos que la empresa Odyssey mantiene en Gibraltar se deshicieron el miércoles de su cargamento en una operación que "contó con la ayuda de los oficiales de la Marina británica".
    Una juez de La Línea de la Concepción ordenó el pasado martes la captura de esos dos buques, Odyssey Explorer y Ocean Alert, para que las bodegas de los barcos sean inspeccionadas en un puerto español.
    La Embajada británica en España afirmó ayer que Reino Unido no prevé desplegar en los próximos días fuerzas especializadas en la protección de instalaciones marítimas y buques en lo que sería un ejercicio militar imprevisto, tal y como informó el diario digital gibraltareño Gibfocus.
    Fuentes de la legación señalaron que tampoco existe ninguna actividad programada que guarde relación con un despliegue de dichas fuerzas.
    Si bien el diario gibraltareño precisaba que no había datos "oficiales" sobre este ejercicio, también señalaba que algunas informaciones lo habían relacionado con la polémica suscitada por el tesoro recuperado por la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration.
    Una jueza de La Línea ordenó recientemente apresar los dos buques de Odyssey que han navegado en los últimos meses por el Mediterráneo (el Odyssey Explorer y el Ocean Alert) en cuanto estén en aguas territoriales españolas (actualmente se hallan en Gibraltar) para llevarlos a un puerto español y proceder a su registro.
    Los buques se encuentran atracados en la base naval militar de Gibraltar y en la mañana del pasado miércoles, la tRIPulación y militares de la Armada británica sacaron de la cubierta con destino desconocido el robot Hércules de exploración submarina, que podría tener imágenes que probaran el supuesto expolio del tesoro que reclama España por entender que las 17 toneladas de monedas de oro y plata que Odyssey transportó por vía aérea desde Gibraltar a Estados Unidos se encontraba en aguas jurisdiccionales españolas.
    El problema estriba en dónde se lleve a cabo ese arresto. España, basándose en el Tratado de Utrecht por el que cedió la ciudad y el puerto del Peñón, pero no sus aguas circundantes, sólo reconoce como británicas las aguas del puerto de Gibraltar, mientras que Londres viene reivindicando hasta tres millas náuticas.
    El diario también menciona, citando expertos, que, según el acuerdo sellado entre Odyssey Marine Exploration y el Ministerio de Defensa británico, éste último debería ofrecer protección a los barcos de la empresa mientras estos estén bajo su jurisdicción.
    Sin embargo, fuentes de la Embajada británica en España señalaron a Europa Press que ese acuerdo es sólo para facilitar que los barcos de Odyssey puedan atracar y repostar en la base naval de Gibraltar.
    Por otra parte, el abogado que representa al Gobierno español en la defensa de sus intereses sobre un fabuloso tesoro submarino negó ayer que haya sido asesor jurídico de la empresa responsable de la extracción de dicho tesoro, tal y como dijo el senador del Partido Popular Juan Van-Halen.

  6. #6 Irluaxair 14 de jun. 2007

    La prensa local del Campo de Gibraltar ha seguido a Odyssey todo el tiempo.


    Cualquiera puede hacer una búsqueda en El Faro Información, poniendo "Odyssey" y ver que de aquí Odyssey no ha salido. Han estado en busca y captura, aun así después el gobierno les ha dado permisos. Ha habido manifestaciones, los alcaldes, periodistas, ciudadanos han clamado al cielo etc... pero nada, es curioso cómo la realidad se difumina una vez que salimos de la Comarca, y se piensa en el resto de España que Odyssey pasaba por aquí de casualidad y en el atlántico se encontró un tesoro.


    http://www.publicacionesdelsur.net/diarios/cadiz/faro/index.shtml


    ***


    Noticia 35 con fecha: 20-02-2007
    El 'Odyssey' regresa a la Bahía y trabaja en horario nocturno

    La compañía Odyssey suma un segundo buque a las tareas con el ‘HMS Sussex’

    PIPE SARMIENTO/M.GUTIÉRREZ/GIBRALTAR
    La compañía Odyssey suma un segundo buque a las tareas con el ‘HMS Sussex’pipe sarmiento/m.gutiérrez
    gibraltar
    El Odyssey Explorer, el buque cazador de tesoros de la compañía estadounidense Odyssey Marine Exploration, ha regresado a la Bahía y está realizando trabajos por el momento desconocidos, con nocturnidad, en torno al pecio del HMS Sussex, el galeón inglés hundido entre La Línea y Sotogrande en 1694 con un cargamento de monedas de oro que se cifra en unos 4.000 millones de euros.
    La compañía de EEUU, con sede en Tampa, parecía haber arrojado la toalla y haber ordenado a la tRIPulación del Odyssey que abandonara la Bahía el pasado miércoles 14 de febrero. De hecho, zarpó sobre las 14.00 horas y puso rumbo hacia el Mediterráneo oriental. Había regresado unas semanas antes, después de casi un año y todo indicaba que había puesto rumbo hacia Trípoli (Libia), donde durante unos meses antes había estado realizando prospecciones de pecios. Sin embargo, la estrategia ha sido la de tratar de ocultar sus verdaderas intenciones.
    En efecto, según ha podido constatar este diario, el Odyssey Explorer se mantiene durante el día frente a la costa de Fuengirola, entre Marbella y Calaburra, y sobre las 23.00 horas, a diario, regresa al lugar donde localizó el pecio del galeón inglés, donde faena hasta el nuevo día.
    Odyssey Marine Exploration, además, mantiene en torno a la operación de extracción de objetos del HMS Sussex, un segundo barco, el Ocean Alert, que ha estado en aguas españolas desde noviembre de 2006.
    De hecho, fue localizado abarloado al Odyssey Explorer en la base naval militar de Gibraltar. Actualmente, el Ocean Alert se encuentra sometido a reparaciones en el Puerto de Cádiz. Por otra parte, según ha podido saber este diario, Odyssey Marine Exploration ha prescindido de los servicios del anterior capitán del Odyssey Explorer y lo ha sustituido al frente del polémico buque cazador de tesoros.
    Todo parece indicar, pues, que Odyssey está trabajando con permiso de la Junta de Andalucía, toda vez que resultaría prácticamente imposible que escapara a la vigilancia del SIVE (Servicio Integrado de Vigilancia Exterior) y también a la captación por parte de la torre de Salvamento Marítimo en Tarifa, cuyo radio de cobertura llega hasta la costa granadina. Fuentes consultadas por este diario, además, indicaron que en la reunión que mantuvo la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, el pasado miércoles en Algeciras con colectivos ecologistas, con motivo de su visita a la zona del naufragio del Sierra Nava, el subdelegado del Gobierno central en la provincia de Cádiz, Sebastián Saucedo, que acompañaba a la ministra, habría confirmado verbalmente que el Odyssey está operando con permiso.
    Hay que recordar que el mismo miércoles 14 de febrero, una portavoz oficial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía se puso en contacto con este diario para indicar que la compañía estadounidense no cuenta con permiso para realizar trabajos arqueológicos en torno al HMS Sussex y que las perspectivas eran de que no iba a conseguirlo, por otra parte, ya que el proyecto arqueológico de la compañía estadounidense previsto para el galeón inglés HMS Sussex no se ajusta a las exigencias del Gobierno autónomo andaluz.
    La aparición del Odyssey otra vez en la Bahía, concretamente atracado en la base militar naval de Gibraltar, concitó a finales del mes de enero las críticas de Verdemar Ecologistas en Acción e incluso del Partido Andalucista sanroqueño, cuyo alcaldable, Manuel Melero, anunció la interposición de una denuncia ante la Guardia Civil contra el buque y recordó que sobre el capitán pesaba una orden de búsqueda y captura como consecuencia de las actividades que realizó en su primera escala en la zona, a finales de 2005 y principios de 2006.

  7. #7 arenas 07 de ago. 2007

    Odyssey pide indemnizaciones a España por "obstruir sus operaciones"


    EFE. 07.08.2007 - 18:19h



    Buques de odyssey atracados en gibraltar. efe


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    Buques de Odyssey atracados en Gibraltar. EFE




    • Le reclama un acuerdo de confidencialidad para evitar filtraciones.

    • En caso de que los tribunales concediesen a España la soberanía del yacimiento arqueológico, reclamaría el 90 por ciento de lo rescatado.

    • Cita el "bloqueo ilegal" del buque Odyssey Explorer que ha impedido a la empresa seguir con sus operaciones arqueológicas.



    La empresa "cazatesoros" Odyssey anunció hoy que ha solicitado indemnizaciones al Gobierno de España por las pérdidas que considera que ha sufrido por las "obstrucciones en sus operaciones", y le reclama un acuerdo de confidencialidad.

    La compañía estadounidense confirmó en un comunicado que el lunes presentó el informe requerido por un tribunal de Tampa (Florida) en respuesta a la demanda planteada por España, pero sin que éste detalle la localización del yacimiento arqueológico descubierto en mayo y que reclama el Gobierno español .


    Insiste en que en caso de que los tribunales concediesen a España la soberanía del yacimiento arqueológico,reclamaría el 90 por ciento del valor de lo rescatado.

    La empresa con sede en Tampa solicita ese acuerdo de confidencialidad antes de aportar las informaciones requeridas por el Gobierno español para evitar filtraciones y que se vean dañadas sus actividades en la búsqueda de tesoros.

    Al mismo tiempo, Odyssey insiste en que en caso de que los tribunales concediesen a España la soberanía del yacimiento arqueológico, reclamaría el 90 por ciento del valor de lo rescatado .

    En una primera reacción, el Gobierno español dijo no estar satisfecho con el contenido del informe, porque no se aportan los datos solicitados como la descRIPción arqueológica del lugar donde fue descubierto el pecio y el número de monedas y objetos extraídos, además de declaraciones juradas de expertos y empleados de Odyssey.

    Críticas de Odyssey a España

    Cita, además, el hecho de que el representante legal de España en Estados Unidos es el abogado James Goold, presidente de la Fundación Naútica RPM, un potencial competidor de Odyssey en el suministro de servicios de búsqueda de restos arqueológicos submarinos.

    Sobre la reclamación de indemnizaciones, que no cuantifica, Odyssey señala que ha sufrido una serie de pérdidas "por las recientes obstrucciones" que ha sufrido para llevar a cabo sus actividades, y se refiere, en concreto, a lo que considera "abordaje ilegal" del buque Ocean Alert .

    También cita el "bloqueo ilegal" del buque Odyssey Explorer que ha impedido a la empresa seguir con sus operaciones arqueológicas.

    En el comunicado difundido hoy, Odyssey reitera que ha cumplido con sus compromisos legales y actuado "con una política de transparencia y comunicación amplia sobre sus actividades arqueológicas" .

    El presidente y director general de Odyssey, John Morris, reitera que las actividades de exploración de la empresa están fuera de las aguas jurisdiccionales de España y que han cumplido todos los requisitos legales


     


    http://www.20minutos.es/noticia/266920/0/odyssey/pide/indemnizaciones/

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