Autor: Servan
viernes, 09 de mayo de 2008
Sección: Etnografía
Información publicada por: Servan
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La Montaña sagrada
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Servan, la montaña, el Merudanda o espina dorsal del mundo. Mira,
encontré ésto en un libro que simplifica un poco los tonos mitologicos
y esotéricos.
"Debo poner
un ejemplo, y emprendo un viaje por el sueño que siempre me tuvo caminando por
un angosto valle. Ese paisaje no lo había visto nunca. Esa sensación de perdido
me dijo que en el momento en que hubiese una salida, debía rememorar el paso
que supone ascender a una cumbre y poder vislumbrar el lugar desde una
perspectiva mucho más amplia.
Entonces, no
sabía que la cumbre era la cabeza, y por seguir las imágenes que me
impresionaban, dentro de mí había un espíritu que quería que ascendiese a una
peculiar montaña.
Un fin de
semana me propuse ascenderla, y cuál fue mi sorpresa que, en el momento en el que
accedí a la cima, descubrí que mi espíritu se sentía satisfecho, pero, conforme
descendía, oía en mi interior que el camino real era arrancar una voluntad y
lograr imponerla en la cabeza, supuesta cima y soleada cumbre.
Debía de
servirme de la gesta para marcarla una vez alcanzada la cima.
Es por eso
que muchos clavan una bandera cuando coronan la montaña más alta del mundo.
Por eso, en
mi ascenso, abría los brazos formando una cruz cuando arribaba y alegar en mi
defensa, que la experiencia interna era correcta con todo lo que me traía un sueño:
yo estaba perdido pero, luego, me encontraba subiendo por un camino que me
llevaba hasta el punto de ver que el destino me tenía preparado una señal allá
en la cumbre. Gracias a ella sabía dónde estaba, gracias a que antes de nacer
ya hubieron hombres que marcaron las cumbres con singulares signos que no
distingo de las gestas, y entendí enseguida que las cúspides eran las cabezas;
pero las señales, las ideas.
La mejor idea era una forma de ver el destino
señalado con tanta precisión, que no fue difícil seguir el camino y, desde
entonces, si demoraba la marcha era porque seguía la señal que así lo indicaba.
La idea
muchas veces se ilustraba como una luz en la cabeza.
Las ideas se
mantienen confusas porque no las usas como lumbres y no las sitúas en la parte
más alta."
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