Autor: Ñervatu
domingo, 03 de febrero de 2008
Sección: TardoAntigüedad
Información publicada por: Ñervatu
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La verdadera dimensión de la Invasión Musulmana.
Recientemente se ha puesto en solfa la Invasión musulmana del siglo VIII, incluso Olague y otros autores la han negado; pero en este foro vamos a intentar demostrar la falsedad de dichas tesis.
Una Invasión Masiva
La expansión Islámica por el Magreb, Occidente y otras partes del mundo se debió en primer lugar a la fuerza del Islam y al misticismo que impregnaba en sus seguidores; pero también a un vacío de poder tras la caida del Imperio Romano Occidental y el debilitamiento del Imperio Romano Oriental y del Imperio Persa.
Asi pues la invasión de la Península Ibérica no es un hecho aislado sino que es un eslabón de la expansión musulmana; la singularidad de dicha invasión es que fue anticipada y propiciada por discordias internas en el reino Visigodo.
Efectivamente aún no se había deglutido la conquista del Magreb Occidental ni islamizado a sus habitantes cuando debido a las disputas por el trono Toledano, un bando aristocático visigodo, los Witizanos solicitaron la ayuda al califa de Damasco para recuperar el trono que ostentaba un general de prestigio Don Rodrigo o Rodrich , Rodericus en latín; dicho general habría sido elegido como solución transitoria por los magnates godos descontentos con el predominio del linaje Witizano.
Una vez autorizados por el Califa de Damasco para iniciar la invasión los caudillos Táriq y Muza contaron con apoyos intramuros del reino, los partidarios de los hijos de Witiza como el conde Don Julian.
Táriq desembarcó con 7.000 hombres y Muza le envió un refuerzo de 5.000 contabilizando el ejército musulmano-beréber un total de 12.000 hombres en el momento decisivo de la batalla del Guadalete.
En el 712 Muza desembarcó con unos 18.000 hombres en esta ocasión árabes con un gran contingente de yemenitas asi que los efectivos musulmanes en el 712 serían en torno a los 30.000 hombres habiendo sufrido muy pocas bajas en los enfrentamientos con los partidarios del rey Don Rodrigo que solo habían resistido en Mérida e inicialmente en la batalla del Guadalete hasta que las alas Witizanas del ejército desertaron.
Comparando se obtiene la verdad
Hasta la fecha ningún historiador ha puesto en duda dichas cifras aunque curiosamente había unanimidad en decir que eran unos efectivos muy escasos y todos se preguntaban como efectivos tan nimios habrían podido conquistar la Península en tan poco tiempo.
Se exponían las teorías del hartazgo de la población nativa hispanorromana respecto a los visigodos, una supuesta peste que habría mermado la población, las divisiones internas previas y durante la invasión con enfrentamientos entre poderes territoriales, la práctica del terror llevada a cabo por los musulmanes para noquear y paralizar por miedo posibles movimientos resistentes etc.
Desde este foro modestamente y desde la modestia de este simple aficionado vamos a intentar enmendar la plana a tan ilustres y singulares expertos.
Y para evitar polémicas estériles voy a centrarme en aspectos concretos y verifica-
bles:
1º Los historiadores críticos con la Importancia y realidad de la Invasión Musulmana
jamás rechazaron las cifras dadas por los cronistas musulmanes en cuanto a los efec-
tivos de dicha invasión.
2º Dichos efectivos unánimemente fueron calificados de escasos y por lo tanto dado su bajo número para una empresa de tanto relieve como la conquista del Reino Visigodo -toda la Península Ibérica mas Baleares, mas la parte francesa del Reino, mas las plazas del Norte de Africa-se negaba la conquista en si. (Teoría de Olague y otros Unitarios-Trinitarios).
3º Hasta la fecha nadie ha puesto en duda que una superpotencia de la época como era el Imperio Romano disponía en el frente occidental de 50.000 comitatenses es decir el ejército real, el móvil, el que se empleaba en las batallas decisivas tipo Adrianópolis o Naissus o para tapar brechas en el frente sostenido por los limitanei que eran una especie de tropas guardafronteras acantonadas en fuertes y posiciones estáticas; y en el frente oriental otros 50.000 comitatenses. Es decir que para todo el Imperio Romano en Europa frente a los germanos, sármatas, alanos y demás pueblos bárbaros, en Africa frente a los bereberes del interior y en Asia frente al Imperio Persa Sassanida y luego el Parto los romanos disponían de 100.000 efectivos de combate divididos en dos grupos de 50.000 para oriente y occidente mas los limitanei tropas guardafronteras acantonadas en posiciones estáticas y de nulo valor combativo salvo como primer elemento disuasor y de retardo en las incursiones.
4º Si para todo Occidente Roma empleaba contra toda la panoplia de tribus que intermitentemente le presionaban en el Rhin-Danubio y Magreb de Africa 50.000 comitatenses; la cifra de 30.000 musulmanes para conquistar Hispania y una pequeña porción del sudeste francés es enorme.
5º que el Reino Visigodo ni remotamente podría reunir lo que usaba Roma para toda la parte Occidental del Imperio 50.000 hombres.
6º Que la inmediata expansión musulmana hasta el corazón del territorio franco en el centro-norte de la actual Francia demuestra que el objetivo de fuerza tan importante no era ni devolver el trono a los incautos witizanos, ni conquistar la Península sino darle un golpe decisivo a Occidente en Hispania-Galia como situación previa a la acometida final contra El Papado en Italia.
7º Que la Invasión de Europa tuvo un éxito sin precedentes y solo la discordia originada en el sistema tribal de los musulmanes impidió la aniquilación de Europa; ni siquiera los hunos de Atila habían logrado llegar al Atlántico.
8º Ese balón de Oxígeno permitió a los francos en la Galia y a la resistencia Astur-Cántabra en Hispania reorganizarse y recuperarse de la sorpresa para fortificarse, rearmarse y aprovechando las discordias entre los junds árabes y los bereberes llevar la frontera hasta el Duero.
9º Pero para ello, en la batalla de Covadonga, 300, como los espartanos, al mando de Belay el Rumí, "el asno salvaje" lograron hacer virar en un momento concreto y decisivo un acontecimiento histórico que parecía inevitable: la conversión de la Península Ibérica en una Anatolia Turca.
10º Y que mejor resumen que las palabras de Don Oppas obispo y caudillo de los Witizanos dirigidas al caudillo astur Don Pelayo: "¿como tú con esta pequeña tropa, en esta cueva, pretendes resistir al Islam que desde las arenas del desierto arábigo ha venido engullendo a todos los estados y naciones?
a lo que éste respondió porque la Iglesia de Dios es como la luna que aún estando en cuarto menguante, al poco tiempo recupera su esplendor; y diose la batalla y con el estandarte de la cruz de la Victoria, los astures, por la gracia de Dios aniquilaron a los caldeos muriendo su comandante Al Qaman y el pérfido obispo traidor iniciándose así la restauración de España.
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Yo creo que es a Miletomaro a quien hay que preguntarle de donde saca sus elucubraciones:
Don Pelayo tiene todas las características de un personaje de leyenda, es decir mítico.
Tendrá todas las caractirísticas, pero las crónicas del Asturum Regnum de dan plena dimensión histórica
No hay documentos de ningún tipo que demuestren con total seguridad la certeza de los hechos que se le atribuyen.
O Miletomaro miente o simplemente ignora: No solamente las crónicas del Asturum Regnum, sino también el testamento del rey Alfonso II (812) menciona a Pelayo:
"De esta peste [la invasión ismaelita] libraste con tu diestra, Cristo, a tu siervo Pelayo, el cual fue elevado a rango de príncipe y, luchando victoriosamente, abatió a los enemigos y defendió, vencedor, al pueblo cristiano y astur, dándoles gloria."
Caso totalmente distinto es el e Alfonso I, rey totalmente histórico.
Este misterio abate Miletomaro sobre nosotros: Si las crónicas Albeldense, Rotense y Sebastianense nombran a Pelayo y Alfonso I ¿porque uno es totalmente histórico y otro, pues ya menos?
También el testamento del Rey Magno menciona a Pelayo, pero ya vemos la concepción del hecho histórico que tienen algunos.
¿?
Ñervatu03 de feb. 2008Si, y al Miletomauro este habría que preguntarle que si el rey Alfonso I es un personaje histórico y Pelayo mítico, entonces........¿como puede ser posible que Alfonso I estuviera casado con una hija de Pelayo? ¿y como es posible que Fáfila haya erigido una capilla, la de la Santa Cruz en Cangas de Onís donde está grabado su nombre y el de su mujer Froilubia?. ¿Y los sucesivos reyes de Asturias que lo fueron por estar casados con hembras del linaje de Pelayo, como el magnate Silo de Pravia que llegó a ser rey? Nepociano que llegó a ser rey y perdió el reino tras la batalla del puente de Cornellana también casado con una hembra del linaje de Pelayo. Antes de hablar a la ligera hay que documentarse amigo.
En cuanto a tí bergán, con esto te lo digo todo:
bergan
barcelona (españa)
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Por eso de emplear una historiografía neutral, podemos leer la Histoire d'Espagne de Saint-Hilaire,de 1837, Tomo II (desde los godos hasta el s. XIX), pp. 295 y siguientes, se hace eco de la historiografía árabe sobre Pelay el Rumi (Pelayo el romano). Cita a Al-Makari, a Abdallah, a Ibn Abhjan y Al-Razi, pero de los cuatro prefiere a Abdallah (y su Al-Tibyan), quien recoge una crónica de Covadonga similar a la cristiana excepto en la supresión del milagro. Los cronistas árabes de la época distinguen los Rum de los Afrank, los Rum (romanos) son los astur-cantábricos y los Afrank (francos) son los navarro-aragoneses. Si don Pelayo no hubiera existido, y la resistencia cantábrica hubieran sido 40 personas (30 "asnos" masculinos y 10 mujeres, como relata Al-Makari), no tendría sentido hacer esa distinción. Además, la batalla de los Afrank en connivencia con don Pelayo contra Mogait el griego y la reconquista de Zaragoza en el 715 no parecen indicar que precisamente hubiese pocos cristianos resistentes o desorganizados
http://books.google.com/books?id=onwLAAAAYAAJ&pg=PA298&lpg=PA298&dq=aben+cothon&source=web&ots=cvl-zNhuzC&sig=jUKE1SQz3-8liPkP-WWomhJvMBQ#PPA297,M1
Por otra parte, Ben Hudeil relata la narración que hizo Muza al califa Suleimán cuando rindió cuentas de sus conquistas en España. Le pregunta sobre tres pueblos diferentes: los cristianos, los berberíes y los afranc. De los cristianos dice que son leones en sus castillos, águilas en su caballos y mugeres en sus escuadrones de a pié; pero si ven la ocasión la saben aprovechar, y cuando quedan vencidos son cabras en escapar a los montes, que no ven la tierra que pisan. Los Afranc son gente infinita, prontos y animosos en el acometer y en el pelear, pero medrosos y tímidos en la fuga.
Evidentemente, los cristianos son los astur-cantábricos. Y aunque es de suponer que Muza emplearía la táctica de decir que luchó contra poderosos enemigos, a quienes venció siempre, resulta indudable que las fortalezas del norte y los ataques tipo guerrilla que acometía don Pelayo y sus huestes le molestaban. Y estamos hablando del +/- 715, ya que Muza se supone murió en el 716.
En el nombre de Alá, clemente y misericordioso. El más digno de reivindicar su derecho de revestirse con los dones que Alá concede a los hombres soy yo por cuanto que Alá ha elevado mi autoridad hasta el extremo, ha extendido mi fama por todo el mundo y ha dispuesto que mis súbditos se regocijen por vivir bajo mi poder. En consecuencia, he decidido que se me llame Príncipe de los creyentes y que en las cartas, tanto las que expida como las que reciba, se me dé dicho título. Todo el que, aparte de mí, lo use es un intruso que se lo ha apropiado indebidamente. Además, he comprendido que seguir sin usar este título es renunciar a un derecho que tengo. Ordenad, por tanto, a los predicadores de las ciudades y provincias que, en adelante, empleen dicho título. (Crónica de Abderramán III, escrita hacia el 1010)
Pero si aún quedan dudas, esto dice la fundación para la cultura islámica:
Como todos sabemos, con el nombre de al-Andalus denominamos al espacio territorial y político en el que permaneció el Islam y la cultura islámica en la Península Ibérica durante siglos (del VIII al XV d.C.). La sociedad andalusí que lo poblaba, se compuso de árabes y bereberes, que se mezclaron en fecundo mestizaje con los hispano romanos y visigodos, ya asentados en la Península.
http://www.funci.org/es/2007/11/30/el-aporte-de-al-andalus-en-europa/
Y sino, siempre se puede preguntar a Al-quaeda que opina de eso de los hispanos que ocupan Al-Andalus.
En cuanto a mi pregunta ¿De donde has obtenido el dato de los 18.000 hombres con los que Muza desembarcó en el 712? ¿Y de los 50.000 soldados en cada frente del imperio romano?
Responder apoyaría tus argumentos.
Saludos.
"Hyspani scilicet et Galleciani, totam terram Hispanicam e Gallecianam"
y el mitico Pelayo, era un "Asno gallego" con treinta hombres en una roca.
Las crónicas musulmanas dicen textualmente que "los gallegos eran los más temibles enemigos".
Entonces hay que preguntarse, como los hispanos ivan a luchar contra los musulmanes, si precisamente era al reves, eran los gallegos los que luchaban contra los hispanos (los musulmanes).
Pues Bergan, la magnitud de los encinares de Fash al-Ballut ya las contó el conocido como Moro Rasi. Pero sí, tienes razón, volvamos al tema.
Se plantea Ramonmo, #27, qué es lo que pasó. Excelente pregunta, pues como dice Eduardo Manzano vocablos como “conquista” o “reconquista” son sólo fotos fijas que poco ofrecen, excepto servir de arsenal para quienes emplean la historia como justificación de distintas ideologías. Lo que creo que de verdad importa para el estudio de la historia es el análisis de los procesos que produjeron la mudanza del reino hispanovisigodo al califato de al-Andalus en apenas poco más de dos siglos en más de dos tercios peninsulares, y varios pequeños reinos en el tercio restante. Consultando y repasando, y siguiendo el libro de Eduardo Manzano comentado fundamentalmente, he aquí lo que entiendo que pasó. Me temo que debo hacerlo en dos partes, a continuación de este post:
(¿Es necesario aclarar antes, como mi paisano que se perdió entre las columnas de la antigua mezquita cordobesa, la filiación o el origo para comprender alguna intención subliminal en el mensaje? No es mi caso, pienso que la historia es la misma, se viva en Cambados, Jerez o la Seo de Urgell. Particularmente, resido en el norte de Andalucía, pero mis antepasados son cántabros que llegaron a estas tierras hacia el siglo XIV [sí, hubo repoblación], y me es indiferente si ellos habían residido por Laredo desde que la Cueva del Castillo estaba habitada o eran descendientes de mozárabes que huyeron de los almohades, o emigrantes egipcios que se asentaron por Veleia -donde, por cierto, conocieron a un tal Parmenio-. Así que espero que no se busque en el texto ninguna oculta intención, sino mi particular afán de leer para desasnarme e intentar conocer y comprender el pasado.)
Pero unos años antes, en plena efervescencia de la polémica adopcionista, un monje lebaniego, de nombre Beato, se hacía eco, en sus Comentarios al Apocalipsis, de la tradición de la predicación hispánica de Santiago. Ocurría esto cuando el pequeño reino asturiano era regido por Mauregato (783-788) (686). Es probable, pero no seguro, que el mismo monje escribiera el himno O Dei verbum, dedicado al rey citado, y en el que Santiago Apóstol aparece ya como cabeza refulgente y áurea de España, y como patrono vernáculo, y protector (687). Es necesario echar un vistazo a la querella adopcionista para poder entender los orígenes del culto jacobeo.
Remonta ésta sus orígenes al concilio de Sevilla de 784, donde se combatieron las ideas de Migecio, a quien puede considerarse un antecesor del adopcionismo. Esta ideología es un intento de conciliar islamismo y cristianismo, o dicho de otro modo, se pretende casar el riguroso monoteísmo islámico con el trinitarismo católico. Debajo del adopcionismo hay un problema político: el de conciliar la existencia de una iglesia española con el dominio musulmán. Los actores del drama son el arzobispo de Toledo, Elipando, y su partidario, el obispo Félix de Urgel, por el lado heterodoxo; Beato de Liébana y Eterio, obispo de Osma, encabezan el bando contrario. Participa también, en este último bando, un clérigo ástur, llamado Basiliscus. El hecho de que el obispado de Félix se encuentre en tierras del Imperio Carolingio, va a ser causa de que el conflicto se internacionalice, de modo que, tomen parte en él, Alcuíno de York, Carlomagno, y el propio Papa León III. Contribuye a esta internacionalización la política carolingia de intervención en España, y las buenas relaciones de Alfonso II de Asturias con el emperador franco. El Tratado Apologético, de Eterio y Beato, y, más tarde, los Comentarios al Apocalipsis del monje de Liébana, son las dos obras claves de la polémica adopcionista. Pues bien, frente al colaboracionismo con el poder musulmán, que defienden Elipando y sus partidarios, Beato aboga por la creación de una iglesia "nacional", que legitime la existencia del naciente reino asturiano. Pieza maestra de la nueva iglesia norteña será el "descubrimiento" de los restos del Apóstol Santiago, en tiempos del segundo Alfonso, apóstol, cuya predicación hispánica había defendido el monje lebaniego, como vimos (688).
Interesa hacer algunos comentarios a todos estos sucesos. El primero se refiere a la calidad de los contendientes. Elipando, Félix, y Eterio son obispos, pero de tres sedes situadas fuera de los límites del reino asturiano. El único participante en la querella, que no es obispo, sino monje, es Beato, quien, además, de los cuatro actores, es el único ástur. Tenemos aquí otra prueba que corrobora lo que antes dijimos sobre la importancia del monacato en el norte, en detrimento de la iglesia secular. En Asturias no hay obispos que polemicen con los foráneos, pero hay monjes que ocupan su lugar (689). Esta falta de obispos no se debe a la existencia de un bajo nivel de cristianización. Simplemente se explica porque fueron monjes, en época visigoda, los que más contribuyeron a difundir el cristianismo entre los montañeses. Y, conviene dejar claro, que Beato es T..] un representante, no de círculos religiosos mozárabes, sino de unos medios monásticos autóctonos."(690).
No se puede seguir considerando los Comentarios al Apocalipsis "[...] como despreciable colección de recortes ajenos", que ni el propio Beato entendía (691). Pero, además, Beato no es el único clérigo culto, que vive en Asturias en el siglo VIII. A su lado está Basiliscus (¿monje también?), que, además de polemizar con Elipando, encabeza la embajada que Alfonso II envía a Carlomagno en 798 (692).
Se han buscado, y se han encontrado, las fuentes en que tuvo que beber Beato de Liébana para componer sus escritos. También se han localizado las que tuvo que conocer el autor del himno O Dei verbum para poder componerlo (693). Y, cuando se conocieron, surgió la pregunta: ¿cómo es posible que, en un valle perdido de las montañas cantábricas, apenas cristianizadas, y en una época tan remota como el siglo VIII, existiera la riqueza bibliográfica necesaria para la confección de estas obras? Una única explicación se dió a este interrogante. Los sucesos del 711, y las campañas de Alfonso I llevaron al norte una buena cantidad de emigrantes. Con ellos, fueron monjes, y con los monjes, sus bibliotecas (694). ¿No estarían previamente abonadas las tierras, que recibieron la semilla nueva de las bibliotecas importadas? y, ¿quiénes, si no los monjes visigodos, fueron los primeros sembradores?
Un dinar bilingüe latino-árabe, acuñado en el año 98 de la hégira / 716 d.C., que lleva en una cara la inscripción FERITOS SOLI IN SPAN AN... («fue acuñado este sueldo en Spania, el año....») y, en el reverso, su equiparable árabe: DURIBA HADA L-DINAR BI-L-ANDALUS SANATA TAMAN WA-TIS’IN («fue acuñado este dinar en al-Andalus, el año 98», de la hégira). Sobre este tema, podemos preguntar a Alicia Cantó, que se ha dedicado a la numismática andalusí (CANTO, A. y otros: Monedas andalusíes, Madrid, 2000).
Evidentemente, Hispania, Spania, Yspania, Isbaniya...es el territorio de la Hispania romana, que coincide con Al-Andalus cuando los musulmanes controlan la península. Pero la moneda demuestra que para los hispanorromanos, esto es Hispania y ellos son hispanos, mientras que para los andalusíes, esto es Al-Andalus, y ellos no son hispanos, sino andalusíes...y eso en el s. VIII. Al-Andalus significa una nueva entidad socio-política, que se asienta sobre el territorio de una realidad política previa, la hispania romana, pero que la ignora completamente (entre otras razones, porque no le interesa conservar los derechos adquiridos previos).
Resulta también interesante citar a Al-Bakri, autor almeriense del siglo XI, quien en su "Libro de los caminos y de los reinos", comienza el capítulo «La Península de al-Andalus» (Yazirat al-Andalus) indicando la etimología supuesta de dicho territorio:
«Se cuenta que antiguamente su nombre era Iberia (Ibariya), por el río Ebro. Luego se llamó Bética (Batiqa), por el Betis, el río de Córdoba. Luego se denominó Hispania (Isbaniya), por el apelativo de un hombre que la rigió en tiempos antiguos, y que se llamaba Isban, aunque también se dice que fue llamada así por los Isban, cuando se establecieron, en los primeros tiempos, en el reducto del río [Betis] y en sus alrededores. Unos cuantos dicen que su nombre es en realidad Hesperia (Isbariya), así denominada por Hésperis (Asbaris), estrella conocida como la Roja (al-ahmar). Luego recibió el nombre de al-Andalus, por los atlantes (andalis) que la habitaron».
Esta etimología intenta romper todo vínculo histórico de Al-Andalus con los predecesores peninsulares a los andalusíes (¿los andalusíes sucesores de los atlantes?). Predecesores, que en muchos casos, aún forzados a vivir islámicamente, no olvidaban lo que hubo antes. Baste recordar lo que Abd-allah indica en sus "Memorias" en el s. XI: Relata que el conde mozárabe Sisnando Davídiz le advirtió «de viva voz» que «al-Andalus era en principio de los cristianos, hasta que los árabes los vencieron y los arrinconaron en Galicia... Por eso, ahora que pueden, desean recobrar lo que les fue arrebatado, cosa que no lograrán sino debilitándoos [los cristianos a los andalusíes] y con el transcurso del tiempo, pues, cuando no tengáis dinero ni soldados nos apoderaremos del país [de al-Andalus] sin ningún esfuerzo».
Ñervatu20 de mar. 2008En primer lugar la tardanza a la hora de responder a ciertas preguntas maliciosas y que ponen en duda mis datos no se debe a cobardía o a imposibilidad de demostración sino a un grave accidente que me ha tenido entre la vida y la muerte.
Afortunadamente me he recuperado y voy a dar cumplida respuesta a todos aquellos que han atacado mi artículo que por otra parte ha tenido un gran éxito con mas de 4.000 visitas.
Voy a empezar respondiendo al califa Miletomaro; Vd será español a la manera de los franceses que sostenían el régimen de Vichy. Yo, y los asturianos, somos como los franceses que apoyaban al General De Gaulle. Por mucho que a Vd le pese Don Pelayo y sus sucesores los reyes asturianos salvaron el honor de España e impidieron que se convirtiera en la Turquía de Occidente. Don Pelayo es el mayor héroe español de todos los tiempos y Covadonga la batalla mas decisiva en toda la Historia de España.
Ahora paso a responder a Atalaya y a algunos otros que han dudado de las cifras aportadas en mi artículo: Dice Harold Livermore insigne hispanista británico transcribo literalmente " Pero, en la primavera de 711, Tariq tenía unas fuerzas de 7.000 hombres.Atravesaron el estrecho en cuatro barcos proporcionados por el comes Don Julián y el desembarco tuvo lugar el 27 de abril" en otro párrafo dice "Mientras tanto Táriq había escrito una carta a Muza, en la que le comunicaba haber ocupado la isla y el lago. Daba cuenta de la inminente llegada de Don Rodrigo con un ejército muy numeroso y pedía refuerzos. Muza le envió otros 5.000 hombres, con lo que hacían un total de 12.000. La mayor parte de los recién llegados eran de las tribus Gumara de la región de Ceuta." En otro párrafo transcribo " La mayor parte de los escritores musulmanes dicen que Muza desembarcó en España en el ramadán del 93 (junio-julio de 712): algunos sitúan su partida de Ifriquiya a finales de 711, y dicen que fue primero a Tánger antes de atravesar el Estrecho. Con él iba un ejército de 18.000 hombres. Muchos de ellos eran árabes entre los que se contaban un gran contingente de yemenitas. Se trataba de una fuerza capaz de establecer una fuerte colonia militar, entree los que figuraban administradores de experiencia y hombres de religión. Difería, por tanto, profundamente de la fuerza de choque bereber y los piratas que se habían unido a ellos." Harold V. LIVERMORE en su obra Orígenes de España y Portugal.
Moderadores hay en este foro que pueden verificar si quieren si mis cifras son ciertas o no. También es muy fácil teniendo Internet verificar los efectivos militares romanos del bajo imperio y si son falsas o no mis cifras. Repito 100.000 Comitatenses el ejército móvil; 50.000 para la parte Occidental del Imperio y 50.000 para la Oriental. Los limitanei acuartelados en las fronteras y en posiciones estáticas no están contabilizados entre los Comitatenses. Si alguien se ateve a negar estas cifras que lo diga y yo le daré cumplida respuesta.
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