Autor: arenas
domingo, 20 de mayo de 2007
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Tesoro submarino

Tesoro submarino



Cultura sospecha que la empresa Odyssey podría haber expoliado el patrimonio español
La compañía estadounidense anunció ayer el hallazgo de un tesoro submarino sin precisar su lugar de procedencia
EFE - Madrid - 19/05/2007

El Ministerio de Cultura ha alertado a la Guardia Civil ante un posible delito de expolio del patrimonio español por parte de la empresa estadounidense Odyssey, que ayer anunció el hallazgo un buque hundido con un valioso botín, cuya nacionalidad y lugar de procedencia se negó a facilitar. El tesoro está formado por unas 17 toneladas de monedas de plata y oro, valoradas en 370 millones de euros.
Según han comunicado fuentes de Cultura, la compañía de exploración marina Odyssey dispone de la autorización necesaria para investigar si alguno de los pecios hundidos frente a las costas de Gibraltar (Mar de Alborán) es el HMS Sussex -que naufragó en 1694-, aunque no para realizar extracciones arqueológicas subacuáticas.
En este sentido, Cultura ha calificado de "sospechoso" que la empresa Odyssey no diera a conocer la nacionalidad del buque en el que se encontró el valioso botín ni su localización exacta, que según informó ayer la empresa se sitúa en aguas internacionales y en un punto indeterminado del océano Atlántico.
Como garante del patrimonio español, el Ministerio de Cultura ha alertado a la Guardia Civil para que investigue este asunto, vigile las costas de Gibraltar y averigüe si el hallazgo, formado por unas 17 toneladas de monedas de plata y oro -valoradas en 370 millones de euros-, se encuentra en aguas españolas o pertenece a un buque de bandera española, en cuyo caso se habría cometido un delito de expolio. Según informó ayer la empresa Odyssey, el medio millón de monedas extraídas hasta el momento, cuya procedencia y características también se negaron a revelar, han sido trasladas a territorio estadounidense.
Fuentes de la Guardia Civil han explicado que de estos casos se ocupa el Grupo de Patrimonio Histórico, con el apoyo de los Grupos Subacuáticos y del Servicio Marítimo, y han recordado que ya hubo antecedentes de inspecciones por las actividades de esta compañía de exploración marina, con el objetivo de comprobar que cumplía con la normativa internacional.
El Ministerio de Cultura anunció el pasado marzo que vigilaría a Odyssey en las operaciones de identificación del buque HMS Sussex, un navío de bandera inglesa que naufragó en la zona del mar de Alborán en 1694 con un mercancía formada por nueve toneladas de oro y valorada en 4,5 millones de dólares, y cuyo descubrimiento y posible rescate provocó una controversia que se saldó con un acuerdo entre los Gobiernos de España y Reino Unido.

Noticia de elpais.com



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Comentarios

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  1. #1 giannini 22 de mayo de 2007

    Las informaciones no es que sean contradictorias, es que leyendo algunos medios, parece que los amigos británicos no parecen interesados en investigar si el pecio estaba a escasas millas de las costas inglesas, sino se ponen de parte de Odyssey:

    La Embajada Británica sostiene que la empresa "Odyssey Marine Exploration" ha llevado a cabo la operación "Cisne negro" "fuera de aguas territoriales o de la jurisdición legal de cualquier país".

    Asimismo, la embajada explica que "Odyssey Marine Exploration", "está trabajando con la mayor celeridad posible para averiguar la identidad del barco hundido"


    Fuente: LA EMbajaDA BRITÁNICA ASEGURA QUE EL TESORO ENCONTRADO POR LA EMPRESA ODYSSEY NO PERTENECE AL BUQUE INGLÉS HMS SUSSEX

    Las informaciones de prensa apuntan a que no se trata del HMS Sussex, sino de un barco español porque han aparecido monedas de Carlos III. Lo que no me acabo de explicar es el motivo que lleva a afirmar a la embajada inglesa en Madrid que el pecio se encuentra "fuera de aguas territoriales o de la jurisdición legal de cualquier país".

  2. #2 giannini 22 de mayo de 2007

    Pues parece que la información que proporcionan los de Odyssey se contradice con la de la Guardia Civil. Ellos señalan que el buque estuvo siempre vigilado por la Guardia Civil. Ésta que le perdió la pista desde 2003. Odyssey y la Embajada Británica afirman que el pecio está en aguas internacionales, mientras La Gaceta de los Negocios, tras haber revisado la memoria de unos radares, afirma de un modo contundente que la extracción se produjo en aguas españolas, incluso proporcionan unas coordenadas en las que permaneció el buque que se hizo con el tesoro durante casi veinte días.

    A ver qué sale de este culebrón, pero el olor que viene de Odyssey, de Gibraltar o de la Embajada Británica no me parece de los mejores.

  3. #3 jeromor 23 de mayo de 2007

    E asunto toma visos de tomadura de pelo, con la complicidad del Gobierno de Gibraltar (alianza de piratas y corsarios):

    Revista Terrae Antiqvae. Editor José Luis Santos Fernández
    http://www.terraeantiqvae.com

    Partidos políticos, particulares y ecologistas han batallado durante años en Cádiz para impedir las acciones de Odyssey Marine ante la indiferencia de la Administración.

    Han tardado casi diez años, pero los cazatesoros se han salido con la suya. Llegaron a la zona del Estrecho en 1998, rastrillaron y analizaron sus fondos con absoluta impunidad con sus sónares de barrido lateral y el pasado mes de marzo llevaron a cabo el expolio. La compañía Odyssey Explorer Marine, según todos los indicios, extrajo de un barco sin nombre hundido a 10 kilómetros de la costa española un botín en monedas de oro y plata valorado en 317 millones de euros. Y todo, ante la indiferencia y el silencio de la Administración española.

    Carmen Calvo anunció el domingo mano dura contra los expoliadores. Patrulleras de la Guardia Civil fueron enviadas a la zona. Aunque el buque 'Odyssey Explorer' ya había acudido al resguardo de Gibraltar, aún se movía en aguas libres su buque de apoyo, el 'Ocean Alert'. Ayer, esta embarcación burló la vigilancia y corrió también a refugiarse a Gibraltar. Los dos buques se encuentran ahora amarrados en la misma dársena donde la Armada británica escolta a sus submarinos nucleares (como el 'Tyreless').



    «Acabo de verlos. Están defendidos por una línea de boyas, con alarmas para que nadie pueda acercarse a ellos», explica desde Algeciras Antonio Muñoz, un activo militante de Ecologistas en Acción. «Llevamos años echando a esta gente fuera de nuestras aguas, pero esta vez lo han conseguido. Esto ya no tiene arreglo. Es como lo del 'Prestige', cuando empezaron a llevarlo de un sitio a otro», se lamenta Muñoz.

    Oídos sordos

    La suya ha sido una de las pocas voces que se ha levantado contra la apisonadora de los cazatesoros americanos. Han sido pocas, la verdad. Manuel Melero, diputado del Partido Andalucista, presentó en el juzgado durante estos años tres denuncias contra el capitán del navío y contra sus armadores. Ecologistas en Acción acudió también a los juzgados con el ánimo de paralizar los trabajos de los expoliadores. Sin éxito. El pasado año, la propia Guardia Civil asaltó el barco a la busca de pruebas para incriminar a los cazatesoros e identificó a su tripulación. Entre tanto, la Administración hacía oídos sordos a las denuncias públicas.

    Carmen Calvo, que ahora anuncia severidad con los infractores, conocía de primera mano el caso. Antes de llegar al Ministerio de Cultura ocupó esa misma consejería en Andalucía. Desde su cargo, reclamó plenas competencias en arqueología submarina y se enfrentó por ello al Gobierno Aznar. «Han sido siete años de desidia», se lamenta el abogado y escritor bilbaíno Pipe Sarmiento. Año tras año, este navegante ha acudido a bordo de su velero a documentar las actividades de los cazatesoros en aguas españolas. «Es inexplicable que las autoridades no hayan intervenido», dice.

    Cargado en Gibraltar

    Por si quedaban dudas sobre el origen de la carga, la compañía aseguró ayer que obtuvo una «licencia válida de exportación» del «país» desde el cual partió el botín con rumbo a EE UU, sin añadir más detalles. Sin embargo, fuentes de la Embajada británica citadas por Europa Press precisaron ayer que Odyssey Marine habría cometido «un error» al referirse a un país, ya que los trámites para el traslado del tesoro los realizaron ante las autoridades de un «territorio de ultramar». Es decir, el Peñón de Gibraltar. Por tanto, el Reino Unido está al corriente de que, contra lo que anunciaron en su día los expoliadores, el botín en monedas de oro no fue obtenido de un yacimiento situado en el Atlántico (en concreto, se refirieron a las costas de Cornualles) sino de un navío hundido frente a las costas españolas.

    Según las posiciones captadas por el servicio de satélite AISlive, el buque expoliador habría operado a tan sólo 6 millas de la Línea de la Concepción y a 14 de Estepona. El mar territorial de España alcanza las 12 millas y la zona contigua, sobre la que los estados tienen plenos derechos jurisdiccionales, 12 más.

    En realidad, sólo Odyssey Marine posee en el ámbito civil tecnología capaz de rescatar un pecio sumergido a unos 500 metros de profundidad. Emplea un robot submarino de 16 toneladas de peso, bautizado como 'Hércules' y operado por control remoto, capaz de capturar, con unas ventosas, las monedas sumergidas, una por una. Se trata de un robot desarrollado por la Armada de EE UU y que fue empleado por primera vez en tareas no militares por Robert Ballard (antiguo militar), descubridor y explorador del 'Titanic'.

    Sin nombre ni bandera

    La Embajada Británica en Madrid cree que el hallazgo arqueológico realizado por la empresa estadounidense Odyssey , bajo el nombre de Cisne Negro, «no tiene ninguna relación con el buque HMS Sussex», un barco inglés hundido en 1694 frente a las costas de Gibraltar, aunque admite que la empresa norteamericana no ha sido capaz de confirmar todavía ni el nombre del buque hundido en el que halló el supuesto tesoro ni la bandera de ese navío.

    En un comunicado difundido ayer, la Embajada sale al paso de las dudas que ha suscitado entre las autoridades españolas y británicas el anuncio del importante tesoro arqueológico submarino localizado por Odyssey , en un punto no revelado del Atlántico, compuesto por 17 toneladas de monedas de plata y oro, valoradas en 370 millones de euros.

    La Embajada recuerda que la empresa Odyssey Marine Exploration, con sede en Tampa (Florida), ya ha confirmado que su actividad con este rescate se ha producido «fuera de aguas territoriales de la jurisdicción legal de cualquier país». La citada firma dejó ayer claro en un comunicado que la extracción del pecio se hizo conforme a las leyes establecidas sobre recuperación de yacimientos arqueológicos submarinos, y subrayó asimismo que el traslado a Estados Unidos del medio millón de monedas de oro y plata se efectuó de forma legal.

    La Embajada señala también que Odyssey ha confirmado a las autoridades británicas que «está trabajando con la mayor celeridad posible para averiguar la identidad del barco hundido».

    «Nos tocaría una parte», dice ahora la ministra

    La política es el arte de adaptarse a las circunstancias. Carmen Calvo, ministra de Cultura, dio ayer buena prueba de ese principio al asegurar que los responsables de Odyssey Marine «no han dicho que el barco no era español. Y eso hay que averiguarlo porque, si fuera de bandera española, aunque esté en aguas internacionales, nos tocaría una parte de lo que se encuentre». Calvo explicó que el pecio rescatado «no es el HMS Sussex» y «no se halló en aguas próximas a donde se cree que está el HMS Sussex». Ahora, dijo, le toca al Gobierno «corroborar que es verdad, con la Guardia Civil».

    Por lo que apunta Calvo, y de demostrarse que el pecio era de bandera española, el Gobierno podría litigar con los saqueadores para obtener una compensación. Podría tratarse de una parte de las 500.000 monedas recuperadas (hay indicios de que se trata de doblones de a ocho con la efigie del monarca español Carlos III -1716 a 1788-) y de vestigios de interés arqueológico.

    Precisamente el Reino de España obtuvo del Tribunal Supremo estadounidense el reconocimiento de que los barcos de bandera hundidos constituyen territorio nacional y siguen perteneciendo al país que los construyó. Fue por las fragatas 'La Galga de Andalucía' y 'Juno', hundidas en 1750 y 1802 en aguas de Virginia. Localizadas por el cazatesoros Ben Benson, el rescatador quiso aplicar el viejo principio marino 'finders keepers' («quien lo encuentra se lo queda»). España, por medio del embajador en Washington Javier Ruperez, reclamó ante los tribunales, que le dieron la razón en una sentencia histórica. El abogado de aquel proceso millonario fue James Gold. ¿Saben que puesto ocupa hoy? Es el presidente de Odyssey Marine Exploration Inc. El mundo es muy pequeño.

    Fuente: JULIÁN MÉNDEZ, Bilbao / El Correo Digital.com. j.mendez@diario-elcorreo.com 23 de mayo de 2007




  4. #4 jeromor 23 de mayo de 2007

    Otra (también divulgada por Revista Terrae Antiqvae. Editor José Luis Santos Fernández
    http://www.terraeantiqvae.com )
    :

    El Peñón aprobó la salida del botín sin alertar a las autoridades españolas.

    Santiago Mata. Madrid.

    Con la callada por respuesta, el Gobierno gibraltareño asumió ayer la responsabilidad por la exportación a Estados Unidos del tesoro extraído, con toda probabilidad de aguas españolas, por la empresa Odyssey Marine Exploration (OME), aparentemente compuesto por medio millón de monedas de plata y algunos miles de monedas de oro, que despegaron del aeropuerto de Gibraltar el jueves 16 de mayo en un avión de pasajeros: el Boeing 757 de North American matrícula N756NA.

    Hasta ayer, Odyssey había afirmado en su página web (shipwreck.net) que por razones de seguridad no mencionaría el lugar desde donde el tesoro se había introducido en EEUU. Después de que ayer publicáramos una fotografía del N756NA antes de despegar de Gibraltar, Odyssey optó por afirmar en su web que "las monedas se introdujeron en EEUU con una licencia de exportación válida garantizada por el país desde donde fueron exportadas, e importadas legalmente conforme a las leyes de EEUU".



    La Embajada británica en Madrid precisó que Gibraltar no es un país, sino un Territorio de Ultramar del Reino Unido, pero aseguró que dentro de las competencias de la colonia está la de exportar por vía aérea tal cantidad de metales preciosos. Mediante un comunicado emitido ayer por la mañana, dio por válidas las explicaciones de Odyssey acerca de que el pecio hallado no es el Sussex (para cuya localización, pero no extracción, tenía permiso Odyssey), que la extracción se realizó en aguas internacionales y que "la empresa OME ha confirmado a las autoridades británicas que está trabajando con la mayor celeridad posible para averiguar la identidad del barco hundido".

    Lenta reacción

    Las autoridades gibraltareñas, por su parte, no emitieron ningún comunicado oficial sobre las afirmaciones de Odyssey. Contactado por LA GACETA, John Rodríguez, jefe de aduanas del aeropuerto de Gibraltar, mostró cierta preplejidad al saber que OME se refería a un certificado de exportación que él debió autorizar, pero finalmente tampoco hizo declaraciones.

    Dado que antes de la partida del avión, según publicaba el Gibraltar Chronicle, los responsables de Odyssey anunciaron que abrirían en Gibraltar un Museo Arqueológico, el director del Museo de Gibraltar, Dr. Clive Finlayson, consideró oportuno advertir que "no tiene nada que ver con este asunto".

    Piden explicaciones

    Por su parte, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, volvió a pedir a la compañía que aclare que el pecio del que se recuperaron las monedas no pertenecía a pabellón español. "No han dicho que el barco no era español, y eso hay que averiguarlo porque, si fuera de bandera española, aunque esté en aguas internacionales, nos tocaría una parte de lo que se encuentre", afirmó la ministra de visita en Sevilla.

    Desde el Ministerio creen que la compañía está difundiendo informaciones “muy contradictorias”, y piden que deje de lanzar “cortinas de humo” a través de su página web, que utilizan para difundir sus comunicados, y afirmen abiertamente que el pecio no es el de un navío con bandera española.

    Desde su web, Odyssey se comprometió a aportar pruebas al Gobierno español de que no estaba actuando dentro de su jurisdicción “si se lo solicitaban oficialmente”.

    El abogado malagueño Antonio Checa, descubridor del pecio del submarino republicano C3, hundido en la guerra civil, y experto en descubrimientos marinos, afirmó que es "imposible" que el barco localizado por OME se encontrara en aguas internacionales. Según declaró el abogado a Servimedia, en el caso de que la extracción se realizara en aguas territoriales de España, el Ministerio de Cultura "tiene plena competencia para paralizar ese expolio", porque desde el punto de vista penal "es un delito".

    Las negligencias de España en el caso

    Las numerosas informaciones adelantadas por LA GACETA desde el pasado viernes, apuntan muy claramente a un expolio en aguas españolas. Sin embargo, la otra parte de la historia es quién, o quiénes han permitido que ésto suceda. En este enmarañado relato de cazatesoros aparece el Ministerio de Asuntos Exteriores, que fue quien aprobó la búsqueda del barco inglés Sussex; la pasividad de la Junta de Andalucía, que ha retrasado más de un mes, y sin explicaciones convincentes, la designación de los arqueólogos para supervisar los trabajos de Odyssey; y ahora la desidia del Ministerio de Cultura, que ni siquiera ha contactado a la compañía con sede en Tampa (EE UU) para preguntarles de dónde han sacado su botín.

    Compras sospechosas de acciones en marzo

    Francisco Perarnau. La historia del descubrimiento del gran tesoro en aguas territoriales españolas también tiene su parte oscura en bolsa. Además de los aumentos irregulares de los precios y volúmenes de la acción en las sesiones previas al anuncio oficial del hallazgo, los principales accionistas de la compañía realizaron fuertes compras de títulos en el pasado marzo. En ese mes, el Gobierno español, británico y la Junta de Andalucía alcanzaron un acuerdo por el que se permitía a Odyssey Marine Exploration continuar con las exploraciones en busca del Sussex. Pero algunos expertos sospechan que en esa fecha Odyssey ya tenía perfectamente localizado su gran tesoro. De una u otra forma, los grandes accionistas sí apostaron fuertemente por el descubrimiento. De hecho, el principal de todos ellos, el fondo GLG Partners, dobló su participación del 10% a casi el 20%. Otras compras muy significativas fueron las realizadas por Merrill Lynch, que cuadriplicó su presencia al pasar de 98.460 acciones a 414.859. Vanguard elevó la suya en 180.213 acciones, hasta las 674.127 (ver cuadro adjunto). La acción empezó marzo a 2,77 euros y terminó a 3,64. Ayer a media sesión, la acción cotizaba a 7,11 dólares, con una caída del 12%.



    Pipe Sarmiento, escritor y abogado náutico: “Lo de Odyssey no es un hallazgo fortuito, sino un atraco”

    Santiago Mata. Madrid. Pipe Sarmiento, nacido en Bilbao en 1952, es licenciado en Derecho y Economía, patrón de yate desde 1981, buceador tres estrellas desde 1980, abogado especialista en temas náuticos... Sin dejar de ejercer el periodismo, ha escrito siete libros sobre este campo. El último de ellos, Tesoros Sumergidos. Cuando explotó el "asunto Odyssey", estaba en Valencia dando unas conferencias en la Copa del América.

    ¿Por qué siguió al Odyssey?

    Por pura casualidad, viviendo tantos años en Sotogrande, donde tenía su base el primer barco de Odyssey, el Minibex.

    ¿Qué encontró de raro?

    Por primera vez me sorprendió en 2000, que me mintieran diciendo que estaban tendiendo un cable submarino, cuando había visto que era un barco de prospección, con un robot en la popa.

    ¿En qué se distingue un pirata de un arqueólogo?

    En que el arqueólogo recupera algo para preservar el patrimonio de una nación, y el pirata busca el lucro.

    ¿Le causó problemas investigar a Odyssey?

    No hasta 2006, que es cuando mis investigaciones fueron más allá y más rápido que las de las fuerzas de seguridad españolas, que nunca han querido que los periodistas se adelantaran a sus escasas investigaciones.

    ¿Ha tenido miedo?

    No. Tuve cierta angustia al estar en alta mar al lado del Odyssey en mi velero con mi mujer, y ver las amenazas e intimidaciones que nos hacían desde un barco de 75 metros de eslora, con unos tipos que parecían marines. Se cuenta que a veces en estos barcos embarcan miembros de la CIA para detectar submarinos soviéticos...

    ¿Pero éstos sólo buscaban tesoros?

    Creo que sí. Desde 1998 buscaban el Sussex. Pero en vez de encontrarlo, toparon con alguno de los 100 ó 200 barcos "de época colonial" hundidos en el Mar de Alborán.

    ¿Greg Stemm es un aficionado?

    En cierto sentido, pero al darse cuenta de la complejidad del asunto, buscó un buen asesor jurídico: cuando en 2006 les echaron, contrataron a James Gold, que había sido abogado de España en el caso del Juno y la Galga, dos fragatas españolas hundidas en Virginia.

    ¿Cuál fue el papel de Gold?

    Ha sabido presionar muy bien al Ministerio de Exteriores. Parecía que ceder el Sussex podría ser una forma de pagar los servicios de Gold.

    ¿No es todo entonces pura negligencia española?

    Los expertos conjeturan que esto podría ser la forma de devolver un favor. Pero Gold ha seguido presionando, lo que en mi opinión demuestra que no había un pacto y que Odyssey actúa por su cuenta.

    ¿Por qué decidieron dar este arriesgado golpe?

    Mi teoría es que como eran incapaces de cumplir los requisitos de la Junta de demostrar que era el Sussex, en la duda se llevaron un tesoro aprovechando la desidia. Ahora nos devuelven la carga de la prueba: es España la que tiene que demostrar que el tesoro es suyo.

    ¿Basta el satélite para probar que lo sacaron de aquí?

    Sí, si se manda una orden de un juez europeo, Aislive, el satélite de Lloyds, podrá certificar todas las posiciones, completando las pruebas que ya ha publicado LA GACETA.

    ¿Las monedas no prueban nada?

    Difícilmente.

    ¿Quién se las quedará?

    Creo que España tiene mucho que decir, tengo mucha confianza en la justicia norteamericana, que es muy imparcial, como se vio cuando reconocieron el derecho de España al Juno y la Galga, a pesar de que el hallador era un norteamericano. Esto no es un hallazgo fortuito, sino un atraco, y no se aplican las leyes del mar, sino el código penal.

    Los arqueólogos ingleses, también en pie de guerra

    Jorge Valero. "Los arqueólogos europeos estamos preocupados porque esta manera de proceder sienta las bases para que, en el futuro, no se respeten los protocolos que protegen los resto arqueológicos", explica Javier Noriega, del grupo Nerea Estudios de Arqueología.

    Ya desde Gran Bretaña se dio la voz de alarma en 2002, cuando el presidente del Consejo Británico de Arqueología, George Lambrick, denunció la alianza que su Gobierno había establecido con Odyssey Marine Exploration, con el fin de repartirse un eventual botín, a cambio de que la empresa corriera con el riesgo de la operación.

    En aquella ocasión, con motivo de este acuerdo para el reparto de la carga del navío inglés Sussex, Lambrick denunció que su Gobierno "debería de encontrar una manera mejor de proteger el patrimonio que tomando parte en cacerías de tesoro". Y ya entonces dudaba de que los restos que había encontrado la compañía fueran los del Sussex.



    Para Noriega, en el caso del Odyssey se están pisoteando todos los acuerdos que protegen el patrimonio arqueológico. "No es cierto que exista un vacío legal en lo referente a la protección de los tesoros que descansan en el mar", explica el arqueólogo, quien añade que son informaciones interesadas que difunden los cazatesoros para legitimar sus actividades.

    Fuente: La Gaceta de los Negocios.com, 23 de mayo de 2007


    (2) La Guardia Civil quiere registrar los barcos de Odyssey en el Estrecho. Londres se desmarca del hallazgo y Cultura desafía a la empresa a mostrar el tesoro para ver si contiene oro español

    La Guardia Civil controla en estos momentos los movimientos de dos barcos de la Odyssey Marine Exploration, por la sospecha de que esta empresa de cazatesoros haya cometido un expolio de nuestro patrimonio sumergido. Uno de los barcos, el Odyssey Explorer, se encuentra en el puerto de Gibraltar, mientras que el otro, Ocean Alert, estaba fondeado en aguas marroquíes. La cicatería con la que la empresa norteamericana facilita la información solicitada por España no hace más que aumentar las sospechas y dudas sobre sus prácticas.

    La Brigada de Patrimonio y el Servicio Marítimo de la Guardia Civil sabe que se las está viendo con una maraña de intereses en los que participa un buen número de actores, desde la empresa en cuestión, que cotiza en bolsa, los Gobiernos británico y español, además del estadounidense y las leyes internacionales.

    Se sabe que Gran Bretaña presionó para que el Ministerio de Exteriores dejase llevar a cabo trabajos de localización del HMS Sussex, barco de pabellón inglés, en aguas del Estrecho. Pero Odyssey debería haber tramitado ese permiso con la Junta de Andalucía para darle validez, algo que no ha hecho.

    Delito de expolio

    Por ello, la Guardia Civil afirma que los permisos con los que Odyssey ha blandido para sus actividades son falsos y si, amparándose en ellos, hubiese extraído el tesoro de las aguas territoriales españolas, o incluso de las aguas en litigio, ello podría constituir un delito de expolio. Ayer, la Embajada británica en Madrid hizo público un comunicado en el que subraya que este hallazgo “no tiene ninguna relación con el HMS Sussex”.

    Subraya que el pecio estaba en aguas internacionales, extremo al que otros expertos no dan crédito, porque eso significaría profundidades que requieren un equipo mucho más sofisticado

    Nada es lo que parece en este mundo de los cazatesoros, que para algunos tiene mucho de piratería. De hecho, el capitán de uno de los barcos de Odyssey en el Estrecho tuvo abiertas diligencias por desobediencia hace tiempo en la Benemérita. Miembros del instituto armado no descartan que, dada la autonomía de los robots submarinos, Odyssey podría estar haciendo trampas submarinas, actuando en nuestras aguas territoriales, aunque manejando sus equipos desde un buque o una base en aguas marroquíes o gibraltareñas.

    No existe justificación en inciertos “motivos de seguridad” para que Odyssey no muestre el contenido de su tesoro a los expertos, que fácilmente sabrían con un simple análisis si hay oro español o no en los contenedores enviados a Estados Unidos “de forma legal”, según los cazatesoros. Ayer la ministra de Cultura, Carmen Calvo, desafió a la empresa a mostrar las monedas recuperadas o compartir la información de localización del pecio, algo que le ha sido solicitado desde la Embajada española en Washington el viernes pasado.

    El secretismo es tal en Odyssey que ni siquiera se descarta que la operación no sea de la envergadura que la empresa ha asegurado y se trate de una operación de imagen para hacer subir las acciones de la compañía en bolsa.

    La Guardia Civil instruye ya como denuncia el requerimiento del Ministerio de Cultura, que le fue presentado anteayer, puesto que necesita la intervención de un juez para poder registrar los navíos de la Odyssey. Mientras tanto, ofrece información exhaustiva sobre los lugares en los que los buques han trabajado, mantiene contacto visual con las embarcaciones que se movieron en aguas españolas reivindicadas por Gibraltar. Cuando alguna patrulla de la Benemérita se ha aproximado a estos buques estos se refugian en aguas marroquíes.

    Fuente: J. CALERO / P. MUÑOZ, Madrid. Las Provincias.es. 23 de mayo de 2007



  5. #5 jeromor 24 de mayo de 2007

    Otra más:

    (3) El Gobierno pide a EEUU y Reino Unido que informen del avión en el que Odyssey trasladó el botín

    La ministra de Cultura, Carmen Calvo, anunció hoy que el Gobierno español ha pedido 'esta misma tarde' a Estados Unidos e Inglaterra información sobre el vuelo Gibraltar-Tampa (Florida, Estados Unidos) en el que la empresa Odyssey trasladó el botín hallado en un buque hundido.

    En un rueda de prensa en Bilbao, la ministra explicó que tras tener conocimiento de que Odyssey había hallado un tesoro valorado en 370 millones de euros, el Ministerio le reclamó información sobre la ubicación exacta del buque y su identidad, bandera y contenido.

    Ante el silencio de la compañía americana, el Gobierno español ha pedido a las Embajadas del Reino Unido y de Estados Unidos en Madrid 'información exacta de los vuelos que han despegado desde Gibraltar y han llegado a Tampa, en Florida', ya que 'según la información que ha dado Odyssey, fue un Boeing 757, el que ha llevado todo el cargamento'.

    En concreto, el Ministerio ha solicitado a los Gobiernos británico y estadounidense información sobre cuándo se realizó el vuelo 'exactamente' y sobre los permisos aduaneros, ya que en ellos se refleja 'qué es lo que se está trasladando' en el avión.

    Odyssey informó la pasada semana del hallazgo de un importante tesoro arqueológico submarino en un punto no revelado del Atlántico, compuesto por unas diecisiete toneladas de monedas de plata y oro, valoradas en 370 millones de euros.

    La información 'poco clara, escasa y sospechosa' que Odyssey proporcionó sobre el hallazgo llevó al Ministerio de Cultura a reclamar datos más precisos, ante la posibilidad de que se hubiera cometido un delito de expolio.

    La ministra explicó que si esta empresa hubiera extraído 'de aguas españolas cualquier patrimonio subacuático de carácter arqueológico e histórico, sería ilegal porque no hay ni una sola autorización de las autoridades españolas'.

    Calvo afirmó que el Gobierno seguirá 'dando pasos' para aclarar si se ha cometido un delito y aseveró que en caso de que el botín hallado sea bien de un barco de bandera española hundido en aguas internacionales o bien de un buque localizado en aguas españolas, el Ejecutivo trabajará para 'preservar los derechos que los españoles tienen sobre su patrimonio histórico'.

    La empresa Odyssey, especializada en la exploración marina, inició a mediados de los años 90 la búsqueda del buque inglés HM Sussex, hundido frente a Gibraltar en 1694, y según precisó la ministra, sólo estaban autorizados a tratar de localizar el navío y no 'para bajar al subsuelo marino español'.

    Calvo adelantó que en adelante el Gobierno español no autorizará a esta empresa a continuar con esta búsqueda aunque se confirme que no ha cometido expolio, debido su 'oscurantismo' en este caso.

    Los dos barcos con los que Odyssey trabaja en aguas del Estrecho para tratar de localizar el HM Sussex se hallan ahora atracados en el puerto de Gibraltar, aunque la Guardia Civil tiene orden de inspeccionarlos en caso de que se adentren en aguas españolas.

    Además, ante las sospechas de un posible delito de expolio el Instituto Armado 'está sacando ahora mismo la secuencia de los movimientos que han hecho los buques a lo largo de los últimos veinte días' para determinar la zona donde han trabajado.

    Calvo aseguró que los buques de Odyssey 'han estado vigilados todo el tiempo y desde hace mucho tiempo', pero matizó que el tipo de tecnología que utilizan para la recuperación de tesoros acuáticos -un sistema de aspiración que no requiere elevar el pecio- hace 'muy difícil saber dónde han trabajado' y si han extraído algún botín porque 'a simple vista no se ve nada'.

    Fuente: Terra Actualidad – EFE, 24 de mayo de 2007


  6. #6 jeromor 25 de mayo de 2007

    Por su interés y sus implicaciones traduzco de la noticia publicada en Terrae Antiqvae, que procede de una fuente tan autorizada en estos temas como National Geografic. Parece que están moscas porque ellos se gastan el dinero en excavar mientras que los piratas de Oyssey se llevan las monedas directamente. Parece confirmar la procedencia española.

    “El futuro del tesoro del naufragio está en el aire, dice un experto”

    Willie Drye para Nacional Geografic News

    En lo que podría ser el tesoro submarino más rico jamás encontrado, exploradores sacaron la semana pasada cientos de miles de monedas de época colonial de un pecio en el Océano Atlántico.

    Las monedas de plata y oro podrían alcanzar un valor de 500 millones de dólares, predicen algunos expertos.

    Pero ahora Odyssey Marine Expeditions, la compañía con base en Florida que descubrió las monedas, podría afrontar una demanda sobre su dinero.
    España podría presentar una reclamación legal sobre los derechos de rescate del navío y sobre los objetos encontrados en el barco- incluyendo las monedas.

    El abogado de Washington D.C. James A. Goold dijo hoy que ha notificado a Odyssey que las leyes españolas que regulan el salvamento y la posesión del contenido de los barcos hundidos podrían ser aplicables a este pecio.

    Goold, que trabaja para la firma Covington y Burling, dijo que también le ha pedido a Odyssey información acerca de la identidad del barco y su cargamento.

    Pero la compañía planea mantener la localización oculta, y Natja Igney, portavoz de Odissey dijo que no podía responder a ninguna pregunta sobre el barco.

    La compañía- que todavía no tiene certeza sobre la nacionalidad, el tamaño y la época, lo ha bautizado como el Cisne Negro.
    George Bass, profesor retirado de arqueología submarina de la Universidad A & M de Tejas dijo a National Geographic News que entiende por qué Odissey mantiene en secreto la localización del Cisne Negro, pero le preocupa que no se hayan revelado otros detalles. “Puede que haya alguna razón para ello, pero no es la forma en que los científicos tratarían el asunto,” dijo Bass.
    Un pecio como el del Cisne Negro debería haber sido manejado con mucho cuidado por arqueólogos submarinos profesionales, que podrían haber tardado años en excavar e interpretar completamente el hallazgo.



    ¿Una carga clandestina?
    Odissey, cuyo centro de operaciones está en Tampa, anunció a principios de este mes que había encontrado un barco que se había hundido en el Océano Atlántico, con una carga de monedas de oro y plata.

    El 21 de Mayo la compañía hizo el anuncio oficial de que no revelaría el nombre del barco por razones de seguridad.

    “Por nuestra experiencia con otros pecios sabemos que dar información sobre la identidad de los pecios… provoca salvajes especulaciones sobre el valor, los derechos de propiedad y el resultado de otros temas.

    Oddisey dice que ha recuperado 17 toneladas de monedas que han sido traídas a los Estados Unidos con una licencia de exportación válida concedida por el país desde el que han sido exportadas. Asimismo han sido importadas válidamente según las leyes estadounidenses.
    La información no aclara que país ha concedido la licencia de exportación.

    “La Constitución del Océano”
    Goold, que ha representado a España en otros casos relacionados con los derechos de salvamento de pecios, dijo que no podía responder a preguntas sobre si España le ha pedido que emprenda acciones legales contra Odyssey.
    Él informó que informó a Odyssey el 18 de Mayo sobre las leyes españolas y les pidió información sobre el Cisne Negro, pero no obtuvo respuesta.
    (Gooled también ha representado a Nacional Geografic Society, cuya sede está en Washington, D.C., en temas legales. Nacional Geografic News es parte de esta sociedad.)
    En su nota del 21 de Mayo Odyssey decía que su trabajo en el barco se ha hecho de acuerdo a las leyes más relevantes, incluyendo la Convención de la Ley del Mar.

    Asimismo afirmaba que ninguna parte del trabajo del Odyssey se ha realizado en aguas de jurisdicción española.

    La Convención de la Ley del Mar fue promulgada por las Naciones Unidas en 1982 y se aplica a los pecios encontrados en alta mar, fuera de la jurisdicción de ningún gobierno.

    La convención, firmada por 150 naciones, reconoce los derechos de propiedad de los países sobre sus barcos hundidos.
    Se la ha llamado la “Constitución del Mar”, dijo Peter Oppenheimer, abogado de la Oficina Nacional de los Estados Unidos para la Administración Oceánica y Atmosférica y el Consejo Generalpara las Leyes Internacionales.

    Los Estados Unidos no han firmado la Convención pero reconocen la mayor parte de sus disposiciones.

    Una de esas disposiciones afirma que “los objetos encontrados a bordo de cualquier pecio se preservarán y pondrán a disposición del conjunto de la humanidad, poniendo particular atención en los derechos preferenciales del estado o país de origen.”

    El futuro del barco.
    Bass de Texas A& M se preguntaba por el destino de los otros objetos- aparte de las monedas- encontrados en el barco.
    “Si es un barco bien conservado de un periodo concreto, todas sus partes seran importantes. Sabemos que tiene monedas. Pero el resto ¿va a ser abandonado? ¿Se está tratando la historia de la forma correcta?

    Fuente:
    National Geographic Society. May 24, 2007
    Link: http://news.nationalgeographic.com/news/2007/05/070524-ship-treasure.html


    Shipwreck Treasure's Fate a Toss-Up, Experts Say

    Willie Drye for National Geographic News

    In what could be the richest deep-sea treasure ever found, explorers last week pulled up hundreds of thousands of colonial-era coins from a shipwreck in the Atlantic Ocean.


    The silver and cold coins could fetch as much as 500 million U.S. dollars, some experts predict.

    But now, Odyssey Marine Expeditions, the Florida-based company that discovered the coins, could face a run for their money.

    Spain may present a legal challenge over salvage rights to the vessel and ownership of any artifacts on the ship—including the coins.

    Washington, D.C. attorney James A. Goold said today he has notified Odyssey that Spanish laws regarding salvage and possession of the contents of sunken Spanish ships may be applicable to this shipwreck.

    Goold, who is with the firm Covington and Burling, said he has also asked Odyssey for information about the identity of the ship and its cargo.

    But the company plans to keep the location under wraps, and Natja Igney, a spokesperson for Odyssey, said she could not respond today to questions about the ship.

    The company—which is still uncertain of the ship's nationality, size, and age—has coined itBlack Swan.

    George Bass, a retired professor of underwater archaeology at Texas A&M University told National Geographic News he understands why Odyssey is keeping the location of the Black Swan secret.

    But he is concerned that other details haven't been disclosed.

    "There may be a reason, but that's not the way scholars would deal with it," Bass said.

    Bass said a shipwreck such as the Black Swan would be handled very carefully by professional underwater archaeologists, who might take years to fully excavate and interpret a site.


    A Clandestine Cargo?

    Odyssey, which is headquartered in Tampa, announced earlier this month that it had found a ship that had sunk in the Atlantic Ocean with a cargo of gold and silver coins.

    On May 21 the company announced in a statement it would withhold the name of the ship because of security concerns.

    "Based on past experience with other shipwrecks, we have found that putting out information about the identity of shipwrecks ... results in wild speculation about values, ownership rights and scores of other issues," the statement said.


    Odyssey said it had recovered 17 tons of coins and that the coins were brought into the United States with a valid export license granted by the country from which they were exported. They were also imported legally pursuant to U.S. law, Odyssey said.

    The statement did not say what country had issued the export license.


    "Constitution of the Ocean"

    Goold, who has represented Spain in other cases involving salvage rights to Spanish ships, said he could not respond to questions about whether Spain has instructed him to begin legal proceedings against Odyssey.

    He notified Odyssey of Spanish laws and requested information about the Black Swan on May 18, but to no avail.

    (Goold also has represented the National Geographic Society, which is headquarted in Washington, D.C., on legal matters. National Geographic News is part of the Society.)

    In the May 21 statement, Odyssey said its work on the ship was done in accordance with relevant laws, including the Law of the Sea Convention.

    None of Odyssey's work on the Black Swan had been done in waters subject to Spanish jurisdiction, the statement also noted.

    The Law of the Sea Convention was enacted by the United Nations in 1982 and applies to shipwrecks found on the high seas, which are outside the jurisdiction of any government.

    The convention, supported by 150 nations, recognizes countries' ownership of their sunken vessels.

    It has been called the "constitution of the ocean," said Peter Oppenheimer, an attorney with the U.S. National Oceanic and Atmospheric Administration's Office of General Counsel for International Law.

    The United States has not signed the convention but does recognize most of its provisions, Oppenheimer said.

    One such provision states that "artifacts found aboard any shipwreck shall be preserved or disposed of for the benefit of mankind as a whole [with] particular regard being paid to the preferential rights of the State or country of origin. ..."

    The Ships Fate

    Bass of Texas A&M wondered what might become of other artifacts besides the coins aboard the Black Swan.

    "If it's a well-preserved ship of a particular period, every part of it would be important," Bass said.

    "We know it has coins. Is it just going to be abandoned? Is that treating history the way it should be?"

    Source: National Geographic Society. May 24, 2007
    Link: http://news.nationalgeographic.com/news/2007/05/070524-ship-treasure.html


  7. #7 Irluaxair 28 de mayo de 2007

    Bien, Giannini, efectivamente estaban siendo vigilados...el problema es de la autoridades...

    Lo que quiero decir es que Odyssey, ahora dice: "Cómo ibamos a poder hacer nada ilegal si nos tenía vigilados"...esto lo dice en la entrevista. O sea, aprovechan la desidia d elas autoridades, para argumentar que siendo vigilados les dieron una especie visto bueno, o hicieron dejación.

    Están insinuando que España "hizo abandono legal de los restos"... o sea quizás estén insinuando que van a argumentar en el litigio que España no hizo nada ni para poner arqueólogos, ni para parar el expolio.

    Por otro lado, la entrevista es asquerosamente falaz, porque si España hizo abandono de los restos, ¿eso quiere decir que reconocen que trabajaban en aguas españolas?. Hasta ahora han dicho rotundamente que eran aguas internacionales. ¿Es que acaso ya se están preparando para cuando se demuestre que los restos estaban en aguas españolas, cosa que niegan?... O España hizo abandono de los restos en sus aguas, o ellos trabajaron en aguas internacionales..¿en qué quedamos?...pero mantienen las dos cosas. No se puede ser más farsantes.

  8. #8 jeromor 28 de mayo de 2007

    Desde mi punto de vista habría que presentar una protesta formal ante el gobierno de Gibraltar y denunciarle como colaborador necesario del expolio.

    Otra noticia sobre los corsarios (con patente de corso del gobierno británico para buscar el Sussex en aguas españolas), cortesía de Terrae Antiqvae:

    Los mayores expertos nacionales, desde Cataluña a La Caleta, coinciden: hay tantos tesoros submarinos como desidia administrativa. Los cazatesoros llevan décadas con ventaja para dar con el 'Sussex', el 'Cisne Negro' o el 'Nuestra Señora de Atocha'.

    Estamos en 1998, cerca del Peñón de Gibraltar, en la cubierta de un barco de cazatesoros zarandeado por las olas. El Halcón de los mares (como aquella película de Errol Flynn) anda en busca del HMS Sussex, un galeón británico hundido el 19 de febrero de 1694 con un importante botín en sus tripas. El velero es una sombra en estas aguas oscuras y agitadas. Pasan dos años, anuncia el calendario, y los codiciosos regresan en un buque alquilado en Francia, el Minibex. «Estuvo atracado en 2000 y 2001 en Sotogrande», recuerda Lorenzo Sarmiento de Dueñas, abogado maritimista, periodista, escritor, un imán tenaz tras los cazatesoros de la Odyssey durante estos últimos años.

    Vuelan las hojas del almanaque. Estamos en 2001, y la Odyssey Marine Exploration obtiene un permiso del Gobierno español para hacer una prospección y localizar el Sussex. A bordo se ve a veces a algún arqueólogo español, recuerda Sarmiento, el perseguidor incansable desde el mirador de su pequeño barco de catorce metros de eslora. Pero el Minibex intenta ir más lejos de lo que el documento le autorizaba, y el Gobierno, que había recibido más de una crítica por aquella visa, dice basta. La Guardia Civil les expulsa de la zona en 2002, aunque en esta historia aún está lejos el final. Entre 2000 y 2006, toma el relevo otro barco, el Ocean Boomer, y los mismos «barqueros». Al cabo, este invierno, otras dos siluetas, la del Odyssey Explorer y la del Ocean Alert.
    Siempre un mismo lugar

    «A partir de febrero -relata el abogado e investigador- el Odyssey comenzó a trabajar en aguas españolas en campañas de diez días, regresando a Gibraltar du-rante periodos muy cortos, para descargar y aprovisionarse. Se puede comprobar que durante el día cambiaban unas millas de posición, seguramente para no levantar sospechas y despistar sobre el punto donde pensaban extraer las monedas. Pero si miramos las posiciones nocturnas y las que realizan a lo largo de marzo, en la segunda campaña de 17 días, siempre regresan a la posición 36º 2' N y 5º 12' W, lugar en el que vienen manifestando que estaba lo que ellos llamaban la fragata Sussex, sin que jamás aportaran prueba alguna de que se trataba de ese barco». Dos acuerdos hilvanan, que no cosen, la operación. El primero, entre la Odyssey y la Armada Británica para buscar el Sussex; el segundo, una nota verbal (comunicación por escrito, valga el contrasentido, típica del ministerio de Asuntos Exteriores) en la que el departamento de Miguel Ángel Moratinos autorizaba a «prospeccionar, identificar sin remover arena, siempre con la presencia de arqueólogos de la Junta».

    La nota verbal resulta un procedimiento «sorprendente» en este caso, porque las competencias arqueológicas las tienen las autonomías. Al parecer, el ROV Hércules, ese robot tan grande como una habitación, 18 toneladas de última tecnología, removió -sin ningún arqueólogo a bordo- y halló, no se sabe si el Sussex.

    El cargamento fotografiado tras su viaje a Estados Unidos tenía el aspecto de una esquina de la cueva de Alí Babá: 17 millones de toneladas de oro y plata valoradas en 500 millones de dólares, quizá sacadas de algún lugar entre Estepona, la roca de Gibraltar y Sotogrande, según delata el satélite AISlive escrutado por Sarmiento y según opinan todos los especialistas consultados, o de algún punto del Atlántico, en aguas internacionales, según la compañía Odyssey (www.shipwreck.net).

    El sentido del sinsentido

    Estamos cerca de la ciudad romana de Ampurias, en el Thetis, el barco desde el que se lanza al agua tres horas cada día -desde mayo hasta principios de noviembre- Xavier Nieto, director del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña, una autoridad del fondo del mar. «Como arqueólogo me sorprende mucho que el ministerio dé una autorización así», afirma. Aunque, tras pensarlo dos veces, surge un «sentido»: el tradicional abandono en el que malvive este territorio de nuestra cultura. «La arqueología subacuática española llega muy tarde -explica-. Los países del Mediterráneo empezaron en los años 50; nosotros, en 1981, 30 años de desventaja, y ahora estamos peor que entonces. Se crearon cuatro centros, y ahí se les dejó, con una escasísima dotación humana y presupuestaria. Hay menos de una docena de arqueólogos profesionales que trabajen sobre ese inmenso patrimonio, no hay ninguna Universidad que les forme, salvo alguna asignatura cuatrimestral aislada, y existe un evidente problema legislativo. La ley de 1985, que equiparaba la arqueología en tierra con la del mar, era muy poco realista».

    Xavier Nieto ha navegado por océanos y bibliotecas, como Herman Melville en Moby Dick. En España, donde el mundo submarino es un lugar desconocido, es rara avis. Dice que, si hablamos de naufragios y tesoros contantes y sonantes, la costa andaluza es un lugar excepcional.

    «En Sevilla se instaló la Casa de Contratación de Indias (1503), y por allí pasaban todos los galeones que venían de América. En cuanto a Cádiz, la entrada a la Bahía es muy peligrosa, porque hay unas barras de arena que modifican la topografía submarina, y que provocaban muchos accidentes, por eso es una franja con tantos pecios».

    Nieto no se atreve a aportar una cifra de lo que se esconde ahí abajo -«es imposible saberlo»-, pero otros sí lo hacen. Gonzalo Millán del Pozo, escritor, curioso, director del Proyecto Poseidón, grupo que pretende proteger el patrimonio cultural subacuático, habla de más de 800 galeones hundidos con cargamentos que podrían superar los 100.000 millones de euros.

    Claudio Bonifacio, cazatesoros, opina que bajo nuestras costas podría haber 800 toneladas de oro y 12.000 de plata, amén de otros tesoros. Un botín inmenso, en cualquier caso. O un patrimonio histórico y cultural, según los ojos que lo miren.

    En el Centro Andaluz de Arqueología Subacuática (CAS), en Cádiz. Los ojos de Carmen García Rivera, la coordinadora, no son dos monedas.

    «Nuestra misión no es recuperar tesoros, sino investigar, proteger y conservar el patrimonio donde está. Lo importante es la información histórica que nos aporta. El cargamento económico sería sólo un valor añadido».

    Una década de limitaciones

    El CAS gaditano cumple este año su primera década, tiempo en el que han tratado de hacer una carta arqueológica rigurosa -por ahora, incluye unos 80 yacimientos- como paso previo para su investigación. «Hemos utilizado información oral, archivos, documentos, y el trabajo que hizo una empresa estadounidense en el Proyecto Galeón durante la Expo», afirma. García Rivera cree que el desarrollo tecnológico debe servir para proteger los pecios y para luchar contra el expolio.
    «El reglamento de actividades arqueológicas de la Junta de Andalucía dice claramente que nadie puede remover arena sin un permiso de la Consejería, y siempre que la investigación tenga un objetivo científico», recuerda.

    Desde luego, ninguna de estas dos condiciones se han cumplido en el caso Odyssey, si es que su hallazgo se ha producido en aguas españolas, como sospechan arqueólogos y Administración. Esta compañía fundada en 1986, que el pasado día 18 duplicó su valor en Bolsa, parece seguir al novelista chileno Francisco Coloane (1910-2002): «Todo lo que se encuentra en el mar, sin dueño, es de uno» (El camino de la ballena, 1962).

    La Unesco denunciaba en 2001 que «el intenso pillaje de los sitios arqueológicos marinos por parte de buscadores de tesoros, así como por la frecuente pérdida de materiales de inestimable valor para el estudio de los orígenes de las civilizaciones y de su historia». El despacho del presidente de la Asociación de Rescate de Galeones Españoles, en Madrid, sirve para decir lo mismo: «En España apenas existe la arqueología subacuática. En EE.UU. hay más de veinte empresas dedicadas a buscar pecios», dice.

    Una de ellas, la de Mel Fisher, quizá el cazatesoros más popular, halló el Nuestra Señora de Atocha, que se fue a pique en 1622. Fisher empezó la caza en 1970. Recuperó oro y plata, y algunas de aquellas monedas todavía se venden en su web, www.melfisher.com

    Es otro ejemplo de que el caso Odyssey es uno entre miles. Habrá más y hubo muchos antes.

    Fuente: JUAN FRANCISCO ALONSO / La Voz Digital.es, 28 de mayo de 2007

  9. #9 giannini 29 de mayo de 2007

    Las noticas sobre el asunto siguen. La embajada británica emitió hoy un comunicado en el que asegura que Odyssey no usó los túneles militares de Gibraltar, noticia que proporcionaba ayer La Gaceta de los Negocios.

    Reino Unido asegura no ha almacenado 'carga alguna' del Odyssey en Gibraltar

    Creo que esta mañana hubo un debate en la Cadena SER en el que participó la ministra de Cultura, pero no me concretaron si proporcionó más información.

  10. #10 giannini 29 de mayo de 2007

    Seguimos con informaciones contradictorias, o no tanto... Si la embajada británica sostenía hoy en un comunicado que no se han almacenado en los túneles de Gibraltar materiales procedentes del pecio, La Gaceta de los Negocios lo desmiente, y mantiene, citando a los conductores civiles que transportaron las cajas en camiones militares, que éstas se guardaron en el polvorín Fosse Way de Gibraltar:

    Noticia de La Gaceta de los Negocios: El tesoro de Odyssey se guardó en el polvorín Fosse Way de Gibraltar

  11. #11 giannini 31 de mayo de 2007

    Irluaxair, yo quiero creer que esto va a servir para que estemos vacunados. Repito que en mi opinión, la responsabilidad del Ministerio de Cultura es menor si la comparamos con la de la Junta de Andalucía, que tiene como cualquier otra comunidad, transferidas las competencias en Cultura.

    En Galicia, hay un servicio de vigilancia e inspección del patrimonio cultural. En Andalucía, es de suponer que debe haber otro. Entiendo que este servicio, autonómico, estará dotado de inspectores, vigilantes, celadores o lo que sea, que tendrán entre sus funciones la vigilancia, impedir en definitiva que se produzcan expolios. No han actuado, y es de suponer también, que actuarán en función de lo que les diga su propio personal junto con la sección de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil. Pero me gustaría a mí saber cuantos efectivos posee esta sección, porque no me extrañaría nada que estuviese infradotada de medios humanos, y así, es imposible que la máquina de vigilancia funcione.

    Por ahora, el tufillo que viene tanto de Gibraltar, como de la embajada británica es realmente sospechoso.

  12. #12 Irluaxair 31 de mayo de 2007

    Pero es que la Junta, como Odyssey no cumplía con las normas, se negó a darle el permiso, por el contrario la fuente del derecho a pasearse por aguas españolas prospectando es el acuerdo “verbal” que hizo con el gobierno para el “Sussex”. Ese acuerdo es la fuente de todo el mal.

    La Junta nunca le dio un permiso, a cara de perro con Odyssey, por el contrario el gobierno legitimó totalmente a Odissey para trabajar en aguas españolas; de buen rollito con los piratas.

    Por supuesto que la Junta no hizo lo suficiente para impedirlo, pero el gobierno, que tiene los medios de vigilancia y control de las aguas, menos aun en relación a sus medios. Ya lo pusiste más arriba, cómo la armada avisaba a sus mandos y nada, no había órdenes. ¿Porqué?, porque tenían un acuerdo..No así la Junta, que no se iba a pelear con lo que decía el gobierno en competencias interrelacionadas como la de las aguas territoriales. La junta tiene competencia sobre arqueología, pero si el gobierno permite a los piratas andar por las aguas sin problemas... ¿qué puede hacer la Junta más que esperar a pillarlos con las manos en la masa?

    La Junta nunca dio un solo permiso. Incluso ha podido haber de puertas a dentro cierto conflicto sobre el tema entre la Junta y Gobierno, viendo la Junta cómo el gobierno legitimaba a Odyssey, y cuando además toda la comarca gritaba lo que estaba haciendo Odyssey, de lo cual el gobierno parece que no se enteraba.

  13. #13 giannini 01 de jun. 2007

    Para evitar que el enlace en días sucesivos no funcione, os copio la noticia que apareció hace una hora en La Gaceta de los Negocios, que entra en contradicción con la información aparecida hoy en El País. El abogado James Goold, que defiende los intereses de España en Estados Unidos, ha interpuesto dos demandas ante un juzgado de Florida que, de acuerdo con La Gaceta, ponen a Odyssey Marine Exploration contra las cuerdas. La compañía, también según el mismo diario, ha informado de forma oral a Goold de la posición del pecio, que estaría situado a 40 millas al sur de Gran Bretaña. Se trataría pues, del Merchant Royal, circunstancia que, recordemos, se compadece muy poco con la aparición de monedas con la efigie de Carlos III, pues el Merchant Royal naufragó en Cornualles en 1641. Por otra parte ¿qué sentido tendría descargar un tesoro en Gibraltar cuando el pecio se halló a 40 millas de Gran Bretaña?

    Goold presiona a Odyssey para descartar el hallazgo fortuito del tesoro en el Atlántico


    Exige a los cazapecios que afirmen por escrito que hallaron el Merchant Royal.
    El satélite AISlive excluye que la extracción pudiera hacerse en abril en el Atlántico.

    Santiago Mata. Madrid. El abogado James Goold, por encargo del Ministerio de Cultura, ha presentado ante el juzgado competente en Tampa (Florida) dos demandas para que se respete la propiedad española de los barcos o cargas presuntamente encontradas por Odyssey Marine Exploration (OME). OME sigue sin haber mostrado una imagen del tesoro que dice compuesto por medio millón de monedas de plata y varios miles de monedas de oro, pero comunicó oralmente a Goold la posición del pecio: 40º 25’ Norte y 6º 00’ Oeste, es decir, el pecio sería el Merchant Royal, cuyo hallazgo ya había reclamado OME, y no un pecio fortuitamente hallado a 100 millas de Gibraltar (entre Portugal y Marruecos, según aireados rumores).

    Odyssey no ha operado en Gibraltar ningún buque oceanográfico con vehículos controlados a distancia (ROV) aparte del Odyssey Explorer. Puestos a guardar algo encontrado en aguas internacionales, sobre todo a 40 millas de Gran Bretaña, sería absurdo haberlo descargado en Gibraltar.

    Las demandas de Goold ponen a OME contra las cuerdas, ya que si confirma que el pecio es el Merchant, no podrá probar que ha trabajado allí. Si, alegando las salidas al Atlántico del Explorer, desmiente la información dada oralmente a Goold, tendrá que inventarse una posición de trabajo y un pecio hoy inexistente. No tendrá pecio, y también se podrá probar que ese tiempo de despiste en el Atlántico no es suficiente para extraer 17 toneladas moneda a moneda: según el satélite AISlive, cuyos datos transmitió ayer a LA GACETA Pipe Sarmiento, el Explorer estaba en Gibraltar los días 8, 14, 16 y 27: nunca tuvo tiempo para campañas de extracción como la del 1 al 17 y de ese día al 20 de marzo, en que presuntamente extrajo el tesoro de aguas españolas.

    Gibraltar calla
    Un conocido periodista gibraltareño afirmó a LA GACETA que es imposible que el tesoro de Odyssey se exportara sin conocimiento del Ministro Principal de la colonia, Peter Caruana. Dado que el Ministerio de Defensa inglés pretende suprimir la mayoría de los puestos de trabajo civiles, por la reduccion de efectivos e instalaciones militares, y que el Gobierno gibraltareño se ha comprometido a crear una empresa que mantenga a quienes acepten voluntariamente el despido, se entiende que no tenga nada que decir sobre la salida del tesoro desde Gibraltar. A última hora es Gran Bretaña la que garantiza que los sueldos de Gibraltar están equiparados a los de la metropoli.

    Cortesía de la US Navy
    En un artículo publicado en abril de 1998 en la revista Maritime Heritage Magazine (y al que tanta importancia dan que aún está en la web de OME), Greg Stemm y el capitán de navío de la US Navy J. Ashley Roach (retirado) se refieren a los éxitos del descubridor del Titanic, el Bismarck y el Yorktorwn en grandes profundidades, Robert Ballard (también marino retirado, pero británico), asegurando que “el público no se da cuenta de que las aventuras de Ballard son, en su mayor parte, cortesía de la US Navy”.

    En su mayor parte, sí, cuando la parte que se considera principal es la técnica. Ballard no pretendía enriquecerse con sus hallazgos, sino más bien, como suelen decir los arqueólogos, aprender algo de esos buques. Stemm se cree con derecho a que la Armada británica le devuelva favores. En todo caso, el dato claro es que Ballard no ha hecho ningún hallazgo espectacular desde 1998, precisamente el año en que comenzó su andadura como cazapecios Stemm. De momento, el Ministerio de Defensa sigue considerando válidos tanto el acuerdo para buscar el Sussex como el acuerdo para que los barcos de OME puedan “atracar y repostar en los diques”... Aún no ha dicho nadie qué empresa trasladó el tesoro del muelle de submarinos (South Mole) a los túneles y (en su caso “o”, si no se acepta el testimonio de los transportistas) al aeropuerto. La tripulación ya se fugó. Por cierto, el Ministerio de Cultura está dedicido a embargar los barcos si salen de Gibraltar. Un consejo: evacúen los valiosos robots del Explorer por avión.

    Fuente: La Gaceta de los Negocios

  14. #14 Irluaxair 01 de jun. 2007

    ¿Y si Odyssey da un lugar en el Atlántico donde hayan localizado un naufragio en otra ocasión?...¿Quien baja allí para demostrar que es el mismo barco?

    Los inconvenientes de haber dejado a un cazatesoros pasearse por todos lados.

    Es que todo esto tendría que acabar con la prohibición de estas empresas en aguas españolas.

  15. #15 Irluaxair 08 de jun. 2007

    Londres niega que ayudara a descargar los ‘cazatesoros’

    Un diario digital gibraltareño anunció la llegada de tropas para proteger los barcos

    p.s./m.g./agencias/gibraltar/madrid
    La Embajada británica en Madrid negó ayer cualquier participación del ministerio de Defensa del Reino Unido en la descarga de material de embarcaciones propiedad de la empresa Odyssey Marine Exploration. La Embajada desmintió en un comunicado "algunas informaciones aparecidas en los medios de comunicación" sobre este asunto y aseguró que "el ministerio de Defensa en Gibraltar no ha trasladado ni almacenado carga alguna en nombre de Odyssey Marine Explorations".
    El Gobierno británico "continúa en estrecho contacto" con el Ejecutivo español y "rechaza cualquier sugerencia" de que "haya actuado de manera inapropriada o ilegalmente", añade el comunicado de la embajada.
    EL FARO INFORMACIÓN y el diario La Razón informaron ayer de que los dos barcos que la empresa Odyssey mantiene en Gibraltar se deshicieron el miércoles de su cargamento en una operación que "contó con la ayuda de los oficiales de la Marina británica".
    Una juez de La Línea de la Concepción ordenó el pasado martes la captura de esos dos buques, Odyssey Explorer y Ocean Alert, para que las bodegas de los barcos sean inspeccionadas en un puerto español.
    La Embajada británica en España afirmó ayer que Reino Unido no prevé desplegar en los próximos días fuerzas especializadas en la protección de instalaciones marítimas y buques en lo que sería un ejercicio militar imprevisto, tal y como informó el diario digital gibraltareño Gibfocus.
    Fuentes de la legación señalaron que tampoco existe ninguna actividad programada que guarde relación con un despliegue de dichas fuerzas.
    Si bien el diario gibraltareño precisaba que no había datos "oficiales" sobre este ejercicio, también señalaba que algunas informaciones lo habían relacionado con la polémica suscitada por el tesoro recuperado por la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration.
    Una jueza de La Línea ordenó recientemente apresar los dos buques de Odyssey que han navegado en los últimos meses por el Mediterráneo (el Odyssey Explorer y el Ocean Alert) en cuanto estén en aguas territoriales españolas (actualmente se hallan en Gibraltar) para llevarlos a un puerto español y proceder a su registro.
    Los buques se encuentran atracados en la base naval militar de Gibraltar y en la mañana del pasado miércoles, la tripulación y militares de la Armada británica sacaron de la cubierta con destino desconocido el robot Hércules de exploración submarina, que podría tener imágenes que probaran el supuesto expolio del tesoro que reclama España por entender que las 17 toneladas de monedas de oro y plata que Odyssey transportó por vía aérea desde Gibraltar a Estados Unidos se encontraba en aguas jurisdiccionales españolas.
    El problema estriba en dónde se lleve a cabo ese arresto. España, basándose en el Tratado de Utrecht por el que cedió la ciudad y el puerto del Peñón, pero no sus aguas circundantes, sólo reconoce como británicas las aguas del puerto de Gibraltar, mientras que Londres viene reivindicando hasta tres millas náuticas.
    El diario también menciona, citando expertos, que, según el acuerdo sellado entre Odyssey Marine Exploration y el Ministerio de Defensa británico, éste último debería ofrecer protección a los barcos de la empresa mientras estos estén bajo su jurisdicción.
    Sin embargo, fuentes de la Embajada británica en España señalaron a Europa Press que ese acuerdo es sólo para facilitar que los barcos de Odyssey puedan atracar y repostar en la base naval de Gibraltar.
    Por otra parte, el abogado que representa al Gobierno español en la defensa de sus intereses sobre un fabuloso tesoro submarino negó ayer que haya sido asesor jurídico de la empresa responsable de la extracción de dicho tesoro, tal y como dijo el senador del Partido Popular Juan Van-Halen.

  16. #16 Irluaxair 14 de jun. 2007

    Lo peor de esta noticia, es que las autoridades jamás tuvieron datos sistemáticos sobre todas las actividades de Odyssey.


    Lo radares de Tarifa Tráfico, dependen de un aparato que llevan los barcos, pero que puede ser desconectado por el capitán del barco. Y cuando las noticias dicen que Odyssey estuvo en el Atlántico, no es porque estuviera con toda seguridad en el Atlántico,  es porque ese radar pierde el rastro a más de 200 kilómetros, y se supone así que salió del estrecho, sin suponer que Odyssey pudo apagar el aparatito, o cualquier otra razón.

    Y debe haber mäs maneras de determinar todo lo que hizo odyssey; otra manera es revisar el robot submarino; que con la ayuda d elos britänicos ya bajaron del barco; y no se sabe si sigue en gibraltaR

  17. #17 Irluaxair 14 de jun. 2007

    Noticia 47 con fecha: 23-05-2007 (El FARO INFORMACIÓ Campo de Gibraltar)
    Odyssey estuvo trabajando en aguas de jurisdicción española

    A través de un seguimiento por satélite de las actividades del ‘Odyssey Explorer’ y del ‘Ocean Alert’, los buques de la compañía Odyssey Marine Explorer, EL FARO INFORMACIÓN ha podido comprobar que las actividades en las que se habría extraído el tesoro que actualmente se encuentra en Estados Unidos y que fue enviado por vía aérea desde Gibraltar, fueron desarrolladas en aguas jurisdiccionales españolas

    PIPE SARMIENTO/M.G./GIBRALTAR
    La empresa Odyssey Marine Exploration (OME) ha estado trabajando desde el mes de febrero en aguas jurisdiccionales españolas, por lo que el tesoro enviado a Estados Unidos por vía aérea desde Gibraltar sería patrimonio histórico español. A finales de la semana pasada, la compañía fletó un avión Boeing 757 de North American Lines en el que cargó en Gibraltar 17 toneladas de monedas de oro y plata, posiblemente el mayor tesoro hallado en toda la historia.
    Desde febrero de 2007, fecha en la que llegaron a la Bahía los buques cazadores de tesoros Odyssey Explorer y Ocean Alert -de OME-, EL FARO INFORMACIÓN ha procedido a un exhaustivo seguimiento de los mismos. Se ha comprobado a través del MOU de París que ambos buques son operados por la misma compañía, Marr Vessel Management, con domicilio en Gran Bretaña, y que ambos barcos pertenecen a propietarios norteamericanos, aunque estén abanderados de conveniencia en Panamá. Las posiciones de los buques, a diario, han sido obtenidas por ordenador a través de la compañía británica Aislive, que da este servicio a navieros u operadores de la mar, con el objeto de que sus barcos estén siempre posicionados y controlados.
    El Ocean Alert pasó un reconocimiento administrativo por las autoridades españolas el 9 de febrero y se le retuvo durante siete días por diversas faltas graves. Posteriormente siguió en reparaciones en Cádiz.
    A partir de febrero del 2007, el buque Odyssey comenzó a trabajar en aguas españolas, en campañas de 10 días, regresando a Gibraltar por periodos muy cortos, y como se acredita, a descargar y aprovisionarse. Se puede comprobar que durante el día cambiaban unas millas de posición, seguramente para no levantar sospechas y despistar sobre el lugar donde pensaban extraer las monedas. Pero si observan las posiciones nocturnas y las que realizan a lo largo de marzo, en la segunda campaña de 17 días siempre regresan a la posición 36º2´N y 5º 12´W, lugar en el que vienen manifestado que estaba lo que ellos llamaban la fragata Sussex, sin que jamás aportaran prueba alguna de que se trataba de ese barco.

    Posiciones
    Se puede acreditar, por tanto, que el trabajo de extracción lo hicieron entre el 1 y el 17 de marzo. Si se observan los días 5,8, 9, 11 y 13, de las posiciones capturadas, siempre se trata de la longitud y latitud antes dicha. Vuelven en una tercera corta campaña desde la cercana Gibraltar los días 17, 18,19 y 20. El mes de marzo ha sido tiempo más que suficiente para hacer las extracciones.
    El que estuviesen trabajando en aguas españolas es a todas dudas de una claridad meridiana, pues en la posición en la que lo han venido haciendo no existen aguas internacionales, al haber muy poca distancia entre las costas de Marruecos y el Reino de España. Además, Reino Unido sólo reclamó dos millas alrededor del Peñón. Al no poderse aplicar la Convención de Ginebra sobre mar territorial de cada país, que otorga 12 millas más otras 12 de zona contigua, más hasta las 200 de zona económica exclusiva, España y Marruecos se reparten el Mar de Alborán por medio de una línea equidistante. Eso sí, los barcos de cualquier nacionalidad tienen derecho de paso inocente, contemplado como tal, la navegación por las aguas de otro estado, pero sin realizar actividad alguna, cosa que se ha violado en este asunto de forma flagrante.
    Es, por tanto, absolutamente falso que estos barcos hayan recuperado tesoro alguno en aguas del Atlántico, pues durante el invierno y hasta la fecha jamás han salido de las aguas españolas del Mediterráneo frente a Estepona y Gibraltar, donde han trabajado y rastreado el fondo marino durante los últimos 5 años. Para realizar la extracción de 500.000 monedas del fondo marino hacen falta varias semanas. Es una tarea minuciosa y delicada.
    Algunos días, y cuando hay presencia de buques de guerra británicos o norteamericanos en el puerto de Gibraltar, los barcos como el Odyssey y el Ocean Alert, que atracan en la base de la Armada Británica, deben apagar sus traspondedores, por lo que el satélite no los detecta por algunas horas.
    El que las monedas presuntamente robadas aparezcan ahora limpias, ofrece también otra pista sobre el tiempo que llevan trabajando en ellas en unas naves de Gibraltar, donde, sin ninguna duda, hay testigos, las han ido llevando con la connivencia del Gobierno Británico. Allí las han limpiando –la plata sufre un gran ennegrecimiento cuando permanece tiempo en la mar y se amontonan unas piezas con otras-. También durante este tiempo han ido estibando las cientos de cajas que se ha podido ver pulcramente apiladas en las fotos que los cazatesoros han permitido que se vean de ellas a su llegada los Estados Unidos.
    El aeropuerto de Gibraltar lo controla y dirige la RAF Británica, por lo que es imposible que aduanas de Gibraltar no supiera lo que cargaban en el avión que llevó el tesoro a Estados Unidos.
    No obstante todo lo dicho y probado a través de satélite, tanto el sistema de vigilancia de costas españolas, llamado SIVE -tal y como confirmó Exteriores-, como los potentes radares que utiliza en la zona la Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo, y que además graban, han debido constancia de todos estos movimientos realizados durante más de tres mees con toda impunidad en aguas territoriales españolas.
    El barco, por otra parte, no era el que decían y para el que tenían permiso de identificación. Las monedas de Carlos III que se han visto así lo acreditan. De los famosos lingotes de plata que transportaba el Sussex no hay nada en ese lugar: Lo que encontraron fue un navío español cargado de plata de los muchos que naufragaron en la zona por la violencia de los temporales. Desde 1998, que empezaron los rastreos de esa parte del mar territorial, no han parado hasta llevárselo sin la autorización de España, que es la única titular de las aguas donde se encontraba, además de la titular de la bandera del buque: un buque seguramente de estado, que eran los que llevaban los dineros para las pagas de los ejércitos. La otra competencia la tiene la Junta, que es quien ostenta la competencia en la materia arqueológica en esa parte del mar territorial.

  18. #18 Irluaxair 14 de jun. 2007

    La prensa local del Campo de Gibraltar ha seguido a Odyssey todo el tiempo.


    Cualquiera puede hacer una búsqueda en El Faro Información, poniendo "Odyssey" y ver que de aquí Odyssey no ha salido. Han estado en busca y captura, aun así después el gobierno les ha dado permisos. Ha habido manifestaciones, los alcaldes, periodistas, ciudadanos han clamado al cielo etc... pero nada, es curioso cómo la realidad se difumina una vez que salimos de la Comarca, y se piensa en el resto de España que Odyssey pasaba por aquí de casualidad y en el atlántico se encontró un tesoro.


    http://www.publicacionesdelsur.net/diarios/cadiz/faro/index.shtml


    ***


    Noticia 35 con fecha: 20-02-2007
    El 'Odyssey' regresa a la Bahía y trabaja en horario nocturno

    La compañía Odyssey suma un segundo buque a las tareas con el ‘HMS Sussex’

    PIPE SARMIENTO/M.GUTIÉRREZ/GIBRALTAR
    La compañía Odyssey suma un segundo buque a las tareas con el ‘HMS Sussex’pipe sarmiento/m.gutiérrez
    gibraltar
    El Odyssey Explorer, el buque cazador de tesoros de la compañía estadounidense Odyssey Marine Exploration, ha regresado a la Bahía y está realizando trabajos por el momento desconocidos, con nocturnidad, en torno al pecio del HMS Sussex, el galeón inglés hundido entre La Línea y Sotogrande en 1694 con un cargamento de monedas de oro que se cifra en unos 4.000 millones de euros.
    La compañía de EEUU, con sede en Tampa, parecía haber arrojado la toalla y haber ordenado a la tripulación del Odyssey que abandonara la Bahía el pasado miércoles 14 de febrero. De hecho, zarpó sobre las 14.00 horas y puso rumbo hacia el Mediterráneo oriental. Había regresado unas semanas antes, después de casi un año y todo indicaba que había puesto rumbo hacia Trípoli (Libia), donde durante unos meses antes había estado realizando prospecciones de pecios. Sin embargo, la estrategia ha sido la de tratar de ocultar sus verdaderas intenciones.
    En efecto, según ha podido constatar este diario, el Odyssey Explorer se mantiene durante el día frente a la costa de Fuengirola, entre Marbella y Calaburra, y sobre las 23.00 horas, a diario, regresa al lugar donde localizó el pecio del galeón inglés, donde faena hasta el nuevo día.
    Odyssey Marine Exploration, además, mantiene en torno a la operación de extracción de objetos del HMS Sussex, un segundo barco, el Ocean Alert, que ha estado en aguas españolas desde noviembre de 2006.
    De hecho, fue localizado abarloado al Odyssey Explorer en la base naval militar de Gibraltar. Actualmente, el Ocean Alert se encuentra sometido a reparaciones en el Puerto de Cádiz. Por otra parte, según ha podido saber este diario, Odyssey Marine Exploration ha prescindido de los servicios del anterior capitán del Odyssey Explorer y lo ha sustituido al frente del polémico buque cazador de tesoros.
    Todo parece indicar, pues, que Odyssey está trabajando con permiso de la Junta de Andalucía, toda vez que resultaría prácticamente imposible que escapara a la vigilancia del SIVE (Servicio Integrado de Vigilancia Exterior) y también a la captación por parte de la torre de Salvamento Marítimo en Tarifa, cuyo radio de cobertura llega hasta la costa granadina. Fuentes consultadas por este diario, además, indicaron que en la reunión que mantuvo la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, el pasado miércoles en Algeciras con colectivos ecologistas, con motivo de su visita a la zona del naufragio del Sierra Nava, el subdelegado del Gobierno central en la provincia de Cádiz, Sebastián Saucedo, que acompañaba a la ministra, habría confirmado verbalmente que el Odyssey está operando con permiso.
    Hay que recordar que el mismo miércoles 14 de febrero, una portavoz oficial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía se puso en contacto con este diario para indicar que la compañía estadounidense no cuenta con permiso para realizar trabajos arqueológicos en torno al HMS Sussex y que las perspectivas eran de que no iba a conseguirlo, por otra parte, ya que el proyecto arqueológico de la compañía estadounidense previsto para el galeón inglés HMS Sussex no se ajusta a las exigencias del Gobierno autónomo andaluz.
    La aparición del Odyssey otra vez en la Bahía, concretamente atracado en la base militar naval de Gibraltar, concitó a finales del mes de enero las críticas de Verdemar Ecologistas en Acción e incluso del Partido Andalucista sanroqueño, cuyo alcaldable, Manuel Melero, anunció la interposición de una denuncia ante la Guardia Civil contra el buque y recordó que sobre el capitán pesaba una orden de búsqueda y captura como consecuencia de las actividades que realizó en su primera escala en la zona, a finales de 2005 y principios de 2006.

  19. #19 Irluaxair 15 de jun. 2007

    El problema es que ya no vale demostrar que estuvieron en el Atlántico: es que sólo queda la opción de demostrar con pruebas innegables el lugar exacto de donde sacó el Odyssey el tesoro. Ya no basta con fiarse de una palabra, si no que hay que incluso demostrar que los trabajos que hicieron frente a Gibraltar no fueron de extracción de algo.


     


    ¿Y si simplemente Odyssey se dio una vuelta por el Atlántico, según dice, para tener coartada, despues de encontrarse el tesoro en el Estrecho?.  A estas alturas,  hay que demostrar muchas más cosas.


     


    Este es el problema de haber dejado circular a Odysey con libertad: pudo ser en el Atlantico, pero no podemos descartar de ninguna manera que fueran en el Mediterráneo, precisamente es lo único de lo que hay pruebas ciertas, de sus trabajos en el Estrecho, y no en el Atlantico, basado sólo en una palabra.


     


    Te basas en que estuvieron en el Atlántico. No lo sé. Pero eso no basta. Todas las pruebas son que trabajaron en el Mediteráneo. Te basas en una palabra. Yo me baso en muchas pruebas de que trabajaron  a marchas forzadas en el Estrecho.

  20. #20 arenas 23 de jul. 2007



    REPORTAJE: LOS PAPELES DEL ODYSSEY


    ¿Quieren que saquemos su tesoro?


    Odyssey invitó al Ministerio de Cultura a participar en el descubrimiento del 'Cisne Negro'



    ÁLVARO DE CÓZAR - Madrid - 23/07/2007


     









    "Nadie puede saberlo. Sólo Odyssey. Y sólo lo sabremos cuando ellos quieran decirlo o cuando les obliguen a hacerlo. Pero yo creo que es La Mercedes". La funcionaria bajó la voz al pronunciar el nombre del barco. Hacía tan sólo cuatro días que la empresa estadounidense había anunciado el hallazgo de 500.000 monedas en un pecio de la época colonial, bautizado con el nombre en clave de Cisne Negro. Su hipótesis estaba aún demasiado verde y se basaba en los últimos legajos consultados por los historiadores de Odysssey en el Archivo de Indias. Pero aquello tenía sentido. Si Odyssey decía la verdad y el tesoro había sido encontrado en el Atlántico, en aguas internacionales, entonces La Mercedes encajaba bien en la historia. "Yo no sé mucho", prosiguió la funcionaria al otro lado del teléfono, "sólo que se hundió en 1804 en la batalla del Cabo Santa María. El nombre completo es Nuestra Señora de las Mercedes, y se hundió frente a la playa de Faro (Portugal)".




    El Gobierno español y la empresa estadounidense se verán hoy las caras en un juzgado de Tampa (Florida)


    Había algo más que no comentó la funcionaria y que explica cómo en tan pocos días las autoridades españolas ya imaginaban que el tesoro podía haber sido encontrado frente a las costas del Algarve. Ese algo más aparece en el informe de 109 páginas que Odyssey envió a tres ministerios, la Junta de Andalucía, la Fiscalía de Cádiz y la Guardia Civil el pasado 6 de julio. Ahí se cuenta como el co fundador de Odyssey, Greg Stemm y su abogado en España, José Luis Goñi, se habían reunido meses antes en la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura.


    Fue en noviembre de 2006. En la reunión estaba presente Elisa Cabo, del ministerio y en ella se discute la posibilidad de que existan otros hallazgos de interés cultural o histórico para España. Stemm le ofrece la oportunidad de colaborar en los proyectos discutidos. Uno de esos proyectos era el del Cisne Negro. No se concretó nada en esa reunión y no se volvió a hablar del asunto.


    Meses después, cuando Odyssey presenta al mundo el hallazgo del que probablemente sea el mayor tesoro del mundo, algunos funcionarios del Ministerio y la Junta suman dos y dos y llegan a la conclusión de que, quizás en aquellas ofertas de colaboración estuviese la clave sobre el pecio encontrado.


    Todo esto ocurrió antes de que la Guardia Civil juntase todas las piezas que le proporcionaron los movimientos de los buques de Odyssey registrados en los controles de Tarifa Tráfico. Esos movimientos probaban que sus barcos habían estado trabajando durante los meses de abril y mayo en una zona cercana a las costas del Algarve, lo que convertía en buena la hipótesis del Nuestra Señora de las Mercedes.


    Ésa sigue siendo la línea de trabajo más utilizada por la Guardia Civil y el Ministerio de Cultura. La fragata fue volada en octubre de 1804. Un balazo de unos de los barcos ingleses del comodoro Graham Moore la mandó a pique. Fue una derrota memorable de la flota comandada por el brigadier Bustamante. La fragata tenía oficialmente tres millones de pesos de la época, aunque su carga real podría ser mucho mayor.


    Ambas partes se verán hoy las caras en un juzgado de Tampa, en Florida. El plazo para que Odyssey ofrezca más información sobre el hallazgo del Cisne Negro vence en unas horas y por eso las autoridades españolas se muestran expectantes ante la posibilidad de que la empresa determine la procedencia del descubrimiento. Si la información facilitada por la compañía habla de un tesoro español, ya sea La Mercedes, o uno de los cientos de pecios españoles que se encuentran en la zona del Golfo de Cádiz, podría iniciarse un litigio por la carga que duraría años.


    En la vista oral con el juez y en todo el caso, se darán cita además dos modelos de política arqueológica. Uno, el anglosajón, es liberal y procede del antiguo derecho de rapiña. Esta vieja ley marinera concede el estatus de propietario a aquel que encuentra algo en el mar y


    aunque los organismos internacionales han intentado ponerle coto, lo cierto es que aún tiene vigencia para muchos. El otro modelo, el español, considera legítima la búsqueda arqueológica de pecios, siempre que no se comercie con él, algo prohibido por la ley de patrimonio español. Otros arqueólogos van más allá y consideran que aún es pronto para extraer los pecios españoles del fondo del mar. Esa última versión de la arqueología es la que defiende la Junta de Andalucía.


    Pocos días después de que Odyssey anunciase el descubrimiento de las 500.000 monedas de plata, a la ex ministra de Cultura Carmen Calvo, le salió su lado Indiana Jones al declarar a la prensa: "Deberían estar en un museo". La frase fue repetida en los blogs y en las webs de aficionados y expertos cazatesoros, casi siempre rebotando la misma pregunta: ¿Recibiría visitas un museo con 500.000 monedas iguales?


    ELPAIS.com

  21. #21 arenas 22 de sep. 2007

    Las monedas son españolas


    Odyssey declaró en la aduana de Gibraltar el transporte de 10.000 escudos y reales de a ocho españoles del tesoro hallado en el Atlántico en abril y mayo pasados



    Á. DE CÓZAR / M. DELFÍN - Madrid - 22/09/2007


     











    Son españolas. Las 500.000 monedas que la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration encontró en el Atlántico, cerca de las costas del Algarve, son escudos y reales de a ocho españoles. Eso es lo que la empresa de Florida, puntera en la búsqueda de pecios, declaró ante las autoridades aduaneras de Gibraltar los pasados días 10 de abril y 16 de mayo, fechas en las que cargó y transportó el tesoro con destino a Estados Unidos.







    Stemm: "España ha querido forzarnos a dar información que ponía en peligro el pecio"




    El Real de a ocho era el dólar español, la moneda usada por todas las naciones


    La información aparece detallada en una nota verbal (la forma más común de comunicación diplomática) que la Embajada del Reino Unido en España envió al Ministerio de Asuntos Exteriores a principios de julio. En ella, los diplomáticos británicos adjuntan la licencia de exportación que Gibraltar concedió a la compañía, donde se especifica el contenido y el valor estimado de la carga.


    En la primera licencia, del 10 de abril, Odyssey asegura que va a transportar 203 escudos de oro por valor de 203.000 dólares, según sus estimaciones; 10.090 reales españoles de plata (1.281.260 dólares); 200 lingotes de cobre (660); 3 cajas de oro (30.000), y otras piezas como balas de cañón, estaño, bronce y porcelana. En total, el valor que Odyssey da a toda la mercancía encontrada en esa fecha es de 1,5 millones de dólares (algo más de un millón de euros al cambio actual).


    La segunda licencia, del 16 de mayo, es algo más parca en detalles. Sólo menciona que Odyssey transporta 557 cubos llenos de monedas de plata, con un peso de 14,5 toneladas, con un valor estimado de 2,5 millones de dólares (1,7 millones de euros actuales). El valor que la compañía da a las monedas en las licencias es mucho menor que el de las estimaciones hechas el día que anunció su descubrimiento. En aquel momento, los numismáticos de la compañía dijeron que las piezas podrían llegar a valer unos 4.000 dólares, muy lejos de los 1.000 dólares que aparecen en lo declarado por Odyssey en la aduana de Gibraltar. La explicación a esa diferencia, según la empresa, es que esas cantidades no reflejan el valor real de las monedas. "Nosotros asignamos el valor estimado basándonos en algunos requisitos de los seguros y en las regulaciones que existen en Estados Unidos. Nunca es el valor real", explicó ayer el cofundador de Odyssey, Greg Stemm. "Por ejemplo, en el SS Republic [uno de los pecios más importantes encontrados por la compañía], las monedas de oro tenían un precio de 100.000 dólares, pero su primera evaluación era de sólo 200".


    En cualquier caso, tanto los reales de a ocho como los escudos son las piezas más codiciadas por los expertos numismáticos. El real de a ocho era el dólar español. Fue la moneda de plata acuñada por el imperio español en 1497 y la primera moneda de curso legal en Estados Unidos, usada por todas las naciones durante muchos años como divisa internacional, sobre todo a finales del siglo XVIII. En cuanto al escudo, se trataba del nombre genérico que recibían las monedas de oro y plata que tenían en una de sus caras un escudo. También se utilizaba ese nombre para referirse a las monedas de oro, de 3,4 gramos, con valor de 350 maravedíes. Fueron acuñadas en España por primera vez en 1535.


    De todas formas, para Odyssey, el hecho de que las monedas sean españolas no quiere decir que el pecio encontrado también lo sea. La compañía argumenta que, efectivamente, las monedas españolas eran usadas por todas las naciones, y que eso no prueba la nacionalidad del barco. La empresa insiste en que, hasta el momento, los análisis realizados por sus investigadores no han podido determinar de forma concluyente de qué barco podría tratarse ni qué nación o naciones podrían reclamar parte del tesoro.


    Los documentos facilitados por la Embajada del Reino Unido a España son para el Gobierno español y para sus abogados un indicio claro de que el pecio encontrado en el fondo del mar es español. Pese a ello, el Gobierno no ha divulgado esa información, en su poder desde principios de julio. El asunto se encuentra parado en la Corte Federal de Florida, donde ambas partes esperan que el juez a cargo del caso indique si España tiene derecho a reclamar lo encontrado. En caso de ser así, ambas partes irían a juicio.


    La hipótesis que considera España es que Odyssey podría haber encontrado el Nuestra Señora de las Mercedes, un buque mítico buscado por los cazatesoros de todas las naciones y que encierra uno de los mayores tesoros españoles hundidos. Esta fragata se hundió en octubre de 1804, en la batalla del cabo de Santa María, durante un asalto por parte de una escuadra británica en el que los barcos ingleses apresaron otras tres fragatas cargadas con millones de pesos.


    Sobre esta hipótesis Greg Stemm, cofundador de Odyssey, desmintió ayer que dijese a la agencia EFE que el pecio podría ser de la Mercedes. "Supongo que fue traducido mal. Yo jamás dije eso. Lo que dije es que para cualquiera de las hipótesis que se han hecho, incluyendo ésa, hay pruebas contradictorias. Hasta el momento no hemos podido establecer de qué pecio se trata", señaló.


    Stemm volvió a recordar ayer que la empresa invitó al Ministerio de Cultura en 2006 a participar en la expedición que acabó encontrando el tesoro de las 500.000 monedas, bautizado con el nombre en clave de Cisne Negro poco después. "Al principio, no tenían interés; ahora, sí. Han intentado forzarnos a que demos información que consideramos que puede poner en peligro el sitio donde hallamos el tesoro".


    http://www.elpais.com/articulo/cultura/monedas/espanolas/elpepuint/20070922elpepicul_2/Tes

  22. #22 arenas 12 de ene. 2008

    Un juez ordena al Odyssey que entregue a España datos precisos del tesoro encontrado en mayo


    Entre dicha información hay la que especifica el lugar exacto donde fueron halladas las monedas de oro y plata



    10/01/2008| Actualizada a las 19:48h



    Miami. (EFE).- Un juez de Florida ordenó hoy a la empresa estadounidense Odyssey que proporcione al Gobierno español toda la información relativa al tesoro de monedas de oro y plata hallado en mayo pasado, dijo a Efe el abogado que representa a España.


    "Estamos muy felices porque el tribunal falló a favor de España y ordenó hoy a Odyssey que nos entregue toda la información que hemos estado solicitando", explicó James Goold, letrado que representa al Gobierno español.

    Mark A. Pizzo, juez que instruye el caso en un tribunal de Tampa (Florida), dio un plazo de catorce días a la empresa estadounidense Odyssey para que facilite a España la información detallada sobre el tesoro valorado en más de 500 millones de dólares (350 millones de euros).

    El Gobierno español había exigido a la empresa submarina estadounidense, con sede en Tampa, que le proporcionara información específica sobre el lugar exacto del tesoro, entre otros detalles. Ahora, prosiguió Goold, Odyssey tiene la obligación ineludible de facilitarnos "la localización del barco (hundido del que procede el pecio), información sobre el tesoro y los "objetos" extraídos y el "permiso para examinar los artefactos" del cargamento rescatado. "Esperamos con ilusión revisar esa información", insistió Goold en una conversación telefónica con Efe.

    El juez había pedido en noviembre pasado al Gobierno español y a Odyssey que trabajaran conjuntamente con objeto de llegar a un acuerdo de confidencialidad aceptable sobre el tesoro. Para Odyssey, que ha reiterado en numerosas ocasiones que el tesoro fue extraído fuera de las aguas jurisdiccionales de España, era una irresponsabilidad "difundir datos que permitieran la localización del sitio arqueológico" y que cualquiera con unos mínimos recursos "pudiera tener la tentación de tratar de rescatar más objetos de valor". Por ello, exigía al Gobierno español un acuerdo de confidencialidad con relación al cargamento extraído, pacto que nunca se consumó.

    Los puntos de desacuerdo no se resolvieron, al parecer, y no se registró un avance sustancial en esta batalla legal sobre el pecio extraído por Odyssey en la operación denominada "Cisne negro" y que España reclama con firmeza.

    Con el fallo del juez favorable a los intereses de España, todo indica que Odyssey deberá plegarse a las reclamaciones del Gobierno español y entregarle "la información que hemos buscado", apostilló Goold.

    El pasado 18 de mayo la empresa Odyssey anunció el hallazgo de un tesoro compuesto de monedas de plata y oro que, según el Ministerio español de Cultura, es un "cargamento extraído de un pecio de bandera española".


    http://www.lavanguardia.es/lv24h/20080110/53425223776.html

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