Autor: berserker
jueves, 22 de marzo de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: berserker


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«Lo de Covadonga fue un golpe bajo a los árabes, una encerrona»

Diario de León, Jueves, 22 de Marzo de 2007

El leonés mantiene que el primer rey de Asturias nació en Liébana.

El investigador Eutimio Martino presenta hoy su nuevo libro, «La rebelión de Pelayo» .

-E. Gancedo león-

¿Quién era don Pelayo? Esta pregunta, a la que han intentado dar respuesta historiadores, lingüistas, exégetas, y, últimamente, no pocos literatos, la responde el jesuita sajambriego Eutimio Martino echando mano de un estudio exhaustivo de las fuentes escritas, las tradiciones populares, la toponimia y un conocimiento exacto del lugar de los hechos («Sajambre es la espalda de Covadonga», advierte). El resultado es La rebelión de Pelayo , un libro lleno de sorpresas que esta tarde presenta en la Biblioteca Pública de León. Para Eutimio Martino, Pelayo era un lebaniego que acaudilló a unos pocos paisanos suyos («una especie de somatén », compara) y que empleó las mismas viejas técnicas que usaran sus antepasados cántabros contra los romanos, esto es, emboscadas y encerronas en «embudos» naturales de la cordillera cantábrica. Martino, conocido por obras como Roma contra cántabros y astures y otros pormenorizados ensayos en los que el peso lo llevan los topónimos, hidrónimos y tradiciones que han llegado incluso a nuestros días, cree que aquellos estudios «fueron los precedentes de éste que presento ahora»; «Pelayo se movió por calzadas romanas, que en su tiempo estarían fresquísimas, como recién estrenadas».

Comenta Eutimio Martino que el reto de desentrañar un personaje tan mítico como éste era «desafiante»: «Por un lado, están quienes dicen que ni siquiera existió, por otro, quienes exageran lo que hizo hasta límites insospechados». Lejos de desanimarlo, esos extremos le animaron a averiguar «qué hubo de verdad» en la existencia de tan fabulosa figura.

«Lo que está claro es que algo tuvo que pasar en aquel enclave montañoso para que los árabes desistieran de dominarlo». De esta manera, Martino avanzó poco a poco, «agarrándome a unos pocos puntos de luz seguros y dejando que las contradicciones se destruyeran unas a otras». El jesuita se basó en la versión rotense de la Crónica de Alfonso III, la única que describe el episodio; interpreta y sitúa algunos topónimos oscuros que en ella aparecen y concluye que la batalla debió producirse más o menos en la Covadonga actual, concretamente en la ladera de Priena. «Hubo una gran mortandad, debieron perecer unas 3.000 personas», calcula. La técnica, la misma que conocían los naturales desde hacía mil años: una emboscada desde lo alto de las peñas dirigida contra el mismo centro del batallón enemigo. «La verdad es que fue un golpe bajo, ultrajante», por eso, aduce, los cronistas lo disimulan con un aura de gloria y heroísmo. ¿Y por qué sostiene Martino que Pelayo no era godo, ni ningún noble emparentado con la corte de Toledo, como asegura la tradición histórica? «Es absurdo -dice-. ¿Cómo iba a ser godo, con lo que les costó a los mismos godos dominar a los cántabros, cómo iba a acaudillarlos uno de aquellos a quienes odiaban?». Por eso, mantiene que era lebaniego y que, como dicen las crónicas, «sublevó a sus paisanos, los de su comarca».

En cuanto a la tradición leonesa de la Virgen de Corona, en Valdeón, donde se dice que fue coronado, Martino la admite, aunque más que de coronación «sería de proclamación como jefe». Hora: 20.00. Lugar: Biblioteca Pública de León .

«¿Cómo iba a ser godo Pelayo, con lo que les costó a los mismos godos dominar a los cántabros?. Es absurdo»

EUTIMIO MARTINO

Jesuita e investigador


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Comentarios

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  1. #1 diviciaco 22 de mar. 2007

    No me gustan los ejercicios de copia y pega porque suponen, por su extensión, un engorro y una dificultad para la inteligibilidad de los foros. Yo por lo menos suelo escribir yo mismo todo lo que pongo por aquí, citas aparte.

    Pero bueno, a lo que iba: parece por este resumen (no he leído el libro) que el autor no atribuye credibilidad a las crónicas en el caso del origen godo de Pelayo a pesar, como señalaba en mi intervención, de lo ampliamente contrastado del dato en las fuentes documentales del Reino de Asturias y también en las prosopográficas.

    En cambio, y muy contradictoriamente, sí que utiliza meros detalles coloristas y heroizantes de las crónicas, como la huída de Pelayo cruzando a caballo el crecido Piloña, tomándolos al pie de letra. Menos mal que no se le ocurrió tomar al pie de la letra también los 180.000 moros muertos de la Rotense, o nos traslada Covadonga a mansilla de las Mulas por mor del espacio...

    También dice que en Liebana y Valdeón existe una gran tradición sobre Pelayo, y que no hay que despreciar la tradición oral. Bueno. Pero es que en Onís también. Y en Amieva. Y hasta en Ayer. ¿Qué hacemos entonces?

    Lleva al sur de la cordillera los topónimos Pianonia y Brece, cuando la filología de Piloña no admite dudas, como él mismo reconoce. Pero es que la raiz ONNA 'río' es además omnipresente en la comarca: Güeña en Onís, Piloña, la gente astur de los Onnacos de Parres...

    Adicionalmente Brecín, es un derivado de Brece y recientemente se ha descubierto en la documentación de la catedral de Oviedo un topónimo Olalíes en Siero, cerca de Gijón, el lugar donde según la crónica fué muerto Munuza tras huir de Gegione y que encaja mejor que el tradicional Valdeolayés de Santo Adriano, que se venía suponiendo lugar del alcance.

    En definitiva, el único sostén de sus tesis es su apreciación personal de que el entorno de la batalla debía de ser otro. Bueno. Sánchez-Albornoz se recorió a pié y a caballo las rutas de las batallas del inicio de la reconquista, narrándolas como nadie y dejándonos opiniones muy distintas y con seguridad mucho mejor fundadas.

    Lo dicho: Estas monografías regionales no suelen aportar mucho.

  2. Hay 1 comentarios.
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