Autor: Corgo
lunes, 26 de junio de 2006
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Corgo


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LENGUA LUSITANA

Los textos de Lamas de Moledo y Cabeço das Fráguas no son de lengua latina, sino de lengua lusitana, aunque puedan contener algún latinismo léxico por su fecha baja y por el avance de la latinización.

Es “vexata quaestio” ya la de hacer diagnóstico y filiación de la lengua de los textos lusitanos (Lamas, Cabeço, 2 [o 3?] textos de Arroyo de la Luz) y su complemento en la Onomástica de todo tipo que se nos documenta en textos literarios, itinerarios, epígrafes, etc. de fecha antigua, en documentación medieval (en especial de catedrales, monasterios y chancillerías regias) y en la Toponimia e Hidronimia actuales.
La opinión cuasiunánime y autorizada entre lingüistas es la de que estamos ante textos (y Onomástica) de una lengua indoeuropea prelatina, pero ya hay polémica sobre si la lengua lusitana es lengua céltica o es solamente una lengua indoeuropea occidental con puntos comunes con las célticas, además de estar infiltrada de elementos célticos que tendrían su origen principal en la Celtiberia y la Baeturia, de acuerdo con textos bien conocidos de Estrabón y Plinio.
Frente a esa opinión tenemos la de que los textos lusitanos de Lamas de Moledo y Cabeço das Fráguas no son otra cosa que mal latín, latín provinciano de fecha imperial (III d. C. digamos), poco menos que un “chapurreao” o “castrapo” emergente no sé si de una latinización superficial o de una lengua latina que ya empieza a apuntar por todas partes los rasgos de las que serán las lenguas románicas, latín “corrupto” por decirlo al viejo modo.
Ya me ocupé de esta cuestión (en Biblioteca, lgmoral, TEXTOS LUSTANOS) y será ésta la última vez que me ocupe, sin repetir ahora detalles que expuse en otros foros y que no afectan directamente a lo que ahora quiero presentar. Suene como suene, digo que intento enseñar un par de cosas claras y, a cambio, recibiré críticas y enseñanzas, opiniones alternativas, que agradezco ya. Lo que no voy a hacer en ningún caso es marear la perdiz en igualdad con posiciones en las que no hay la información lingüística mínima y básica.
Además quiero advertir, y creo que se notará, que me limitaré a lo estrictamente lingüístico y para la interpretación de los textos lusitanos desatenderé totalmente toda exposición de Religión y Mitología indoeuropea, hispano-céltica, galaico-lusitana, gala, céltica insular medieval… que, en caso de hacerse por los expertos, tendrá que venir autorizada o, al menos, posibilitada por los datos lingüísticos lusitanos manejados con el rigor exigible.

Vamos a recordar los textos simplificando la presentación que se hace por Untermann en MLH IV y haciendo las separaciones habituales:

Lamas de Moledo:
RVFINVS ET TIRO SCRIPSERVNT VEAMNICORI DOENTI ANGOM LAMATICOM CROVCEAI MAGAREAICOI PETRANIOI TADOM PORGOM IOVEA CAELOBRIGOI
Alternativas de lectura: VEAMINICORI o VEAMINI CORI; LAMMATICOM; PETRAVIOI; IOVEAI; CAIELOBRIGOI o CAEILOBRIGOI, en mi opinión, atendiendo a la fotografía.

Cabeço das Fráguas:
OILAM TREBOPALA INDI PORCOM LABBO COMAIAM ICCONA LOIMINNA OILAM VSSEAM TREBARVNE INDI TAVROM IFADEM [… REVE RE.
Alternativas de lectura: LAEBO; último RE dudoso.

En Lamas el encabezamiento RVFINVS ET TIRO SCRIPSERVNT es latín perfecto, como lo es AMBATVS SCRIPSI (es irrelevante que AMBATVS sea nombre céltico) en Arroyo de la Luz. En ambos textos, sobre todo en el último, el buen latín inicial contrasta con lo que sigue: en Arroyo, que aquí no traemos a colación, el latín bueno o malo no entra ni con calzador; en Lamas creo que tampoco.
Si repasamos los epígrafes latinos de Lusitania (y otras áreas hispánicas) nos encontramos con una morfología regular de nominativos en –VS (aquí RVFINVS) que obligan a suponer acusativos regulares en –VM, pero en los textos lusitanos tenemos solamente –OM. ¿Latín provincial o persistencia del sistema lusitano? Es poco significativo el rasgo para decidir.
Pero es más significativo que en los epígrafes latinos de Lusitania (y otras áreas hispánicas) nos encontramos con una morfología regular de dativos de singular en –O, -AE, mientras que en los textos lusitanos las formas seguras de tales dativos son en –OI, -AI, continuaciones de un punto de partida indoeuropeo común, pero no latinismos, ni italicismos, ni parece que innovaciones tardías o provinciales para (re)marcar la flexión nominal latina. Otro tanto aplico a los dativos REVE, TREBARVNE, con –E (< *-EI) y no el dativo normal latino –I, aunque dejo reconocido que –I puede aparecer también epígrafes latinos con teónimos y epítetos indígenas (por ejemplo, BANDI).
[Más todavía, es bien sabido que en epígrafes latinos los teónimos y epítetos teonímicos indígenas pueden aparecer con desinencias indígenas supliendo a las latinas: los dativos -OI, -VI, -AI, -BOS son lo mejor documentado por ser el caso del teónimo receptor de la dedicación: nadie ha tenido hasta hoy la menor necesidad de hablar de un latín provincial, ni tampoco de desconocer las mixturas que por fas o por nefas son inevitables en toda situación de bilingüismo con o sin diglosia y que en el caso de los teónimos tienen mucho de persistencia de pautas culturales incluso en "nimiedades" de flexión nominal].
[NOTA.- de acuerdo con la documentación abundante y regular de los dativos, puede o debe suponerse que en Cabeço TREBOPALA e ICCONA LOIMINNA no están en dativo (ni latino ni indígena) y que, ateniéndonos al curso sintáctico, quizá tampoco sea dativo LABBO, que no tiene la forma indígena –OI (-VI) esperable, pero se podría presentar como latinismo.
Que estas tres menciones no estén en dativo no excluye que puedan ser de teónimos o similares, receptores de las ofrendas o sacrificios, como lo son luego en dativo TREBARVNE y REVE. Entrar en qué sintaxis y sobreentendidos corresponden no es de nuestro objetivo: por ejemplo, TREBOPALA (nominat. sujeto) [recibe] OILAM (acusat. complem. directo)].
VEAMNICORI (o lecturas alternativas VEAMINI CORI) parece ser nominativo de plural, sujeto de DOENTI, y con –I de aparente, probable, pero no seguro latinismo. Recuérdese que el nominativo *-O-I (con O breve) > -I es innovación que está en latín y en griego, pero también en galo y en celta insular, aunque no en celtibérico. Si es latinismo –nunca suficiente para tener el texto por latín provincial-, contrasta con CAELOBRIGOI, si éste es nominativo de plural, latín imposible, y no es dativo de singular, tampoco latino.
El acusativo –EM de IFADEM parece ser latinismo (cf. PEDEM, REGEM…), pero no se puede excluir *M > *AM > EM, que se registra, por ejemplo, en el área gaélica.
Otros elementos gramaticales que no son latinos ni presentables como latín provincial, aunque tengan referencias comparativas latinas (y de otras lenguas indoeuropeas) son:
1) la conjunción INDI, que, además de documentarse en los textos de Arroyo de la Luz, contrasta en Lamas con el ET latino que une a RVFINVS y TIRO, no es latina. Que falte en el céltico insular medieval no es obstáculo decisivo, pues, cualquiera que sea el detalle de su etimología, puede ser en lusitano el ejemplo de lo marginal, como lo son otros rasgos detectados en celtibérico y que no afectan a su calificación como lengua céltica. Si se admite la celticidad global de la lengua lusitana, podría contribuir con INDI a una reconstrucción de lo común que otros del grupo han perdido. En todo caso su comparación con materiales itálicos (y germánicos) no concluye que sea un latinismo en boca de lusitanos.
2) TADOM, si es la lectura a seguir, como creo, nos pone ante un probable pronombre que nada tendría de latino ni bueno ni malo.
3) DOENTI está ya más que sobado. Puede discutirse mucho sobre él, pero en sí mismo y tras el correcto latín SCRIPSERVNT, tiene un magnífico aspecto de conservación de lo indoeuropeo antiguo, desinencia primaria y en flexión atemática, 3ª de plural, E-NTI, si nos remitimos a *DO- “dar”. Hay otras propuestas etimológicas, pero de latín provincial nada, salvo que imaginemos a los provinciales lusitanos remendando una flexión verbal (y nominal) que en toda la Romania estaba simplificándose o viniéndose abajo y sustituyéndose por tiempos compuestos, por perífrasis, etc. y por sintagmas preposicionales.
[NOTA.- En la opinión de que en lusitano estén conservados rasgos itálicos o italoides… prefiero no entrar. Las isoglosas itálicas del lusitano en Comparación Indoeuropea no autorizarían nunca a ver “italicismos” en tales o cuales rasgos de estos textos lusitanos].
Léxico común que, con o sin etimología indoeuropea, no es léxico latino, sino indígena:
ANGOM. Proponerse la metátesis AGNOM “cordero” es proponerse… pero no es lo que se lee ni hay texto y contexto que consoliden la propuesta. En cualquier caso ANGOM no es latín.
PORCOM, del vocabulario indoeuropeo occidental y balto-eslavo. Su pervivencia como arcaísmo y forma poética en irl. ORC es significativa (vid. LEIA) respecto de lo céltico común, pues estamos ante un animal que por mil razones ha cambiado con frecuencia de nombres o los acumula en todas las lenguas (tabúes, eufemismos, noa… y distinciones necesarias en sexo, edad, tamaño, aprovechamiento…). No puedo negar terminantemente que sea latinismo, pero tampoco se puede afirmar terminantemente que lo sea.
En cuanto a su *P conservada entramos en nueva polémica y no me parece que con sólo *P > Ø se pueda decidir la celticidad /no celticidad de una lengua. Otra cosa será certificar etimologías de términos galaico-portugueses que parezcan haber perdido *P, frente a los de conservación, y, en tal caso, habrá que proceder a distinguir filiaciones y estratos con detalles y complejidades que exceden de lo que aquí importa.
[Nota.- La pretensión de que lat. QUERCUS “encina” haya podido dar PORCUS, PUERCO “el de la encina o de la bellota” por evolución “a la céltica” de *QU- > P- es de traca].
OILAM, no se ve qué tiene de latín provincial. El latín provincial único a considerar es OVICULA > OVELLA, OVELHA, OVEJA. Y si OILAM no es una oveja, seguimos sin verle su carácter provincial.
COMAIAM, término muy discutido. En cualquier caso el recurso a latín COMA, préstamo griego de usos mayoritariamente poéticos, me parece improcedente.
Hay otras alternativas etimológicas (oveja o similar; “de igual edad”…) y ninguna nos lleva al diccionario del latín (provincial).
VSSEAM nada tiene de latín provincial y puede ser de *UT- “año” o de *UPS-, con evolución céltica de *P.
TAVROM, que puede ser un préstamo semítico a lo indoeuropeo, no es latinismo sin más por tener TAVR- donde (otras) lenguas célticas tienen TARV- o TARB- (que por cierto no faltan en Gallaecia y Lusitania). TAVROM puede coexistir con TARBOM como variante dialectal o de nivel, siendo TAVROM lo antiguo.
IFADEM, sea lo que sea, no se le ve el latín por ningún lado.
Entrando en nombres propios, con toda la carga cultural que tienen y todo lo que habría que discutir caso por caso sobre sus orígenes en tiempo y espacio, etc., tenemos que:
LAMATICOM nada tiene de latino, bien sea de la LAMA prelatina que todavía abunda en léxico común y en Toponimia, bien sea el celt. LAMA < *PLAMA (cf. lat. PALMA). Sus sufijos –AT-, -(I)KO- nada tienen de específicamente latino y son normales en lo céltico.
Para CROVCEAI hágaseme dispensa de explicar que no es latino. Y otro tanto MAGAREAICOI, con sufijo típico del Noroeste y que cuajará en lenguas románicas (CHAIREGO, MUJERIEGO).
PETRANIOI o PETRAVIOI pudiera ser de base latina y habría que preguntarse en qué medida repite o “traduce” a CROVCEAI.
Sobre IOVEA o IOVEAI prefiero no decir nada. Me parece muy dudoso que esté por un dat. sg. lat. IOVI.
CAELOBRIGOI, de latín nada.
ICCONA, diga quien lo diga y cuélguele la Comparación Mitológica que le cuelgue, no puede ser un equivalente de la gala EPONA porque en el corpus lusitano con labiovelar o grupo de gutural + W (que en esta pantalla debo simplificar como KW) hay un número crecido y seguro de formas que mantienen KW y nunca evolucionan a –CC-. Creo que está repetidamente indicada su comparación, en ámbito céltico y sobre la raíz *YEK- ‘sanar’, con ICAVNA (todavía hoy hidrónimo YONNE, como MATRONA es el río MARNE) e ICOVELLAVNA.
LOIMINNA, más de una etimología y nunca encaje en el diccionario latino.
TREBARVNE, más de una etimología y nunca encaje en el diccionario latino.
REVE, más de una etimología y nunca encaje en el diccionario latino.

En fin, no veo nada de flexión nominal y verbal o de palabras gramaticales que nos pongan con razonable probabilidad ante un texto en latín, bueno o malo, capital o provincial, rústico o urbano; en el léxico común son mayoría los términos que no son latín por más que se los manipule y es dudosa la latinidad de PORCOM y TAVROM, latinidad que, por cierto, no alteraría la no latinidad esencial del texto, tal cual no altero yo la españolidad de “En fútbol prefiero a Beckham para, orsays, córners y penalties”.
El salto de SCRIPSERVNT a DOENTI es mortal de necesidad.

ADDENDA IMORTANTE.- Por prisas y desórdenes olvidé incluir y comentar TREBOPALA, LABBO como léxico que, cualquiera que sea su etimología, etc., no son latín ni tienen encaje en él.


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  1. #1 crougintoudadigo 30 de jun. 2006




    COMAIAM ICCONA LOIMINNA

    “Quédese con el gato quien quiera gato, pero, claro está, que no piense que le dan liebre” EL ORÁCULO DE DELFOS

    Pues como le sabe Crougintoudadigo que Corgo no es de los que se andan parapetados en Medulio sin antender a razones a propósito de COMAIAM le expondremos algunas, a ver si esta vez se nos aviene.


    "COMAIAM, término muy discutido [por Corgo]. En cualquier caso el recurso a latín COMA, préstamo griego de usos mayoritariamente poéticos, me parece improcedente [por que no lo veo apropiado para andar por las rocas (sic)]". -Aunque [le añadimos nosotros que lo vemos apropiado para registrar un Asvamedha en una ceremonia entronizatoria¿no le parece corgo (IgMoral)?

    Hay otras alternativas etimológicas (oveja o similar; “de igual edad”…) y ninguna nos lleva al diccionario del latín (provincial).


    Pues eso, entre las otras alternativas, caro Corgo, le recordamos la que podría ser la más plausible

    EL CONTEXTO DE LA INSCRIPCIÓN

    El carácter sagrado de la monarquía celta señalado por nuestra amiga Miranda Green entre otros muchos autores
    [(Dillon 1974); Mac Cone (1987); Stokes (1981), y más especialmente, Binchy (1970, 1-2); de Vries (1961, 235-247); Ö Cathasaig (1997:27-28); Dumézil 81970, 4-5), etc.]

    Pues eso, el carácter sagrado de la monarquía celta, y su asociación al rito de la entronización (Mattews 1985:55, Pena 1994) y circunvalación jurisdiccional, envuelve el significado de los ‘piacula’ sacrificiales de las inscripciones lusitanas.
    Si definiendo por la parte al animal, tal como el rabo define a la raposa “rabosa” traducimos el acusativo COMAIAM como UNA CRINOSA, dicho carácter pudiera manifestarse aquí en una yegua de largas crines, motivo este representado en varios bronces votivos sacrificiales del Noroeste de la Península (algunos seguramente, 100 o 200 años antes de la dominación romana, otros del S. II a. C)- Sacrificada a la Luminosa Iccona (equivalente lusogalaico de la Epona gala), en el contexto de un ritual de entronización y una destacada asamblea estacional tribal, en la que viablemente –como así parecen sugerirlo los bronces- estarían presentes el Soberano, el clero y el pueblo.

    LE ROGAMOS, CARO KAERKES, QUE NO NOS SUPRIMA ESTO QUE ESCRIBIMOS AQUÍ , pues que nosotros, CROUGINTOUDADIGO y su paredros Andrés Pena Graña, también reclamamos nuestro derecho a equivocarnos, y le aseguramos que esta intervención NO SE HACE CON GANAS DE FASTIDIAR, ni de ir de divos, ni de ociosos, ni de poner la salva sea la parte del Crougin más alta que la salva sea la parte del Corgo, SINO que nos molestamos en escribir CON GANAS DE HACER CIENCIA Y DE ESCLARECER LA VERDAD -lo que pueda ser asible de la verdad , y aún sabiendo que las verdades de hoy serán las mentiras de mañana-, APORTANDO PRUEBAS TANGIBLES, ET NON OBSCURA PER OBSCURIORA]

    Y dicho esto, si el caro Kaerkes nos lo otorga

    “De COMAIAM, Antonio TOVAR, como ya sabe nuestro caro amigo MORALEJO, se limitó a señalar que Corominas y Albertos le dieron significado de “oveja• sin criterios lingüísticos onvincetnes. Colmenero por su parte en una reciente publicación (1993:105) recoge, con una interrogante este significado de “oveja”. En los bronces votivos sacrificiales de la España Celta, todos del Occidente y del Noroeste Peninsular, en los dos bronces con torques tipo ártabro del Museo Arqueológico Nacional del siglo III a. C. (según datación y estudio minucioso de Antonio Blanco FreijeiroO, en el de Cariño del Museo Arqueológico de La Coruña, en el bronce sacrificial de Castelo de Moreira y en el que se conserva en el instituto de Valencia de Don Juan, en todos ellos, el programa iconográfico se desarrolla sobre un trenzado de pelo o cabello (Probablemente equino a juzgar por toda la parafernalia decorativa de estas piezas- los torques de los oficiantes, y el Oso alusiva en un contexto celta, como es el caso, a la Realeza), o bien lleva incorporado este motivo. La crin trenzada del caballo […] [–que en Don Juan, a nuestro modo de ver, de Crougintoudadigo y de nuestro paredros Pena Graña (2000) representa claramente el espacio jurisdiccional (= Trebaruna, Señora de[la posesion pacífica de] la Tierra en Paz, ai. Trebad y Trebaru)-] se convierte así junto al torques, al hacha y al caldero o situla, en un expresivo símbolo plástico del oficio sacerdotal y entronizatorio […] En este contexto es donde el obscuro y aparente substantivo en acusativo de singular COMAIAM podría aclararse un poco.


    [Para que le pueda aprovechar a nuestro amigo para salirse del Medulio atendiendo a razonables razonamientos] “En el folio 10 vuelto. Del Tumbo A de la Catedral de Santiago de Compostela el rey de Galicia Ordoño, que dotara a la Iglesia Apostólica en el año 951 (21 de marzo) con la uilla de Boruene, cerca del río Miño, recibe como reposición (vestigio o versión gallega del irlandés del Tuarastal) ‘in offercione Kabalum cum alba coma”. De donde en una inscripción bajo imperial, como ya se nos acepta, Comaiam –separada sólo 600 años de la palabra latina coma del Tumbo A- se relacionaría con la palabra latina coma [auque sea coma prestamo del griego en el latín, eso es del todo irrelevante, pues con independencia de su procedencia es voz castellana y no inglesa futbolista, y es voz portuguesa y no inglesa fútebol]. Y la palabra latina coma significa “cabellera”, “crin” o “follaje” o incluso “rayos de una llama o de sol”, “rayos de luz” (cf. Cometes –ae. masc. cometa. Voces latinas procedentes del griego [al igual que el hombre procede de sus ancestros])

    Claro está que Iccona “señora de los caballos” no puede proceder de Epona “señora de los caballos. Pues aunque el sufijo –na, “señora”, es compartido la una viene de un Iccos, y la otra de un Epos, dos caballos celtas bien distintos

    Peo para que Iccona sea señora de los caballos, tendría que demostrarse, que en la misma época de la inscripción, media hora antes o media hora después, existía en el Noroeste, en un área próxima la voz IKO con el significado de caballo.

    Pues bien, como demostró nuestro paredros Andrés Pena Graña – y lo sabe y conoce muy bien Igmoralejo- que se le mandó cumplida separata, esta circunstancia aparece reflejada en un fragmento condrvfado en la Loseta de Noville (Terra de Bezoucos, A Coruña) descubierta en una villa galaicoromana por su excavador Fermín Pérez Losada, quien como es habitual en este género de hallazgos la confundió con una coticula de oftalmólogo.
    Esta loseta contiene un epígrafe muy importante, los restos de una clausula usada luego por la diplomática galaico-astur-leonesa, en la que ahora no entraremos “Quimqumqua auxe quaruqq(ue) verva quiqui […]”, formula correspondiente al conocido encabezamiento con que se inicia una cláusula conminatoria que obliga al conductor (este epígrafe fragmentado con otros de difícil lectura, se encuentra próximo a la parte superior de un biselado hecho e la placa para llevar un marco de madera, circunstancia esta que propició que, sin duda por descuido, Fermín la confundiese con una placa médica o cosmética para preparar mezclas. Pues bien, la utilización como registro de esta loseta, viene avalada por la presencia de otros epígrafes latinos legible, y entre ellos aparecen el nombre de los dos primeros caballos gallegos conocidos:
    IKEOTONEQUAM CCCV IK(U)RIONEQUAM L ( le siguen otras letras de difícil lectura que nuestro amigo Fermín interpreta acertadamente como numerales), los nombres son de los caballos y los numerales recogen el precio de compra o venta de los équidos expresado en metálico por los numerales.

    ¿Pues que problema tiene señor Corgo para leer el epígrafe?

    Seguiremos analizando sus interesantes y eruditísimos comentarios, caro amigo y profesor.

    Crougintoudadigo y su caro Paredros le reiteran el testimonio de su consideración.


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