Autor: Rigel
miércoles, 01 de marzo de 2006
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Rigel


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¿Pensar críticamente?

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Incluyo un artículo traído de:

http://charlatanes.blogspot.com/

Me parece especialmente interesante por abordar un tema muy relegado en nuestros días, el del espíritu crítico. Sin él y con las facilidades que brindan los actuales medios de comunicación (y por qué no decirlo con la desfachatez con que los utilizan algunos) el ejercicio de la democracia se hace poco menos que utópico.

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El pensamiento crítico y libre, la aproximación racional a los hechos, no es algo privativo de los científicos, como quisieran hacer creer los que viven de denostar a la ciencia, sino que son patrimonio de la humanidad, una forma peculiarmente nuestra de mirar el mundo, tratar de entenderlo y poner a prueba nuestras ideas, algo que, hasta donde sabemos, sólo nuestra especie tiene.

Nadie mandó a Heráclito a una facultad de ciencias para que pudiera observar el mundo y darse cuenta, por primera vez, de manera clara y absoluta, de que el cambio es una realidad inescapable, una constante en todos los procesos del universo. La inteligencia preclara de Heráclito siempre me ha asombrado.

Por otro lado, quien quiera ser científico hoy, 2600 años después de Heráclito, tiene que estudiar ciencia, no sólo para enterarse de lo que ya se sabe y no ponerse a redescubrirlo de nuevo, sino, y de manera muy importante, para aprender los errores cometidos en el pasado y no volver a cometerlos. Para encontrar la verdad del legado egipcio no basta ser hotelero o periodista, hay que estudiar historia, arqueología y egiptología. Un periodista honrado va y entrevista a los que saben, a los que estudian, a los que están allí descubriéndonos las maravillas reales de esa civilización, con trabajo duro cotidiano, no a un hotelero como Von Däniken que pasó dos semanas en El Cairo y con eso adivinó un montón de conocimientos que nadie había visto porque todos los científicos son imbéciles y Von Däniken no, cosa que sabemos porque lo dicen Von Daniken y los soplapiteros que lo atienden.

Sí, claro, le creemos. E hizo una máquina de tiempo en la cochera, ¿no te jode?

(Bueno, lo de la máquina del tiempo es otra historia, con otro protagonista, pero la dejamos para otro día.)

Pero, sin necesidad de ser científicos ni de estudiar ciencia, pensar crítica y racionalmente es algo que todos hacemos en muchos aspectos de la vida y sin importar nuestra preparación académica o nuestro nivel sociocultural. El problema es que los medios, los negociantes interesados, las editoriales, los brujos en todas sus variedades, los detentadores del poder político, social y económico, y las presiones sociales nos empujan a dejar de pensar críticamente respecto de ciertas cosas, de ciertas afirmaciones, de ciertas percepciones "aceptadas" sepasumadre por quién pero promovidas por todos lados.

Daré un ejemplo a sabiendas de que es políticamente incorrecto, y precisamente por eso.

Un gobierno descubre que no puede resolver problemas como la salud pública, las pensiones, el pleno empleo, las muertes ocasionadas por el alcohol, la explotación del trabajador local o inmigrante, o la protección del consumidor contra la voracidad empresarial, que no puede mejorar la seguridad, defender a las mujeres víctimas de palizas, promover la cultura y el pensamiento crítico, integrar al inmigrante, elevar el nivel de la educación pública o cualquier cosa similar. Peor aún, si es un gobierno que dice ser de izquierda resulta que tiene, por ese solo hecho, determinados compromisos sociales con las mayorías que, de pronto, descubre que no puede o no le conviene cumplir.

Entonces ofrece "salvar" a los ciudadanos del humo de tabaco. ¿Por qué? Porque los "fumadores pasivos" se enferman. ¿Cómo lo saben? Porque lo dijo un estudio de 1993 de la Agencia de Protección Ambiental estadounidense(1). ¿Que el congreso estadounidense halló que el estudio era deficiente y finalmente se dictaminó legalmente que tal estudio era anticientífico, interesado y desprolijo (2), y por tanto carente de toda validez, movido por intereses del integrismo protestante puritano estadounidense? No saben, no contestan. También lo saben, dicen, por un informe de la OMS, pero resulta que tal informe dice exactamente lo contrario: no hay pruebas de que el humo del tabaco en el ambiente afecte la salud de los niños, y las evidencias sobre un posible daño en los adultos son estadísticamente no significativas(3). ¿Eso lo ignoran los expertos del gobierno y sus asesores en salud o se están haciendo tontos? Tampoco saben, tampoco contestan.

El gobierno lanza una campaña de propaganda, inventa cifras (o las copia de Estados Unidos, como los "50.000" no fumadores fallecidos al año por el humo de los fumadores que es totalmente fantasiosa en Estados Unidos(4), pero es un insulto a la inteligencia del público en un país con la quinta parte de habitantes), menciona otros "estudios" que no cita, suma muertos que saca de nadie sabe dónde y, saltando por los campos de florecitas del brazo de la derecha desestabilizadora, autoritaria y medieval, lanza una ley contra los desagradables y malvados fumadores, le avienta al problema un poco de dinero (mismo que le quita a la labor de controlar la alcoholemia en carretera que sí sabemos cuánta gente mata, a los atropellos en el empleo, a las mujeres golpeadas, a los propios estudios y tratamientos para curar a los adictos a la nicotina, etc.) y se siente guapísimo y súperpoliticamente correcto... al estilo Stalin.

(Si quisieran salvar a los fumadores, ¿no sería una estrategia menos boba investigar más, desarrollar mejores tratamientos y ponerlos al alcance de los fumadores en lugar de expoliar económicamente y someter al escarnio a quienes ya son víctimas?)

¿En qué confía un gobierno así? En que es políticamente incorrecto decir que no está probado que los fumadores pasivos estén muriendo o enfermando por el humo ambiental del tabaco y en que la gente se avergüenza de decir que fumar es su derecho, como es el de otros atragantarse de comida basura hasta tener las
arterias como velas de sebo, usar perfumes lamentables, conducir autos contaminantes y hacer otras muchas cosas dañinas y desagradables.

La estrategia es el miedo: nadie se atreverá a decirlo o será mal visto socialmente, y el hipotético (por poco escribo "hipócrita") gobierno en cuestión quedará bien. Como el fumador ya se siente mal por ser adicto a una droga (y sobre la fuerza de la adicción a la nicotina sí hay estudios confiables), acepta su lugar de paria y baja la cabeza sin defenderse. Como "todo el mundo sabe" que el humo ambiental es malo, y esto se repite aunque nadie lo sepa en realidad, el gobierno sonríe y dice que nos cuida la salud promoviendo la indefensión de los adictos al tabaco.

Por favor.

(1)http://www.epa.gov/smokefree/pubs/etsfs.html
(2)http://www.forces.org/evidence/epafraud/files/osteen.htm
(3)http://jncicancerspectrum.oxfordjournals.org/cgi/content/abstract/jnci%3b90/19/1440
(4)http://cgi.thestranger.com/2003-03-13/letters.html







Más informacióen en: http://charlatanes.blogspot.com/


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Comentarios

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  1. #1 Rosa-ae 08 de mar. 2006

    Rigel: Yo de psicología sé más bien poco, así que te dejo a ti que etiquetes esa tendencia. A mi esto me viene a través de la filosofía de la Ciencia, de Kuhn y de Hanson, y me parece que algo de esto hereda el postmoderno constructivismo psicológico. Toda esta peña sostiene básicamente que la observación está condicionada por la teoría (podría largar más rollo al respecto, pero no creo que haga falta). En fin que, si no todo, mucho depende de la perspectiva desde donde se mire la cosa. En este sentido, me parece que es de lo más ilustrativo, el tema de las ilusiones ópticas y las imágenes anamórficas que parecen estar tan de moda actualmente (ya conoceréis estos temas: http://users.skynet.be/J.Beever/pave.htm; http://www.portalmix.com/efectos/)

    Para acabar. Decir “si la botella le cae en la cabeza lo mata” no es ninguna “afirmación transcultural”, como tú dices, sino una afirmación completamente gratuita. En el hecho en sí hay una posibilidad, no una necesidad (como es el caso del alcalde de “Amanece que no es poco”, donde se escuchaban los gritos del gentío: “Alcalde, todos somos contingentes pero tú eres necesario...!!!; juáaaaa). Pues, a lo que iba, que a mi al menos se me ocurren otros dos posible desenlaces: que el bosquimano se quede tonto pa toda la vida; o que no le pase nada, aunque de entrada le duela la cabeza. Y no hay que ser muy científica para llegar a esta conclusión, tan poco transcultural por otra parte. Porque, si nos metemos en la “antropología de la muerte” puede que nos encontremos con que la gente por esos mundos de afuera le pasa como a Santa Teresa de Jesús, que viven sin vivir en ellos y que mueren, aunque no mueren. Pero este es otro tema y no quiero seguir divagando.

    NOTA: te darás cuenta de que nos situamos en posiciones completamente irreconciliables, así que cuando quieras lo dejamos. Creo que el turno de réplica era mío.

  2. Hay 1 comentarios.
    1

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