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viernes, 06 de octubre de 2006
Sección: Historia
Información publicada por: ainé


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  1. #1 ainé 12 de nov. 2005


    Como curiosidad...

    Hace un año (más menos), visité el castro y todavía no estaba escavado, se habían hecho pequeñas catas y habian tapado de nuevo).

    En la imagen que he expuesto de la vivienta rectangular, se aprecia al fondo un cúmulo de rocas, ahí están asentadas las viviendas circulares (veis que el suelo de la primera imagen es roca pura).

    Cuando vi las rocas en mi primera visita (solo se veían penachos) me sorprendió que las hubieran dejado en medio del poblado (hubieran sido un estorbo)...no imaginé que allí estaban asentadas las viviendas (aún habiendo visto iglesias y fortalezas asentadas en plena roca).


    Cosas veredes y aprenderedes (que razón tienen los viejos).

  2. #2 Airdargh 15 de dic. 2005

    Además de las menciónes al río del lugar, la noche de S. Juan y la "rueda de fuego" descrita al final del fragmento que transcribo en mi anterior intervención: "...Só nas noites de San Xoan, xúntanse e prenden unha coroa de lumes na croa do castro e botan rodas ardendo dende o castro abaixo para lembrar a todos os veciños do val o seu antigo esplendor e gloria..." , parecieran poder guardar alguna relación con algo que casualmente leo en otro lugar,

    "...Otra posible relación, aunque derivada de un dato aislado y demasiado
    indirecta, entre el “dios de la rueda” galo-romano y los ríos vendría
    dada por algunos ritos centro-europeos relacionados, principalmente, con
    el solsticio de verano. En muchas regiones de Francia y Alemania, las
    formas más características que tomaban estas celebraciones ígnicas eran
    las hogueras, la procesión de antorchas por los campos y, finalmente, el
    lanzamiento de una o varias ruedas de fuego desde las cimas de los montes.
    Estas fiestas ancestrales, claramente paganas, no pudieron ser suprimidas
    por la Iglesia, que optó por darles una apariencia cristiana haciendo
    coincidir la fiesta de San Juan Bautista con el día que el sol alcanzaba
    su punto más elevado del año75.
    De estos tres tipos de celebración, el que nos interesa es el lanzamiento
    de ruedas de fuego puesto que, como sabemos, la rueda es también
    un elemento que caracteriza iconográficamente al dios soberano de
    los Celtas76. El ritual más frecuente consistía en lanzar durante la noche
    una o varias ruedas de un determinado material recubierto de paja u otro
    vegetal ardiendo desde la cima de las montañas circundantes hasta los valles.
    Este impresionante espectáculo imitaba la carrera del sol en el cielo
    representando, según Gaidoz, el comienzo del descenso del sol desde su
    cénit77.
    En algunas regiones, como Hesse, se pensaba que por los lugares
    donde pasaban las ruedas encendidas los campos estarían seguros contra
    las tormentas y el granizo78. En una villa del Bajo Konz, el máximo objetivo
    de los jóvenes consistía en guiar la rueda desde lo alto de la montaña
    de Stromberg hasta conseguir sumergirla ardiendo en las aguas del
    Mosela. Si la rueda de fuego llegaba hasta la orilla superando todas las
    viñas plantadas a lo largo de su recorrido y las llamas eran apagadas por
    el agua del río, la gente preveía una vendimia abundante durante ese año.
    Si, por el contrario, el objetivo no se conseguía, tanto las cosechas como
    el ganado se verían afectados79..."

    75 Gaidoz, 1884, 22 ss.; Frazer, 1995, 699.
    76 Según Green, este sería “the most unromanised element in Romano-Celtic society”
    (1986, 59); id., 1991, 86 ss.; Hatt, 1989, 183 ss.
    77 Gaidoz, 1884, 23 (con numerosos ejemplos de estos rituales).
    78 Frazer, 1995, 689.
    79 Gaidoz, 1884, 24-25; Frazer, 1995, 700-701.

    "Los dioses soberanos y los ríos en la religión indígena de la Hispania indoeuropea."
    http://revistas.sim.ucm.es:2004/ghi/02130181/articulos/GERI0000120191A.PDF





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