Autor: A.M.Canto
miércoles, 08 de noviembre de 2006
Sección: Artículos generales
Información publicada por: A.M.Canto


Mostrado 38.278 veces.


Ir a los comentarios

OANES, el monstruo marino que civilizó a los sumerios

Según afirma el Génesis, el Paraíso estaba en Mesopotamia. Eso creían también los sumerios, entre los que todo era confusión antes de que llegara del sur la serpiente civilizadora, Oanes, que les enseñó todo cuanto valía la pena saber.












Artículo retirado por la autora el 12 de octubre de 2006


Más informacióen en: http://Sitios web: Varios, citados dentro del texto


Comentarios

Tijera Pulsa este icono si opinas que la información está fuera de lugar, no tiene rigor o es de nulo interés.
Tu único clic no la borarrá, pero contribuirá a que la sabiduría del grupo pueda funcionar correctamente.


  1. #1 hartza 01 de mayo de 2005

    Paso a copiar, por su interés, unos parrafitos del libro de Kramer sobre Sumer que citaba antes. A ver si os suena el tema...

    Diálogo entre el escriba y su hijo descarriado

    (Las 17 tablillas de arcilla y fragmentos de que consta se remontan a 3.700 años y es muy posible que su redacción original tenga unos cuantos siglos más de antigüedad. Sólo se han omitido de esta traducción algunos pasajes oscuros.)

    El padre [el escriba] empieza por interrogar a su hijo:

    —¿Adónde has ido?
    —A ninguna parte.
    —Si es verdad que no has ido a ninguna parte, ¿por qué te quedas aquí como un golfo sin hacer nada? Anda, vete a la escuela, preséntate al «padre de la escuela», recita tu lección; abre tu mochila, graba tu tablilla y deja que tu «hermano mayor» caligrafíe tu tablilla nueva. Cuando hayas terminado tu tarea y se la hayas enseñado a tu vigilante, vuelve acá, sin rezagarte por la calle.

    ¿Has entendido bien lo que te he dicho?
    —Sí. Si quieres te lo repetiré.
    —Pues ya puedes repetírmelo.
    —Te lo voy a repetir.
    —Di
    —Ya te lo diré.
    —Pues dilo ya.
    —Tú me has dicho que fuera a la escuela, que recitase mi lección, que abriese la mochila y que grabase mi tablilla mientras mi «hermano mayor» me grababa otra. Que cuando hubiese terminado mi tarea volviese para acá después de haberme presentado al vigilante. He aquí lo que tú me has dicho.

    El padre sigue con un largo monólogo: «Sé hombre, caramba. No pierdas el tiempo en el jardín público ni vagabundees por las calles. Cuando vayas por la calle no mires a tu alrededor. Sé sumiso y da muestras a tu monitor de que le temes. Si le das muestras de estar aterrorizado estará contento de ti.

    (Siguen unas 15 líneas destruidas.)

    ¿Crees que llegarás al éxito, tú que te arrastras por los jardines públicos? Piensa en las generaciones de antaño, frecuenta la escuela y sacarás un gran provecho. Piensa en las generaciones de antaño, hijo mío, infórmate de ellas.

    ...perverso que tengo bajo mi vigilancia..., no sería hombre si no vigilase a mi propio hijo... He interrogado a mis parientes y amigos, he comparado los individuos, pero no he hallado a ninguno que sea como tú.

    Lo que voy a decirte transforma al loco en sabio, paraliza la serpiente a modo de hechizo y te evitará que des fe a las palabras falsas.

    Puesto que mi corazón ha quedado henchido de lasitud por culpa tuya, yo me he apartado de ti y no me he precavido contra tus temores y tus murmuraciones. A causa de tus clamores, sí, a causa de tus clamores, he montado en cólera contra ti, sí, he montado en cólera contra ti. Como tú no quieres poner a prueba tus cualidades de hombre, mi corazón ha sido transportado como por un viento furioso. Tus recriminaciones me han dejado acabado; tú me has conducido al umbral de la muerte.

    En mi vida no te he ordenado que llevaras cañas al juncal. En toda tu vida no has tocado siquiera las brazadas de juncos que los adolescentes y los niños transportan. Jamás te he dicho: "Sigue mis caravanas." Nunca te he hecho trabajar ni arar mi campo. Nunca te he constreñido a realizar trabajos manuales. Jamás te he dicho: "Ve a trabajar para mantenerme." Otros muchachos como tú mantienen a sus padres con su trabajo. Si tú hablases a tus camaradas y les hicieses caso, les imitarías. Ellos rinden 10 gur (12 celemines) de cebada cada uno; hasta los pequeños proporcionan 10 gur cada uno a su padre. Multiplican la cebada para su padre, le abastecen de cebada, de aceite y de lana. No obstante, tú sólo eres un hombre cuando quieres llevar la contra, pero comparado con ellos no tienes nada de hombre. Evidentemente, tú no trabajas como ellos...; ellos son hijos de padres que hacen trabajar a sus hijos, pero yo... no te hice trabajar como ellos.

    Obstinado contra quien estoy encolerizado... ¿qué hombre hay que pueda estar encolerizado contra su propio hijo?... He hablado con mis parientes y amigos y he descubierto algo que hasta ahora no había notado. Que las palabras que voy a pronunciar despierten tu temor y tu vigilancia. De tu condiscípulo, de tu compañero de trabajo... tú no haces el menor caso; ¿por qué no lo tomas como ejemplo? Toma ejemplo de tu hermano mayor. De todos los oficios humanos que existen en la tierra y cuyos nombres ha nombrado Enlil, no hay ninguna profesión más difícil que el arte del escriba. Ya que si no existiese la canción (la poesía)..., parecida a la orilla del mar, a la orilla de los lejanos canales, corazón de la canción lejana... tú no prestarías oídos a mis consejos y yo no te repetiría la sabiduría de mi padre. Conforme a las prescripciones de Enlil el hijo debe suceder a su padre en su oficio.

    Y yo, noche y día, me estoy torturando a causa de ti. Noche y día tú derrochas el tiempo en placeres. Tú has amontonado grandes riquezas, te has extendido lejos, te has vuelto gordo, grande, ancho, poderoso y orgulloso. Pero los tuyos esperan a que la adversidad te coja por su cuenta y entonces se alegrarán porque tú te olvidas de cultivar las cualidades humanas.

    (Aquí sigue un oscuro pasaje de 41 líneas, consistente, al parecer, en proverbios y en antiguos dichos, y el texto termina con las bendiciones del padre):

    El que te amonesta desea que Nanna, tu dios, te tenga bajo su custodia.
    El que te acusa desea que Nanna, tu dios, te tenga bajo su custodia.
    Que tu dios te sea favorable.
    Que tus cualidades de hombre se exalten.
    Que seas tú el primero de los sabios de la ciudad.
    Que tus conciudadanos pronuncien tu nombre en las alturas.
    Que tu dios te llame con un nombre de elección.
    Que tu dios Nanna te sea favorable.
    Que la diosa Ningal te sea propicia.

  2. #2 Euskera 18 de mayo de 2005

    OANES=ENKI: Oanes es una versión de Enki “An en la tierra”. El dios An “cielo” envió a Enki para que organizara las aguas y evitara diluvios y cataclismos por inundaciones. Esta organización supone gran sabiduría y la Enki comunica a Sumer de tal manera que en sumerio “Enki/emqy” es sinónimo de sabiduría “Enki/sabio”. Enki consigue a Inanna los me (destinos) de An en favor de Ur, donde la veneran. Enki, dios joven, sustituye al dios viejo SU.AP/Ap.su (sumerio/acadio), dueño de las aguas de las profundidades de la tierra, aguas dulces, rodeadas por la gran Serpiente “SUBE” en vascuence. La forma acádica de AP.SU (que es la inversión de los mismos arquetipos) deriva en Abyssu (greco-latino) y butzu>pozo (vasco-románico). La sustitución de Absu por Enki=Ea se relata en Enuma elish (I, 65-85) Enki enseñó a los sumerios a canalizar los rios para que rodeAran sus ciudades y regAran sus huertas. Su perspicacia se muestra en la intervención del Diluvio a favor del hombre. Enki se embarca en el estuario del rio del Dilmun (Paraíso) en donde comparte las aguas con la diosa Nin.URSAG, dueña de las “aguas saladas” URGAZI (en vascuence) que ayudan o fomentan “urgazi” a las aguas dulces. De ahí la fórmula sapiencial progresiva de UR.GAZI/URGAZI “agua salada/fomentar” del vascuence y “la mujer, ayuda del varón” en la Biblia.

    A Enki se le representa como hombre al que le fluyen de los hombros sendos rios llenos de peces (Eufratres y Tigris) o, como a Oanes con vestido de escamas. Como era dueño de las aguas dulces, superficiales y profundas, es natural que, como dios, pudiera sumergirse y anduviera “como pez en el agua” en un quita pon del buzo antidiluviano. Las versiones de los mitos se explican mejor con el relato original; los cambio de nombre, acaso no pretenden desorientar, pero pueden obedecer al respepto cultual de utilizar el nombre consagrado por el rito o al prurito de aparecer original, o traducción de algo equivalente.

  3. Hay 2 comentarios.
    1

Si te registras como usuario, podrás añadir comentarios a este artículo.

Volver arriba