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06 diciembre de 2004
Burgos ha acogido durante este fin de semana la Asamblea Confederal de Ecologistas en Acción, que ha culminado, después de distintas reuniones, talleres y debates con un acto de protesta contra la construcción de la presa de Castrovido. Miembros de esta organización desplegaron una pancarta de protesta en el puente de Sta.María sobre el Arlanzón, en pleno centro histórico de la ciudad. Posteriormente, los participantes realizaron una marcha, a través del Paseo del Espolón hasta la Plaza del Cid. En este paseo se desplegó otra pancarta, con un lema relativo a Castrovido y la central nuclear de Garoña, ambos en la provincia de Burgos.
En la reunión se han debatido asuntos como la gestión del agua, las energías o la paz desde una óptica de sostenibilidad. El cambio climático y la relación entre la degradación medioambiental y la pobreza en el mundo son algunos de los temas que se analizaron durante este fin de semana en la asamblea de Burgos, que comenzó con un debate sobre la gestión del agua.
Unas ciento cincuenta personas participaron en esta reunión confederal de Ecologistas en Acción celebrada en la capital burgalesa, donde también se ha desarrollado el encuentro anual de la red de abogados de la organización ecologista. En la asamblea estuvieron presentes miembros de todas las comunidades autónomas, incluidas Canarias y Baleares.
No menos de trescientas personas, entre las que nos encontrábamos numerosos miembros de Adempa y de la Plataforma Salvemos el Arlanza, acompañamos a Ecologistas en Acción en el acto de protesta
En el Puente de Santa María quedó instalada una gran pancarta con la inscripción CASTROVIDO NO y en el de San Pablo, otra pancarta pidiendo el cierre inmediato de GAROÑA.
La protesta contra la construcción de la presa se fundamenta en la inutilidad de la obra, ya que no servirá para cumplir ninguno de los objetivos que la Administración pretende, habiendo SOLUCIONES ALTERNATIVAS para todos ellos, con eficacia real para solucionar los problemas existentes, con un presupuesto muy inferior, y con un impacto ambiental mínimo frente a la obra proyectada. Soluciones éstas que sin duda supondrían una mejora integral para toda la cuenca del Arlanza y que , a día de hoy , siguen siendo desoídas por la ministra Narbona.
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