Autor: candalin
lunes, 19 de febrero de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: candalin


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La Searila. Historia y leyenda de la familia Cuervo Castrillón

1) Historia y leyenda. Antecedentes familiares. El Romance Origen de la discordía entre las familias y otros detalles biográficos. 2) El poema de la Searila





















































HISTORIA Y LEYENDA DE LOS CUERVO CASTRILLÓN

Traigo al ruedo de celtiberia, la historia, transmitida de generación en generación por las gentes de la comarca del Eo-Navia, y que en otro tiempo fue ampliamente difundida por el romanticismo tardío en el conocido poema de la Searila. Sirva de ejemplo y parangón para la mal traída y llevada profesión letrada a la cual se dedicaron el protagonista y su padre y en la que de cuando en cuando pone su empeño el que habla.


Antecedentes familiares

Para el entendimiento de lo sucedido debe de traerse a colación el personaje del padre de don Antonio Cuervo Castrillón, autor del poema, D. José Rosendo Cuervo Castrillón y Villamil. La historia se principia con una de esas pequeñas gestas, que nos deparó la guerra de la independencia, la de don José Rosendo Castrillón y Villamil, quien siendo comandante del Batallón de los paisanos del Eo, tuvo que batirse con el ejercito de Mathieu que tan ingrato recuerdo dejó en todo al Eo-Navia, siendo encargado por los jefes del ejercito de sostener la retirada de la expedición sobre Ribadeo y en la que luego se hizo sobre Mondoñedo.

Don José Rosendo Castrillón y Villamil, natural del lugar de Caborcos en la actual parroquia de Arancedo en el Concejo de El Franco(1), es uno de esos personajes excepcionales que surgieron en la guerra de la independencia española. Fue abogado, licenciado en Leyes y Canones en la Universidad de Oviedo, y quien fue recibido como Abogado en 1.801 ante la Audiencia de aquella ciudad(2). Ejerció su profesión de abogado en la Provincias de Oviedo, Lugo y Mondoñedo, “en las que alcanzó el mayor concepto por su desinterés, siendo señalado para los negocios más arduos y difíciles y a cuyo dictamen se sometían voluntariamente muchos litigantes para la decisión de pleitos”(2b) Lo cierto es que al tiempo de la invasión gozaba de un buen concepto en toda la región, cosa extraña en los de su profesión, y alguna ascendencia debió de tener entre los suyos para movilizar a tan buen número de gentes contra el invasor francés.

Al tiempo de producirse el pronunciamiento de la Junta de Asturias. D. José Ramón organizó a las gentes de Castropol y de toda la región del Eo, y con las fuerzas a su mando se apoderó de los almacenes que tenía el enemigo en los puntos de Sante y Balboa(2c), permaneciendo don José en defensa del punto que se le confió, haciendo frente al enemigo, aún después de la dispersión de nuestras tropas, y continúo en su puesto hasta que se le comunicó orden para retirarse. Cuando entró el enemigo en Asturias reunió don José su gente, para preparar a los soldados franceses diversas celadas que retrasaron su marcha(3).

Lugar de Caborcos en la Parroquía de Arancedo, Concejo del Franco

A principios de 1.810 pasó en clase de sargento mayor con todos los escopeteros del partido a la ciudad de Oviedo, donde por el buen orden y disposición de esta fuerza mereció los mayores elogios de los Generales Arce, Ponte y Peó, dando a este cuerpo de paisanos propiamente la consideración de Regimiento. En el retroceso de los enemigos sobre Oviedo dispuso don José Ramón a su gente, tomando posición para la defensa; arrollado y dispersado el ejercito, logro batirse en retirada en orden, y a las órdenes del General Ponte, el y los suyos fueron los únicos que formó en Batalla a la altura de Escampero. Por orden del mismo general se retiró al puente de Peñalflor, el que defendieron estos paisanos a costa de la vida de muchos. Se cuenta que Don José gravemente indispuesto despreciando la instancias que la hacían para que se pusiese a salvo, salto del lecho desnudo y corrió al punto atacado llevando a sable delante de sí varios soldados que se dispersaban, forzado ya el paso por los enemigos, reunió cuantos soldados y paisanos halló dispuestos por los lugares, a quienes evitó así las consecuencia del desorden y alimentando a este gente con el numerario que llevaba, la presentó a su general para restablecer la defensa del Principado. Sin embargo como quiera que la situación en Asturias había sido desbordada por el invasor, paso su regimiento a Andalucía. Don José fue entonces comisionado por la Junta de Castropol para solicitar auxilios ante la Regencia del Reino que se encontraba en Cádiz.

Fue nombrado vocal de la junta depositaria de la soberanía en 1.808 y 1.809, siendo también elegido de la que se formó en 1.810 de la que fue designado secretario y en la que fue comisionado para solicitar recursos a los ingleses, en compañía de su paisano de Sueiro la Vega Infanzón.

Habiendo regresado al Principado se le encargó la junta de éste la formación de un plan de elección y que presentó y fue aprobado para facilitar las elecciones diputados a Cortés. Fue nombrado elector por la parroquia y luego por el concejo de Castropol. La junta electoral del principado le nombró para uno de los revisores de poderes y después para uno de los jueces que sentenciaron dudas que ocurrieron en orden a la interpretación de aquellos

Diputado en la celebres Cortes de Cádiz por el partido de Castropol, fue el primero de los Alcaldes Constitucionales de aquella población tras la promulgación de la Constitución de 1.812, cargo del que se excuso en diversas ocasiones.

Padre de ocho hijos estaba casado con doña María Rosa Fernández Regueiro Revellón vecina de la Galea. De entre estos hijos, el más sobresaliente y por el que ha pasado a la historia fue don Antonio Cuervo, letrado, y magistrado de gran porvenir, pese a su juventud. de veintitantos años, había sido ya Fiscal de Audiencia y Gobernador de provincia, fue autor del celebre poema de la Searila, dedicado a su mujer doña Rosa Pérez Castropol.

Doña Rosa era hija de don Pedro Pérez Manuel Castropol y su mujer doña Rafaela Abella, siendo sus abuelos paternos originarios del Palacio de los Castropol de Miudes. De dicho matrimonio nacieron dos hijas, una de ellas casó con uno de los hijos del Marqués de Santa Cruz(4), y la otra, doña María Rosa, nuestra protagonista, nació un 15 de junio de 1.814, en la casoa del Río Seares en el concejo de Castropol.


El romance

Se dice que Don Antonio y doña Rosa se conocieron en plena naturaleza, un día de verano, cuando ella estaba junto a un arroyo, jugando con los pies desnudos en el agua (4b). Fueron, al principio, unos amores contrariados y novelescos, con señales en los balcones y citas en las cabañas de los leñadores y carboneros, hasta que terminaron al fin en una boda secreta que se celebró en una ermita próxima el 8 de mayo de 1.835, bendiciendo la unión el excusador en vacante de la Parroquia de Seares Don Francisco López Villar. Consta documentado en la partida de casados del matrimonio conservada en los libros parroquiales de Seares, que los asientos tuvieron el carácter de reservado hasta que por el parto acontecido y por la muerte de la mujer y la criatura se hizo publica(5).

En aquel tiempo el hombre fue trasladado a La Coruña. Entonces la guerra Carlista entró en una fase de mayor auge y esto puso distancia por medio entre los amantes. A pesar de todo, la mujer quedó embarazada y, desgraciadamente, problemas en el parto condujeron a María Rosa a la muerte, la cual ocurrió un 31 de octubre de 1.836. Enterado de la triste noticia, su marido reventó varios caballos intentando llegar a Seares desde La Coruña lo más rápido posible, pero, al alcanzar su destino, se encontró con su amada ya enterrada. Se cuenta que el enamorado, cual personaje de una novela de Emily Blondè abrió la tumba, desenterró el cadáver, cogió un mechón de los cabellos y luego durante varias noches, encaramándose a la tapia del cementerio o dirigiéndose al sepulcro de la mujer como si estuviera viva estuvo rondando el cementerio.

Pasado algún tiempo y superada esta locura transitoria, escribe el celebre poema que nos trae al caso. Don Antonio Cuervo no se volvió a casar y paseó de forma pública su luto hasta su muerte acaecida el 2 de abril de 1.890. Se sabe que del parto nació una niña llamada Claudia María la cual falleció el 29 de octubre de 1.837, exactamente la víspera de su primer cumpleaños. Según la tradición familiar recogida de testigos directos por Martín Fernández, al remover los restos don Antonio se confirmó que había sido enterrado por orden suya con una capa en cuyos forros fueron hallados una rosa marchita y unos cabellos de mujer(6).

Al parecer, según Jesús Martínez Fernández(7) la causa de la muerte fue debida a una hemorragia postpartum debida probablemente a la expulsión incompleta de la placenta. El testimonio de la época es más elocuente por su tremenda sencillez. “No recibió ningún sacramento a causa de un flujo de sangre que le quitó la vida de repente”. Como indica. Martínez Fernández resulta una absurdez, la patraña urdida por las viejas del lugar, quienes ridiculizando, la impericia del médico que la asistió en el parto, supusieron que le arrancó un riñón encontrado días después tras la cómoda de su alcoba. Lo que técnica y anatómicamente es imposible, encuentra una explicación lógica identificando el supuesto riñón con la placenta extraída apuradamente por el médico ante la incontenible hemorragia y arrojada inconscientemente en un rincón de la habitación(8).

Aunque pudiese parecer novelada la loca cabalgada de don Antonio, dadas las dificultades en las comunicaciones de la época, no se puede desdeñar tal posibilidad a priori, y algo muy en el recuerdo debió quedar en la mente del amante este trágico trance de la agonía en ausencia de su amada, como señala la sexta estrofa del poema:

De la vida en el último aliento
tu tristísima voz me llamaba,
desgraciado de mí donde estaba
que en tu angustia no pude acudir
Por los campos buscando tu huella
vanamente que ahora me empeño
que aturdido me parece un sueño
¡ay Searila vivir yo sin ti!


Origen de la discordia entre las familias

Al parecer en el origen de la historia, como se ha dicho, se encuentra en la enemistad de dos familias, lo que se suele pasar de puntillas por los estudiosos del tema, es la relación de aquellas familias hidalgas con el Concejo del Franco, vinculando la historia a Vegadeo y Castropol. Cuando se discute cual es el motivo de la enemistad entre las familias, se aduce el hecho de que estuviesen vinculadas a los partidos carlista y liberal, no se subraya bastante sin embago que esta circunstancia se explica por el hecho de que el palacio de los Castropol donde procedía doña Rosa estaba estrechamente relacionado con determinados institutos eclesiásticos. Este palacio de los Castropoles existente en la villa de Miudes es construcción de un parroco de aquella feligresía llamado D. Tomás de los Piñeiros, y estaba directamente vinculado a la capellanía del mismo nombre(9). A dicha familia pertenecieron varios alcaldes del Concejo del Franco de tendencia más bien conservadora. No se conoce exactamente la tendencia política de la familia paterna de don Antonio, pero parece que entre las profesiones liberales de la época existía una cierta proclividad al liberalismo. Lo cierto es que don Antonio perteneció al partido progresista y de la Unión Liberal. Fue diputado a Cortés, y gobernador civil de varias provincias. En el año 1.836, al parecer se hallaba desempeñado trabajos en la Coruña, lo que no se ha podido documentar es si ya entonces estaba al frente del Gobierno Civil de la Coruña, lo que si consta es que hizo la veces de gobernador durante la epidemia de cólera aparecida en la ciudad en el año 1.854 y que era secretario de este Gobierno Civil cuando le sorprendió la muerte. Con anterioridad había ejercido la función de Fiscal de los Tribunales de Justicia de Ribadeo, y con posterioridad desempeña las funciones de Gobernador Civil en La Coruña (1856), Palencia (1862), Murcia (10) (1862) y Santander (11) (1863).

Como se ha dicho la boda permaneció secreta durante algún tiempo. Este es un dato realmente misterioso. En el certificado de matrimonio como vimos se hizó constar que la boda se celebró previo consentimiento de sus mayores que fueron aprobados en doctrina cristiana y confesaron, sin embargo ya aquí empiezan las incognitas al señalar que “…no recibieron la bendición nupcial”, esto es que al casamiento no se acompaña como es ordinario la celebración de la misa de boda, sin embargo el dato más curioso es el hecho que el asiento quedase reservado hasta que necesariamente se hace público por los partos y la muerte de doña Rosa, lo que ocurre un años después de morir aquella. Como indica Martínez Fernández razones misteriosas, secretos impenetrables, poderosos móviles políticos, el temor de represalías, la necesidad de legitimar o reconocer patrimonios, pudieron influir en la ocultación del suceso.




El poema de la Searila

El poema de la Searila se trata de una elegía en versos decasílabos, formando cuartetos simétricos en dos periodos estróficos con el primer verso libre y el segundo y el tercero consonantes y el cuarto en rima asonante con el último de la segunda estrofa que es un retornelo variable. Fue compuesto por don Antonio Cuervo, letrado de ilustre familia de Piantón, pueblecito próximo a Vegadeo, a la muerte de su esposa acaecida en el año 1.836. Sin embargo, desde 1.837 hasta 1.900 circularon más de veinte versiones, con diferencias más o menos importantes, e incluso substanciales. Lo cierto es que desde los estudios realizados por E. Casariego y A. Sela se ha mantenido un texto relativamente estable que es el que nos ha llegado hasta nosotros. No traeré a colación el poema que es de fácil acceso en la página del Concejo de Castropol y que tiene varios blogs en la Web(11b) donde podréis ilustraros y me dirigiré directamente a su comentario.

Para el entendimiento del poema debe de tenerse presente que no existe un texto estable, sino que ya en vida de don Antonio circularon varias redacciones manuscritas por el mismo autor y que nos son fundamentales para conocer la evolución de su personalidad, desde unas primitivas redacciones más exaltadas en el paroxismo de la locura, hasta las últimas en el que ya se deja de entrever el paso del tiempo. Así frente a una redacción más tremendista del inicio de la tercera estrofa en la redacción primigenia del manuscrito publicado por E. Casariego(12), se señalaba “Pavorosa visión yo recuerdo; cuando trémula tú me decías” se sustituye en las redacciones finales por la siguiente “todavía afectado recuerdo cuando en nuestra desgracia decía.” También se denota un talante más exaltado cuando se cambia en la versión inicial “cuando veces gozosas conmigo” por “cuantas veces gozosa y conmigo”

Casa solariega de Seares

Se conoce una copia manuscrita de 1.837 conservada por don Francisco G. Aengelle, otra en diez cuartetos desligada publicada en el número 277 del periódico Ecos Vegadenses, Dos variantes publicadas por A. Sela en 1.951 y 1955 que consta de once cuartetos desligados y también otra editada por J.E. Casariego que por este autor se afirma ser la más primitiva y original(13). Se conocen también dos redacciones tardías una de 1.877 que es corrección de la indicada de la publicada por F. Aengelle y otra copia manuscrita hallada y publicada por J. Martínez Fernández y que esta fechada en 1.888, que posiblemente pueda considerarse la redacción final dada por el autor que contiene la siguiente nota final: Nota. Searila, nombre derivado de Seares aldea en las Riberas de Eo donde falleció en 1.836, María Rosa Castropol, al borde de cuya tumba nació la anterior composición como ahora al borde de la mía le da el compositor la última mano, no en el fondo de los conceptos sino en tal cual giro o dicción más o menos poéticos. Antonio Cuervo. La Galea, 19 de marzo de 1.889. El texto de la nota no se haya rubricado lo que hace presumir que el autor aún entreveía la posibilidad de futuras correcciones.

Por lo demás, el poema en cae en los tópicos propios del momento, rico en muletillas, estribillos y pleonasmos, amigo de la simbolización y de la paradoja redundante. Así la redacción ciertamente cargante por repetitiva del final de las estrofas, le hace propicio para su musicalización como luego así ha venido ocurriendo. Todo esto es consecuencia necesaria de un pensamiento de fondo muy denso, que ha impuesto los contenidos sobre la forma.

Ante tal extremación, la lectura del poema exige venir prevenido, y tener presente la personalidad del hombre del romanticismo en el que la esencia de lo humano rebasa la esfera de lo inconsciente y de lo racional. Su rebeldía contra el orden de las cosas, viene determinada por la la separación entre razón y sentimiento, entre lo real y lo irreal. El romántico rechaza formar parte de la Naturaleza como una pieza más de su engranaje, y, por el contrario, hace constar su individualidad, su capacidad creadora y transformadora que extrae de sí mismo, de su interior, y plantea una relación con la Naturaleza como una comunicación del Uno al Todo, que a la vez desencadena su aspiración al infinito.

En el poema también se descubre la tendencia a la alienación de la realidad propia del romanticismo, mediante la huida del mundo: “Es la tierra un abismo de mar para mi” y el aislamiento del medio ambiente: “solitaria mansión del sepulcro sólo en ti mi esperanza se encierra”; fenómenos alucinatorios que tiene para el enfermo una clara corporeidad: “espantosas tinieblas me cercan y entre ellas venirte a mi veo”. Encontramos en el poema, la tendencia a sobredimensionar el instinto en el arte, (inspiración), mediante la transformación del inconsciente en saber. Se puede apreciar también la escisión de la personalidad o doble pensamiento: “un profundo clamor en mi pecho que te llama y evoca constante”, experiencias intelectuales basadas en recuerdos pasados pero interpretadas de una forma personal: “En fatídicos sueños veías de una tumba de lápida abrir”; sentimientos incomprensibles de soledad, “es sin toda vida el desierto” de horro “negro abismo que ahoga implacable” en un mar de tristezas mi alma” y de desesperación “Abominó de vida sin cielo”, complacencia en el sufrimiento que es la sublimación intelectual del conflicto, “apetezco cual nadie sufrir”, “la vida me agrada cuanto más me consumo y me mato” e infinidad de matices anormales cuyo comentario aludimos para no hacer farragosa esta enumeración(14).

El hombre romántico se rebela ante la escisión del hombre moderno entre el Yo y la alteridad, entre el sujeto y el objeto. El conflicto del hombre romántico, el "mal del siglo", su crisis existencial es consecuencia de su propia singularidad y de la imposibilidad de fundir su Yo con la alteridad. Es en este tiempo del Suicidio de Mariano José de Larra que incapaz de soportar los desdenes de su amante se da un pistoletazo o un tiempo después el del triste final de Ganivet, personalidad esquizoide que desentierra el cadáver su hija y luego se suicida. En Don Antonio igualmente se presenta también esta patología psicótica. Inicialmente de una psicosis reactiva de tipo paranoico y origen traumático, que con el transcurso del tiempo, quizás se haya exteriorizado en otro tipo de psicopatías que se desatan por la profunda conmoción afectiva que desata la muerte de la esposa. Tal diagnóstico antes de implicar agravio, justifica y embellece su conducta que pudiera parece extravagante o extraña. Como señala Martínez Fernández,(15) citando a Jaspers, muchas veces la inteligencia se pone al servicio del delirio y de la misma forma que el molusco enfermo engendra una perla, la esquizofrenia puede engendrar las más extraordinarias obras de arte. La ramplonería mental escribe Jaspers que nos lleva a atribuir por sistema un matiz despectivo al término enfermo o considerar que la enfermedad o considerar que la enfermedad no representa papel alguno en la escena del conocimiento, nos ciega hasta el extremo de impedirnos ver una realidad que hasta el presente, no podemos captar sino a través de manifestaciones asiladas por la que todavía no somos incapaces de sustraernos a los prejuicios y cortapisas que nos encandenan al sistema conceptual vigente.

El caso de don Antonio, sin embargo, se sale fuera de estos tópicos, siendo singular en todo. No se trata de un alocado o alguien que haya perdido la referencia a lo real, sino de un hombre que ejerció una vida profesional absolutamente normal y sobresaliente, aburrida si se quiere, y a quien lo encontramos ostentado los puestos de mayor responsabilidad durante años. Nos encontramos ante un dolor plenamente consciente que ha sabido racionalizar sus sentimientos, hasta el punto que hoy únicamente podemos dar una explicación de su conducta sino desde una escisión de su personalidad. Quien se puede imaginar, aquel que durante años estuviera en los estrados de los tribunales de Vegadeo, solicitando como fiscal las más severas penas como justo castigo por los más atroces delitos, verle por las noches dedicado a la composición de los desgarradas versiones del poema que nunca llegó a terminar y que unos años antes hubiera estado subiéndose a las tapias de los cementerios y hablando sólo con su amada muerta.

A todos nos trae a la imaginación la existencia de alguna persona tan unida a otra cuya muerte haya producido una conmoción que le ha sido imposible de superar, de alguien al que la muerte haya roto lo más profundo de su psique y haya sucumbido su conducta en el circulo vicioso del síndrome maniaco depresivo. Todos estamos expuestos a esto, sin embargo que rara expresión de la neurosis constituye el sentarse detrás de unos folios y escribir y rescribir durante cincuenta años un poema para dar explicación lógica de tales sentimientos ¿no hay en justicia algo verdaderamente excepcional y que no sólo la conducta patológica de un enfermo maniaco depresivo?

BIBLIOGRAFIA

- MARTINEZ FERNANDEZ, Jesús. “Antonio Cuervo, loco de Amor” Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, Año XVI, núm. XLV, pág. 102 y ss.

- CASARIEGO, J.E. (Artículo e Ilustraciones publicadas en la revista "Fotos. De Madrid. 14.V-55.).

- http://castropol.blogia.com/temas/la-searila.php

- CABAL, C., La Searila Boletín de Estudios Asturianos nº XXV, 1955

- www.xenealoxia.org/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=3210&view=next

- CANCIO-DONLEBUN JAVIER, http://www.donlebun.com/Documentos/Conferencia-Javier-CDB.pdf


NOTAS AL PÍE

1) Según la historiografía tradicional se suele situar el lugar de nacimiento de don José Rosendo en el lugar de Arboces, hoy integrado en el casco urbano de la Caridad. Sin embargo, según la bibliografía que manejo éste es natural de la parroquia Arancedo, así consta en el acta de Bautismo de don Antonio Cuervo Castrillón en el que se dice: En la iglesia parroquial de San Estebán de Plantón a diez y seis del mes de diciembre de mil ochocientos nueve, baptice según ordena la Santa Madre Iglesia un niño que nació el propio día aquí. Fue puesto por nombre Antonio Balentín, hijo de don Jose Rosendo Cuervo Castrillón y Villaamil naturales del lugar y parroquia de Arancedo, parroquia del Franco y su mujer doña María Rosa Fernández Regueiro y Revellón vecinos de la Galea, (libro de Bautizados F 771 y 772 vto.) Fdo. Justo Rodil y Cancio. La explicación quizás de que se sitúe su lugar de nacimiento en Arboces, venga dada por que la casa solariega de los Cuervo Castrillón se encuentra en dicho lugar. Lo cierto es que entre los padrones del concejo encontramos empadronado a don José Rosendo junto a sus padres en el indicado lugar de Cabarco, en el año 1.786: En el coro de la iglesia parroquial de la villa y concejo de Castropol, a seis días del mes de mayo del año de mil setecientos ochenta y seis, el señor don Pedro María Belderraín y Presno Alcalde mayor de esta dicha villa y su concejo, consecuente al auto que precede del Caballero Alcalde mayor del concejo del Franco, y en fuerza de la citada echa a su Prior General, se constituió en éste sitio para franquear el Archibo de Padrones Distintibos, como se hizo con las tres llabes que lo resguardan, Y registrados los Padrones distintibos de estados que se han echo por la nuestra, Regimiento Empadronadores, y Procuradores de ambos estados en lo respectivo al concejo del Franco, y Parroquia de Muizes, en virtud de Reales cédulas de S.M. por testimonio de los respectibos ss.nos. de aiuntamiento de quienes se allan authorizados en (ilegíble) con toda esta formalidad se hizo el año pasado de mil setecientos y ochenta , al folio sesenta y siete buelta y siguiente, se allan las partidas siguientes… dicho don José Rosendo, se alla casado con doña María Teresa Pérez Trelles, vecinos de Cabarcos Arancedo, parroquia de Miudes, tienen por sus hijos legítimos a don José Rosendo y don Eugenio Manuel, y éste nació y se bautizó en la iglesia de San Juan de la ciudad de Obiedo, y con mandato del Ordinario eclesiástico de dicha ciudad se alla la partida de sus bautísmo en los libros de la parroquia de Miudes, son todos de dichos solares de sus padres y cusantes.
2) http://www.xenealoxia.org/modules.php?name=Forums&file=viewtopic&t=3210&view=next
2b) http://www.donlebun.com/Documentos/Conferencia-Javier-CDB.pdf
2c) Para más información sobre el asalto a los almacenes de Balboa y Sante, podeis consultar http://www.1808-1814.org/frames/framarti.html bastante completo sobre los sucesos acaecidos en la toma de estos puestos franceses durante la guerra de la independencia.
3) http://www.donlebun.com/Documentos/Conferencia-Javier-CDB.pdf
4) El Marquesado de Santa Cruz de Marcenado fue concedido por el rey español Carlos II en 1679 a Sebastián Vigil de Quiñones y la Rúa.Sebastián Vigil de Quiñones era caballero de Calatrava, regidor de Oviedo y señor del coto de Marcenado, en Siero (Asturias). Durante el siglo XVIII y XIX, estuvieron directamente vinculados con la ciudad de Castropol, donde son oriundos. En él confluían las poderosas casas de los Vigil (Siero) y de Bernardo de la Rúa, al haberse unido con Isabel de la Rúa. Estas casas rivalizaban con la de los Navia, que se aproximarían a los Celles y con los que unirían su patrimonio
5) En ocho de mayo de mil ochocientos treinta y cinco yo el infraescrito excusador en vacante asistí el matrimonio que entre sí previo consentimiento de sus mayores en la casa de Rioseares contrajeron don Antonio Cuervo Castrillón, hijo legítimo de don José Cuervo Castrillón y de doña Rosa Fernández de Regueiro y Revellón vecinos de la Vega de Ribadeo y doña María Rafaela vecino y vecina de la casa de Río de Seares en esta parroquia fueron dispensados de las tres amonestaciones por el Excmo. e Ilmo. De Oviedo fueron aprobados en doctrina cristina, confesaron y no recibieron las bendiciones nupciales de cuyo matrimonio fueron testigos… Firmando Fc. López del Villar.
6) Vid. MARTINEZ FERNANDEZ, Jesús. “Antonio Cuervo, loco de Amor” Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, Año XVI, núm. XLV, pág. 119
7) Vid. MARTINEZ FERNANDEZ, Jesús. “Antonio Cuervo, loco de Amor” Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, Año XVI, núm. XLV, pág. 114
8) Vid. MARTINEZ FERNANDEZ, Jesús. “Antonio Cuervo, loco de Amor” Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, Año XVI, núm. XLV, pág. 114 y 115
9) Vid. FERNANDEZ FERANDEZ, Marcelino, “El franco y su Concejo”.
10) Gaceta de Madrid, nº 115, 25 de abril de 1.962
11) Gaceta de Madrid nº 13 de febrero de 1.863
11b) http://castropol.blogia.com/temas/la-searila.php
13) Vid. 12 http://castropol.blogia.com/temas/la-searila.php
14) Vid. CASARIEGO, J.E. (Articulo e Ilustraciones publicadas en la revista "Fotos. De Madrid.
14)., Véase tambiénhttp://castropol.blogia.com/temas/la-searila.php
15) Vid. MARTINEZ FERNANDEZ, Jesús. “Antonio Cuervo, loco de Amor” Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, Año XVI, núm. XLV, pág. 113
16) Vid. MARTINEZ FERNANDEZ, Jesús. “Antonio Cuervo, loco de Amor” Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, Año XVI, núm. XLV, pág. 119




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Comentarios

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  1. #1 godino 02 de feb. 2007

    Una historia curiosa pero excesivamente localista a mi parecer, deberías, querido Candalín, si se me permite el comentario, buscar una contexto y proyección del tema un poco más general y que tuviese una mayor interés para usuarios que no tuvieran una relación directa con la querida y entrañable comarca que abarca los valles que van entre las cuencas del Eo y del Navía y un tratamiento del tema menos decimonónico de las gestas de nuestros antepasados. Con todo lo dicho encuentro curiosa y sugerente el poema de la Searila de la que me reconozco totalmente ignorante a pesar de ser mi familia de aquella zona, aunque debo reconocer en honor a la verdad que mi padre si tiene idea de dicho poema aunque un tanto vaga. Debo también destacar que el estudio sobre dicho poema y su aproximación a la mentalidad romántica si lo encuentro de gran interés para comprender ese siglo díficil que fue el siglo XIX.

  2. #2 candalin 03 de feb. 2007

    Gute Nacht godino, quizás he vuelto a reincidir en cierto localismo al que me avoca irremisiblemente la genética, por lo que debo de reconocer en justicia la existencia de esa causa de recusación por la que me tachas. Lo cierto es que son estas pequeñas historias las verdaderamente importantes, pues como decía Unamuno no existe historia sino historias.

    Por lo demás el poema de la Searila no creo que sea tan desconocido, aunque es posible que no tenga el eco y la trascendencia que tuvo en otro tiempo. Si entras en el Google encontrarás hasta setenta entradas que hace referencia al tema, en páginas de muy distinto signo. La mayoría de ellas, tienen un tono ciertamente melodramático donde abunda la superchería. He pretendido por ello presentar toda la información fiable y objetiva que he podido rescatar para dar una imagen cabal de lo sucedido.

    Salud

  3. #3 Servan 06 de feb. 2007

    Esquizofrenia, paranoia, neurosis, psicosis maniaco depresiva, no son intercambiables. Por lo que se ha dicho me quedaria con el ultimo, que hoy se llama enfermedad bipolar.

  4. #4 candalin 06 de feb. 2007

    Salud Servam

    Quizás me haya contagiado del artículo de Martínez Fernández al que sigo en este punto y quien emplea la terminología clínica del tiempo en el que fue redactado. Reconozco que no me he documentado suficientemente sobre ester particular, pero si parece que en el curso de la vida del personaje, en un principio como consecuencia del trauma sufrido se dieron episodios delirantes de tipo paranoico, que luego es posible que se hallan transformado en otro tipo de psicopatías como pudiera ser el trastorno bipolar o psicosis maniaco depresiva al que aludes, (cuando era estudiante derecho le llamabamos también enfermedad o trastorno ciclotímico), si bien con una sintomatología muy atenuada.

    Luego de releído lo dicho quizás empleo inadecuadamente y en exceso el término esquizofrenia, sin embargo atiendo no propiamente a la enfermedad psiquiátrica, sino al hecho común de escisión de la personalidad del hombre romántico por el enfrentamiento entre el yo y del todo al que hago referencia en el artículo. He de señalarte que el autor antes citado alude a esta enfermedad en su artículo, pero te he de señalar que aún sin tener conocimientos en la materia no me parece que sea lo más adecuado

  5. #5 PROKO 31 de ago. 2007

    Solamente corregir los topónimos de Escamplero y Peñaflor, en los hechos narrados de 1810.


    Por lo demás una historia de lo más curiosa. 

  6. Hay 5 comentarios.
    1

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