Autor: sansueña
jueves, 16 de febrero de 2006
Sección: Artículos generales
Información publicada por: sansueña


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Los relojes de sol de la provincia de Madrid.

Piedra y saetas para medir el tiempo
La Comunidad de Madrid edita un libro que documenta 213 de los relojes solares esparcidos por la región
Un valioso patrimonio en piedra y sombra avanza calladamente cada minuto de cada hora de cuantas presiden los días soleados que bañan la ciudad y el territorio regional madrileño.










Los relojes de sol de la provincia de Madrid. *Jacinto del Buey Pérez *Javier Martín-Artajo G. *C.A.M.

Pese a parecer que esta riqueza pétrea durmiera hondamente un sueño infinito, como los muros de los castillos o las piedras que fraguan las fachadas monumentales urbanas, tal patrimonio madrileño continúa, sin embargo, trabajando de manera incesante desde hace siglos. Se trata de los dos centenares largos de relojes de sol con los que la Comunidad de Madrid cuenta y cuyo inventario ha sido recogido por Jacinto del Buey y Javier Martín Artajo en un libro, Relojes de sol de Madrid.

De inmemorial cabe definir el origen de este tipo de artefactos, ideados para la medición del tiempo conforme a la evolución de la luz del sol a lo largo del día. Caldeos, asirios y hebreos fundamentaron los cálculos astronómicos en los cuales se basa la creciente precisión que, paulatinamente, caracterizó los relojes de sol. Éstos presentan como rasgo común una superficie plana, generalmente de piedra y orientada al sur, en cuyo centro se clava un gnomon, que consiste en una varilla rectilínea de metal, habitualmente de hierro o de otro material consistente.

Al recibir la luz solar, este afilado hito proyecta una marca de sombra cuyo desplazamiento con el curso del astro es mensurable sobre la plataforma de piedra. En ésta, una secuencia de incisiones permite nombrar cada hora o cada conjuntos de horas, generalmente la tercia, la sexta -que coincide con el mediodía- y la nona, al atardecer.

Jacinto del Buey, de 64 años, es coronel de Ingenieros retirado. Por su entusiasmo a la hora de conversar sobre su libro, pareciera haber heredado el legado de aquellos militares españoles que, a partir del siglo XVIII, impulsaron el desarrollo científico hispano al erigirse en los únicos científicos sobre el terreno, por aunar todos los saberes empíricos de la época, desde la matemática y la trigonometría o la astronomía, hasta la química y la física.

"Creo que a un niño o un adolescente les resultaría casi imposible construir un reloj de sol, a no ser que se trate de talentos excepcionales", explica Del Buey. La causa de tanta dificultad reside en que se exigen amplios conocimientos matemáticos para conseguir un reloj de sol con suficiente precisión como para hacerlo fiable. Sin embargo, no cabe desanimarse. Los tres años que él y Javier Martín Artajo han invertido en estudiar los cronómetros solares madrileños, reunir la documentación concerniente y fotografiar cada una de las 213 piezas compendiadas, han cristalizado en un texto que permite que los lectores puedan conocer casi todo sobre estos maravillosos medidores solares, que en España suman 5.000 unidades.

"La clave está en el gnomon", explica Jacinto del Buey. En griego esta palabra significa adagio o saeta, lo cual permitiría evocar a los astutos e incisivos geniecillos de los bosques. "Lo más importante de un reloj solar es que la varilla esté orientada hacia la Estrella Polar". ¿Por qué? "Porque el Sol gira en torno al eje del mundo y esa estrella se encuentra en un extremo de tal eje", explica. Jacinto del Buey niega que el propio sol pueda ser capaz de fundir la varilla de hierro que compone el estilete, ya que el punto de fusión del hierro ronda los 1.535 grados centígrados.

En su recorrido por la Comunidad de Madrid, que han dividido en cuatro zonas correspondientes a los puntos cardinales, el mayor número de relojes corresponde a la zona norte y donde más escasean es en el oeste. Setenta y siete de ellos se encuentran en áreas rurales; en la capital hay 60 y un número similar, 58, en distintos museos, como el Lázaro Galdiano y el Museo Naval, de la calle de Juan de Mena. De toda la región, el único que permite la medición en horas babilónicas -un antiquísimo procedimiento- es el que se conserva en el claustro del monasterio de El Paular, en las inmediaciones de la villa serrana de Rascafría.

Uno de los más veteranos se halla en el Museo Arqueológico Nacional: data del siglo I de esta era. Entre los más originales resalta el que exhibe desde 1988 la plaza contigua a la Puerta de Toledo, diseñado por Alberto Corazón, con cálculos de Juan José Caurcel. Incluye un conjunto de nueve relojes, siete de ellos de sol y dos lunares, con un gnomon de acero de nueve metros.

El libro de Martín Artajo y del Buey señala itinerarios a los lectores para permitirles conocer cada uno de los destellantes cronómetros de la valiosa constelación madrileña. Con 547 páginas y profusamente ilustrado, el libro se vende al precio de 28 euros en Fortuny, 51, sede de la librería de la Comunidad de Madrid. Ha sido editado por la Dirección General de Promoción y Disciplina Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente, que rige Mariano Zabía, que lo presentó al público ayer en la sede de su departamento, en el Hospital de Maudes.

*El monasterio de El Paular atesora el único cronómetro que mide en horas babilónicas

RAFAEL FRAGUAS - Madrid
EL PAÍS - 15-02-2006
© Diario EL PAÍS S.L.
© Prisacom S.A.

http://webs.ono.com/andana
http://webs.ono.com/usr023/andanatres/cadic05.htm
http://webs.ono.com/usr002/andana/caabr02.htm

Los caminantes y el reloj de sol. Las horas a través de los tiempos

.......hasta la contraportada es interesante con una referencia de El Quijote en forma de, hoy día extraña, frase de Sancho Panza :

" no debe haber desde aquí al alba tres horas..."

Más informacióen en: http://www.elpais.es/articulo/elpepiautmad/20060215elpmad_24/Tes/Piedra%20y%20saetas%20para%20medir%20el%20tiempo


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Comentarios

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  1. #1 giannini 16 de feb. 2006

    Como los autores del libro sin duda conocen, no todos los relojes de sol se orientan al Sur. Para el periodista que redacta la noticia, parecen los únicos. Es cierto que el reloj de sol vertical ortomeridiano -el que se encuentra por ejemplo en la plaza del Rey- es el más común, pero no el único.

    Intentaré adquirir el libro que tiene muy buena pinta. Felicidades a los autores.

  2. #2 sansueña 16 de feb. 2006

    Los Relojes de Sol de El Monasterio de Santa María del Paular ( Rascafría)

    Dentro del claustro-cementerio del Monasterio de El Paular y en su centro, hay un templete que contiene uno de los conjuntos de Relojes de Sol mas importantes de España. La importancia de este conjunto reside, aparte de la antigüedad y calidad de los relojes, en que contiene el único, que yo conozca, con horas Itálicas y Babilónicas en nuestro país. tiene una declinación de unos 17 grados a Levante.
    Hasta ahora, parecía ser el único existente en España que tiene horas babilónicas, o sea, las horas que se empiezan a contar desde que sale el sol, e itálicas, que son las que comienzan a la puesta del Sol. Estas horas son de duración constante y tuvieron un uso consolidado a partir del siglo XII. En los equinoccios difieren 12 horas justas entre unas y otras.
    Las líneas babilónicas están grabadas, sobrepintadas en color gris azulado y numeradas en arábicos de 1 a 8 de izquierda a derecha. Las líneas itálicas, grabadas y sobrepintadas en rojo, están numeradas de 1 a 12 de derecha a izquierda. Lleva las inscripciones "AB ORTV" y "AB OCASV" y también tiene marcadas la línea equinoccial y las de los solsticios.
    El estilo es troncocónico, perpendicular al plano del reloj, de unos 35 cm de longitud y adornado en su base.

    El reloj de sol de cerámica de La Granja Cartuja del Monasterio de Santa María del Paular (Talamanca de Jarama )

    Comentarios y conclusiones de los expertos:
    A la vista de la foto recibida, se comprueba con asombro que no sólo se trata de un trozo de un Reloj de Sol, sino que se trata de un ejemplar horizontal con mas información de la que solían tener los relojes encontrados de esa época y por esos lugares. Sorprende también el pequeño tamaño de la pieza (indicado por la cota), además de las líneas adicionales a las líneas horarias.
    En una primera aproximación se realiza un dibujo de lo que podría haber sido un reloj para una latitud de 40º 30’ y se ve como que las líneas de las horas corresponden casi exactamente.

    Se trata de un Reloj de Sol horizontal calculado para una latitud aproximada de 40º Norte.
    Las líneas azules horarias coinciden con las horas III, IV y V de la tarde y las pequeñas cruces entre los números coinciden, razonablemente, con las medias horas.
    El trazo de la línea hiperbólica color ocre, corresponde con la del solsticio de invierno y, medio desconchado, se aprecia medio signo zodiacal de capricornio.
    Las líneas color marrón representan las horas babilónicas 8, 9 y 10.
    El tipo de horas que presenta este reloj lo convierte en un ejemplar poco común y existe la posibilidad de que se tratara de un reloj fijo, aunque también podría tratarse de un portátil, dado que sus dimensiones reales aproximadas rondan los 15 cm de ancho por 11 cm de alto, lo que lo hace fácilmente transportable.
    Revisando el catálogo sobre relojes de Sol de la misma época, se comprueba que otro de los escasísimos ejemplares que existen en España de relojes con horas babilónicas se encuentra en el Real Monasterio de Santa María de El Paular en Rascafría, aunque en este caso se trata de un reloj vertical y fue realizado por Fray Martín Galíndez (1547 - ), pintor, escultor y relojero mecánico riojano, nacido en Haro (Logroño).
    Se reseña la particularidad de que La Cartuja de Talamanca de Jarama, parece ser construída , sobre edificación anterior, por los monjes cartujos de El Real Monasterio de Santa María de El Paular para que les sirviera de granja y almacén, y no es muy descabellado suponer que el relojito fuera obra del mismo autor. El que el reloj se hiciera en uno u otro de estos lugares es indiferente, ya que los separan 36 km en línea recta y 55 km por carretera.

    La latitud de Talamanca de Jarama es de 40º 27’ N y la de El Paular Rascafría 40º 33’ N.
    Los 6 minutos que tienen de diferencia estos lugares que son inapreciables en un reloj de la época.

  3. #3 Piñolo 17 de feb. 2006

    sansueña,¿qué sabes de relojes de Sol y Luna por Asturias?
    ¿Qué relojes usaban los conquistadores romanos y qué utilidad bélica podían tener?
    ¿Se usaban para parcelar?

  4. #4 sansueña 17 de feb. 2006

    Piñolo, no soy una experta, sino una observadora, y como consecuencia de esto nace la necesidad de comprobarlo.
    Ya te comenté, que los polígonos agrarios (distribución administrativa del terreno) suelen tener el polígono nº 1 al norte geográfico. En el Sig Oleicola, que permite ver parte de los municipios de la península, en toda su extensión y su división por polígonos, podrás observar que dicho reparto parten de un punto concreto, y que una buena parte de ellos, no es el centro urbano, sino alguna aldea abandonada, el comienzo de un camino, un cruce de estos, un río. etc. También es verdad que actualmente se ha redistribuido el territorio por necesidades varias y hay que hacer uso de la intuición o de documentos anteriores a la venta jucidial de bienes desamortizados..

    Las Centuriaciones Romanas .Rev. Arqueología. nº 123; Julio 1991, 36-41
    "La tendencia a hacer divisiones regulares del suelo no es, ciertamente, original de Roma. Sin embargo, a partir de precedentes griegos y etruscos, los romanos fueron capaces de diseñar un sistema propia de estructuración del teritorio al que denominaron centuriatio o limitatio y que aparece ligado , la mayoría de las veces a las fundaciones coloniales" .../... "Ello es descrito por Frontino de la siguiente forma: Así pues, la disposición de los campos óptima y más racional, es aquella cuyos desumanos están trazados de oriente a occidente y los kardines de norte a sur" .../..."Otras veces, la naturaleza del terrerno o los obstáculos naturales no permitían un trazado perfecto y eran utilizados como base de la centuriación las montañas o el mar, trazando así los límites montani o los límites maritimi" .../... En otro lugar, son denominados (los límites) según la naturaleza del mismo, como en las inmediaciones de Fanun Fortunae, en Umbría, los que están orientados al mar les llaman marítimos y en otros lugares los que están orientados al monte, montanos"...

    Con esta líneas, podrás hacerte una idea, porque no todos los polígonos rústicos números unos, no se sitúan en el centro urbano.
    Ahora, te queda a tí comprobarlo y sacar tus propias conclusiones. Observa la situación de los caminos ó ermitas, etc. y su relación con la posición solar, sobre todo en el cambio de estaciones.

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